jueves, 31 de diciembre de 2015

ACTUA; original de Rafael Santamaría

En cierta ocasión, debido a mi pasado en el mundo del deporte, una persona insistió en que viera ciertos videos acerca de la vida y entrenamientos de algunos campeones y hombres mitificados del deporte de alta competición y el culturismo.
Si hubiéramos visto solo uno, o hubiera sido algo ocasional nunca hubiera dicho nada. Pero era algo repetitivo.
- Mira. Pero mira! - me decía queriendo que prestase a esos vídeos la misma atención que él les prestaba.
Deduje intuitivamente que su actitud era sólo la de mirar; y cansado de verlos:
- Eso está muy bien - dije refiriéndome a los vídeos - Son motivacionales y de gran ayuda; pero en verdad te digo que viendo sólo vídeos uno no se pone ni fuerte, ni llega a ser un campeón.
Deja de mirar y actua!
Rafael Santamaría

EL PUNTO DE COCCIÓN; original de Rafael Santamaría


La vida, nuestra vida, tiene un punto de cocción; es decir: tiene, vamos a llamarlo así: su punto. Un punto en el que todas las cosas salen bien porque salen por si solas.
Para definir este punto lo haremos a través del modo ahorro. Qué cuál es ése "modo"?, pues es aquél modo de vida en que el gasto energético es el justo: ni más, ni menos.
Si unimos el punto de cocción al modo ahorro, nos sale el presente, el ahora.
Quien no encuentra, o no sabe vivir su vida en ese constante punto de ebullición que lleva implícito la cocción perfecta de cada circunstancia en su vida, no vive en modo ahorro, no vive en el ahora, ya que siempre está circunscrito a lo que pasó o lo qué pueda pasar.
Rafael Santamaría

martes, 29 de diciembre de 2015

LA MEDITACIÓN; original de Rafael Santamaría

LA MEDITACIÓN; original de Rafael Santamaría 
Vivimos en una prisión mental cimentada por nuestros pensamientos. Un lugar lleno de ideas que se asemejan a las estrellas que hay en el Universo, cubierto por el basto manto de nuestra imaginación que pareciera que ésta nunca tuviera limites; un lugar desconocido e inexplorado, que nos representa como identidad en el ilusorio mundo de nuestra imaginación.
Encerrados en él a través de nuestras propias limitaciones mentales vivimos en nuestro mundo: el planeta mental de nuestros pensamientos, sin saber o desconociendo que ahí fuera, en el interior de nosotros mismos, se halla el infinito universo de nuestra mente.
Para explorar lo que no vemos hay que cerrar los ojos y abrir la mente con la llave maestra del corazón. 
Vivir en lo que vemos reduce nuestra vida al campo de acción de un mundo material, y el mundo material es efímero, pues está circunscrito a las leyes del nacimiento y la muerte.
El hombre que sabe cerrar sus ojos abriendo el corazón no necesita de más pensamientos que la propia intuición. 
La intuición es el pasaje que nos lleva allí donde el universo que hay en nuestro interior toma sentido en nosotros. 
La meditación despierta la intuición, y el hombre sólo despierta del sueño de su mente cuando su intuición ha sido despertada.
Rafael Santamaría

jueves, 24 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD!; original de Rafael Santamaría


La individualizacion del alma como ente físico dotado de un cuerpo en éste plano material se nutre para su constante desarrollo evolutivo de recuerdos.
El recuerdo es la impronta que se graba en la memoria de nuestra mente de lo que nos aportó en su día la experiencia vivida.
La mente es un saco vacío que se va llenando con los años de experiencias. Cada experiencia puede traer consigo un recuerdo y/o un aprendizaje.
Todo lo que te vas a llevar de esta vida son experiencias: la experiencia que guardes como recuerdo, y el aprendizaje que te haya aportado dicha experiencia.
Cuando al recordar una experiencia del pasado lo hacemos con júbilo y satisfacción, sabemos que ésta experiencia nos aportó en su momento felicidad, si además, ésta misma experiencia nos ayudó a crecer en el desarrollo evolutivo de nuestra conciencia, éste recuerdo entonces nos aportará una sensación generalizada de paz.
Habiendo entendido ésto, y habiendo deducido por tanto que la huella que deja todo momento en nuestra vida es sumamente importante para la evolución de nuestra conciencia, y que ésta huella queda impresa siempre en el álbum mental de nuestro pasado, un álbum sin el que la naturaleza del hombre no puede entenderse, decidí grabar en la mente de mis hijos la para mi sana costumbre de desayunar juntos todos los veinticuatro de diciembre chocolate con churros en alguna cafetería del centro de la ciudad mientras paseabamos hablando y contemplando los adornos con que el alcalde de turno adereza cada año el sentimiento navideño de estas fiestas en las calles de la capital.
Sin haberles sabido inculcar nunca en éstas fechas, (creo yo) un sentimiento más profundo, tal como el renacimiento espiritual del amor de Dios en todos los corazones, y permitiéndoles que sea lo que les ha tocado vivir lo que los guíe interiormente, de alguna manera quise trasladar la sabiduría que tuvo mi padre para con mis hermanos y conmigo, haciéndoles partícipes también a ellos, como hizo mi padre con nosotros, de ése mágico momento que sucede cada año llamado Navidad.
Y dejando a un lado siempre el continuo sabotaje de compromisos con que éstas fechas quieren condicionar el mágico momento de nuestra infancia que cada uno lleva grabado de un modo particular en su corazón, desde mi punto de vista, es de vital importancia retirarse en éstos días a los confines de nuestra niñez y rescatar de ella el espíritu infantil de que todo es posible: ese mágico dogma de fe llamado inocencia; y aún cuando no encontrásemos personitas (niños) a nuestro alrededor con los que compartir aquella nuestra infancia olvidada, aún así hacerlo de manera desinteresada tan sólo para solidarizarnos una vez más cada veinticuatro de diciembre con nuestro niño interior.
Para los que no creen en el renovado amor de Dios que como dogma de fe se renueva así mismo en estas fechas como fruto de la adoración ferviente de a quien entendió y fue ejemplo de dicho amor (Jesús el Cristo), sería interesante que vivieran esta época del año como el reencuentro con su niño interior, un niño que como a todos los niños muchas veces no se le hace caso simplemente por ser un niño.
Más hay recordar que nunca se deja de ser un niño.
Los años, la vejez o las circunstancias, son sólo tupidos velos de la ignorancia con los que nos olvidamos de qué y quiénes somos.
En verdad os digo que no hay mejor taller de sanación de tu niño interior que el de no dejar de ser nunca un niño. Y entiende que estás fechas siempre son un buen momento para recordarnoslo.
Si yo no fuera siempre el niño que soy, entonces como adulto jamás podría afirmar o decir que soy alguien
Feliz Navidad!
Rafael Santamaría

DE COMO TODO ESTA EN TU MENTE, Y TODO ES MENTE; original de Rafael Santamaría

En cierta ocasión le preguntaron a un niño qué era el cáncer.
Aquel muchacho explicó como supo y pudo lo que el "pensaba" que era el cáncer. Su definición de dicha enfermedad se basaba en especulaciones y comentarios de los que había oído hablar, ya que afortunadamente él no había padecido ni padecía la enfermedad.
Con los años aquella primera definición del cáncer fue puliéndose poco a poco hasta que llegó el día en que mentalmente tomo el cuerpo de concepto en su mente, y de ésta manera quedo bien definida en la mentalidad de aquel muchacho, que con los años se había convertido en todo un adulto.
Antes de seguir, habría que matizar que todo aquello que crees y catalogas de real en tu vida antes ha sido gestado como real en tu mente; qué cómo?, a través de conceptos.
Estos conceptos están basados en creencias, y muchas de éstas creencias están basadas en suposiciones o conjeturas: ideas de otros; casi nunca están basadas en la experimentación, es decir, casi nunca están basadas en el fruto de la experiencia propia: experiencia vivida sin ningún tipo de programación mental.
Sucede entonces que todo lo que pensamos que es real coincide siempre exactamente con aquellas definiciones que hemos hecho de aquéllas cosas a las que hemos decidido entregar un poder: el poder de que sean ciertas desde nuestra mente o perspectiva mental pasando a llamarlas entonces reales.
Ese poder que le damos se llama fe; y es un poder sumamente poderosisimo.
Si la fe es capaz de mover montañas, qué no será capaz de hacer cuando deja a las montañas en paz.
Años más tarde, muchos más años más tarde, aquel adulto que empezaba a entrar ya en la tercera edad, tenía bien claro, aunque nunca por experiencia propia, lo que era la enfermedad del cáncer debido a todos los casos que le había tocado vivir como espectador de dicha enfermedad, dichos casos siempre se asemejaban a su definición de la enfermedad, ya que un pensamiento sólo atrae pensamientos y situaciones afines.
Y un buen día le tocó a él. Tuvo cáncer. En ningún momento me supo decir que era el cáncer según lo que estaba sintiendo él, lo único que me pudo decir es la definición que tenía en su mente acerca del cáncer.
En aquel mismo instante, al oír el diagnóstico, en su mente se activo el programa del cáncer que había en su mentalidad, es decir, se activo toda la información que tenía relativa al cáncer.
El cerebro, que no distingue entre lo real de lo incierto, véase como ejemplo cuando la mente de un hombre se imagina a una mujer desnuda lo que hace el pene, pues el cuerpo obedece las instrucciones del cerebro, y éste a su vez traslada al cuerpo lo que la mente vive o está viviendo sin preguntarse si es el real o no (lo que está viviendo en ese momento la mente)
En ese caso, la mente vive la enfermedad del cáncer como una enfermedad mortal, ya que así lo ha entendido el individuo que la vice al haberlo programado así en su mente a través de la definición que tiene de la misma.
Al vivirlo de ésta manera la mente, el cerebro desencadena un tipo de reacción generalizada en todo el cuerpo como respuesta a lo que está viviendo la mente en ese momento (parecido a como cuando el pene se pone erecto al imaginarnos una mujer en ropa interior seduciendonos)
Esta reacción es mucho más letal que la propia enfermedad, esta reacción es lo que necesita el cáncer para volverse mortal.
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En cierta ocasión se le "programó" a un niño en su mente: se le mentalizo, que la enfermedad del cáncer era como cualquier otra enfermedad: era un enfermedad curable gracias a los adelantos de la medicina.
Este otro niño creció rodeandose de gente que vencía la enfermedad, ya que su onda vibracional de pensamiento sólo conectaba con este tipo de personas y/o de experiencias.
Cuando hubo pasado muchos, muchos años, se le diagnóstico cáncer, pero la letal enfermedad no pudo con él puesto que su fe: el poder de su mente, estaba depositada en que los fármacos que les estaban dando le salvarian.
Para colmo, basta decir que los fármacos con que le trataron era del tipo placebo, puesto que el estadio del cáncer era avanzadisimo y se llegó a la unánime conclusión de que era mejor que se le tratará así, ya que aparentemente no tenía cura, y sin embargo se curó.
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Todo está en tu mente.
Rafael Santamaría

martes, 22 de diciembre de 2015

LA PERFECCIÓN; original de Rafael Santamaría

En cierta ocasión me preguntaron:
- Según tú, dónde está la perfección?
Y sin contestar señalé el primer objeto que vi. No era un objeto, era un árbol, pero bueno.
- Ese árbol representa la perfección? - me preguntó atónito.
Seguidamente, haciendo un giro de ciento ochenta grados, señalé otro objeto. Ésta vez señalé un banco que estaba vacío.
- Ahora la perfección es un banco, un banco vacio? - me preguntó.
Le miré a los ojos, y acto seguido le señalé el cielo.
- El cielo si que es perfecto, verdad?
Pero entonces mi dedo empezó a señalarlo todo, mas cuando su vista ya no pudo seguir más a mi dedo, pare, y le dije:
- Todo es perfecto. No hay nada que no lo sea.
Rafael Santamaría

lunes, 21 de diciembre de 2015

LA VOLUNTAD; original de Rafael Santamaría



- Maestro; la corriente del río de mis malos pensamientos, de mi negatividad, es muy fuerte, qué puedo hacer? Nado en su contra? Si lo hago, y la corriente es más fuerte que yo, me cansaré, y al final, debido al cansancio, me ahogare sin más remedio en las mismas aguas de las que pretendía escapar.
Me dejó llevar entonces? Pero si lo hago acabare en el lodo de mi lado más tenebroso.
Qué hago?, Maestro
- Ni nades en su contra ni te dejes llevar por su corriente, sal, abandona ese río ahora mismo.
- Pero cómo?
- De la misma manera que entraste en él, a través de tu propia voluntad.
Rafael Santamaría

viernes, 18 de diciembre de 2015

DESPIERTA; original de Rafael Santamaría


En cierta ocasión, mientras dormía en el plano astral: el cielo, tuve un sueño.
Los sueños no son más que metáforas de una "ilusión" que aún está viva en nuestra mente.
Pero no fue un sueño normal. No era como los de siempre. Éste parecía real. En ése momento deduje que estaba viviendo un sueño, mi sueño, y fue entonces cuando sentí que no me quería despertar.
En aquel momento me adentre en ése sueño, y vi que un sueño cuando se vive puede llegar a parecer real. Caí profundamente dormido, tan profundamente dormido que perdí la noción de la realidad; una realidad que existe más allá de los sueños y sin tener que soñar.
En aquel mismo instante me abandoné más y más, y sin querer o queriendo hacerlo, me puse a soñar. Entre en el mundo de los pensamientos, en el léxico de los sueños. Entre en un mundo onírico del que hice mi realidad.
Me convertí en el guionista y director de mi propio sueño. Y en algún momento de ése sueño soñé que estaba despierto; creo que fui ahí cuando confundí del todo mi "realidad".
Me gustaba tanto mi sueño y lo que soñaba que me convertí en mi sueño.
Un día, alguien en mi sueño me dijo que estaba soñando. Que todo cuanto me sucedía era parte de mi sueño. Y que todos los sueños se hacen realidad cuando se sueña con ellos. Que mi sueño era una ilusión creada por mi que interactuaba con otros sueños dentro del espacio "sueños" Y que no sólo podía cambiar la estructura y el diseño de mi sueño, sino que además, podía dejar de soñar retirando la atención de mi sueño. Que detrás de cada sueño se esconde una realidad, y que esa realidad es la esencia de quien sueña y de todo sueño.
Sus palabras tenían significado para mi. Las entendía sin tener que comprenderlas. Una verdad más allá de mis sueños se cernía sobre mi.
La mente sueña, pero quién hace soñar a la mente?
Descubrí que no solo era un actor de mi propio sueño, como tampoco era sólo: ni su guionista ni su director. Descubrí que estaba vivo más allá de todos esos personajes y de mis sueños, descubrí la vida que hay dentro de mi cuando la mente no sueña.
Entonces me empecé a hacer preguntas. Quien las contestaba era yo, pero un yo sin sueños.
-Pero por qué mi mente sueña?
-Para poder vivir un sueño.
-Y qué necesidad tengo de vivir un sueño?
-Las necesidades las crea la mente según tú te metes en su sueño.
Si la mente deja de soñar todo deja de ser un sueño.
-Cómo dejo de soñar? entonces
-Tomando conciencia de que todo es un sueño.
Despierta.
Rafael Santamaría

miércoles, 9 de diciembre de 2015

LA OTRA NAVIDAD; original de Rafael Santamaría

Resulta realmente complicado explicar a un hijo porque te separas de la persona con la que decidiste concebirle a él (o ella) Para él, la venida a éste mundo ha sido preparada por dos, y no por uno sólo, por dos que ahora deciden no estar por más tiempo juntos.
De entre mis frases favoritas sacaría de la "chistera" ésta respuesta que me salió del alma decirle:
"Mi matrimonio (con tu madre) nunca fue un fracaso hija mía, de él naciste tú, y eso ya lo convierte en todo un éxito"
Pero quizás para poder explicar el por qué de la necesidad de no convivir juntos (el padre y la madre) me quedaría con el siguiente argumento (que le expuse):
- Tú que harías si en el patio de tu colegio ves a dos niños que se están peleando? Les separarias?
- Si.
- Pero dime: y si esos dos niños, aunque les hayas separado durante su pelea en el patio, ves que en clase se están "buscando" de alguna manera para seguir peleándose. O que continuamente se están buscando para "chincharse" el uno al otro. Que harias?. Les cambiarías de clase?
- Sí, claro; papá.
- Y si aún cambiándoles de clase vieras que se están esperando a la salida del cole para seguir con su particular pelea. Hablarias con sus padres para que uno de los dos, viendo que la situación no mejora, se cambiaría de colegio?
- Bueno, si; supongo que si.
- Pues tu madre y yo hija mía, hemos tenido que cambiar de colegio. Lo entiendes ahora?
Y aunque estas versiones puedan aclarar la visión, que no la vista (su particular punto de vista u opinión) a un hijo del por qué de lo acontecido cuando sus padres deciden separarse, lo más importante es siempre ponerse en el lugar de él (o de ella) y darse cuanta de que su padre y su madre, pilares fundamentales en la caracterización de su personalidad, ya no están juntos, y que el "concepto" o idea que ellos tienen de familia se hace mucho más difícil de aceptar, que no de entender, por muchas sabias explicaciones y consejos que uno les de.
En estas fechas tan supuestamente familiares deberíamos ponernos siempre y en todo momento en el lugar del otro, para que de esta manera, escuchándoles, entendiendoles, en definitiva: sintiendoles, encontráramos así nuestra propia felicidad haciéndoles antes felices a ellos.
Prepara la navidad en el único lugar que verdaderamente existe: tu corazón, y trae hasta allí a los tuyos y a cuantos más encuentres afines a ti para hacerles participes del amor que allí reside, para hacerles participes del verdadero significado de la navidad.
Rafael Santamaría

LA NAVIDAD; original de Rafael Santamaría

- Qué es la navidad para ti? - me preguntaron en cierta ocasión.
- El sentimiento del renacimiento continuo de un amor que hay en el interior de cada uno de nosotros.
- Y celebras ese sentimiento cada año en éstas fechas?
- Verás, la verdadera navidad es un sentimiento, no una fecha, al poner una fecha a la celebración de un sentimiento le estas negando a ese sentimiento que se manifieste fuera de ésa fecha. Lo mismo sucede con los aniversarios: el amor en pareja debería celebrarse cada día, o con los cumpleaños: pues la fortuna de estar un día más presente en este plano material habría que celebrarlo diariamente, y no cada año. 
Entiende pues, que al contabilizar las cosas por años, como es el caso, nos estamos olvidando del momento presente. Nos estamos olvidando del ahora.
- Bueno si, pero ponerle una fecha nos ayuda a recordar ciertas cosas.
- En verdad te digo que la memoria es para la mente, pues tu corazón nunca se olvida de lo realmente importante si siempre lo tiene presente. 
Rafael Santamaría

lunes, 7 de diciembre de 2015

HACER EL AMOR; original de Rafael santamaría

- Papá, qué es el sexo? - me preguntó en cierta ocasión mi hijo
- Una proyección mental de tus deseos carnales, hijo mío.
- Y entonces, hacer el amor qué es?, papá
- Entiende hijo mío, que no puedes crear, hacer, algo que ya está vivo, sólo puedes manifestarlo en ti y a través de ti.
Si pudiera tener algún significado hacer el amor ese sería hijo mío: aquel que se entrega a sí mismo a través de otro.
Rafael Santamaría

PARES OPUESTOS; original de Rafael Santamaría

- Papá, por qué existe en mi mente y en mi corazón esa imperiosa necesidad de encontrar una chica con la que, no sé..., vivir la vida? - me preguntó en cierta ocasión mi hijo.
- En este plano material de la dualidad: en el cambiante reino de los pares opuestos: frío, calor, bonito, feo, bueno, malo, ..., en el que nuestras almas viajan a través de una mente y su cuerpo, todo lo que tiene su contrario necesita de él para tener sentido. Pues entiende que el frío no tiene sentido sin el calor. Y así pasa con todo lo dual: con lo bueno y lo malo, con lo bonito y lo feo, con la alegría y la tristeza, etcétera.
De esta manera sucede hijo mío, que mientras aún tengas tu conciencia atrapada en este singular juego del universo de los pares opuestos: la dualidad existente, al existir la dualidad hombre - mujer, éste singular par opuesto necesita el uno del otro para que ambos tengan sentido.
- Sí papá, vale; pero hay muchas chicas. Cómo sabré cuál es mi "opuesto"?
- Trasciende hijo mío tus ansias de encontrar en tu opuesto el sentido a tu vida, y aquello que tiene que ser junto a ti vendrá por si sólo.
Rafael Santamaría

viernes, 27 de noviembre de 2015

SEÑOR; original de Rafael Santamaría


Qué prueba o pruebas me vas a poner hoy?, Señor.
Qué lección me toca aprender?
Supe ayer sacar provecho de las enseñanzas que pusiste a mi alcance a través de las experiencias que me tocó vivir?
Dime: ves Tú acaso que sepa vivir con humildad y aceptación el ecuánime equilibrio con el quieres que cargue y afronte el constante drama de tu Creación, esa drama que no es otro que la particular cruz con la que quieres que cada uno cargue en esta vida para que a través de ella podamos buscarte aún con más devoción?
Qué me toca vivir hoy que no haya aprendido aún?
No podría tu magnánime benevolencia recordarte que atrapado en éste cuerpo mi mente está ocupada en mi, y de mi no sé salir de ahí sin ti?
Cuando llegará el día que deje de vivir éstas experiencias con las que me pones a prueba para ver si ya sé vivir en Ti?
He oído hablar del cielo y de la tierra, de lo divino y humano, pero qué difícil es, lo reconozco, encontrarte cuando me dejó llevar por mis problemas mundanos, sin embargo que fácil resulta cuando te encuentro, darse cuenta de que todo cuanto creo que me sucede está en mi mente y es producto de mis pensamientos.
Me diste la mente para ser como Tú, pero mi ignorancia la utiliza constantemente para crear un yo distinto a Ti con el que olvidarte.
Que ningún pensamiento turbe mi paz, la paz de mi alma. Ayudame así a recuperar en mi ese equilibrio, y ése día volveré a Ti.
Y que sepas que no te olvido, que sé de tu amor por el mio; al menos por ése amor sé de Ti.
Rafael Santamaría


miércoles, 18 de noviembre de 2015

LA SOLEDAD QUE NOS INFRINGEN NUESTRAS CARENCIAS; original de Rafael Santamaría


Muchas personas viven inmersas en la soledad que les provoca la necesidad de sentirse querid@s por alguien y la necesidad que tienen de sentir que quieren a alguien. Dos sentimientos éstos que son capaces por si mismos de anular la verdadera naturaleza de nuestra alma la cual no precisa de ninguna de estas dos necesidades o carencias.  
Estas personas, buscan sin cesar que ese binomio de sentimientos se perfile y tome presencia en la persona física con la que buscan recuperar la ilusión para sentirse vivos en un mundo en el que al ser todo una proyección de nuestra mente: una ilusión, sin esa ilusión funcionando a toda máquina, la vida parecería que no tenga sentido.
De lo que se deduce que el sentido que damos a la vida de alguna manera depende, o lo hemos hecho depender, de estos dos estímulos necesarios: sentir que se ama a alguien y sentirse amado por esa misma persona, estímulos ("placebos") que no son otra cosa que carencias provocadas por la falta de seguridad y de amor hacia nosotros mismos que nos hace sentir diariamente nuestro ego al estar identificada nuestra alma a través de nuestra mente con nuestra naturaleza corpórea.
Cuando conseguimos salir de esa tormentosa espiral de sufrimiento provocada por la engañosa necesidad de sentirnos queridos por alguien, a la vez que nos "completamos" en la persona de ése alguien queriendolo, nuestra propia alma nos regala su siempre eterna conciencia basada en un amor que supera cualquier ilusión mental con la que hayamos podido imaginar en algún momento de nuestras vidas lo qué era el amor.
Rafael Santamaría

martes, 17 de noviembre de 2015

ELEGIR UN AMOR; original de Rafael Santamaría

No has de elegir a alguien a quien amar y con ésa persona compartir tu vida; no. El amor no es la carta de un restaurante (de la vida) donde las personas eligen a través de un menú (de su corazón) los sabores (los placeres sensoriales) con los que saciar su apetito (su ego).
Has de amar a la tierra y el mundo, has de amar cada paisaje y su entorno, has de amar el día y la noche, las estrellas y el cielo, y a la luna y al sol con un solo corazón; has de amar a cada ser vivo, a la humanidad entera, y a la vida que en ti se genera. Has de amarlo todo para ser feliz con todo y encontrar la felicidad en todo.
No establezcas límites mentales, no dejes que tu mente ame, se tú mejor la conciencia que hay en tu corazón cuando tu mente se halla libre de todo pensamiento.
Pues has de amarlo todo, y entonces, entre todo aquello que amas, entonces sí, entonces elige a tu compañer@ de viaje para ésta vida.
Y es así que él o ella no debería recibir más amor del que deberías entregar a los demás, simplemente él o ella, es la amistad verdadera entre dos almas que surge como consecuencia de la afinidad en la vibración de vuestros pensamientos, y del coloquio interno que mantienen vuestros corazones cuando vuestras mentes se hallan libres de todo pensamiento.
Elige pues un amigo para tan largo viaje, y no un amante.
Entendiste?
Rafael Santamaría

domingo, 15 de noviembre de 2015

VIVIR, VIVIR JUNTOS; original de Rafael Santamaría

- Quizás un día nuestros caminos se junten.
- Lo dudo.
- Por qué dices eso?
- Porque tú tienes tu camino y yo tengo el mío. En todo caso puede que algún día tu compartas tu camino conmigo y yo el mío contigo, y en ese caso, parecerá que tu camino y el mio se hayan solapado, o que tú y yo tenemos un mismo camino; pero sólo es una cuestión de COMPARTIR, y no de TENER.
- Y si tuviéramos un mismo destino? También entonces tendríamos distintos caminos?
- A un mismo sitio se puede llegar por distintos caminos y de formas diferentes. Que tengamos un mismo destino, no tiene obligatoriamente que implicar que ambos utilicemos ni la misma forma, ni los mismos medios, y mucho menos, el mismo camino para llegar a ese punto en común de nuestras vidas.
Ten la certeza que quien verdaderamente sabe compartir su vida con alguien es porque antes ha hallado en esa persona el compañer@ perfecto, donde aquí la perfección no tiene una definición concreta, sino un contenido que engloba el significado de todo lo que necesita el otro para alcanzar su destino.
Son compañeros de viaje en un viaje que han decidido hacer juntos, no sólo porque tengan un mismo destino, sino más bien, porque coinciden en los medios, las formas y el contenido del fin último que lleva implícito su viaje por esta vida, vida, que no es otra cosa que "viajar", es decir: VIVIR.
Rafael Santamaría

jueves, 12 de noviembre de 2015

NUESTRA OTRA MITAD; original de Rafael Santamaría

La mente goza del privilegio de inventarse cosas para así poder satisfacer al ego. La mayoría de esas cosas son ilusiones "justificadas": auto engaños con los que convivimos que nos impiden ver la verdadera realidad que está más allá de lo que nosotros nos hemos imaginado como real desde nuestra mente.
De lo que se deduce que vivimos siempre la realidad desde nuestra mente, pero es que nuestra mente se inventa constantemente su propia realidad de un modo mecánico, inconsciente y previsible, modo éste resultante de la ingravidez mental ilusoria en la que vive nuestro ego: vivimos a expensas de una constante imaginación precoz que nos hace flotar en un mundo de ideas de las cuales tristemente la gran mayoría encima no son nuestras.
Toma conciencia de esta incesante ilusión generada por la mente aquel que vigila en todo momento sus pensamientos observandolos.
Aquel que observa sus pensamientos nunca puede ser el mismo que los piensa, pues si fuera el mismo no los podría observar. Cuando nos identificamos con nuestros pensamientos no podemos observarlos, nos "vamos" con ellos; somos ellos.
Cuando los observamos, son ellos los que se "van", es decir, son ellos los que se diluyen por si solos al no tener el sustento de la energía de nuestra atención.
La mente, nuestra mente, se imagina cosas que no son verdad; que por qué lo hace?; cada cosa que se imagina responde a una necesidad, se podría decir: a una carencia mental que anida en la naturaleza de nuestro ego en forma de sentimiento. Hay que saber que la energía que generan todos nuestros sentimientos confluye en su punto más álgido en lo que llamamos la emoción. La emoción es una energía poderosisima capaz de alterar o modificar cualquier otra energía, y como todo es energía, es capaz de modificar todo lo existente que resuene en el intervalo en el que opera su energía.
Tenemos un cuerpo físico con el que podemos desenvolvernos en éste plano material que se mueve por impulsos eléctricos provenientes de nuestro cerebro.
Hay que saber que la energía de las emociones es mucho más potente que los impulsos eléctricos de nuestro cerebro. De hecho un movimiento es mucho más lento (voy a hacer gimnasia) o puede llegar hasta desaparecer en la lista de tareas de nuestro cerebro si una emoción negativa perturba dicho impulso eléctrico produciendo interferencias las cuales nos llegan a nosotros en forma de desgana, apatía, etc.
Normalmente las emociones vienen polarizadas (positivas o negativas) por nuestros estados de ánimo, y nuestros estados de ánimo están siempre condicionados por cómo pensamos o, por cómo dejamos que nos afecten nuestros pensamientos al identificarnos con ellos.
Existe una energía en el ambiente carente de inteligencia propia esperando a recibir instrucciones; Jesús el Cristo obraba milagros porque conocía bien no sólo está energía sino que además sabía leer, interpretar y descongestionar los bloqueos energéticos producidos por unas o una emoción negativa enquistada en el torrente energético de la persona; limpiando también así a veces el karma de la persona.
Los vasos sanguíneos alimentan nuestro cuerpo pero no lo hacen mover, lo mueve nuestro cerebro a través de impulsos eléctricos, estos impulsos son ordenes que envía nuestro cerebro al cuerpo. Pero quién habla con nuestro cerebro para enviar esos impulsos eléctricos?
La mente sensorial: la mente que percibe el mundo a través de los cinco sentidos e interpreta todos los estímulos externos que recibe para poder desenvolverse en este plano material es la que impregna nuestro cerebro de órdenes alienadas por una forma de pensar que se ha concretado en un carácter consecuencia de la experiencia que ha tenido esa mente sensorial en su relación con el mundo exterior. Ese carácter corresponde a la forma de pensar de alguien, pero de quién?; que creemos ser nosotros porque nos hemos identificado con nuestros pensamientos, pero cuando observamos nuestros pensamientos nos damos cuenta de que no somos "ellos". Quién es el que piensa?, o, quién es la fuente de nuestros pensamientos?
Nuestra mente no tiene apenas experiencias con el mundo interior ya que los sensores de la vida: nuestros cinco sentidos, la tienen atrapada en la vida externa: una vida perecedera, y una vida sujeta al constante movimiento de la dualidad.
El alma al encarnase en el cuerpo físico se identifica con éste a través de la mente racional que lo basa todo en los cinco sentidos, y luego a través de las emociones se mantiene permanentemente conectada con la idea, o identificación, de que ella es el cuerpo. En éste caso, las emociones le sirven de anclaje al alma para estar sujeta (identificada) al cuerpo. Decir también que las emociones que no se liberan se enquistan, de ésta manera, en las relaciones de pareja, o en las relaciones entre padres e hijos (no tienen porque ser siempre las relaciones de pareja) todo lo que se siente y no se dice, y se llega a sentir en su máxima expresión: nos lo llegamos a creer desde nuestra mente, genera un duelo emocional que esa relación va arrastrando (quiste emocional) y del cual no nos sabemos separar, que se vuelve maligno (tumor emocional) cuando en dicha relación empiezan a multiplicarse por miles las células cancerígenas: los pensamientos negativos. Es innegable que este tipo de pensamientos existen en la naturaleza de nuestro ego, pero nuestro sistema inmunitario: nuestra alma, debería ser siempre superior en cuanto a pensamientos positivos y acabar así siempre con los insurgentes pensamientos negativos; desgraciadamente ésto no suele suceder.
La adicción que padecemos constantemente a las emociones en calidad de nuestro yo corpóreo es la que no permite a nuestra alma separarse de su identificación con nuestro yo físico, un apego, como el que se aviene en las relaciones tóxicas, difícil de superar hasta que no se toma la suficiente perspectiva cómo para ver qué nos está pasando.
Volviendo al tema que nos ilustra: la identificación del alma con el cuerpo a través de la mente, surge entonces un yo corpóreo distinto del yo esencial o espiritual. De los dos yoes que están en continua pugna por la supremacía, el corpóreo y el espiritual, ganará, como es lógico, aquel que más alimentamos nosotros con nuestra atención.
Al aceptar sólo uno: aquél que alimentamos con nuestra atención  sólo aceptamos uno como válido, el otro muere, o le estamos dejando que se muera. A ésta primera disgregación le seguirán otras muchas más. El resultado de todas ellas es la separación. El creer en un yo físico y mental separado del Todo o la Unidad, separado del yo esencial.
Mientras estemos en éste plano material somos mente, cuerpo y espíritu; y el equilibrio se encuentra atendiendo a cada una de éstas partes en su justa medida.
El ego es el sentimiento incompleto nacido de una naturaleza incompleta al faltarle, por segregación, su yo esencial. El ego es el yo corpóreo y la mente racional que tiene vida en él.
La naturaleza incompleta del ego continua su andadura de disgregación y aislamiento al aceptar sólo como parte válida de mi yo físico y mental aquello que me gusta de mi, rechazando lo que no le gusta. La sensación de un yo separado de sí mismo es la que crea el sentimiento de aislamiento, la sensación de que estamos desconectados de la Fuente, del origen, y de todo lo que nos rodea; conectandonos de ése modo solamente a lo que nos gusta. Lo que no nos gusta, empezando por lo que no nos gusta de nosotros, genera una respuesta en nosotros de crítica continua. Además de criticar a los demás también nos criticamos a nosotros a través del sentimiento de culpa. Sin el sentimiento de culpa el ego no puede vivir, pues el perdón lo disculpa todo, y un ego sin algún sentimiento de culpa no es un ego, ya que él resentimiento con uno mismo es aquello que más disgregado de su yo esencial (o huérfano espiritual) le hace sentir a nuestra alma.
La crítica u opinión, sea como fuere ésta, nos separa cada vez más de la fuente de la que emanamos; la aceptación, por el contrario, nos une cada vez más a todo aquello que vamos aceptando; y al aceptarnos a nosotros mismos, la unión con nosotros mismos nos confiere esa sensación de unidad de la que provenimos.
Yo soy lo que me gusta de mi y lo que no me gusta de mi. Yo soy el Todo, porque formó parte del Todo; no soy solo una parte del Todo como quiere mi ego que crea a través de la identificación con sus pensamientos.
Cuando pienso como parte, como parte fraccionada del Todo, me convierto en la parte individual del Todo que invita a la segregación: el ego, pues somos aquello que pensamos que somos, pero cuando acepto mis dos partes: la que me gusta de mi, y la que no me gusta de mi, me convierto en el Todo indivisible. Y qué es el Todo indivisible sino Dios?
El yo que se siente incompleto porque se ha separado de sí mismo es el ego.
El auto engaño es una ilusión mental, nuestra ilusión mental; una ilusión mental con la que nos identificamos para vivir algo que satisfaga normalmente nuestras carencias; carencias, que por otra parte, son irreales, y que sólo están en nuestra mente como consecuencia de nuestro sentimiento de individualidad o de disociación con el Uno.
El UNO es la realidad espiritual que abarca TODO, es a partir de lo que todo fue creado. Es el Creador de todo.
El ego se crea y sobrevive cuando nuestra ilusión mental es más fuerte que nuestra realidad espiritual, es decir. cuando nuestra mentira es mucho más fuerte y grande que nuestra Verdad.
La sensación de individualidad nos hace sentirnos incompletos, sensación ésta que nos invita a buscar desde muy corta edad nuestra otra mitad, como si ésta otra mitad en verdad existiera fuera fuera de nosotros.
Rafael Santamaría

miércoles, 14 de octubre de 2015

LA DESPROGRAMACION; original de Rafael Santamaría

 LA DESPROGRAMACION Un cerebro no es más que una CPU perfecta, diseñada con la tecnología más reciente, y que siempre está actualizada a la última versión existente. Esta es una herramienta física con la que se nos ha dotado del poder de crear imágenes en la pantalla de nuestro ordenador mental para poder vivir lo que estamos viendo. Pero al caer ésta CPU en manos individuales, al individualizarse en cada persona, cada uno le da el uso y el rendimiento que quiere, que quiere y que sabe o puede. El rendimiento de esta CPU nunca es del 100 por 100, ni tan siquiera llega al 30 por ciento; pues utilizamos programas repetitivos en secuencias distintas para lograr hábitos que representan nuestro modelo actual de pensamiento, y por ende, nuestro modelo de ver y de vivir la vida. Un modelo basado en arquetipos (o estructuras de pensamiento) impuestos por un "sistema operativo" que viene incluido de serie en nuestra CPU nada más nacer. Aparentemente este sistema operativo no es un virus, sin embargo nos condiciona constantemente a la hora de hacer uso de nuestro cerebro, afectando también de ésta manera a nuestra forma de pensar. Desinstalar algo que viene de "fabrica" requiere saber lo que vamos a desinstalar. Antes de seguir hay que aclarar que no es lo mismo formatear el disco duro de nuestros pensamientos, que borrar toda la información que nos ha instalado el fabricante. Muchos formatean su disco duro para instalar programas nuevos, pensando de ésta manera que han adelantado algo, pero lo único que hacen es cambiar unos programas por otros, programarse de nuevo (mentalizarse) con nuevos programas (nuevas ideas: nuevos formatos de entender, de pensar, ésta vida) Pero la vida como mejor la entenderíamos es libre de toda programación mental sea cual fuere ésta. Pues es sólo la ausencia de toda programación en nuestra CPU lo que le capacita a "correr", a procesar, cualquier tipo de pensamiento (de programa) que le introduzcamos y sacar el máximo rendimiento a ése formato, a ésa idea. Es más, en ausencia de programas base: de sistemas operativos estándar, nuestra CPU podría conectarse a la verdadera red de información (el Internet de nuestros días) sin más WiFi que nuestra propia conciencia: una antena de la que hemos sido dotados pero que apenas utilizamos al estar conectados por cable a la "red" (de pensamientos) que nos suministra el servidor que tenemos contratado; pues nos "han vendido" que la velocidad por cable es mayor que la de nuestra antena. Pero lo que muy pocos saben es el potencial que tiene nuestra conciencia, nuestra antena, pues quien opera con ella desde el "servidor" de su corazón puede conectarse a redes de información mucho más sutiles que las que le proporciona la banda ancha de su ADSL o la fibra óptica. Concluyendo, la verdadera desprogramacion consiste en poner nuestro cerebro a disposición de nuestra mente, y no nuestra mente a disposición de nuestro cerebro. Rafael Santamaría

viernes, 9 de octubre de 2015

LAS CASUALIDADES NO EXISTEN; original de Rafael Santamaría

LAS CASUALIDADES NO EXISTEN
En cierta ocasión alguien me comentó muy ilusionado que había encontrado a una persona muy especial en su vida:
- Sabes?, y sin buscarlo. Vino así, sin más.
- Ya - le contesté.
- Qué si!, que no lo buscaba.
- Verás, tienes que entender que no te puedes encontrar un billete de 50 euros por la calle si de vez en cuando no vas mirando el suelo.    Eso no quiere decir que cada vez que sales a la calle camines buscando encontrarte dinero por las aceras, pero de alguna manera aceptas que eso puede ocurrir y como consecuencia de vez en cuando miras.
Y en el caso de la persona que me cuentas, es como los trenes y las estaciones de trenes; pues has de entender que ningún tren llega a tu parada, nadie llega a tu vida, sin haber recorrido antes un trayecto previo; y ningún tren hace parada en tu estación, y nadie te invita a subir al tren de su vida, si no tenéis que emprender un viaje en común en ésta vida por muy corto que éste pudiera ser.
Rafael Santamaría

viernes, 2 de octubre de 2015

UNA ACCIÓN UN PENSAMIENTO; UN PENSAMIENTO UNA ACCIÓN; original de Rafael Santamaría

En su día entendí que todo lo que me costaba hacer obedecía simplemente a la idea de que lo pensaba: pensaba en lo que tenía que hacer, o en su defecto, lo que aún me quedaba por hacer, y aquél pensamiento o pensamientos, me agotaban; y como consecuencia,  más de una vez pospuse muchas cosas por pereza mental (y por el agotamiento físico a la que ésta me conducía)
En un momento dado me di cuenta de que todo aquello que posponia hacia posponer cualquier tipo de avance en mi vida; y que todo lo que posponia en mi vida obedecía siempre a aquello que me daba pereza hacer o empezar.
Y por qué me daba pereza empezar o hacer tal o cual cosa?
Porque mi mente estaba sobrecargada de pensamientos.
Una acción requiere de un único pensamiento. Más pensamientos en torno a esa acción, máxime cuando además son pensamientos negativos, pueden anular dicha acción, hacer que esa acción nos cueste más de lo normal, o que esa acción no salga como debiere.
Así que me dedique a hacer una cosa pensando sólo en esa cosa. Nada más.
Cuando mi mente esta centrada en lo que hago puedo con todo, pero cuando mi mente se dispersa entre la diversidad de quehaceres que cada uno de nosotros tiene que llevar a cabo en su vida, mi psique me hace pensar, y a través del simple pero mortal hecho de pensarlo (no de meditarlo) hace que me cueste hacerlo, ya que le pone una etiqueta a lo que voy a hacer, o tengo que hacer, robándome así y de está forma la atención que necesito para poder llevar a cabo esa acción a través de la energía que le estoy entregando a mis pensamientos. Posiblemente, si no me queda más remedio, lleve a cabo esa acción, pero con enorme sufrimiento. Esta actitud acaba derivando en cansancio y en desgana. Y el cansancio y la desgana siempre nos invitan a descarrilarnos del camino de la virtud eligiendo sendas alternativas en la vida que sólo nos conducen al triste y agónico páramo de la desolación y la soledad.
Un pensamiento una acción, una acción un pensamiento.
A cada momento le corresponde un pensamiento, tener muchos pensamientos en torno a un momento le roban a ese momento el distintivo de momento presente.
Hacer las cosas en presente no cuesta, cuesta hacerlas no viviendo el presente.
Rafael Santamaría

jueves, 24 de septiembre de 2015

TÚ, Y TU ALMA GEMELA; original de Rafael Santamaría


TÚ, Y TU ALMA GEMELA

Qué es la "química del momento"?
Yo llamo "química del momento" a aquella atracción que sienten dos cuerpos cuando las circunstancias que "les mueven" en ese momento de sus vidas invita a sus almas a hacer una misma lectura de su aprendizaje.
Pasado ése momento, pasada ése lectura de sus vidas en las que ambos compartían un mismo texto, unas mismas vivencias, toca pasar página.
Sin embargo también hay que decir que es cierto que existen almas, llamadas gemelas, que comparten no sólo una misma lectura de un mismo pasaje del libro de sus vidas, como en el caso anterior, sino también, una misma historia escrita y dirigida por ellos y para ellos.
Diriase entonces, para su mejor comprensión, que comparten el protagonismo de una historia que está hecha para ellos. En ellos, el momento del caso anterior es su historia, y su historia son ellos, por eso en su caso les resulta tan fácil estar juntos toda una vida: porque la historia de sus vidas son ellos.
Encontrar a alguien que camine paralelo a ti es difícil, pero encontrar a alguien en tu propio camino que camine contigo es aún más difícil.
Hay cruces de caminos, o caminos que se cruzan, es lo que hablábamos antes: la química o atracción del momento.
Luego hay caminos que llevan a un mismo sitio pero cada uno por distintos lugares, ésto es lo más frecuente hoy en día, cada uno anda su vida aunque se comparta un mismo destino, al que por supuesto llegan a destiempo.
Y por último existen caminos que se juntan en un mismo camino. Son esas almas que están destinadas a encontrarse para caminar juntas, pues ambas comparten o tienen un mismo fin en la vida.
Seguramente a todos nos gustaría pertenecer al último grupo, pero eso no depende de nosotros, pues una vez que desde el plano astral, el cielo, elegimos la ruta o el camino que vamos a seguir en la tierra para continuar con nuestra evolución cuando reencarnemos, ése camino es inamovible. Saber si alguien más eligió como parte de su aprendizaje el mismo camino que el nuestro, o en su defecto, recorrer sino todo una gran parte de nuestro camino, es algo de lo sólo nos daremos cuenta a medida que vayamos caminando por nuestro camino.
Caminar buscando tu alma gemela, si es que la tienes, no es tu camino, a lo sumo ese aprendizaje podría ser una parte de tu camino, no más, pues entiende que el destino de todos y cada uno de nosotros no es el de encontrar "a otro", sino el de encontrarnos a nosotros mismos.
Rafael Santamaría

miércoles, 23 de septiembre de 2015

LA GENTE; original de Rafael Santamaría

LA GENTE

La gente se encadena a sus deseos con los grilletes de sus apegos, y tiran la llave de la conciencia que les abriría las puertas a su libertad al mar de la ignorancia donde el ego es dueño de aquellas aguas.
Son esclavos de la vida que llevan. Su esclavitud es su modo de vida. Y creen que intentando esclavizar a los demás su vida encontraría la libertad.
Una vida llena de cadenas, de callejones sin salida, de momentos que se van y de aparentes oportunidades que no llegan; de auto promesas incumplidas; de desgastes por fricción; y de un vacío que no se llena.
Son esclavos de su propia vida, y al ser siervos de sus propias carencias, son incapaces de ver que nada les falta, y que todo procede de una realidad ficticia diseñada por una mente infectada de ego.
Un sueño, el de su ego, del que forman parte por ser parte de aquello mismo que les quita el sueño.
Sus caras les delatan. Viven en la prisión de sus días. Días envenenados de miedos. Un miedo que no tiene prisa porque lentamente les mata.
Su propio engaño es la única verdad que obedecen; su tristeza: el oráculo de su suerte; la inercia: el sentido de su marcha; y su vida: el camino que no encuentran.
Aún así, se permiten dar lecciones de una vida que no han aprendido a vivir porque aún duermen dormidos en un sueño de un amor que no se realiza por no haber aprendido a abrir su corazón.
Piensan sin saber lo qué piensan, hablan sin saber de lo que hablan, y aman sin saber lo qué es el amor. Es la cultura de la inconsciencia, el culto al desconocimiento. El pensar que se sabe sin pararse a pensar qué es lo que se sabe.
Una vida de continuas mudanzas para su corazón, de viajes y trasiegos, de sitios sin estancia, de oportunidades que se pierden entre momentos que ya se fueron e instantes que no vuelven.
Turbios son los pasajes de su vida por no haber aprendido de cada lección, y revueltas las aguas de su conciencia al no haber aprendido a acallar su mente inquieta.
El silencio les hace hablar, la soledad, buscar compañía; ninguno entra en su propia vida, pues el significado de la vida sólo lo saben buscar entre juicios y críticas a la vida de los demás.
No hay un lugar que ocupe su corazón ni un sitio en el que su corazón encuentren su lugar, y eso que todo en éste mundo son parajes de un mismo nido que no saben cuidar.
Son misioneros sin fe que buscan dar sentido a su vida intentando arreglar primero la vida de los demás; pues van de expertos consejeros del consejo de administración de la vida de los demás, un puesto que desmerecen por no ser ése su lugar.
Trobadores sin canción que intentan cantar sin saberse la letra de su vida; bufones de una corte mental sin rey por falta una mente tranquila y serena. Y un reino sin rey que por falta de un reinado mental no consigue encontrar en sí mismo ése reino amor que todos llevamos dentro en nuestro interior.
No seas tú entonces como ésa gente. Se mejor Tú. Sólo TÚ.
Rafael Santamaría

martes, 22 de septiembre de 2015

VIDA; original de Rafael Santamaría

VIDA

Qué es la vida?
La respuesta podría estar en: un continuo aprendizaje, o: un viaje al interior de uno mismo, etc, no lo se. Pero quizá éstas no sean más que respuestas que todos conocemos aunque no hayamos interiorizado su significado.
Y por qué no hemos podido, o no hemos sabido, interiorizar su significado?
Se podría decir que la respuesta más fácil a ésta otra pregunta sería: por falta de una toma de conciencia.
Pero, y qué es éso? Que es tomar conciencia?
Acaso es darse cuenta de las cosas de un modo consciente?
No es entonces "éso" (darse cuenta de las cosas de un modo consciente), lo mismo pero dicho de otra manera, que el conocernos a nosotros mismos?
Un conocimiento sobre nosotros mismos que se produce gracias a una interiorizacion de la conciencia y a la vida.
Y qué son ambas cosas? Si unieramos "vida" con "interiorizacion de la conciencia" qué resultado nos daría?
Desde mi punto de vista el resultado de la fusión de ambas "fuerzas" daría lo que yo llamo vivir o estar vivo.
De lo que se deduce de una manera simple, pero compleja desde su entramado más profundo, que vivir es vida, o la vida es el resultado de estar vivo; porque: qué sucede a las personas que no han hecho la más mínima interiorizacion a lo largo de toda su vida? Pues que no están, o no se sienten (o sintieron) vivos.
Y qué es estar vivo (o sentirse vivo)? Estar despierto.
Entonces qué es estar viviendo? Es estar despertando
Y qué es la vida?. Un despertar; un estar vivo. Un vivir la vida plenamente, conscientemente.
Se ha planteado usted alguna vez si verdaderamente sabe vivir la vida? o simplemente no se hace preguntas y se deja arrastrar por la corriente de las aguas de la inconsciencia y de la rutina?
Muchos se conforman en ésta vida con "sobrevivir" (el "modus operandi" de nuestro ego para mantenernos dormidos: dormida nuestra conciencia) dicen que no tienen o no les queda tiempo para más, pero eso, nunca mejor dicho, no es vida.
Vida, es estar vivo; porque estar vivo es vivir, y vivir es vida.
Rafael Santamaría

sábado, 19 de septiembre de 2015

EL AUTO ENGAÑO
En cierta ocasión conocí a un hombre que sistemáticamente jugaba a la lotería gracias al aliciente de todo lo que imaginaba que haría si le tocaba. Aquellos sueños no sólo le hacían jugar todas las semanas, sino que además le permitían "seguir vivo" gracias a que tenía aquellos sueños. Su vida era más fácil.
Pero supongo que la escuela de la vida quiso ponerle a prueba, y entonces la diosa fortuna hizo que le tocase la lotería.
Me sorprendió ver que aquel hombre "vivía de sus sueños", porque cuando sus sueños llamaron a la puerta, gracias a que tenía el dinero suficiente para hacerlos realidad, no supo qué hacer con ellos; no les dejó entrar en su vida. Le dio miedo.
Parecería un caso aislado. Pero en cierta ocasión conocí otra persona que sólo quería ser feliz, y cuando la felicidad llamó a su puerta, no supo recibirla. O se le atascó la cerradura de su puerta cuando fue a abrir, o no oyó que llamaban, o no quiso oírlo...; vayan ustedes a saber.
También conocí a otro que estaba deseando que sucediera algo que cambiará su vida para que su vida cambiara. Y yo mismo fui testigo que aún sucediendole "algo" en su vida, después no supo que hacer con su vida, pues no llevó a cabo todos aquellos planes con que había idealizado su vida si pasaba "algo" que cambiase su vida.
Viendo tantos casos me dio que pensar.
Fue entonces cuando examinando mis propias excusas: "si me pasara esto o lo otro entonces yo..." me di cuenta que yo también había caído en esa rutina con la que nos engañamos a nosotros mismos.
Al darme cuenta tome conciencia entonces de que en verdad no necesitaba de ningún aliciente para hacer las cosas que me gustaría hacer si realmente quería hacerlas o quería que pasasen.
El movimiento se demuestra andando, puesto que los empujones sólo sirven para iniciar la marcha. Andar, lo que se dice andar (por la vida), requiere de la firme voluntad de andar y no dejar nunca que nada ni nadie te pare.
Es muy difícil no caer en la rutina del auto engaño, pues lo más fácil es:
No vemos salida, y cuando la salida aparece, buscamos otra salida con la excusa de que ésa ahora mismo ya no nos sirve.
Y así no se llega a ninguna parte.
Si fuéramos sinceros con nosotros mismos sabríamos lo que queremos, y también descubririamos que no necesitamos a nada ni a nadie (que pase algo en nuestras vidas) para alcanzar lo que buscamos. Todo depende de nosotros, pues todo está en nosotros. Eso sólo son excusas debido al miedo que nos da ir "derechos" hacia lo que queremos para nosotros.
Yo mismo aún me sigo poniendo excusas para no ir allí donde mis miedos no quieren que vaya; pero lo bueno, es darse cuenta; es irse conociendo.
Rafael Santamaría

viernes, 18 de septiembre de 2015

MI CASA; original de Rafael Santamaría

MI CASA
En cierta ocasión entraba yo por la puerta de mi vida al salón de mi pasado, cuando vi que sin darme cuenta (sin ser consciente de ello) me había dejado la luz encendida (la del salón).
Con razón los recuerdos no se me iban de la cabeza - pensé - tanta atención puesta en ellos con aquella luz los había mantenido "encendidos".
Y tal fue la intensidad del alumbrado, tal fue la intensidad de la atención, que dos de las bombillas que tiene esa lámpara del salón se fundieron. Demasiadas horas encendidas para tan poca potencia es lo que tiene; pues una bombilla es un "canal" de luz, no es nunca la LUZ misma; y quien redirige su luz, su atención, hacia afuera, hacia el mundo siempre cambiante de las formas, antes o después acaba con alguna bombilla de su sentido común fundida.
El sentido común no es más que la manifestación del "intelecto" del alma en el ser humano.
Entiende que las cosas no requieren de un razonamiento, sino de sentido común.
Me senté en el sofá de la nostalgia y encendí el televisor para ver las imágenes que echaban en alguno de los canales mentales donde uno siempre encuentra algo que ver para entretenerse. Eso es el pasado; y siempre lo estamos viendo, siempre lo estamos haciendo.
Nos pasamos la vida viendo ese pasado, o en su defecto, entramos en el dormitorio del futuro, y dormimos pensando en lo que nos puede pasar con la luz de la conciencia apagada, y tapados hasta arriba por las sábanas del miedo; los hay también que se tapan con el edredón de la pasividad y hasta con la colcha de las justificaciones argumentando que hace más frío del que hace en realidad (se engañan a sí mismos). Esas son nuestras mentiras. Todos mentimos. Y el ego se vale de nuestras mentiras para hacerse todos los días con nuestro control.
A veces a media noche (en nuestra vida) nos entran ganas de ir al baño.
El baño debería ser un lugar de culto a la limpieza de la mente y el cuerpo; pero por culpa de los espejos, es decir: de fijarnos siempre más en los defectos de los demás que en los nuestros, que no dejan de ser los mismos sólo que en nosotros no los vemos, el culto a la limpieza se ha convertido en un culto a la belleza física y en un altar al cuerpo físico. Por éso hoy en día al entrar en el baño de cualquier casa te encuentras en los armarios y en las repisas los secretos de la belleza física que unas veces la gente esconde, y otras, los deja a la vista.
Los hay también que como no pueden dormir y están hartos de ver tanta tele mental mitigan en la cocina el ansia que les produce pensar en lo que les puede pasar mañana.
La cocina ese lugar donde se deberían mezclar todos los ingredientes necesarios a nivel físico, mental y espiritual para llevar una vida sana.
Pero qué es una vida sana?
La salud se alcanza cuando nuestro cuerpo no tiene que sufrir las enfermedades que nos hace padecer nuestra mente por culpa de no saber escuchar o no hacer caso a nuestro corazón.
Al alma no se la puede "sentir", por eso Dios creo el corazón, para acercarnos al alma a través de sentimientos puros.
Pero el hombre cocinó, es decir: llevó, el corazón a la mente y creo los menús mentales, es decir: programas mentales con los día a día entramos en el "modo automático" de la mente.
Ya nadie, o muy pocos, pasan horas cocinando sus pensamientos al fuego lento de la auto indagación o conocimiento de uno mismo.
Todo está precocinado. Todo son alimentos (pensamientos) elaborados. Ya nadie cocina: piensa, por sí mismo.
La comida rápida: el estrés; y el comer fuera de casa (el vivir fuera del alma): el llevar una vida superficial al no hacer diariamente una retrospectiva acerca de nosotros mismos en el silencio del fuego lento de la meditación, ha conseguido que nos alimentemos sólo de ego.
Una vez salí a la terraza pensando que allí fuera vería a Dios. Pero el balcón de una casa sólo ofrece vistas panorámicas de lo que ocurre fuera, y aunque Dios está presente en todas las cosas, al no tener una forma concreta es mejor buscarle dentro de casa.
Medita.
Rafael Santamaría

jueves, 17 de septiembre de 2015

PERDONAME; original de Rafael Santamaría


PERDONAME
- Pídele perdón - me decían de pequeño.
Y yo pedía perdón cuando habla hecho algo "malo" a alguien.
Pero nunca escuche:
- Tienes que saber disculparte de tus errores. Ellos no son malos, sólo te están enseñando que te has equivocado. Ni es malo cometerlos, forman parte de tu aprendizaje. A través de ellos aprenderás, y a través de tu propio aprendizaje te conocerás. La vida es el proceso por el cual una persona se va conociendo a sí misma a través de sus propias experiencias.
Si desde pequeño hubiera aprendido a saber perdonarme, porque alguien me hubiera enseñado, a buen seguro que nadie me habría tenido que decir aquello de :
-"Pídele perdón"
Porque al cometer mi falta enseguida le habría dicho :
-"Perdoname"
Rafael Santamaría

IMAGINA; original de Rafael Santamaría


IMAGINA
(Para todos aquellos que supieron cultivar la fe y la paciencia)
Imagina que tu vida es como un desierto en el que no ves agua por ningún lado.
Imagina que caminas y caminas y que cada vez tienes más sed y menos fuerzas.
Imagina que cada vez se hace más presente la idea de que nunca vas a encontrar agua; sin embargo no sabes por qué, pero mientras te quedan fuerzas sigues caminando.
Imagina que justo estando a punto de desfallecer al final ves un oasis, y que sin apenas fuerzas no sabes cómo pero puedes llegar hasta él.
Imagina por todo lo que has tenido que pasar, pero imagina también que al fin tienes agua, y que gracias a ella tu sed y tu sufrimiento se apagará.
Imagina que de allí ya no te mueve nadie de no ser que te ofrezcan vivir en un lugar mejor, porque ya no quieres atravesar más desiertos en tu vida.
Imagina que al final, otros como tú llegan a ese mismo lugar y ya no estas solo; e imagina que al final, por fin tu vida, cobra sentido al encontrar en aquel lugar la compañía perfecta.
Y ahora imagina que para que tu vida tuviera sentido te has tenido que dar cuenta antes de que tuviste que atravesar un desierto: el de tu vida, encontrar un oasis: el de tu amor, y esperar a que otros como tú también lo encontraran: el de tu fe y tu paciencia; pero imagina también que todo esto te mereció la pena porque te hizo aprender que tu vida fue un desierto, sí, pero sólo hasta que supiste encontrar tu oasis.
Rafael Santamaría

martes, 15 de septiembre de 2015

LAS PELÍCULAS MENTALES; original de Rafael Santamaría


LAS PELÍCULAS MENTALES

El pensamiento es la imagen que tiene la mente de las cosas. De lo que se deduce que la mente es como una gran pantalla donde se proyectan imágenes, pensamientos. Muchas imágenes (muchos pensamientos) sobre una misma cosa acaban generando una historia, es historia es nuestra película sobre esa "cosa": persona, situación, circunstancia, etc.
Al ver las películas de nuestra mente con la sala de nuestra conciencia a oscuras, nos creemos que lo que estamos viendo en la pantalla de nuestra mente es real porque pensamos que nos está sucediendo a nosotros; y por qué pensamos que nos está sucediendo a nosotros?:
-PORQUE NOS ESTAMOS VIENDO EN ESA PANTALLA.
-PORQUE SALIMOS EN NUESTRA "PELÍCULA".
-Y PORQUE SOMOS LOS PROTAGONISTAS DE ESA, NUESTRA PELÍCULA.
Pero, y si se encendiera la luz de la sala (la luz de nuestra conciencia)?
Apenas se verían las imágenes en la pantalla de nuestra mente, les faltaría nitidez, pues sólo se ven bien cuando la sala está a oscuras, cuando no hay conciencia (luz)
Entonces, nos daríamos cuenta de nuestra condición de espectadores (el alma tan sólo observa, no se implica), tomariamos conciencia de que lo que vemos en la pantalla no es real, sólo es una proyección, y buscariamos el origen de esas imágenes.
Entonces, observariamos que hay un proyector, un ego, que es el que proyecta las imágenes en la pantalla de nuestra mente cuando nuestra mente no tiene luz en la sala, no tiene conciencia.
Las películas (nuestras películas mentales) sólo se proyectan en la pantalla de la mente cuando la sala está a oscuras (cuando no hay conciencia)
La meditación despierta la conciencia: es el interruptor que enciende la luz en la sala donde está la mente, invitándonos a tomar conciencia de nuestra condición de observadores (de nuestra condición de almas)
Sin ésa luz, sin esa conciencia, todo lo que pase por tu mente te parecera real.
No te hagas más películas mentales, si quieres ver una película ves al cine.
Medita.
Rafael Santamaría


lunes, 14 de septiembre de 2015

NOS MANIPULAN; original de Rafael Santamaría


Siendo conscientes de que nos manipulan, "ayer" con el ebola (Qué pasa?, que ebola ya se ha acabado), ahora con la crisis de refugiados, mañana con...; juegan con nosotros, con la energía de nuestra atención. Llevan nuestra atención de un lado para otro, nos desenfocan (nuestra atención) para poder descentrarnos y así no saber realmente qué queremos, o qué deberíamos estar buscando en esta vida; y nos contentan con unos días de vacaciones al año, el último diseño de un coche, de un perfume, de un vestido, de un reloj o de un teléfono móvil, y los fines de semana llenos de entretenimiento para no poder pensar por nosotros mismos.
Y siendo conscientes de esta manipulación, saben ustedes por qué no nos "levantamos"?, porque nos tienen (mantienen) divididos al habernos nosotros identificado con: un país, una ciudad, un equipo de fútbol, una selección nacional, un partido político, etc.
Nos dividieron desde el mismo día en que aprendimos a hablar (de un modo sutil pero perfecto para sus intereses):
- A quién quieres más: a papá o a mamá? (Por qué no se puede querer a los dos por igual?)
Estamos identificados con la separación, con que estamos separados los unos de los otros; éso es lo que nos han hecho creer, y mientras sea así, por mucho que estemos de acuerdo en que nos manipulan unos y otros, nunca uniremos nuestras fuerzas porque yo soy de un partido político y tú de otro, porque yo soy de aquí y tú de allí, porque mi equipo rivaliza con el tuyo por ganar la liga, etc.
Esta todo muy bien montado: cada fin de semana miles de personas se congregan para ponerse de lado de un equipo: "su equipo", y "matar" por él. Se enemistan con su "hermano" porque han llegado a creerse la rivalidad que han creado (a quienes les conviene que exista esa rivalidad) en torno a esos equipos, y por ende, entre ambas aficiones.
Y cada cuatro años, si no hay adelanto electoral, más de lo mismo: yo soy de izquierdas, yo soy de derechas. En verdad no hay derechas ni izquierdas, existe un sola y única verdad con la que juegan ambas ideologías pasandosela de unos a otros como si de una pelota se tratara.
No podremos enfrentarnos a ellos mientras sigamos divididos en partidos políticos, equipos de fútbol, nacionalidades, etc.
Todos somos UNO, cuando ésta idea se manifieste en todos y cada uno de nosotros, la fuerza del UNO acabará con "todo".
Rafael Santamaría

sábado, 12 de septiembre de 2015

LEVANTATE; original de Rafael Santamaría

LEVANTATE - Papá, qué deporte te gustaría que hiciera? - me preguntó hace unos años mi hijo cuando mientras hacíamos mudanza encontramos en una vieja caja de zapatos unas medallas que había ganado yo tiempo atrás. - Ni idea. Yo no lo voy a hacer, de querer hacer alguno ten en cuenta que yo sólo iré a animarte. Lo que a mi me gustaría que fuera o hiciera mi hijo muy probablemente obedezca sólo a una proyección de lo que yo nunca fui a su edad. Entendí que mi hijo era él mismo desde el día en que le reconocí como algo que no me pertenecía. Exactamente lo supe en el momento en que sabiendo amarle le permití ser él mismo, aunque él siempre haya tenido la referencia de lo que fue o ha sido su padre para saber realmente lo que él quería ser. Y he de decir que fue él el que me aficionó al rugby, y no yo el que le obligue a nadar (fui nadador), a ir al gimnasio (hice físico culturismo) o a meditar (soy un Kriya yogui) Estimular a un hijo no es hacer una fotocopia de ti bajo el epígrafe de lo que nunca conseguiste ser tú (o aún no has logrado ser), sino saber estar a su lado con tu ejemplo y tu amor para ayudarle a levantarse cada vez que él se caiga. Una frase que él nunca olvida (que siempre les digo) es: "Si caes tú, caemos los dos" Entonces, de tanto repetirsela se sacó una respuesta: - Y si caemos los dos, quién nos levantará?, papá. - Nos levantaremos juntos, hijo mío. No temais la caída, estamos hechos de un material mucho más fuerte que las "piedras" con las que tropezamos, o el "suelo" en el que caemos. Rafael Santamaría

LA VIDA EN PAREJA; original de Rafael Santamaría

LA VIDA EN PAREJA
- Papá, por qué hay tantas parejas que duran tan poco, si se suponen que se quieren? - me preguntó en cierta ocasión mi hijo.
- Sí duran tan poco hijo mío, es por la calidad del amor que les une.
Yo lo entendí muy bien el día que fui a cambiar los neumáticos al coche.
- Cómo!
- Sí, verás. Deja que ten cuente.
El día que fui a cambiar los neumáticos, como en aquel momento no tenía mucho dinero y las ruedas de mi coche son muy caras, pregunte por las más baratas en un taller donde cambian las ruedas que me habían dicho que era muy económico.
Me sorprendió descubrir que en aquel sitio, por el precio de una de las ruedas originales que llevaba mi coche me ponían las cuatro. Pregunte por la marca de las ruedas. Evidentemente no tenían marca. Estaban fabricadas en China.
Y dónde está el "tongo"? - pregunté al que me las estaba poniendo. Evidentemente su precio me llevó a comprarlas "de cabeza".
- No hay tongo. Están bien, sólo que en vez de durarle entre 75 o 100. 000 kilómetros, como las que usted lleva ahora mismo, le van a durar 20 o 25.000 kilómetros; dependiendo del uso que usted le de; es decir, de como conduzca usted el coche - me contestó el mecánico.
Llevando el símil de la duración de los neumáticos a una relación de pareja, te darás cuenta de que para ir por la vida de la mano de alguien necesitas amor, es decir, en este símil: cuatro ruedas. Pero la goma de las ruedas, el neumático, se desgasta por la fricción - obvio, al no ser un amor verdadero del todo, pues ninguno nos amamos los unos a los otros como Dios nos ama, si fuera así no habría fricción - y también puede sufrir más desgaste de lo normal si la persona que conduce el coche frena bruscamente, aparca el coche dando en el bordillo con las ruedas, etc; que llevado a una relación de pareja sería empezar a hacer las cosas mal. Y qué es hacer las cosas mal?, pues por ejemplo: hacer a tu pareja aquello que no te gustaría que te hiciesen a ti si tú estuvieses enamorado de tu pareja, etc
Siendo así, tienes que entender que tristemente muchos ponen neumáticos en su relación de pareja que apenas van a "durarles toda una vida", justificandose diciendo: "para lo que cojo yo el coche". Trasladando este ejemplo a la vida en pareja: la gente no busca el amor verdadero porque tiene prisa en tener algo aunque no sea el amor (verdadero) que en verdad le gustaría vivir (conducir); y compran, como yo, los neumáticos más baratos pero, en su relación de pareja, no en el coche.
Entonces, debido a que el caucho de su amor no es el verdadero, no es del bueno, sus ruedas, su convivencia, se desgasta mucho antes. Y bien: o los cambia, cambia los neumáticos, empezando a intentar amar de verdad a esa persona; sólo lo suelen hacer cuando no les queda más remedio que pasar la ITV emocional; o circulan por la vida con las ruedas desgastadas de ese amor (caucho de las ruedas) de baja calidad con el riesgo de que en la primera tromba de agua de una tormenta emocional, el coche, su relación, se salga de la calzada, y acaben en la cuneta de la rutina al estrellarse con su coche, con su relación, en la carretera de la vida.
Es mejor pues, llevar buenas ruedas, las mejores que tu mente pueda permitirse, pues tu corazón siempre te lo agradecerá. Circulando así por la vida tienes la seguridad de que tus ruedas, tu amor, se agarraran al asfalto de la vida en pareja aunque las circunstancias emocionales no siempre acompañen. Y quién conduce por la vida en pareja sin salirse de la calzada, acaba llegando a su destino al lado de la persona que le acompaña, de lo contrario, tendrás que pasar muchas veces por el taller de los errores para cambiar de pareja hasta que sepas y demuestres que has aprendido de tus equivocaciones.
Ten encuenta que si no aprendes lo que la vida te enseña yendo por el camino, la carretera, que te trazan tus circunstancias, la ITV del karma llamara a revisión tu aprendizaje hasta que vea que estas preparado para seguir circulando por la vía del autoconocimiento. Y no hay mejor aprendizaje que una buena relación en pareja al lado de la persona que amas, que llevado al símil de los coches: nadie disfruta tanto de la conducción de su coche como aquel que además de saber conducir su coche sabe cuidarlo.
Rafael Santamaría

viernes, 11 de septiembre de 2015

EL COMPAÑERO DE VIAJE IDEAL; original de Rafael Santamaría


La mayoría de la gente se queja del infortunio que tiene su suerte en sus relaciones de pareja; cuando simplemente lo más sencillo es darse cuenta de que la vida en pareja es un continuo punto de encuentro entre dos personas que buscan lo mismo, y de ésta manera se ayudan mutuamente a encontrarlo.
Es por ello que cuando dos personas buscan lo mismo, sus caminos antes o después acabarán encontrándose, y sus vidas entonces confluiran uniéndose en "un continuó punto de encuentro" (no hay desavenencias) Existe entonces una perfecta sincronizacion en sus vidas (mente, cuerpo y espíritu) aparentemente innata en ellos.
Por el contrario, cuando dos personas sólo buscan cosas parecidas, por muy parecidas que sean, sus caminos sólo coincidirán entonces durante un momento en sus vidas: mientras lo que buscan en sus vidas guarde cierto parecido. Ése momento puede durar más o menos pero no puede durar eternamente. Lo parecido nunca es igual, y lo que no es igual, tiende a desaparecer con el tiempo.
Ciertamente entonces la consecuencia de no encontrar a nuestr@ compañero ideal en ésta vida no obedece a que estemos constantemente cambiando los parámetros de lo que estamos buscando, sino más bien a que todavía no hemos encontrado a alguien que busque lo mismo que nosotros y lo busque además de la misma manera.
Muchas relaciones de pareja se constituyen a partir de búsquedas parecidas: a partir de parecidos propósitos en la vida, es entonces cuando se piensa, es decir, nos justificamos el que no sea una búsqueda idéntica con la frase de siempre: "ya cambiará"; y nadie cambia. Somos lo que somos hasta que nos morimos en una continua búsqueda de saber quiénes somos; y para saber quiénes somos no hace falta cambiar (por eso no cambiamos) sino conocernos a nosotros mismos.
Tu compañero de viaje en esta vida no es aquel que te lleva o te hace llevar las maletas: el peso de la vida, sino aquel cuyo destino en tal largo viaje coincide siempre y en todo momento con el tuyo.  
Rafael Santamaría

lunes, 7 de septiembre de 2015

EL EXITO EN LA VIDA; original de Rafael Santamaría


La pereza a la que esta sujeta el alma del hombre por culpa de su identificación con el ego necesita a veces de reveses emocionales en la vida para vencer dicha apatía y volver a caminar por la senda de la evolución y el aprendizaje.
Así pues, no interpretes (no juzgues a través de tu mente juiciosa: ego) lo que te sucede en tu día a día como una contrariedad o un obstáculo en tu vida, ése modo de verlo es la carga negativa que hay en tu mente; mejor observarlo (sin interpretaciones) como el estímulo necesario que buscabas para hacer aquello que tanto miedo de daba hacer pero que ahora no te queda otra que enfrentarte a ello, o en su defecto: huir. Pero entiende que si huyes: eres el hombre viejo de siempre; pero si te enfrentas a ello: serás ese nuevo hombre que se renueva cada día a través de permanecer en constante actitud de seguir aprendiendo.
Esos reveses que te da la vida a modo de menú del día (es lo que hay, no hay otra cosa) son la fórmula perfecta (son los antimiedos, quizás, eso sí, un poco agrios debido a que nos hemos acostumbrado a vivir la vida con el edulcorante del "costumbrismo de la dejadez y la inercia") que necesitas imperiosamente para liberarte de la pesada dieta mental de hacer siempre lo mismo y despertar así a un mundo nuevo de continuas oportunidades al liberarte de ésta manera de toda la programación que hay en tu mente.
No veas entonces un error más que como un aprendizaje.
Y no veas entonces un fracaso más que como una oportunidad.
Pues entiende que el éxito no nos llegará nunca si no somos capaces de encontrar nuestra oportunidad a través de nuestro propio aprendizaje.
Rafael Santamaría

domingo, 6 de septiembre de 2015

EL AHORA; original de Rafael Santamaría

Hoy más que nunca quiero resaltar éste aspecto (debe ser que hoy es el día mundial del "tiempo", metafisicamente hablando): pensamos que nos queda tiempo, que ya lo haremos, que ya lo resolveremos, o que ya (mañana) empezaremos; pero es que el tiempo que "pensamos" que tenemos nos come, mejor dicho, nos devora.
Sólo tenemos el AHORA.
Hacer planes para mañana en verdad es pensar que nos sobra tiempo, o que tenemos tiempo de sobra.
Por ejemplo: si amas a alguien, no esperes a mañana para decírselo; no sólo no puede no haber un mañana, sino que además puede adelantarsete otro y decirselo.
Todo lo que tengas "pensado" hacer empieza a hacerlo hoy. No te pongas plazos, las fechas sólo son para los calendarios, y tu vida es mucho más que un calendario lleno de fechas (no me seas un autómata dejándote llevar por la rutina de todos los días: por la rutina de tu "programada" agenda)
Soy relativamente joven, pero trato a muchas personas que son mucho más mayores que yo, también trate en tu día a algunas que ya abandonaron este plano físico, y también trato a otras con enfermedades que les van consumiendo la vida más rápido de lo normal, y si tuviera que encontrar un nexo común a todas ellas sería (según me han confesado) lo que no hicieron (el tiempo, el tiempo perdido. Por éso empecé a meditar)
Pensamos que tenemos todo el tiempo del mundo (ese pensamiento nos invita a no vivir el presente, recuerdalo) y ése es el mayor error con que nuestro ego, a través de nuestros miedos e inseguridades, nos mantiene sujetos a lo que hoy en día se conoce como situación de "confort": nos volvemos cómodos a través de nuestras justificaciones (mentiras, auto engaños) para no hacer aquello que de verdad querríamos para nosotros.
Pero como eso (hacer lo que de verdad queremos) esta en una "zona" fuera de nuestro "control", nos asusta perder ese control con que nuestro ego nos hace "pensar" (no pienses) que tenemos controladas nuestras vidas.
Y para qué te sirve tanto control?, te preguntó yo; pues para "creer" que lo tienes todo controlado.
Y qué es tener todo controlado?; tener todo controlado es vivir bajo el control de tu mente; es decir, no eres libre, en verdad no lo eres, éstas sujeto al control de tu mente, de tus pensamientos.
Pero parece ser que en la vejez (o en la enfermedad, cuando ésta es terminal) por lo que me cuentan mis pacientes cuando se sinceran conmigo, hay más conciencia que pensamientos, HAY MÁS REALIDAD QUE TIEMPO, y entonces, y solo entonces, nos damos cuenta del gravisimo error que es pensar "QUE AUN NOS QUEDA TIEMPO" (y del tiempo que perdemos debido a ése pensamiento)
Justamente vivir el presente es todo lo contrario a este pensamiento que proviene de nuestro ego.
Por eso te digo: por favor, empieza a hacer hoy lo que siempre postergas para mañana; y no esperes jamás a que algo o alguien te "resuelva" tu vida; pues al ser tu vida tuya, te corresponde sólo a ti el "resolverla"
Para ser feliz solo tienes que emplear adecuadamente, no tu tiempo, sino tu realidad: que es pensar en que no existe el tiempo; ni te quedes en el pasado, ni te pongas a pensar en el mañana, tan sólo hazlo; lo que tengas, o quieras hacer, hazlo, o en su defecto, empieza a hacerlo AHORA.
Rafael Santamaría

LA ÚLTIMA BALA; original de Rafael Santamaría


En cierta ocasión tuve que visitar un domicilio particular. Cuando hube finalizado mi trabajo la persona que había estado tratando me preguntó:
- Por qué es ahora cuando sé lo que quiero?, por qué ahora que apenas me quedan ni fuerzas ni tiempo? Por qué no lo supe cuando todavía era joven?
Aquella mujer tenia setenta y seis años, un corazón afligido por lo que había sufrido, además de un cuerpo físico que estaba bastante castigado.
Sus palabras me hicieron mirarla con la misma ternura con que se mira a un hijo convaleciente mientras se le cuida en la cama. Sabia que cualquier respuesta era impropia para el estado emocional de aquella mujer, pero mirándola a los ojos me di cuenta que la podía hablar con total sinceridad.
- Verás, en ésta vida se nos permite gastar muchos cartuchos para saber qué es lo queremos hacer con nuestra última bala.
- Y el que ha gastado todas sus balas? - me preguntó emocionada.
- Aunque ahora te cueste creer lo que te voy a decir, siempre guardamos una última bala.
- Dónde?, dónde está ésa última bala? - me preguntó entre lágrimas.
- Aquí - le dije cogiendo su mano y llevándomela a mi pecho - Aquí se encuentra la última bala que sólo se puede gastar cuando una persona ha tomado conciencia de lo que ha venido a amar. Mientras y de no ser así, la sabiduría y el amor del que nos cuida es tan grande, que aunque a ti te parezca que estás utilizando balas de verdad a través de las continuas decepciones que te llevas en tu vida, tan sólo estás gastando balas de fogueo. La última es siempre para el final, para cuando has demostrado saber lo que has venido a aprender.
- Y tú cómo sabes todo eso sí aún eres muy joven?
- No importa ni lo joven ni lo viejo que tu cuerpo físico es, importa lo que has aprendido.
Rafael Santamaría

sábado, 5 de septiembre de 2015

DISCIPLINATE, DEMUESTRATE QUE TE QUIERES; original de Rafael Santamaría


No es lo mismo y nunca lo sera, la DISCIPLINA que la EXIGENCIA.
La DISCIPLINA (la auto disciplina) conlleva FUERZA de VOLUNTAD, la EXIGENCIA (la auto exigencia), por el contrario: el NO quererse a uno mismo. Y el no quererse a uno mismo conlleva el ANONIMATO del alma, es decir, el no saber que existe un alma, un YO SUPERIOR SUPERIOR.
Lo confundis, confundis la disciplina con la exigencia, y en esa fácil y complaciente (para vuestro ego) confusión os relajais y os dejáis llevar por la pereza.
La PEREZA (sobre todo la espiritual) sólo tiene un camino: y es la INERCIA.
La inercia (en la vida) no lleva a ninguna parte, de ahí que todos lo que se mueven por inercia se encuentren PERDIDOS (en esta vida)
Mucha gente que he ido conociendo a lo largo de mi vida me ha criticado por mi supuesta exigencia conmigo mismo (sólo estaban viendo la falta de fuerza de voluntad para consigo mismos y sus objetivos), y recuerda que la CRITICA, sobre todo hacia los demás, es lo más fácil para seguir reafirmandote en tu ego.
Por su puesto que he tenido que LIMPIAR (como tenemos que hacer todos) todas esas capas incrustadas a modo de PARASITOS en mi mente que me hacían exigirme demasiado, es decir, no amarme. Pero queridos hermanos y hermanas, que mejor manera o herramienta para limpiar toda esa PROGRAMACIÓN MENTAL, venga de donde venga, que el AUTO CONTROL y la DISCIPLINA.
Así pues, me ratificó en mi modo de ver la vida y en mi modo de vivirla. En mi disciplina a la hora de meditar y de hacer ejercicio todos los días, de mantener una observación constante sobre lo que mi mente piensa, de observar mis emociones, de escuchar a los demás a través del estudio del silencio en mi mismo, de disfrutar la vida desde la alegría de saber vivirla, de no "engancharme" a ningún placer o pasión ocasional y efímero de este plano material, de no contribuir a la búsqueda de más bienes materiales para no tener un endeudamiento de mi preciado tiempo para con ellos, etc.
Y cuando alguien viene y sin venir a cuento me insiste en que tengo que SOLTARME y disfrutar de la vida, aunque no le conteste, que entienda que si ve eso en mi, o en otros, (somos ESPEJOS para los demás, o los demás son nuestros propios espejos) muy probablemente debería hacer una profunda INTROSPECCIÓN para poder empezar a soltarse de toda la programación que tiene y a la cual OBEDECE inconscientemente a través de sus APEGOS; pues si lo ve en los demás, y encima lo crítica, es que lo tiene dentro de él y no se está dando cuenta.
Estos apegos sobreviven gracias a las continuas JUSTIFICACIONES que nos hacemos con las que nos ENGAÑAMOS.
Al engañarnos continuamente estamos ratificando que queremos seguir viviendo bajo la dependencia de nuestro EGO, pues el ego es la mayor mentira que existe, y necesita de mentiras para poder seguir existiendo.
Por eso os digo:
DISCIPLINATE, deja de EXIGIRTE "cosas", y disclipinate.
Demuestrate que te amas a través de perseverar en ti (disciplinate) y no te quedes en el "voy a hacer", eso nunca lleva a nada.
Muchas de las cosas que tenido que hacer (para ser yo, para ser feliz)  me han llevado años de no "flaquear" jamás; años, en los que como cualquier persona por mi mente apareció la apatía, el cansancio, las famosas justificaciones (mi auto engaño) y mis miedos (el control que tiene mi ego sobre mi);  pero en esos años, gracias a la fuerza de voluntad, a saber lo que quieres de verdad, a no dejarte influir por ninguna condición, circunstancia o comentario externo, a una continua introspección en las profundidades de mi conciencia, llegue a sobreponerme una y otra vez a las debilidades mentales con las que el Ego se arraiga en un personaje, en mi caso, el que representaba todo lo que en APARIENCIA soy; pero yo soy (todos somos) mucho más que mi propia apariencia, soy mucho más que mi propio ego.
Resumiendo:
Deja la exigencia, sobre todo para contigo mismo, y cultiva la disciplina. Entiende que tu fuerza de voluntad es la única fuerza que tienes que puede con todo.
Rafael Santamaría

jueves, 3 de septiembre de 2015

SOMOS SERES DE LUZ; original de Rafael Santamaría


La mente es como una linterna con con la que entramos en esa habitación a ciegas a la que llamamos vida (Recordemos que la Casa de Dios tiene muchas más habitaciones: muchos otros mundos, y que este plano material, ésta habitación, no es más que uno de ellos)
Vemos lo que hay en la habitación: en ésta vida, gracias a ella, pues cuando enfocamos su luz: nuestra atención, sobre algo, ilumina ese algo, es decir, le da un sentido al prestarle toda su luz, toda nuestra atención.
Pero qué pasaría si ésa misma luz en vez de emplearla para iluminar o ver la habitación la empleasemos para vernos a nosotros mismos. Qué es entonces lo que iluminaría?
Entiendo entonces que si la luz de la linterna en vez de proyectarse hacia fuera se proyectase hacia dentro, lo que sucedería es que la linterna tendría "Luz propia". Correcto?
Es decir, en este ejemplo, la linterna seria un objeto iluminado.
Ahora llevándolo al símil de que la linterna es nuestra mente: si su luz se volviera hacia nosotros, nosotros seríamos seres iluminados.
Pero cuando no es así, lo que sucede es que iluminanos con la luz de nuestra mente todo aquello de lo que nos rodeamos en el mundo exterior de las formas, haciéndolo de este modo importante porque en una habitación a oscuras no se ve nada salvo aquello que le da la luz, y lo que tiene luz resalta sobre lo oscuro, es decir, es importante porque es en lo único en lo que nos fijaremos ya que es lo único que se verá en una habitación a oscuras.
Por ese motivo nuestras cosas, incluidos nuestros problemas, son tan importantes para nosotros, porque les iluminanos dentro de una habitación en la que lo principal son todos aquellos objetos que son luminosos: los que se ven dentro de esa habitación a oscuras.
Porque..., en qué nos vamos a fijar primero dentro de esa habitación a oscuras?, en lo que está iluminado; y qué está iluminado?, aquello que nosotros mismos hemos iluminado con nuestra linterna (con la atención de nuestra mente).
Lo curioso es que siempre iluminamos la sombra de un objeto, y no el objeto en sí, que traducido quiere decir: que siempre iluminamos, préstamos nuestra atención, al aspecto negativo de algo; por eso vemos luego todo tan negativo.
Y cómo se lleva la dirección de la luz de la linterna (de la mente) hacia dentro en vez de hacia fuera?
Pues muy sencillo, variando la posición de la bombilla que lleva la linterna.
Esa bombilla es nuestra atención. Si la atención, la bombilla, apunta hacia dentro, el foco de la linterna, el cual está ligado a la bombilla, es decir, nuestra focalizacion, ira hacia el interior de nosotros mismos.
Y qué sucede cuando nosotros mismos nos iluminamos con la luz de la linterna de nuestra mente al cambiar la bombilla de nuestra atención su dirección hacia nosotros?
Fácil, verás; dentro de nosotros existe una una fuente incalculable de energía, es decir, somos energía; esto se puede demostrar por el simple hecho de que cuando a alguien le da un infarto la manera con la que reaniman su corazón no es por ejemplo con comida (con la energía de los alimentos) sino a través de descargas eléctricas; de lo que se deduce que nuestro cuerpo funciona a través de descargas eléctricas provenientes de nuestro cerebro.
Entonces, si al alma, a la fuente de esa energía eléctrica, le llega la energía que de forma inconsciente y automática proyectamos hacia fuera: esa energía que en ésta metáfora es nuestra atención en forma de luz de bombilla, entonces el alma se ilumina, es decir, la fuente de nuestra energía: la fuente misma de la vida, cobra vida propia, se hace real como la única y verdadera realidad posible.
Qué pasaría entonces si en vez de ver la vida que nos rodea como la única vida que existe en este plano viéramos que nosotros somos la verdadera y única vida y que somos nosotros los que a través de la importancia que damos a las cosas con nuestra energía (luz) creamos nuestro propio mundo?
Pasaría que habríamos tomado consciencia de nuestra verdadera identidad, habríamos tomado conciencia de nuestra alma.
Qué es tomar conciencia?, entonces.
Tomar conciencia es ver lo que ilumina nuestra mente separandonos de aquello que esta siendo iluminando, es decir, es verlo desde la observación y no desde la implicación, puesto que nuestro ego asocia, o mejor dicho, nos hace asociar, todo aquello que ilumina nuestra mente con nosotros mismos creando una identidad falsa con la que nos identificamos, es decir, el ego nos hace creer que aquello que ilumina nuestra mente (allí donde ponemos la atención) somos nosotros, por eso nos tomamos o vivimos tantas cosas a título personal, cuando la verdad es que somos aquello que ilumina nuestra mente cuando dicha luz regresa a su fuente.
En el ejemplo sería cuando la luz (la energía de la atención) de la bombilla está dirigida al interior de la linterna (a nuestra alma), y no el mundo que puede iluminar la linterna cuando proyecta su luz (su energía) hacia fuera (hacia el mundo de las formas).
Entonces la linterna no ilumina nada, sino que se ilumina a sí misma, y con esa misma luz, lo ilumina todo. De lo que se deduce, y ya termino, que somos seres de Luz.
Rafael Santamaría