sábado, 23 de mayo de 2020

EL APRENDIZAJE; original de Rafael Santamaría


Entiende que: 
que tu hijo se parezca a ti, no tiene ningún mérito; pero que tu hijo sea él mismo, sí.

Para ello, y si tu corazón lo cree conveniente, ayudale a rectificar cuando creas que se está equivocando, pero jamás le rectifiques, pues sus errores son la parte más importante de su aprendizaje; ya que lo que tú llamas: "su camino equivocado", muchas veces no es más que la versión más larga de su propio camino.

Ningún te quiero es para siempre hasta que no se hace amor, y para que se haga amor, hay que dejar que los que más quieres, también se equivoquen.

Equivocarse es humano.
Asumir nuestros errores, una señal de nuestra naturaleza divina.
Y rectificar a tiempo: una muestra de nuestra condición de sabios.

La vida por tanto es un triángulo amoroso entre lo que tú quieres, lo que la vida te da, y lo que no te queda otra que aceptar.

Rafael Santamaría