jueves, 2 de diciembre de 2010

HASTA MI LLEGARA; original de Rafael Santamaría

En vuestras manos está todo. 
A vosotros: 

"Hasta Mi llegará el hombre que se preocupó de buscarme, pues será susurrando Mi Nombre como me encontrará. Ya que en la Voz de su alma será donde reconocerá Mi Voz en su voz.
Y será así que en su anhelada búsqueda, Yo saldré a su encuentro. Más habéis de saber que es en el silencio de vuestra respiración cuando y como Yo aparezco. Pues Yo Soy el aliento que inhaláis cada vez que estáis en Mi; y será estando en Mi como me sentiréis. Más será sintiéndome como vuestra fe os hablará de Mí. Y será entonces cuando vuestra fe en Mí os dirá Mi Nombre.
Mas aquel que se olvidó de Mí, aquel tendrá que recordar quién es para poder iniciar su búsqueda en Mí.
Todo lo que habéis de hacer pues, es fijar vuestra mente en Mí abriendo vuestro corazón al amor. Y quien permanezca en Mí así, así permaneceré Yo en él.  
Pues aunque Yo vivo en cada uno de vosotros; habéis de saber que sois vosotros los que habéis de vivir en Mi para ver la vida que Yo Soy en vosotros. Pues al igual que la semilla da su fruto al madurar en el árbol, así madurareis en Mi la semilla que Yo Soy en vosotros.
No nacisteis para morir; pues aquel que muere pensando en la muerte, de Mí no sabe porque no se reconoció en Mi; y morirá una y otra vez hasta verse en Mí como Yo me veo en él. Pero aquel que en la muerte muere para venir hasta Mí, aquel sabe de Mí porque de Mi oyó hablar a su alma cuando ésta encontró la paz en Mí.
Y no hay otra paz que el silencio que guarda vuestra mente al escuchar Mi Voz. Así pues, dejadme hablaros al oído cuando guardéis silencio; y a la vez, silenciar vuestro oído para así poder escuchar Mi Voz.  Pero no os tapéis los oídos porque así no oiréis nada.
Mas Mi Voz sólo os hablará cuando no oigáis nada más que mi Voz; pero para ello habéis primero de silenciar toda voz.
Así pues, acallad todo ruido mental fijando vuestros pensamientos en Mi; pues será así como iniciaréis vuestro camino hacia Mi. 
Y no veáis éste mundo donde vivís como real salvo cuando en él me veáis a Mi. Pues la única realidad que impera en todas las realidades existentes Soy Yo; y sobre Ella emergen todas las ilusiones que aunque me pertenecen, no son mías ni vivo en ellas aún estando presente también en ellas.
Más habéis de saber que quién me vea como Yo le veo a él, ese, está en Mi como Yo en él. Pues sus ojos serán mis ojos. Y será entonces que aquel que no sólo tiene mis ojos, sino que también tiene Mi Vista, aquel me verá en todas las cosas, como en todas las cosas se verá reflejado él.
No hay otro camino hacia Mi que el propio camino que sois cada uno de vosotros; y no hay otro misterio en vuestro camino que el mismo misterio que hay en vosotros : YO.
Más por como decís que os sentís al amar, Ese no Soy Yo; Yo Soy lo eterno e imperecedero; lo que no tiene fin. Aquello que sois cuando me abrazáis con todo vuestro corazón.
Más aquel que dice: Yo Soy, y sabe lo que dice, aquel me conoce pues antes se ha conocido así mismo.
Ningún viaje tiene tanto propósito como el que iniciáis cuando me buscáis. Todo lo demás puede esperar. Y aquel que renuncia a todo lo que tiene por Mi, aquel emprendió su periplo hacia Mi con el equipaje justo. Pues habéis de saber que toda carga es vuestra, pues Yo no  pongo peso alguno a vuestras almas.
Yo Soy el consuelo y la calma que aligera vuestra carga; y vuestra carga es el aprendizaje del que os desprenderéis en la lectura que hacéis de vuestra alma para llegar hasta Mi. Pero Yo os digo que ninguno de vosotros llegará hasta Mi si no carga antes con el peso de su cruz a cuestas: vuestro carga, vuestro aprendizaje. 
Y para cuando estéis conmigo, os daréis cuenta que Yo siempre estuve en vosotros" 

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
Técnicas de Relajación ZEN
629 309 929

martes, 16 de noviembre de 2010

YO SOY;original de Rafael Santamaría

No sois más que la luz que en la penunmbra de su vida busca su propia luz, busca a Dios.
A vosotros:


"Yo soy la Verdad que inspira el amor en los hombres; dichosos aquellos que conocen ésta Verdad y saben de Mi por Ella.
Porque todo lo que habéis de saber esta en Mi; y porque todo aquello que decís saber Soy Yo. Pues el que toma su camino en Mi llega hasta Mi; mas habéis de saber también que el que abandona su búsqueda me abandona a Mi.
Yo Soy el que inspira al poeta, pero también Soy la poesía y el verso; Yo Soy el Todo en la parte, y también Soy cada parte del Todo.
Hasta mi viene todo aquel que escucha la voz de su alma; Mi Voz. Pues Mi Voz es el sonido que no tiene voz, pero quien me conoce, ha oído hablar de Mi por Mi Voz. Por el contrario, de Mi no sabe el ignorante que pese a su ignorancia no quiere oír hablar de Mi, no quiere oír Mi Voz. Pues aquel que dice ser feliz en su ignorancia, su ignorancia le hace feliz; y oír hablar de sabiduría perturba su tan inalterable felicidad llamada ignorancia.
Mas será sólo en Mi presencia como todos me reconoceran, solo que para verme tal y como Yo Soy, han de ser primero ellos tal y como Yo les he creado.
Mi Ser les dio la vida, y en esa vida viven hasta que regresen a Mi. Incontables vidas habrán de pasar hasta que recuperen su memoria espiritual; mas aquel que abre su mente a Mi Mente, aquel recuerda de Mi lo que Yo Soy en el. Todo cuanto ha de hacer el hombre es vivir en Mi; pues viviendo en él es como se perdió como hombre.
Si a todo cuanto hicierais no le dierais vuestro propio sentido, y al no dárselo, dejarais de reclamar lo que creéis que es justo, sabríais que la justicia Soy Yo, y que en ella no está el sentido de justicia que buscáis fruto de vuestros actos.
Pues cada cosa que hagáis habéis de hacerla por amor, y como tal, ofrecérmela a Mi. Mas aquel que hace en virtud de lo que desea recibir, aquel se ata sin saber desatarse al yugo de lo que desea. Pero todo deseo es impropio del hombre que de Mi sabe, pues él conoce que por el valor que se da a las cosas el hombre o mata o muere; mas no así sucede con el que santifica con amor cada cosa que hace en Mi Nombre. ¿Pues de qué puede morir el que vive en Mi, si la muerte solo sucede a los que en Mi aun no se reconocen?. 
Pues Yo Soy la vida eterna que mora en cada uno de vosotros; Yo Soy el amor que no conoce dicha porque El es la dicha.
Quien es en Mi la oración que es en él, ora para Mi rezando por él. Y en ese ruego llamado oración, me ha encontrado fruto de su verdadera devoción. Pues quien me ama como Yo le amo, me ha encontrado; ha encontrado mi Ser en él. Y sabrá entonces que el amor ni duele ni dolió, duele el desapego a la persona amada.
Pero aquel que sabe de Mi, ya no ama con las ilusiones que emanan de su mente, aquel ya ama por amor; y su mente esta en Mi al igual que su corazón. Vive en Mi como Yo en él.
De aquel del que Yo hablo, aquel se liberó de todo sufrimiento que alberga la mente que de Mi no sabe. Aquel del que Yo hablo, aquel es libre en Mi; libre del dolor que engendra el apego, el ego, y los deseos.
Y habéis de saber, que dado que vuestra comprensión es limitada, nada de esto que os he contado debéis intentar comprender. Pues al igual que la semilla brota sin mirarla crecer, así brotare Yo en vosotros. Todo lo que necesitáis de Mi ya os lo he dado. Ahora tan sólo os falta crecer"

Rafael Santamaría
Técnicas de Relajación ZEN
C/Huesca 29
629 309 929

sábado, 6 de noviembre de 2010

BASTA CON AMAR A DIOS PARA SENTIRSE AMADO; original de Rafael Santamaría

No todo el que cierra los ojos ve a Dios, salvo el que al cerrar los ojos, abre sus ojos a Dios.
A vosotros:

"En verdad os digo que no sabréis de mi por mí, sino que sabréis de mi por aquellos que vinieron a mí.
Pues toda singular forma de entender lo que yo digo viene antes por comprender primero lo que vosotros decís.
Vuestras palabras son el comienzo de las mías, y las mías, son aquellas que dan sentido a lo que las vuestras empezaron diciendo.
Y habéis de saber que la sabiduría que lleváis implícita es el reconocimiento de Dios en vosotros. Recordar quiénes sois, de dónde venís y por qué, es misión vuestra, es la misión de vuestra vida; pero vuestra memoria espiritual es tan débil como lo es vuestra fuerza de voluntad.
Allí donde vosotros ponéis vuestra atención, allí es donde empieza el misterio con el que vinculáis vuestra vida a este mundo; pero no es ese el verdadero misterio. Pues el único misterio que tiene vuestra vida obedece al sentido que dais a vuestro amor;  y así, a más amor, más sentido tendrá vuestra vida, y a menos amor, menos sentido tendrá vuestra vida. 
No seáis pues como la mente que gobierna al hombre, ser mejor como la mente con que Dios se manifiesta en el hombre. Ser conciencia, es decir, abrir vuestra mente al amor con que Dios se manifiesta en vosotros a través de vuestra alma.
Pues todo el mar que gobierna las aguas del mundo es vuestra conciencia, pero si vosotros sólo os identificáis con una parte de ella, no seréis mar, no seréis conciencia; seréis la mente que se apartó del mar al creer en la individualidad de su ego, al creer, en definitiva, en el personaje que representa en esta gran obra cósmica llamada vida.
Pues habéis de saber que en toda obra teatral, lo que muere es el personaje y no el actor; así y de la misma forma, muere el hombre pero no su alma.
Aquietad pues primero el oleaje de vuestra mente: vuestros pensamientos, para estando el mar en calma, sea a través de esa calma como lleguéis a estar en paz con vosotros mismos. Y será entonces cuando dicha calma, dicha paz, os deje profundizar en vuestras aguas, en vuestra mente. Y entonces, hallaréis el misterio de las profundidades que perdisteis al naufragar en las playas del ego. Hallaréis a Dios en vosotros: vuestra conciencia espiritual llamada alma. 
 Y no es sólo el camino que el hombre sigue el que ha de seguir para encontrar lo que yo os digo, es el camino en sí, es decir, el hombre en sí mismo, el que ha de seguir para encontrar no lo que yo os digo, sino lo que significa lo que yo os digo; para encontraros, en definitiva, a vosotros mismos.  
Y no intentéis hacer de vuestro intelecto vuestra sabiduría, pues vuestra sabiduría es la página con la que vivís el diario en el que Dios escribe con amor todos los días.
Y no intentéis desenfrenar vuestro ruido mental con aquellos que os acompañan en vuestro periplo por esta vida; pues en verdad os digo que es más fácil aconsejar que llevar a la práctica vuestros propios consejos.
Pues en verdad, en verdad os digo, que os será más fácil ver lo que no queréis ver y verlo en otros, que ser transparentes a vuestros propios ojos.
Porque es más fácil criticar que ser críticos con vosotros mismos.
Porque es más fácil herir, que curar las heridas.
Porque es más fácil matar un recuerdo, que rescatarlo del olvido.
Porque es más fácil huir en la ayuda, que ir presto a socorrer.
Porque es más fácil engañar, que decir la verdad.
Porque es más fácil tomar el atajo más corto, que recorrer el camino más largo.
Porque es más fácil hacerse la víctima de todo acto, que ser testigo de nuestro propio aprendizaje.
Porque es más fácil dominar y oprimir, que dar la libertad de elegir.
Porque es más fácil insultar, que pedir perdón.
Porque es más fácil recriminar, que verse uno en esa situación.
Porque es más fácil pedir, que ser ofrenda.
Porque es más fácil enemistarse, que hacer amigos. 
Porque es más fácil rezar a Dios, que ser la oración con la que se Le reza.
Porque es más fácil amar, que ser amor.
Porque es más fácil pensar, que ser pensamiento.
Porque es más fácil saber, que ser sabiduría.
Porque es más fácil sonreír, que ser sonrisa.
Pero en verdad os digo que todo lo que os resulte cómodo y fácil flaqueara vuestra entereza espiritual; así pues, apostad siempre por aquello que mantenga en vilo vuestra vigilia espiritual.
No seáis pues como el mercader que comercia con todo lo que da riquezas, pues pronto se quedará sin género y de una u otra manera tendrá que robar. Ser mejor como el campesino que labra sin ánimo de lucro su propio campo, su propio destino; pues en él toda siembra dará su fruto porque el fruto de su siembra fue el amor con que cultivó su cosecha.
 Nada consigue el hombre que busca los frutos de sus actos, pero aquel que hace sin hacer, aquel que todo lo que hace sólo lo hace por el bien que genera su amor al hacerlo, aquel tendrá la recompensa que no buscó; aquel tendrá el fruto del amor a sus pies.
No hagáis nada pues por interés; haced las cosas por amor y estaréis cosechando en las tierras del cielo lo que Dios cultivó; estaréis cultivando la fertilidad de vuestra propia alma en el camino espiritual que es Dios.
Haced y dejad hacer; vivid y dejad vivir; amad y dejar amar.
Basta con amar a Dios para sentirse amado.
Todo cuanto tenéis que hacer está en vosotros"


Rafael Santamaría

martes, 2 de noviembre de 2010

EL REY,LA ESPADA, Y EL AMOR DE UN HERRERO; original de Rafael Santamaría

Quien empuña la VERDAD, no necesita de espada.
A vosotros:

"Hasta el reino perdido del corazón, hace ahora muchos años, un hombre llegó invocando la oración del amor. Aquel hombre amaba a una mujer, pero aquella mujer estaba desposada con el soberano del reino. Y aunque su amor era profundo y verdadero, aquella mujer ni tan siquiera sabía que aquel hombre existía.
Una mañana, aquel hombre, fue llamado a presencia del Rey por su destreza en el arte del fundido del hierro, pues como herrero había conseguido forjar las mejores armas del reino. El Rey le pidió que le hicera la mejor espada que jamás hombre alguno hubiera portado sobre la faz de la tierra. Y aquel herrero, forjó del metal más preciado, la espada más pefecta que nunca hasta entonces los ojos del hombre habían visto. Cuando la hubo terminado se la llevó al Rey, y éste, al verla, quedó tan impresionado que se quedó sin palabras. Y mientras el Rey observaba aquella espada, el herrero le desveló el secreto de aquel acero.
- Majestad, - dijo el herrero - permitidme deciros que la espada que para vos he fraguado es letal, tan letal, que ni el más valeroso de vuestros enemigos, al verla, se batirá en pugna alguna contra vos. Pero he de deciros majestad, que para conseguir tales efectos en  ella, no sólo empleé los mejores metales; también majestad, invoqué al Dios de la guerra y al Dios de la muerte, y sobre la espada que levantan ahora vuestras manos, no sólo pesa por la fuerza que necesitáis para izarla, pesa también en ella el hechizo de la guerra y la destrucción. Así pues majestad, una única advertencia: habéis de saber que con ella  podréis dar muerte a todo aquel que albergue odio en sus entrañas, pero tened cuidado con el que es noble de corazón, pues ante ese, vuestra espada será tan vulnerable como cualquier otra.
- Como se nota que no habéis lidiado batalla alguna, -replicó el Rey - pues en ellas no hay oponente que no desee la muerte de su contrincante. El odio siempre reina entre los que se baten a muerte. No temáis pues por vuestro consejo, pues la nobleza es un título, no un arte que se emplee en contienda alguna. Y decidme, ¿qué queréis a cambio de tan preciado metal?
- Lo que yo deseo vos no podéis darmelo sin renunciar antes a vuestro mayor tesoro, así pues, pagadme en oro lo que de otra manera no podrías pagarme.
- ¿A qué tesoro de los que poseo os referís?
- A vuestra Reina.
Y al decir esto, el Rey se enojó tanto, que haciendo uso de su nueva espada, le cortó la cabeza de un sólo golpe por osado.
La cabeza de aquel herrero rodó hasta los pies de la Reina, que al mirarla fijamente, comprendió el significado de la pasión del amor: una cabeza desbocada que sin más lógica que sus sentimientos, no duda en ponerse a los pies de la persona amada por amor.
Y al enfundar el Rey la espada, éste también compredió el hechizo que pesaba sobre aquel metal, pues de todos fue sabido, que aquella espada sólo pudo quitar la vida de aquel noble corazón que perdió la cabeza por amor, pero lo que no pudo, es borrar la verdad del amor que yacia en su corazón.
Y aunque por mucho tiempo aquella Reina se mantuvo al lado de aquel Rey, nunca existió antes tanta distancia entre dos personas que ni el roce de la convivencia pudo mediar en su reconciliación.
El Rey murió solo aún estando su Reina al lado. Pero es que la compañía engaña cuando la soledad es la que acompaña. Y aquel Rey fue enterrado junto a su espada, y con ella murió un Rey que vivió lejos de la mujer amada, aún teniéndola cautiva en su morada.
Y de aquella Reina se cuenta que aunque a su muerte fue enterrada al lado del Rey, hacía ya años, tantos como aquel herrero declaró su amor por ella, que su tumba yacía junto a la del hombre que forjó el amor que le daría sentido a su vida.
Y cuenta el saber popular, que desde entonces, no hay hombre sobre la faz de la tierra que no haya perdido la cabeza por amor, ni mujer, que sin amor, no haya vivido fingiendo ser amada"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

sábado, 23 de octubre de 2010

HIJOS DE DIOS; original de Rafael Santamaría

Todo lo que se os pide es que relajéis vuestra mirada y miréis con los ojos del niño que lleváis dentro, para que así, vuestro PADRE que está en los cielos, os reconozca como hijos suyos al mirarle como EL os mira: con amor. 
A vosotros:

"Por como el viento nace del aire, se dice que es aire sin dejar de ser viento. Pero por como el aire se agita al ser viento, el aire cambia de nombre sin dejar de ser aire aunque pase a llamarse viento.
Así es el hijo de Dios en el hombre. Pues tal y como Dios ES en el hombre, el hombre es hijo de Dios sin dejar de ser hombre; pero tal y como el hombre se olvida de SER Dios al ser hombre, el hombre deja de ser hijo de Dios al verse sólo como hombre.
Pues en verdad os digo que nacisteis con la divinidad que os hace hijos de Dios, pero de aquella divinidad sólo se acuerdan unos pocos. Recordar quienes SOIS es el propósito de toda vida. Aquel que recuerda SER hijo del Padre, aquel sabe quién ES y por qué ha nacido; pero aquel que olvida el origen de su existencia, aquel vaga entre vidas buscando el sentido a su vida.
Y al no encontrarse renuncia a toda búsqueda, sin saber antes que toda búsqueda pasa antes por no encontrarse.
Y en el lamento de su sufrimiento echa la culpa de todo a aquel con que se cruza en su vida; y a tal error le acompaña la gran verdad llamada mentira bajo la cual el hombre se identifica. Pues de su necedad no sale para no sentirse herido, ya que es el orgullo su mejor tesoro, y la envidia, su mayor aliado.
Y así nace el EGO.
Y alimentándose de la ignorancia el ego se hace fuerte; y bajo la tiranía del miedo el ego construye en el hombre su fortín, su morada; y en ella vive alentado por el hombre que dejó de SER Dios para no ser nada. Y es ahora cuando el hombre sin Dios, sin su Origen, no vale nada.
¿Pues de qué vale el mayor hallazgo arqueológico si la fecha que lo valida no tiene sello que lo certifique?. ¿Qué vale pues el hombre como hombre si su caducidad no lo certifica como inmortal?; sin embargo, cuando el hombre se reconoce en su alma como hijo de Dios, su valor es infinito, pues su caducidad es ilimitada y su valor incalculable.
Pero el Ego es mañoso en las formas, y bajo las formas atrapa al hombre que duda; pues toda duda es sinónimo de incredulidad. Y Dios no tiene dudas; y quien las tiene, no cree en Dios; no cree en el lado más espiritual que el hombre posee, su alma: el espejo con que Dios puede verse reflejado en el hombre.
Mas detrás de todo ego se alza la verdad de Dios llamada alma, y en ella el hombre haya consuelo, pues es ahí donde el consuelo da la vida, al ser esa vida, el consuelo que Dios ES en el hombre.
Pero cuánto tarda el hombre en encontrar el camino que le regrese a su CASA. Pues cuántas guerras ha de lidiar el hombre siendo su peor enemigo él mismo en virtud de lo que cree que es él.
Así pues, el hombre que acude a Dios en vísperas de su muerte es porque a vislumbrado la VERDAD al hacerse ésta tangible sólo cuando el ego no quiere oír hablar de muerte.  
De la misma manera, yo os invito a sobre poneros a la muerte antes de que ésta acuda a haceros una visita en vista de vuestra ignorancia. ¿Cómo?, alistáos en la mayor contienda que el hombre tuvo jamás: sus miedos; y vencidos estos, reconoceréis al impostor que se hace pasar por vosotros: vuestro Ego. Y en duelo a muerte, ganaréis seguro; puesto que vuestra alma es eterna y al reconoceros en ella, vuestro ego estará perdido; saldrá huyendo.
Así pues, dad fe al propósito de vuestra vida al inspiraros en la intuición que posee vuestra alma; y si hacéis así como yo os digo, el hombre que nació de Dios, volverá a Dios como el hijo del hombre que se reconoció en Dios, su PADRE. Y entonces Dios será en vosotros lo que siempre fue: AMOR.
Mas todo aquel que aletarga su búsqueda y ralentiza su encuentro con Dios, no es más que un embustero sediento del mana que da la vida; embustero éste, incapaz de reconciliarse con la Verdad que es en él : Dios. Pues no quiere beber ni oír hablar del agua divina que en él apagaría la sed que nada le calma; pues es en su papel de víctima donde se regocija al ser antes sus hermanos el sediento al que Dios nunca quiso socorrer y dejo morir de sed. 
Y así vaga el hombre entre las tinieblas, tinieblas que él mismo ha creado a la sombra de la luz. Porque la luz existe para el que quiere verla; y porque la luz que no se ve, es luz que no brilla por falta de intensidad, por falta de fe, por falta de amor, por falta, en definitiva, de fe en el amor.
Y tened en cuenta que de igual manera que el alma entra en el cuerpo y pierde su consciencia al identificarse con la mente; es, desligándose de la mente como el alma recupera su consciencia; esa consciencia que le hace recordar que es una parte de Dios: la parte que legitima al hombre como hijo de Dios.
Pues en verdad os digo, que aunque son muchos los caminos que llevan a Dios, tantos como almas disciernen en su camino, disciernen en el conocimiento, Dios no se moverá del camino hasta que vea que entendéis que el camino a EL sois vosotros.
Dios está en vosotros, de la misma forma que vosotros estáis en Dios. No os vayáis a buscarlo lejos, tan lejos que luego no encontréis el camino de regreso a vosotros, el camino de regreso a Dios; es preferible permanecer tan cerca de vosotros como os sea posible, para que cuando Dios se busque así mismo en vosotros, vosotros os reconozcáis en EL como hijos Suyos.
Que así sea" 

Rafael Santamaría
629 309 929

domingo, 3 de octubre de 2010

CONVENCEROS; original de Rafael Santamaría

Cuando la luz se abre camino entre el espesor de la oscuridad, lo hace en forma de estrella; y por cada estrella que nace, un mundo nuevo se cobija bajo su luz.
A vosotros:

"En verdad os digo que seréis necios si intentáis convencer a otros que aún son más necios que vosotros. Pues de nada tenéis que convencer a nadie, ya que de convencer a alguien, es a vosotros mismos.
Pues os sucede que no estáis convencidos de nada, y no pudiendo ser de otra manera, buscáis argumentos en otros para convenceros a vosotros mismos.
Que necedad la vuestra que busca justificaciones a lo que no sabéis para alimentar así vuestro ego.
El convencimiento viene solo, y no por arte de magia ni en boca de otros.
Pero en verdad os digo que de entre vosotros, ni tan si quiera hay diez que sepan de que quieren convencerse. Y de todos aquellos que no saben, por no saber, no saben ni la verdad que están buscando; pues no saben si buscan la suya propia, o la que le dicen otros que han de buscar.
Pues en verdad os digo, que apenas el hombre encuentra un motivo en su vida para pensar, ya esta pensando. Y así todo pensamiento satura la voluntad del alma; pues el alma no encuentra su sitio entre tanto pensamiento. Ya que el alma no piensa, el alma siente; pues por un sentimiento de amor se forjó,  entre tanto amor que el Padre quiso compartir con sus hijos.
Pues si el pensamiento obedeciera a razones, sería un pensamiento razonable; pero tales pensamientos sólo obedecen a creencias, a efímeros postulados, que a modo de patrones, marcan la conducta a seguir de todo hombre que se somete a su programada mente.
Y con una mente tan programada, tan condicionada por la voluntad y el deseo de otros, ¿de qué buscáis convenceros si en vuestras creencias no hay nada vuestro?; todo lo que hay son principios de otros, que a modo de pauta, tomáis como vuestros en vuestros razonamientos.
En lo que aquellos dicen no hay nada vuestro. Decid mejor lo que vosotros sentís como vuestro, que no lo que otros os han enseñado a sentir en vosotros que os pertenece. Pues todo lo que penséis que os pertenece, os vinculará al mundo de la materia; y todo aquello que sintáis como vuestro, os conducirá al mundo del que provenís; al mundo inmaterial y divino que es Dios.  
Convenceros con y de vuestros propios sentimientos, convenceros con y de vuestros propios sentires, y haced de tales axiomas un perfíl de vuestra alma; para que llegado el momento, llegada la hora de hablar sobre vosotros mismos, sepáis quienes sois: sois vuestra alma en estado puro.
Convenceros de vuestra inmortalidad viendoos morir una y otra vez, ya que de nada estáis muertos salvo de lo que creéis morir. Veréis en muchas vidas, las mismas almas con otras ropas, y en esos nuevos cuerpos en las que les veréis, no les reconoceréis salvo que les miréis con los ojos del alma, en vez de con los ojos con los que no veís.
Convenceros de que sois amor, pero no amando, sino siendo amor; pues en verdad os digo, que viviréis por los siglos de los siglos si en el amor que sois creyéreis.
La fe que el amor mueve sólo Dios lo sabe, pero aquel hombre que descubre la inmortalidad que Dios es en él, aquel sabrá lo que sólo Dios sabe.
Y todo el conocimiento que Dios alberga es el Amor, pero para alcanzar dicho conocimiento, antes, debéis renunciar al saber que os limita en la voluntad de ser amor; debéis renunciar a las creencias con las que el hombre a conceptuado su moral.
Pues todo concepto es limitado, ya que es gracias a su definición como encuentra sentido. Y nada de lo que es inmaterial, como el amor, debería poder ser definido; sólo que el hombre lo definió para darle sentido. Más el sentido del amor ya tiene su propio sentido, y ese sentido es Dios.
Convenceros de lo que os digo por vosotros mismos, y entonces, habréis sido convencidos. De otra manera, habréis sido manipulados.
Convenceros de lo que sintáis que os tenéis que convencer, y dejad a los demás se convezcan solos; y así, la evolución del hombre encontrará sentido, al ser cada hombre, su propio destino" 

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

domingo, 12 de septiembre de 2010

AMAD, Y SEREIS AMADOS; original de Rafael Santamaría

Se mire como se mire, todo símbolo que represente amar, es Luz.
A vosotros:



"Amad, y seréis amados;
 perdonad, y seréis perdonados;
 comprended, y seréis comprendidos;
 escuchad, y seréis escuchados;
 pues en verdad os digo, que todo aquello que hagáis a vuestros hermanos en nombre de Dios, Dios     os lo devolverá en nombre de vuestros hermanos.  
 Y a los que os injurien, darles la oportunidad de disculparse;
 y a los que os maltraten, darles la oportunidad de retractarse;
 y a los que os roben, darles la oportunidad de reponer lo sustraido;
 pues en verdad os digo, que nada de lo que os hiciéren tendrá juicio alguno si desde vuestro corazón  sabéis perdonarlo.
 Y cuando os pregunten, limitáos sólo a contestar; 
 y cuando os hablen, limitáos sólo a escuchar;
 pues os llegará el día en que vuestro Padre os preguntará, y en verdad os digo que os quedaréis mudos porque no tendréis nada con qué contestar.
 Y os llegará el día en que vuestro Padre os llamará para hablaros, y en verdad os digo que vuestros oídos no le sabrán escuchar.
 Aprended pues, a saber escuchar y a saber hablar; pues sobre ambos principios reside el conocimiento de Dios Padre.
 Y cuando penséis en vuestros razonamientos, alejaros de esa efímera verdad;
 y cuando seáis tentados por vuestros pensamientos, huid de esa agónica realidad;
 y cuando la duda os formule su hipótesis como real, escapad de todo propósito con que vuestra mente os quiera dominar.
 Pues nada de lo que vuestra mente os invita a pensar como real es real; pues en verdad os digo que la realidad que Sois empieza más allá de donde vuestra mente alcanza a pensar.
 Y cuando la ira recorra vuestro cuerpo, dadle la paz que no encuentra;
 y cuando vuestra rabia asidie vuestro corazón, dadle el cobijo de vuestra calma;
 y cuando el odio se apoderé de vuestros actos; que vuestro amor se compadezca de vuestra conducta.
 Pues seréis tentados por éstas y por muchas más emociones que no os he citado; pero en verdad os digo que vinísteis aquí para recordar quienes Sois, y será así que lo que llamáis pecado, os liberará en cuanto vuestro pecado se convierta en vuestro aprendizaje.
 Pues en verdad os digo que no hay más maestro en vosotros que vuestro propio aprendizaje; y aquel que busca su gurú en las entrañas de la vida, ese, sabio será ante sus propios ojos y los ojos de Dios.
 Y no probéis suerte en la tentación de amasar fortuna; pues la única fortuna que encontraréis al enriqueceros, no será la que os abrá las puertas del cielo.
 Aquel que es rico y sabe compartir su dinero, aquel ya conoce el cielo; pero aquel que siendo rico, aumenta su riqueza en detrimento de otros, aquel ni conoce ni verá el cielo.
 Y sed humildes como lo es vuestro corazón cuando ama; pues si buscáis apresar con vuestros sentimientos a la persona que decís amar; ¡no seáis hipócritas!, eso no es amor; eso es el miedo a no saber amar.
 Pero en vedad os digo que para saber amar habéis primero de conocer a Dios,  y para conocer a  Dios, primero habéis de conoceros a vosotros mismos; y para conoceros a vosotros mismos, habéis primero de reconocer que no sabéis amar "

Rafael Santamaría
629 309 929

jueves, 9 de septiembre de 2010

HABEIS DE SABER...; original de Rafael santamaría

Así como el hombre espera a Dios, Dios espera al hombre. Y en un único encuentro, Dios y hombre serán una misma cosa; serán Amor.
A vosotros:


"Habéis de saber que la cualidad que os hará inmortales está en el sentimiento que alberga vuestra alma, y ese sentimiento es Dios. Y para encontrar dicho sentimiento, para encontrar a Dios, habéis de desprenderos de toda inconsciencia con que vuestra mente os tiene sujeto en el hábito del pensamiento continuo y recurrente. Pues nada de lo que pensáis es vuestro. Pensáis con la mente, y la mente no sois vosotros. Vosotros estáis más allá de la mente. Sois el origen que se manifiesta a través de todo pensamiento. 
En la búsqueda de uno mismo, hallaréis varios caminos que no llevan a ninguna parte. Aún así, confundiréis dichos caminos con EL CAMINO. Pues estáis habituádos a buscar fuera lo que lleváis dentro.
Seréis tentados con la duda, porque todo pensamiento alberga duda; ya que de la duda se alimenta. Y a más duda, mayor necesidad de pensamiento. 
Os encontraréis con la necesidad de existir, de dar sentido a vuestra vida, de encontrar un proposito para y por el cual vivir. Y bajo el epígrafe de vuestra confusión, viviréis de lleno en la incongruencia del mundo sensorial, del mundo de los sentidos. Y desde la apreciación de todo fenómeno a través de vuestros sentidos, seréis seducidos por la mortalidad del caos emocional. Pues el placer, es el deléite emocional con que el hombre renuncia a su espiritualidad. 
Buscaréis en la opinión de otros vuestra propia aceptación. Y será que hasta que no os améis a vosotros mismos, todo amor que decís dar, será la mentira con que viviréis vuestra efímera realidad.
Estudiaréis los libros que otros escribieron buscando la Verdad. Y nada de lo que leáis os sacará de vuestras dudas cuando la duda busque en vosotros la Verdad. Pues todo conocimiento viene de uno mismo, y es en uno mismo como el conocimieno se torna sabiduría al aprender a amar.
Os asaltará la necesidad de huir cuando no sepaís que decisión tomar. Mas habéis de saber que nada de lo que hagáis confundira a vuestro DESTINO; pues EL es el maestro que os puso en esta vida para aprender lo que necesitáis saber.
Y en lo que os confiere a la vida que habéis decidido llevar; habéis de saber que nada de lo que hagáis es juicioso salvo por vuestra mente. Pero de la misma manera habéis de saber, que la sencilled de la vida que lleváis se complica cuando vuestra mente intenta racionalizar y acaparar todo mensaje con que la vida, os intenta abrir los ojos con los que veréis a Dios al amar. 
Y desde la humildad que Dios es en mi, yo os digo que nada de lo que yo aquí os diga tendrá valor alguno en vosotros, mientras no seáis vosotros mismos, vuestros propios maestros: aquellos maestros, hijos de un mismo Dios, que diran las mismas verdades que yo os digo. Vuestra Verdad; la Unica Verdad: Dios; EL AMOR.
Sed amor, y seréis Dios. Habréis encontrado el Origen a vuestro propio origen. Pues amar, se puede amar desde el amor; pero si sois amor, yo os aseguro que seréis la inmortalidad con la que Dios, el Padre, habita en cada uno de vosotros.
Con las lágrimas del que sabe lo que dice al sentir lo que dice, yo os amo"

Rafael Santamaría
629 309 929

lunes, 6 de septiembre de 2010

LA VIDA; original de Rafael Santamaria

Y llegado el momento, se os revelara la Verdad; porque la Verdad reside en vosotros, y tal como reside, ha de ser conocida.
A vosotros:


"Mas alla de vuestros sueños, existe otra realidad; pues en el despertar de vuestra conciencia, es donde reside la única Verdad.
Así pues amados hermanos, habéis de saber que toda vida se enriquece de momentos de los que aprender; y habéis de saber también, que todo momento del que aprendéis, encierra la propia sabiduría de vuestro destino.
Mas cuando comprendáis que en la oportunidad de vivir, esta la magia de la vida; yo os digo que sera para entonces, cuando la vida os llene de dicha vuestro día a día. Pues en verdad, en verdad os digo, que aunque lo que la vida os preste, la muerte os lo arrebatara; de lo que la muerte os quite, habéis de saber, que vuestra alma es inmortal.
Pues todo náufrago del Plan Divino, recala en una playa lejos de su lugar; mas es cruzando su propio mar de conciencia, como todo náufrago, regresa a su Hogar.
Y no tengáis dudas, pues son vuestras dudas las que conforman el oleaje de vuestro mar. Y no tengáis miedos, pues son vuestros miedos los que enturbian las aguas de vuestro mar. Y no alberguéis ansias por alcanzar la orilla de la sabiduría que aun esta por llegar, pues en ese deseo es donde mueren los que se llaman así mismos maestros y ya no tiene nada que enseñar.
Dejad mejor que sea el mar quien os muestre sus aguas, para que gracias a la marea que arrastra el saber, la orilla que quedaba lejos, este ahora a vuestra merced.
Y no alberguéis la esperanza de cruzar a nado dicho mar, pues sera con la ayuda de un velero, como al final vuestro viaje terminara. Mas todo velero lleva su nombre, y el vuestro, lleva el de Dios impreso.
Y sera así como termine lo que en un principio iniciasteis, y sera asi como termine el periplo a vuestro peregrinaje. Pues en vuestro velero se os revelara vuestro paradero, y en vuestro paradero sera donde encontreis el sentido buscado a tan largo viaje; la vida" 

Rafael Santamaria
629 309 929 

viernes, 3 de septiembre de 2010

DIOS EXISTE; original de Rafael Santamaria


Y cuando la Luz llegue, su Luz os cegara; pero sera justo gracias a vuestra ceguera, que vuestros ojos volverán a ver La Verdad.

A vosotros:



"Y hay quien dice que Dios, El Padre, no existe. Pero no son otros que los mismos que dicen que jamás le han visto.
Los mismos que tienen que ver lo que la vista no alcanza a ver para poder creer.
Los mismos que en verdad no quieren ni verle, ni verse en El.
Los mismos que viven lejos de los sentimientos con que el Padre se cobija en ellos.
Los mismos que huyen de Dios porque no quieren reconocerse así mismos.
Pero yo os digo hermanos que se equivocan; pues ellos buscan ver al Padre con los mismos ojos con los que no le ven, y así, es cierto que nunca le verán ni le podrán ver.
Pues en verdad os digo que para ver a Dios tenéis que mirar hacia dentro, tenéis que profundizar en lo que en verdad sois; tenéis que sentir el amor que lleváis en vosotros; y aun os digo mas, tenéis que sentirlo de tal manera, que os deis cuenta que sois aquello que sentís cuando amáis como Dios os ama.
Pues yo si os puedo decir que Dios existe; y que existe en cada uno de vosotros y en aquellos que no le han visto ni creen en El. Pues tuve la oportunidad de verle, de verle tal y como Es; y al verle, todo se hizo comprensible sin razonamiento alguno.
Todo se hizo comprensible sin la necesidad de comprender.
Todo se volvió luz en un mundo hasta entonces oscuro.
Pero seguro os preguntáis comó es El, y yo os digo :
- Imaginaros que tenéis frente a vosotros al que habéis designado como vuestro mayor enemigo.
- E imaginaros ahora que os hace el peor daño que jamás pensasteis que os pudiera hacer.
- Y ahora imaginaros que aun así le perdonáis y le amáis mas que a vuestra propia vida.
- E imaginaros ahora un espejo donde pudierais ver la dicha que os recorre por dentro al amar a vuestro enemigo sin los condicionamientos de vuestro ego...
Pues en verdad os digo hermanos que aquello que veis en ese espejo sin los ojos que no os dejaban ver, sin los ojos de vuestro ego, no es mas que el Dios que habita en vosotros: vuestro Padre; el origen de lo que sois. El Dios del que algunos reniegan y se resisten a  creer que existe.  
Quien ignora a Dios, se ignora así mismo.
Quien reniega de Dios, reniega de si mismo.
Quien se aleja de Dios, se aleja de si mismo.
Pero quien cree con todo su amor en Dios; ama a Dios y se ama así mismo. Y a ese, su fe, su intuición al servicio del conocimiento, le salvara. Y su salvación le hará libre en un mundo del cual la humanidad aun no se ha liberado de su ego.
Y yo os digo :
Quien deposita la búsqueda del conocimiento en el saber de otros, nunca profundizara mas de lo que otros indagaron en la cuenca del saber.
El conocimiento esta en uno mismo; de igual manera que es en uno mismo, donde esta el camino que abre las puertas del saber.
Y sera así que solo cuando vuestro conocimiento os libere de la ignorancia, vuestra vista estará preparada para ver con otros ojos a Dios; con los ojos de amor. Y sera entonces cuando le veréis.
Yo puedo dar fe de ello.
Así pues hermanos, tomad el camino que es en vosotros El Camino.
Recorrer cada paso como parte del camino; y en cada parte del camino, tomad el pulso al paso que construye vuestro camino.
Haced gala de la sencillez de vuestro camino; y en vuestro caminar, dejad que vuestros pasos os guíen en vuestro camino.
Y cuando os pregunten que camino seguís, decid que ninguno de los que antes fue camino. Pues vuestro camino sois vosotros, y vosotros sois vuestro propio camino.
Que Dios os ilumine en vuestro caminar y en vuestro camino hermanos; para que así, su luz, sea la luz que da luz cuando la oscuridad difumina el paso en vuestro camino.
Que así sea "

Rafael Santamaria
629 309 929

viernes, 27 de agosto de 2010

Y YO OS DIGO; original de Rafael Santamaria

Y de nuevo vendrá y estará junto a vosotros; pero vosotros no le reconoceréis. Pues quien pensáis que es no es; es, quien sentís que es. Así pues yo os digo: sentirle, y le volveréis a ver.
A vosotros:

"Lo imprevisible de la vida es lo que la hace maravillosa; lo predecible, la hace aburrida.
Lo tangible de la vida, la hace superficial; lo intangible, la hace Divina.
Lo que la diversión agrada, la alegría lo hace aun mas feliz.
No busquéis pues diversión que agrade vuestra vida, buscad mejor la dicha de vivir que os hará aun mas feliz.
Así pues, yo os digo: que vuestra pasión no domine vuestra alma a través de los deseos de vuestro ego.
Que vuestra prioridad no sea que la gente os entienda; que vuestra prioridad sea entenderos a vosotros mismos; ya que la persona mas interesante que conoceréis en vuestra vida, aun esta por llegar; pues sois vosotros mismos.
Que vuestras respuestas no respondan a las preguntas de otros; que vuestras respuestas respondan a vuestras propias preguntas; y que vuestras preguntas no cesen hasta que encontréis en vosotros la respuesta a todas vuestras preguntas.
Que vuestra moral no sea la virtud de la que presuma vuestro ego; que vuestra moral sea la conciencia del amor hecha presencia en cada acto de vuestra vida.  
Que vuestra cortesía y respeto no busque el agrado de los que la reciben; que vuestra cortesía y respeto sea el sentimiento con que recibís a todo aquel que llega a vuestra vida.
Que vuestro reconocimiento y gratitud empiece por los demás en detrimento vuestro; para que una vez visto que sois humilde de corazón ante vuestros hermanos, sean vuestros propios hermanos quienes os ensalcen con su reconocimiento y gratitud. 
Que vuestra ayuda no se preste solo en ayudar a los demás; que vuestra ayuda sacie primero el ayuno al que habéis sometido a vuestro desterrado socorro, y así, tras saciar su lamento y habiéndole dado el asilo que por derecho le corresponde, podáis ofrecer al prójimo la ayuda que se merece.
Que vuestro amor no abastezca las arcas de los que decís amar; que vuestro amor abastezca primero vuestras propias arcas, para una vez llenas, podáis ofrecer vuestro tesoro a quien sepa verlo como tal.
Que vuestro maestro no sea la filosofía y el programa estadístico con que el mundo ha constituido su moral social; que vuestro maestro sea el joven aprendiz que lleváis dentro que todo lo necesita experimentar.
Que vuestra vida no sea fiel reflejo de la conducta vista en otros; que vuestra vida sea vuestra, y como vuestra, la construyáis a imagen y semejanza de lo que sentís que es la vida que os llena por dentro: el amor. 
Y acercaros a las palabras que gobiernan los sentidos, a aquellas que no tienen forma ni expresión; a aquellas palabras que salen del alma en tiempo de silencio; a aquellas palabras que no teniendo significado lo dicen todo.
Pues sois tanto esa palabra como su significado; sois el tiempo de silencio que alberga la calma; sois el espacio sin limites que no tiene forma; sois la paz que se presencia en ausencia de vuestro ruido mental; sois el acto creativo de vuestra evolución en la conciencia universal; sois todo aquello que necesitéis ser para culminar vuestro aprendizaje.
Y de todo aquello que sois y que no se puede resumir en palabras, quedáos con vosotros mismos; quedáos con aquello que sentís que sois cuando os encontráis a gusto con vosotros mismos; porque eso es, al fin y al cabo, lo que sois: AMOR"

Rafael Santamaría
629 309 929

martes, 24 de agosto de 2010

OS LLEGARA EL DIA; original de Rafael Santamaria

Una vez tuve un sueño (esta vida), del cual jure no despertar (no morir); pero al despertar (al tomar conciencia de la verdadera vida), vi que todo era un sueño (todo era mi mente), y entonces, no quise volver a soñar ( no quise identificarme con la mente), y..., vivi (me desperte); y por primera vez en mucho tiempo, me senti vivo ( Me senti uno con Dios)
A vosotros:   

"Uno se puede engañar tantas veces como quiera, pero os llegara el día en que el peso de vuestra mentira os hará revelar la verdad.
Uno puede escuchar lo que otros le dicen, pero os llegara el día en que  tendréis que escucharos a vosotros mismos.
Uno puede huir de si mismo toda una vida, pero yo os digo que otras vidas os aguardan para encontraros a vosotros mismos.
Uno puede decir todo lo que quiera, pero os llegara el día en que tendréis que guardar silencio para observar vuestra propia sabiduría.
Uno puede ignorar la conciencia de Dios que anida en el, pero yo os digo que os llegara el día en que tanta ignorancia hará despertar vuestra conciencia.
Uno puede buscar el amor en otros, pero os llegara el día en que el amor os busque a vosotros y entonces tengáis que empezar por amaros a vosotros mismos.
Uno puede buscar consuelo llorando, pero os llegara el día en que vuestras lágrimas no encontraran consuelo cuando las queráis derramar; pues os llegara el día en que el verdadero consuelo os sera revelado.
Uno puede deleitarse con el mundo de la materia y vivir con el y para el, pero os llegara el día en que vuestro verdadero mundo se os revelara, y entonces, en el os reconocereis.
Así pues, dejad que la vida que sois, en aquello que sentís, sea cuanto necesitéis para vivir.
Ser como el sol que no busca dar luz porque es luz.
Ser como el agua que cae del cielo, que no teme donde cae porque es lluvia y no miedo.
Ser como el viento que cambia de dirección sin dejar de ser viento.
Ser como la Verdad que todo lo desmiente, que no necesita de argumentos para defenderse.
Ser como el polvo del desierto, que sin saber que lugar ocupa en el desierto, descubre su sitio al ocupar su lugar.
Ser como la oración que busca los oídos de Dios al orar, que en el origen de su conciencia toma a Dios como ejemplo.
Ser como el amor que nada tiene que envidiar al odio, pues no teme a quien ama, al amar sin odiar. Ser como el camino que no tiene dirección ni destino, pues es el propio camino quien os marca  vuestro propio destino.
Y así, yo os digo: ¡ay de aquellos! que fijen su vista solo en lo que ven sus ojos, pues no verán nada de lo que ven los mios; y sin mas vista que lo que dicen ver, su ceguera mental les dejara ciegos ante el cielo que ven mis ojos"

Rafael Santamaria
senseirsan@gmail.com
629 309 929

domingo, 22 de agosto de 2010

DAD GRACIAS, original de Rafael Santamaría

Aprended a interpretar vuestra propia lectura; y vuestro libro, aquello que sois, será vuestro mejor maestro.
A vosotros:


" Y cuando os sintáis perdidos, daros cuenta de la oportunidad que se os brinda; pues sólo él que se encuentra perdido, tiene la grandísima oportunidad de encontrarse.
Y cuando os sintáis solos y desamparados, daros cuenta de la oportunidad que os brinda vuestra soledad: la de conoceros a vosotros mismos. Pues en verdad, en verdad os digo, que no conoceréis nunca a nadie más interesante que vosotros mismos; y que cuando os conozcáis, ya nada de lo anteriormente conocido tendrá sentido. 
Y cuando os sintáis abatidos y desganados, dad gracias por vuestro abatimiento, pues gracias a él podréis tomar conciencia de la felicidad que os aguarda cuando decidáis poner fin a vuestra agonía.
Y cuando la duda asalte los dominios de vuestras creencias, dad gracias a Dios; pues vuestra alma se regocija en vosotros cada vez que no os identificáis con aquello que os han enseñado, y sí, con aquello que sois y sentís que sois.
Y cuando creáis que el amor os falta y se os llenen de vacio vuestras ilusiones, dad gracias al Padre que os creó, porque os llegó la oportunidad de aprender a amar y dejar atrás los tapujos con que vuestro ego dice amar.
Pues en verdad, en verdad os digo, que si supiérais sentir el amor, os sentiríais amados siempre y en todo momento; sin embargo, lo que hacéis, no es más que pensar y pensar; y nada de lo que podáis pensar con vuestra mente acerca del amor, es amor. Pues el amor está más allá de cualquier etiqueta mental. El verdadero amor es tan indescriptible, que las palabras del poeta sólo se acercan a la fragancia que despide su aroma; su esencia, es sólo palpable por aquellos que viven la verdad de su alma. Todo lo demás, todo aquello que se habla del amor, es la burla con que el ego se mofa de la ignorancia del hombre que se identifica con su ego.
Y cuando os sintáis lejos de todo aquello que añoráis, dad gracias, dad gracias al sentimiento que os gobierna, pues gracias a él podréis aprender que la lejanía de lo que añoráis está tan próxima, que nada está lejos ni cerca; pues lo que añoráis sois vosotros mismos en la forma exterior en la que habeis elegido identificaros en ese momento.
Y cuando la tristeza siembre en vosotros la desemperanza; dad gracias, dad gracias a Dios; pues habéis de saber que la cosecha que habréis de recoger a tal siembra, no es la de la melancolia, sino aquella que os invita a descubrir que la tristeza es tan sólo un estado más de felicidad que se viste de negro.
Pues en verdad, en verdad os digo, que vuestro aprendizaje es el aval a vuestra sabiduría; y que sólo aquellos que sepan ver de cada situación la oportunidad que se les brinda para aprender más de ellos mismos, serán llamados a las puertas del cielo. Los demás, viviran su propio infierno; un lugar sombrío creado por su ignorancia.
La esperanza de ver a Dios, cobra forma cuando uno deja de identificarse con las formas; la esperanza de ver a Dios, cobra sentido cuando uno de identificarse con lo externo.
Dios nunca vendrá a verte a menos que te des cuenta de que Dios está en tí. Veelo con tus propios ojos, y verás que es cierto; tan cierto como que Dios nunca se ha alejado de tí tanto como tú de El.
Con el amor del que hago gala al escribiros yo os digo: no dejéis de sentir vuestra mente, pues llegará el día en que la mente os devuelva la libertad de SER vosotros mismos, y ese día, está proximo en vuestros días "

Rafael Santamaría
629 309 929

jueves, 19 de agosto de 2010

LA HISTORIA DEL AMOR DE DIOS EN EL HOMBRE; original de Rafael Santamaría

En verdad, en verdad os digo, que vuestra inteligencia es vuestro silencio; y que vuestra sabiduría, es la conciencia de vuestro silencio.
A vosotros, desde mi silencio:

“Y me habló de ella un hombre invidente, un hombre que sin vista podía ver; y aquel hombre me relató la historia; ésta historia que ahora os cuento.
No hace tanto…, en aquel tiempo en que al hombre le bastaba amar para sentir a Dios, y Dios sentía al hombre al sentirse amado; en aquel tiempo en que al saber el hombre hablar con Dios a través de los sentimientos, el hombre supo cómo entender a Dios al empezar a entenderse así mismo. En aquel tiempo…, en la misma época en que todo era perfecto, un hombre hablo mal de Dios al pensar en Dios. Pues el pensamiento acota a Dios, y en ese sentido, la imperfección empezó a cobrar fuerza cuando el pensamiento creció en la moral del hombre.
Y al destierro de Dios, le siguieron los sentimientos profundos con los que el hombre había encontrado sentido a su vida; y al irse estos, todo se fue; y la muerte cobró vida al creer el hombre en la muerte y no en la vida.
El hombre se volvió necio al pensar; pero defendiendo su manera de pensar con lo que pasaría a denominarse el ego, el hombre se identificó con la mente acotada del ego; y en ego se convirtió.
Y cuando toda la humanidad se volvió ego por la socialización del pensamiento, un hombre volvió a dar sentido a la vida al poner toda su fe en el origen de la vida: el amor.
Pues una mañana llamó a casa de aquel hombre una mujer, una mujer ataviada con harapos que ocultaba su rostro tras un oscuro paño. La mujer le suplicó comida; y aquel hombre no la dio comida, ni tan si quiera le daría las sobras de su comida; aquel hombre la invitó a que comiera con él. El pueblo enteró censuró, a través de sus razonamientos, la actuación de aquel hombre; pero al día siguiente, aquella mujer volvió a llamar a la misma puerta, está vez, para pedir cobijo. Pero aquel hombre no la dio cobijo, ni tan si quiera le cedería su cobertizo para cobijarse; aquel hombre la invitó a que durmiera en su casa. De nuevo, todo el pueblo censuró aquella actuación, y con aquella censura, le retiraron el saludo pero, otra vez, aquella mujer llamaría a la misma puerta, y está vez, para pedir asilo. Y aquel hombre no la dio asilo, ni tan si quiera la hospedaría hasta que decidiera irse; aquel hombre la entregó las llaves de su casa. El pueblo entero, indignado, aisló a aquel hombre, pues su comportamiento se salía de toda conducta moral con la que aquella aldea había sobre vivido gracias a sus creencias.
Pero de nuevo, aquella mujer llamaría a la puerta del mismo hombre, y está vez, lo hizo buscando consuelo. Mas aquel hombre no la dio consuelo, ni tan si quiera se entretuvo en escucharla; aquel hombre la dio todo su amor; y así, la consoló.
Entonces, aquella mujer se iluminó, y descubriendo su rostro hizo uso de la palabra:
- Tú, buen hombre, ¿acaso no te has dado cuenta de mi rostro? Como puedes observar, tengo el rostro desfigurado y mis vestidos son estos harapos que ves. ¿Acaso no ves que soy pobre y que no tengo nada que ofrecerte?, ¿cómo puedes entregarme tu casa, tu vida, y tu amor?; ¿qué ves tú que yo no veo?
A lo que aquel hombre contestó:
- Tu belleza, hermosa mujer, no eligió tu rostro para plasmar toda su hermosura. Y tu riqueza, opulenta mujer, no eligió tu estilo de vida para plasmar toda su riqueza. Eres bella donde la belleza nace y es verdaderamente bella. Eres bella de espíritu. Y eres rica, donde la riqueza acumula todo su tesoro y es riqueza. Eres rica en espíritu. ¿Qué más puede pedir un hombre a una mujer, si es que puede pedirle algo?
El silencio hizo gala de su sabiduría al rendir homenaje a aquel momento, y tras la magia de su saber estar, aquella mujer volvió a hablar:
- Una cosa más te diré, buen hombre; la riqueza y la belleza que has visto en mí sólo son fiel reflejo de lo que tú eres. Pues lo que tus ojos no pueden ver lo ha visto tu corazón; y tu corazón te ha dejado ver lo que tus ojos no podían ver.
Lo que tú puedes ver es grande, lo que lo demás pueden ver, es pequeño. Conserva así pues, la vista que Dios te ha dado, pues los ojos con los que tú ves, no son tus ojos, son los ojos de Dios; son los ojos del amor.
Yo Soy el ángel que Dios ha enviado a la tierra en busca de sus hijos; dichoso tú que has encontrado el camino que lleva al Padre al abrirme, no sólo la puerta de tu casa, sino el corazón que alberga tu alma.
Pues llamé a la puerta de cada hogar que encontré a mí paso esperando hallar a los hijos de Dios en la tierra, mas ningún hijo de los que son hijos de Dios, al verme, ni tan siquiera me abrió su puerta. Pues sus ojos son víctima de la ilusión con la que se han afianzado en sus creencias, y sus creencias son meros pensamientos que tan sólo acreditan la verdad de lo que piensan.
Pues has de saber, que el Padre no piensa, es pensamiento. De la misma forma, el Padre no ama, es amor. De la misma forma, el Padre no sabe ni busca saber, es sabiduría. Y de la misma forma, el Padre no es nada al no identificarse con nada, pues EL, Todo lo Es.
Con esto queda dicho lo que el hombre busca saber y tú has encontrado. Con esto queda concluida mi búsqueda; pues yo ratifico en ti que Dios existe en la tierra; y tan sólo el tiempo que no existe, será el verdugo que hará ver en tus hermanos la misma verdad que tú viste; la misma verdad que tú Eres; el AMOR.
Bienaventurados aquellos de vosotros que habéis entendido lo que está escrito, pues vosotros no estáis en el camino; vosotros sois el camino”


Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

domingo, 8 de agosto de 2010

YO SOY LA PALABRA; original de Rafael Santamaria


Padre, el Camino esta iniciado, y el iniciado esta en el Camino; asi pues Padre, hagase en mi segun Tu voluntad.
A vosotros:
"Yo Soy La Palabra de aquel que escucha la Voz de mi Padre; dichosos vosotros que podéis oír mi voz, y escucháis La Palabra. Así pues, tomad conciencia de lo que escucháis;  y sabed, que no escucháis más que lo que ya sabéis, pero que lo que oís, es lo que ya sabéis, es vuestra sabiduría; por eso os tornáis Sabiduría al escucharos en mis palabras. 
Y en vuestro reencuentro con Dios habéis de recordar quienes sois; pues de igual manera que EL sabe quiénes son sus hijos, vosotros habéis de dar fe con vuestros actos de quien es vuestro Padre. 
Y no deis más amor del que decís que tenéis a quien decís amar; pues a ese ya le amáis y él a buen seguro lo sabe si lo que le amáis, le amáis de verdad. Amad a quien dice que os odia, pues yo os digo que el odio es tan sólo un dialecto del amor. Y todo aquel que quiera hablar el lenguaje del amor, habrá de comprender todos sus dialectos; pues sólo así podrá comunicar y entender el amor en todas sus formas. Pues habéis de saber, que aquel que dice odiaros os ama a su manera; no interpretéis pues el odio como la moral contraria al amor; interpretar mejor el odio como la manera ignorante del que está empezando a descubrir el amor. 
Así pues, dejad que os odie con todo su amor, para que sabiendo vosotros que os ama, él, poco a poco, también  descubra que os ama. Más yo os digo, que si el odio le tuviera retenido en la incongruencia de su amor; y que si de tal mórbido estado su corazón hiciera un refugio al amar; amarle, y amarle con todo vuestro corazón, con todo vuestro SER, pero no intentéis salvarle de su quema; pues en verdad, en verdad os digo, que sólo después de vencer su ceguera, el ciego podrá ver con sus propios ojos la luz que se torna conciencia; pues sólo después de vencer su odio con amor, el ciego de rabia, ira, y dolor, verá la luz del amor, verá la luz de la conciencia. 
Así pues, dejad al enfermo que enfermó, sanar su enfermedad de la misma forma que la contrajo; pues sólo él tiene la magistral formula que le curará, y en verdad sólo él sabe de qué enfermó, y para qué y por qué enfermó. 
Y comprended que la vida es eterna, y que sólo existe vida; pues de la misma manera que el feto fallece como feto tras separarse de la madre al cortar el cordón umbilical, y de esta manera llega a la luz que se vislumbra al otro lado del oscuro túnel del útero de su progenitor para engendrarse en otra forma de vida; así entenderéis vosotros que la vida no tiene fin, cuando tras separaros de la madre tierra al abandonar vuestro cuerpo físico en el lecho de muerte, entréis en el mundo de la luz del que formáis parte: vuestra VERDADERA VIDA. Lo que en verdad sois, Seres de Luz. 
Pues en verdad, en verdad os digo, que todo es vida, y que la muerte sólo anida en vuestra mente. En vuestros corazones sólo hay amor, sólo hay vida. Alejaros pues de vuestra mente si queréis vivir eternamente. Y sabed, que cuando tratéis de la misma manera a ricos que a pobres, a hombres que a mujeres…, a vuestro hermano igual que a vuestro padre; habréis transcendido al personaje con que el ego habita en cada uno de vosotros, pues habréis reconocido a Dios en la apariencia de las formas; y en cada forma estaréis contemplando a Dios, a vosotros mismos "
Rafael Santamaria
senseirsan@gmail.com. 
629 309 929

miércoles, 28 de julio de 2010

AQUELLA PAZ LLAMADA DIOS; original de Rafael Santamaría

En la temida tempestad emocional, el Buda se mantiene incólume, inalterable, imcorrupto; nada le puede, porque a nada se resiste. El Buda, por tanto, ES.
A vosotros: 

"En la medida en que hiciereis las paces con vuestra vida, vuestra vida os devolverá la paz que os corresponde. No creáis pues que la paz no existe, lo que no existe es lo que vosotros os negais a creer como paz; y ESO, existe. Y esa paz que ansiais y que confundis con la felicidad es Dios en vosotros.
Y yo os digo que Dios vive a vuestro lado, y en certera compañía, cuando le sentís como amigo.  Mas cuando la luz de la conciencia abra vuestra mente y LE podáis sentir como hermano, vivirá en vosotros y a vuestro lado. Pero cuando os ilumineis, entonces, entonces yo os digo que LE sentiréis en vosotros, en vuestro interior; y formará parte de vosotros como vosotros formáis parte de EL. Entonces, el tiempo y la forma desaparecerán, y sabréis de aquella paz que buscábais, porque aquella paz que buscábais sois vosotros cuando estáis en paz; cuando estáis en Dios y Dios esta en vosotros. La felicidad es el sucedáneo mortal con que el ego os tiene engañados; os idealizo un estado efímero a través de sentimientos opuestos (bueno-malo,...), y os tiene atrapados en la mecedora de esa dualidad de emociones. Y en ella hay quien se duerme y no despierta; y en ella hay quien se marea y siente que debe abandonarla inmediatamente. A estos últimos yo les digo, dichosos vosotros que no abandonasteis vuestra alma a merced de la apatía espiritual que impone la vida del ego, pues en vosotros la vida de Dios en el hombre aún esta viva, y en vosotros vivirá eternamente cuando os reconciliéis en ella.
Muchos de vosotros aún vivís con miedo a lo que desconocéis, mas yo os digo que lo que conocéis de nada os servirá mientras no os adentreis en lo Desconocido.
El misterio de Dios, oculto para el hombre ajeno a sus sentimientos, esta al alcance de todo aquel que llame a las puertas del cielo; y para llamar a las puertas del cielo, yo os digo, que os vale con sentir el amor que lleváis dentro. Hacedlo así como os digo, y se os abriran de par en par; llamad con los nudillos de vuestro ego, y os pasaréis toda una eternidad llamando sin ser recibidos.
La paz de Dios anida en el hombre desde que Dios está en el hombre a través de su Espíritu, y el hombre siente a Dios a través de su alma. Regocijáos pues en esa Paz, regocijáos pues en Dios. Nada hay tan eterno como la paz que uno siente que ES. Pues infinitos sois cuanto más infinitos os hacéis, y para hacerse infinito, sólo hay que sentirse infinito; sólo hay que sentir lo que uno ES. En verdad, en verdad os digo, que sólo hay que sentir lo que Dios es en vosotros y vosotros en EL; que al fin  y al cabo, es lo mismo; porque todo es lo mismo en cuanto obedece al mismo principio de creación: el amor; y en amor os convertiréis cuando os reconozcáis en ese princpio de creación.
Posponer el mañana para el mañana, y dejar en el pasado el pasado; de esta forma que yo os digo, evitaréis que el tiempo os tenga vilo. 
En verdad, no hay paz más profunda que la que emerge desde las profundidades; y ESA, es la paz que lleva al origen de toda paz, es la paz que lleva a DIOS. Todo lo que se le parezca o intente parecérsele, no es paz, es la imitación de vuestro ego a lo que él entiende como paz.
La paz es vivir en Dios. Lo demás es efímero y circunstancial. Dios es eterno, como lo es su paz; como lo es la PAZ"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929