sábado, 19 de junio de 2010

EL PERFUME Y LA FRAGANCIA; original de Rafael Santamaría


El que sabe pedir, sabe que recibirá lo que pidió. El que pide y no recibe, ese, no pidió desde el amor de su corazón.
A vosotros:




"No he venido para contar nada que otro antes no haya contado, es más, todo lo que os voy a decir sabéis que es cierto porque sentís su verdad como parte de vosotros. Aquel que vino antes que yo para decir lo mismo que ahora os digo, fue escuchado en un principio, pero después de un tiempo, sus enseñanzas no sólo fueron distorsionadas, sino que de ellas el hombre se olvidó, e hizo alrededor de su propia interpretación, su ignorancia.
Y no es que yo sepa lo que vosotros no sabéis, o vea lo que vosotros no véis; es que vosotros ni queréis ver ni oír lo que resuena en vuestro interior. Y es por ello que yo os emplazo a redescubrir el origen de vuestra existencia; pues adquirido éste conocimiento, no sólo veréis lo que yo veo y sabréis lo que yo sé, sino que veremos y sabremos lo mismo vosotros y yo, ahora y siempre.
La duda no es la ciencia con la que adquiriréis la sabiduría que hay en vosotros; la razón y la lógica son vestigios de vuestra ignorancia, son la explicación que buscáis a lo que desconoce lo poco que conoce vuestra mente. Por el contrario, si rehusáis buscar cobijo en vuestra mente, y pedís asilo al amor de vuestra alma, encontraréis la paz que no halláis en vuestra mente. Pues la mente piensa, y el pensamiento agota, y agotados, no somos nada; sin embargo, el alma no piensa, siente; y el sentimiento no agota, da la vida; y con vida, somos todo aquello que queramos ser.
Aquel que nada contracorriente fallecerá, pues tarde o temprano sus fuerzas mermaran su coraje, y exhausto, perderá la vida; pero aquel que ve en el curso del rio la opotunidad de dejarse llevar, aquel llegará a buen termino, pues él será salvado por la fe que puso en lo desconocido.
El rio del que os hablo, es aquello que resuena en vuestro interior; y su caudal, es el amor. Mas siempre hay quien dice que no oye nada, que no oye esa voz interior; pero yo os digo que esa voz resuena como resuena la única voz que puede hablaros; y que su sonido no es el sonido de la voz que hasta ahora habéis oído; su sonido es la armonia del amor en consonancia con la conciencia del Todo.
Y vosotros os preguntaréis. ¿y qué es el Todo?, y yo os contesto: el Todo es el origen de los origenes; es aquella fragancia que pasó por el tamiz de esta vida para confundirse en la variedad de perfumes que hasta ahora conocéis; pero habéis de saber que todos los perfumes juntos, conformarían la fragancia que les dio la vida.
Así pues, no seáis necios y contempléis un sólo perfume, abrid la cualidad para la que habéis nacido, y apreciar que cada perfume existe gracias a que existe otro perfume que le hace distinto; y que cada olor, sólo es un olor, pero que la unión de todos, conforma el único olor que los engloba a todos.
Y ahora yo os pregunto: ¿qué es lo único que une y puede mantener unido?; la respuesta es el amor; pues el amor lo une todo. Y siendo así como os digo, ¿entonces?, ¿qué es lo único que puede unir todas las fragancias en una única fragancia?. Si, el amor.
Así pues, el origen de los origenes, el Todo, es el amor; el amor que se disolvió en infinitas almas para sentirse amado en la variedad de cada uno de sus hijos.  
El que entienda lo que es, sabrá amar sin el condicionamiento de su mente; el que no quiera reconocer aún su origen, será sólo un perfume que adornará su vida bajo una fragancia, y su olor sólo le representara a él, y en él morirá todo su olor.
Ser pues, dignos representantes de lo que lleváis implícito en vosotros; y al que os injurie, amadlo; pues sólo así, habréis comprendido que la vida no vale nada más que aquello que vale cuando se ama por encima de todo. Y a aquel que os humille, amadlo; pues no os podrá humillar más cuando con todo vuestro amor le ameís; ya que se dará cuenta que su humillación no hace mella en vosotros salvo para darle el amor que le falta.
Y cuando no sepáis qué hacer, entonces dedicáos a no hacer nada más que amar, y el sólo flujo del primer principio por el que se rige la verdadera vida, el amor, os mostrará el camino.   
El desastre del que os habla vuestra mente cuando algo se cierne sobre vosotros, es la sombra bajo la cual se cobijan vuestros miedos; la realidad, es que nada ocurre en desarmonía con la finalidad de vuestros actos; así pues, lo que sembréis con vuestro amor, recogeréis fruto de vuestro amor; pero todo aquello a lo que le negásteis su amor, eso, os estará esperando hasta el día del juicio final. Pues sabed, que ningún perfume puede obviar a otro si quiere llegar a fomar parte de la fragancia única que los engloba a todos. 
El que os habla, tomó conciencia del olor de su perfume, y aunque era cautivador, decidió buscar la esencia a todos los perfumes; es decir, la fragancia que aún estando presente en todos y cada uno de ellos, les permitió la individualidad de cada uno de ellos"    

Rafael Santamaría
629 309 929