viernes, 18 de diciembre de 2015

DESPIERTA; original de Rafael Santamaría


En cierta ocasión, mientras dormía en el plano astral: el cielo, tuve un sueño.
Los sueños no son más que metáforas de una "ilusión" que aún está viva en nuestra mente.
Pero no fue un sueño normal. No era como los de siempre. Éste parecía real. En ése momento deduje que estaba viviendo un sueño, mi sueño, y fue entonces cuando sentí que no me quería despertar.
En aquel momento me adentre en ése sueño, y vi que un sueño cuando se vive puede llegar a parecer real. Caí profundamente dormido, tan profundamente dormido que perdí la noción de la realidad; una realidad que existe más allá de los sueños y sin tener que soñar.
En aquel mismo instante me abandoné más y más, y sin querer o queriendo hacerlo, me puse a soñar. Entre en el mundo de los pensamientos, en el léxico de los sueños. Entre en un mundo onírico del que hice mi realidad.
Me convertí en el guionista y director de mi propio sueño. Y en algún momento de ése sueño soñé que estaba despierto; creo que fui ahí cuando confundí del todo mi "realidad".
Me gustaba tanto mi sueño y lo que soñaba que me convertí en mi sueño.
Un día, alguien en mi sueño me dijo que estaba soñando. Que todo cuanto me sucedía era parte de mi sueño. Y que todos los sueños se hacen realidad cuando se sueña con ellos. Que mi sueño era una ilusión creada por mi que interactuaba con otros sueños dentro del espacio "sueños" Y que no sólo podía cambiar la estructura y el diseño de mi sueño, sino que además, podía dejar de soñar retirando la atención de mi sueño. Que detrás de cada sueño se esconde una realidad, y que esa realidad es la esencia de quien sueña y de todo sueño.
Sus palabras tenían significado para mi. Las entendía sin tener que comprenderlas. Una verdad más allá de mis sueños se cernía sobre mi.
La mente sueña, pero quién hace soñar a la mente?
Descubrí que no solo era un actor de mi propio sueño, como tampoco era sólo: ni su guionista ni su director. Descubrí que estaba vivo más allá de todos esos personajes y de mis sueños, descubrí la vida que hay dentro de mi cuando la mente no sueña.
Entonces me empecé a hacer preguntas. Quien las contestaba era yo, pero un yo sin sueños.
-Pero por qué mi mente sueña?
-Para poder vivir un sueño.
-Y qué necesidad tengo de vivir un sueño?
-Las necesidades las crea la mente según tú te metes en su sueño.
Si la mente deja de soñar todo deja de ser un sueño.
-Cómo dejo de soñar? entonces
-Tomando conciencia de que todo es un sueño.
Despierta.
Rafael Santamaría