sábado, 10 de julio de 2010

HE AQUI...; original de Rafael Santamaría




He aquí el hijo de Dios que sabe de su Padre porque se reconoció como hijo suyo.
He aquí el Padre que sabe de su hijo porque su hijo en verdad, le reconoció como Padre.

A vosotros:



"He aquí la palabra del que habla sin voz.
 He aquí la voz del que habla sin palabras.
 He aquí la armonía del amor.
 He aquí el amor que es todo armonía .
 He aquí el llanto que sin lágrima despierta compasión.
 He aquí la compasión del llanto que despierta la lágrima.
 He aquí el comienzo de la vida en el alma.
 He aquí el alma que da comienzo a la vida.
 He aquí el principio del fin.
 He aquí el fin que no busca sino su principio.
 He aquí el conocimiento que da el saber.
 He aquí el saber que avala todo conocimiento.
 He aquí el instrumento de paz que alberga el alma.
 He aquí el alma que es todo instrumento de paz.
 He aquí el sentido que da la vida.
 He aquí la vida que cobra sentido.
 He aquí la verdad del que busca vivir la verdad.
 He aquí el prójimo del que habla el amor al amar al prójimo.
 He aquí el sueño que habita en la soledad perfecta de cada sueño.
 He aquí la imagen que engloba toda imagen.
 He aquí el día que tras cada noche comienza con un nuevo día.
 He aquí la morada del aire cuando el viento abandona su movimiento.
 He aquí la mirada del astro que ilumina con su luz la oscuridad de la ceguera.
 He aquí la única llave que abre la vida.
 He aquí esa llave que no sabe ni de puertas ni de cerraduras.
 He aquí el mañana inexistente en un continuo presente.
 He aquí el vestigio de un pasado lapidado por efímeras concesiones de la vida.
 He aquí el testigo que testifica con su sola presencia.
 He aquí el miedo de la sombra que acompaña a la verdad de la vida.
 He aquí el momento de quietud total que no sabe de más momentos que el suyo propio.
 He aquí el océano de la vida al que confluyen los ríos que supieron entender la vida.
 He aquí el destino del que esta en posesión de La Palabra.
 He aquí La Palabra que hizo de su destino el Verbo Divino.
 He aquí el ocaso de los dioses contemplando la hegemonía del amor.
 He aquí la hegemonía del amor que da luz al ocaso celestial.
 He aquí la duda que hace dudar.
 He aquí que no somos duda, ni tan si quiera el que duda; pues duda la mente; y he aquí que para cuando os hayáis liberado de vuestra mente, os habréis liberado de vuestras dudas.
 He aquí que el alma sólo sabe de su Presencia, y he aquí que su presencia sólo sabe estar presente.      
 He aquí, por tanto, que alma no sabe de tiempo; ya que el alma es atemporal en el tiempo.
 He aquí que el tiempo dio poder a la mente, y la mente entrego su poder al tiempo.
 He aquí el amor que engloba todo concepto de tiempo: el alma. 
 He aquí el alma, la cual engloba todo concepto de amor en el tiempo.
 He aquí el misterio de la vida que busca el que sintió el amor.
 He aquí el amor del que sintió en su búsqueda el misterio de la vida.
 He aquí la eternidad del que sabe vivir sin la medida del tiempo.
 He aquí la soledad del que sabe estar solo sin sentirse solo.
 He aquí la magia que avala al mago que no hace trucos de magia.
 He aquí el despertar de la conciencia que no usa de más despertadores que el de la voluntad de la conciencia a despertar.
 He aquí el rito del amor que abandona todo ritual para ser amor.
 He aquí la concesión de la gratitud eterna que sólo sabe de gratitud.
 He aquí la moral de la vida que no usa otra moral que la verdadera vida.
 He aquí la complejidad de la mente que vive gracias a esa complejidad.
 He aquí la simplicidad del alma que ES gracias a la simpleza de su pureza.
 He aquí la tortura y sin piedad del que vive entre dos mundos: pasado y futuro.
 He aquí la Gracia del que vive en el momento presente en el que vive.
 He aquí la morada del Padre en el hombre: el alma.
 He aquí su tiempo: el ahora.
 He aquí su forma: el amor.
 Y he aquí La Palabra que de mi puño y letra es mi alma".

  Rafael Santamaría
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