jueves, 12 de noviembre de 2009

AMAR ES AMOR, AMOR ES AMAR; original de Rafael Santamaría


No es por casualidad la pureza de un niño, no es por casualidad la semejanza de un niño con lo Divino, como tampoco es por casualidad que todos llevamos dentro un niño; de lo que deduzco: que no es por casualidad que todos llevemos dentro la pureza que nos hace ser niños, la pureza que nos hace Divinos,...; quien fija la atención en su interior, no sólo verá el niño que es, sino que se dará cuenta que es un niño, y que todo lo demás, es producto de la fantasía desatinada con la que juega ese niño;
 A vosotros, a esos niños:
 
"Hubo una vez una historia de amor, de tanto, tanto amor, que acabó marchitándola el odio..., pues el hombre que ama a una mujer, y la mujer que corresponde en amor a un hombre, estan condenados a odiarse mientras no sepan amarse. ¿Y qué es amor?, me pregunto yo; amor es amar pero, amar no es nada en sí, si uno no se transforma en amor. Así pues, aquella pareja de bienaventurados en el amor, disfrutaron como amantes mientras la ilusión del amor duró, pero una vez el amor fue pastó de las leyes del hombre, la ilusión pasó a ser deseo, la caricia se olvidó del beso, y la leyenda del amor verdadero se desvaneció por completo por falta de adeptos; lo eterno pasó a ser efímero, y  hombre y mujer cayeron en el error de lo aparente: vendieron su alma al sentido de la vista, al sentido del oido, al sentido del gusto..., al deseo en definitiva. La poderosa fuerza que todo lo mantiene unido, el amor, cambió su frecuencia, tornó, y de su lado más espiritual cambió a su lado oculto; fue hasta allí, hasta donde los deseos carnales anidan con virulencia y todo reconforta cuando el placer encuentra la presa que le sacie. Y a aquello a lo que el amor puso nombre, el hombre se lo quitó; y a aquello a lo que todo hijo de Dios vino a hacer, aquello se olvidó. Y tomando el egoismo por bandera, y la envidia como patria, así, todo hombre salió a defender su parcela, aquel coto que él mismo delimitó para amargura suya.  Y así nació la enfermedad : por insatisfacción del alma; pues cuando un corazón no se puede expresar a través de sus sentimientos como amor puro, el alma calla, y alma que no habla, enferma, y al enfermar, el hombre, cae enfermo; enfermo de su propia agonía. Quiera así pues el hombre entender que ES, pues perdido en el océano de los sentidos, y abordo de un barco llamado lógica, no podrá atravesar ese mar de deseos y placeres que lo sujeta al mundo corporeo. Eríjase el mismo como velero en su propio periplo, dejando en manos del Sagrado Destino la travesía de su velero; y fije el rumbo izando la vela mayor de su corazón : el amor, y deje al viento que a través de su aliento divino azote su vela : su corazón, y le guie; y no pare en ningún puerto de los que dicen parada, de aquellos gobernados por y para el hombre, pues no necesita de nada, salvo llegar a buen puerto, a ese puerto en el que el amor es la entrada; y sirvase de entrar en él sin permiso, pues a él pertenece y él en esencia es. Sirvase pues entonces en SER, en SER lo que ES; y una vez vestido de gala, con el uniforme que le corresponde: vestido de espíritu puro, ame; pero no ame por amar, sino ame de amor y ame a la humanidad, transformándose así en eterno; ame a su hermano y hermana sin fijarse nada más que en el amor que todo lo ama: en Dios; y sea así lo que ES : AMOR, es decir: Dios en su esencia pura y divina.
Vuelva así pues a SER lo que FUE; sea pues de nuevo lo que ha venido a SER; y rechace toda imitación, todo impostor, todo personaje..., rechace en definitiva al protagonista de su película : su ego, y desestime todo guión que no le devuelva a la esencia de su SER"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929