jueves, 31 de diciembre de 2015

ACTUA; original de Rafael Santamaría

En cierta ocasión, debido a mi pasado en el mundo del deporte, una persona insistió en que viera ciertos videos acerca de la vida y entrenamientos de algunos campeones y hombres mitificados del deporte de alta competición y el culturismo.
Si hubiéramos visto solo uno, o hubiera sido algo ocasional nunca hubiera dicho nada. Pero era algo repetitivo.
- Mira. Pero mira! - me decía queriendo que prestase a esos vídeos la misma atención que él les prestaba.
Deduje intuitivamente que su actitud era sólo la de mirar; y cansado de verlos:
- Eso está muy bien - dije refiriéndome a los vídeos - Son motivacionales y de gran ayuda; pero en verdad te digo que viendo sólo vídeos uno no se pone ni fuerte, ni llega a ser un campeón.
Deja de mirar y actua!
Rafael Santamaría

EL PUNTO DE COCCIÓN; original de Rafael Santamaría


La vida, nuestra vida, tiene un punto de cocción; es decir: tiene, vamos a llamarlo así: su punto. Un punto en el que todas las cosas salen bien porque salen por si solas.
Para definir este punto lo haremos a través del modo ahorro. Qué cuál es ése "modo"?, pues es aquél modo de vida en que el gasto energético es el justo: ni más, ni menos.
Si unimos el punto de cocción al modo ahorro, nos sale el presente, el ahora.
Quien no encuentra, o no sabe vivir su vida en ese constante punto de ebullición que lleva implícito la cocción perfecta de cada circunstancia en su vida, no vive en modo ahorro, no vive en el ahora, ya que siempre está circunscrito a lo que pasó o lo qué pueda pasar.
Rafael Santamaría

martes, 29 de diciembre de 2015

LA MEDITACIÓN; original de Rafael Santamaría

LA MEDITACIÓN; original de Rafael Santamaría 
Vivimos en una prisión mental cimentada por nuestros pensamientos. Un lugar lleno de ideas que se asemejan a las estrellas que hay en el Universo, cubierto por el basto manto de nuestra imaginación que pareciera que ésta nunca tuviera limites; un lugar desconocido e inexplorado, que nos representa como identidad en el ilusorio mundo de nuestra imaginación.
Encerrados en él a través de nuestras propias limitaciones mentales vivimos en nuestro mundo: el planeta mental de nuestros pensamientos, sin saber o desconociendo que ahí fuera, en el interior de nosotros mismos, se halla el infinito universo de nuestra mente.
Para explorar lo que no vemos hay que cerrar los ojos y abrir la mente con la llave maestra del corazón. 
Vivir en lo que vemos reduce nuestra vida al campo de acción de un mundo material, y el mundo material es efímero, pues está circunscrito a las leyes del nacimiento y la muerte.
El hombre que sabe cerrar sus ojos abriendo el corazón no necesita de más pensamientos que la propia intuición. 
La intuición es el pasaje que nos lleva allí donde el universo que hay en nuestro interior toma sentido en nosotros. 
La meditación despierta la intuición, y el hombre sólo despierta del sueño de su mente cuando su intuición ha sido despertada.
Rafael Santamaría

jueves, 24 de diciembre de 2015

FELIZ NAVIDAD!; original de Rafael Santamaría


La individualizacion del alma como ente físico dotado de un cuerpo en éste plano material se nutre para su constante desarrollo evolutivo de recuerdos.
El recuerdo es la impronta que se graba en la memoria de nuestra mente de lo que nos aportó en su día la experiencia vivida.
La mente es un saco vacío que se va llenando con los años de experiencias. Cada experiencia puede traer consigo un recuerdo y/o un aprendizaje.
Todo lo que te vas a llevar de esta vida son experiencias: la experiencia que guardes como recuerdo, y el aprendizaje que te haya aportado dicha experiencia.
Cuando al recordar una experiencia del pasado lo hacemos con júbilo y satisfacción, sabemos que ésta experiencia nos aportó en su momento felicidad, si además, ésta misma experiencia nos ayudó a crecer en el desarrollo evolutivo de nuestra conciencia, éste recuerdo entonces nos aportará una sensación generalizada de paz.
Habiendo entendido ésto, y habiendo deducido por tanto que la huella que deja todo momento en nuestra vida es sumamente importante para la evolución de nuestra conciencia, y que ésta huella queda impresa siempre en el álbum mental de nuestro pasado, un álbum sin el que la naturaleza del hombre no puede entenderse, decidí grabar en la mente de mis hijos la para mi sana costumbre de desayunar juntos todos los veinticuatro de diciembre chocolate con churros en alguna cafetería del centro de la ciudad mientras paseabamos hablando y contemplando los adornos con que el alcalde de turno adereza cada año el sentimiento navideño de estas fiestas en las calles de la capital.
Sin haberles sabido inculcar nunca en éstas fechas, (creo yo) un sentimiento más profundo, tal como el renacimiento espiritual del amor de Dios en todos los corazones, y permitiéndoles que sea lo que les ha tocado vivir lo que los guíe interiormente, de alguna manera quise trasladar la sabiduría que tuvo mi padre para con mis hermanos y conmigo, haciéndoles partícipes también a ellos, como hizo mi padre con nosotros, de ése mágico momento que sucede cada año llamado Navidad.
Y dejando a un lado siempre el continuo sabotaje de compromisos con que éstas fechas quieren condicionar el mágico momento de nuestra infancia que cada uno lleva grabado de un modo particular en su corazón, desde mi punto de vista, es de vital importancia retirarse en éstos días a los confines de nuestra niñez y rescatar de ella el espíritu infantil de que todo es posible: ese mágico dogma de fe llamado inocencia; y aún cuando no encontrásemos personitas (niños) a nuestro alrededor con los que compartir aquella nuestra infancia olvidada, aún así hacerlo de manera desinteresada tan sólo para solidarizarnos una vez más cada veinticuatro de diciembre con nuestro niño interior.
Para los que no creen en el renovado amor de Dios que como dogma de fe se renueva así mismo en estas fechas como fruto de la adoración ferviente de a quien entendió y fue ejemplo de dicho amor (Jesús el Cristo), sería interesante que vivieran esta época del año como el reencuentro con su niño interior, un niño que como a todos los niños muchas veces no se le hace caso simplemente por ser un niño.
Más hay recordar que nunca se deja de ser un niño.
Los años, la vejez o las circunstancias, son sólo tupidos velos de la ignorancia con los que nos olvidamos de qué y quiénes somos.
En verdad os digo que no hay mejor taller de sanación de tu niño interior que el de no dejar de ser nunca un niño. Y entiende que estás fechas siempre son un buen momento para recordarnoslo.
Si yo no fuera siempre el niño que soy, entonces como adulto jamás podría afirmar o decir que soy alguien
Feliz Navidad!
Rafael Santamaría

DE COMO TODO ESTA EN TU MENTE, Y TODO ES MENTE; original de Rafael Santamaría

En cierta ocasión le preguntaron a un niño qué era el cáncer.
Aquel muchacho explicó como supo y pudo lo que el "pensaba" que era el cáncer. Su definición de dicha enfermedad se basaba en especulaciones y comentarios de los que había oído hablar, ya que afortunadamente él no había padecido ni padecía la enfermedad.
Con los años aquella primera definición del cáncer fue puliéndose poco a poco hasta que llegó el día en que mentalmente tomo el cuerpo de concepto en su mente, y de ésta manera quedo bien definida en la mentalidad de aquel muchacho, que con los años se había convertido en todo un adulto.
Antes de seguir, habría que matizar que todo aquello que crees y catalogas de real en tu vida antes ha sido gestado como real en tu mente; qué cómo?, a través de conceptos.
Estos conceptos están basados en creencias, y muchas de éstas creencias están basadas en suposiciones o conjeturas: ideas de otros; casi nunca están basadas en la experimentación, es decir, casi nunca están basadas en el fruto de la experiencia propia: experiencia vivida sin ningún tipo de programación mental.
Sucede entonces que todo lo que pensamos que es real coincide siempre exactamente con aquellas definiciones que hemos hecho de aquéllas cosas a las que hemos decidido entregar un poder: el poder de que sean ciertas desde nuestra mente o perspectiva mental pasando a llamarlas entonces reales.
Ese poder que le damos se llama fe; y es un poder sumamente poderosisimo.
Si la fe es capaz de mover montañas, qué no será capaz de hacer cuando deja a las montañas en paz.
Años más tarde, muchos más años más tarde, aquel adulto que empezaba a entrar ya en la tercera edad, tenía bien claro, aunque nunca por experiencia propia, lo que era la enfermedad del cáncer debido a todos los casos que le había tocado vivir como espectador de dicha enfermedad, dichos casos siempre se asemejaban a su definición de la enfermedad, ya que un pensamiento sólo atrae pensamientos y situaciones afines.
Y un buen día le tocó a él. Tuvo cáncer. En ningún momento me supo decir que era el cáncer según lo que estaba sintiendo él, lo único que me pudo decir es la definición que tenía en su mente acerca del cáncer.
En aquel mismo instante, al oír el diagnóstico, en su mente se activo el programa del cáncer que había en su mentalidad, es decir, se activo toda la información que tenía relativa al cáncer.
El cerebro, que no distingue entre lo real de lo incierto, véase como ejemplo cuando la mente de un hombre se imagina a una mujer desnuda lo que hace el pene, pues el cuerpo obedece las instrucciones del cerebro, y éste a su vez traslada al cuerpo lo que la mente vive o está viviendo sin preguntarse si es el real o no (lo que está viviendo en ese momento la mente)
En ese caso, la mente vive la enfermedad del cáncer como una enfermedad mortal, ya que así lo ha entendido el individuo que la vice al haberlo programado así en su mente a través de la definición que tiene de la misma.
Al vivirlo de ésta manera la mente, el cerebro desencadena un tipo de reacción generalizada en todo el cuerpo como respuesta a lo que está viviendo la mente en ese momento (parecido a como cuando el pene se pone erecto al imaginarnos una mujer en ropa interior seduciendonos)
Esta reacción es mucho más letal que la propia enfermedad, esta reacción es lo que necesita el cáncer para volverse mortal.
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En cierta ocasión se le "programó" a un niño en su mente: se le mentalizo, que la enfermedad del cáncer era como cualquier otra enfermedad: era un enfermedad curable gracias a los adelantos de la medicina.
Este otro niño creció rodeandose de gente que vencía la enfermedad, ya que su onda vibracional de pensamiento sólo conectaba con este tipo de personas y/o de experiencias.
Cuando hubo pasado muchos, muchos años, se le diagnóstico cáncer, pero la letal enfermedad no pudo con él puesto que su fe: el poder de su mente, estaba depositada en que los fármacos que les estaban dando le salvarian.
Para colmo, basta decir que los fármacos con que le trataron era del tipo placebo, puesto que el estadio del cáncer era avanzadisimo y se llegó a la unánime conclusión de que era mejor que se le tratará así, ya que aparentemente no tenía cura, y sin embargo se curó.
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Todo está en tu mente.
Rafael Santamaría

martes, 22 de diciembre de 2015

LA PERFECCIÓN; original de Rafael Santamaría

En cierta ocasión me preguntaron:
- Según tú, dónde está la perfección?
Y sin contestar señalé el primer objeto que vi. No era un objeto, era un árbol, pero bueno.
- Ese árbol representa la perfección? - me preguntó atónito.
Seguidamente, haciendo un giro de ciento ochenta grados, señalé otro objeto. Ésta vez señalé un banco que estaba vacío.
- Ahora la perfección es un banco, un banco vacio? - me preguntó.
Le miré a los ojos, y acto seguido le señalé el cielo.
- El cielo si que es perfecto, verdad?
Pero entonces mi dedo empezó a señalarlo todo, mas cuando su vista ya no pudo seguir más a mi dedo, pare, y le dije:
- Todo es perfecto. No hay nada que no lo sea.
Rafael Santamaría

lunes, 21 de diciembre de 2015

LA VOLUNTAD; original de Rafael Santamaría



- Maestro; la corriente del río de mis malos pensamientos, de mi negatividad, es muy fuerte, qué puedo hacer? Nado en su contra? Si lo hago, y la corriente es más fuerte que yo, me cansaré, y al final, debido al cansancio, me ahogare sin más remedio en las mismas aguas de las que pretendía escapar.
Me dejó llevar entonces? Pero si lo hago acabare en el lodo de mi lado más tenebroso.
Qué hago?, Maestro
- Ni nades en su contra ni te dejes llevar por su corriente, sal, abandona ese río ahora mismo.
- Pero cómo?
- De la misma manera que entraste en él, a través de tu propia voluntad.
Rafael Santamaría

viernes, 18 de diciembre de 2015

DESPIERTA; original de Rafael Santamaría


En cierta ocasión, mientras dormía en el plano astral: el cielo, tuve un sueño.
Los sueños no son más que metáforas de una "ilusión" que aún está viva en nuestra mente.
Pero no fue un sueño normal. No era como los de siempre. Éste parecía real. En ése momento deduje que estaba viviendo un sueño, mi sueño, y fue entonces cuando sentí que no me quería despertar.
En aquel momento me adentre en ése sueño, y vi que un sueño cuando se vive puede llegar a parecer real. Caí profundamente dormido, tan profundamente dormido que perdí la noción de la realidad; una realidad que existe más allá de los sueños y sin tener que soñar.
En aquel mismo instante me abandoné más y más, y sin querer o queriendo hacerlo, me puse a soñar. Entre en el mundo de los pensamientos, en el léxico de los sueños. Entre en un mundo onírico del que hice mi realidad.
Me convertí en el guionista y director de mi propio sueño. Y en algún momento de ése sueño soñé que estaba despierto; creo que fui ahí cuando confundí del todo mi "realidad".
Me gustaba tanto mi sueño y lo que soñaba que me convertí en mi sueño.
Un día, alguien en mi sueño me dijo que estaba soñando. Que todo cuanto me sucedía era parte de mi sueño. Y que todos los sueños se hacen realidad cuando se sueña con ellos. Que mi sueño era una ilusión creada por mi que interactuaba con otros sueños dentro del espacio "sueños" Y que no sólo podía cambiar la estructura y el diseño de mi sueño, sino que además, podía dejar de soñar retirando la atención de mi sueño. Que detrás de cada sueño se esconde una realidad, y que esa realidad es la esencia de quien sueña y de todo sueño.
Sus palabras tenían significado para mi. Las entendía sin tener que comprenderlas. Una verdad más allá de mis sueños se cernía sobre mi.
La mente sueña, pero quién hace soñar a la mente?
Descubrí que no solo era un actor de mi propio sueño, como tampoco era sólo: ni su guionista ni su director. Descubrí que estaba vivo más allá de todos esos personajes y de mis sueños, descubrí la vida que hay dentro de mi cuando la mente no sueña.
Entonces me empecé a hacer preguntas. Quien las contestaba era yo, pero un yo sin sueños.
-Pero por qué mi mente sueña?
-Para poder vivir un sueño.
-Y qué necesidad tengo de vivir un sueño?
-Las necesidades las crea la mente según tú te metes en su sueño.
Si la mente deja de soñar todo deja de ser un sueño.
-Cómo dejo de soñar? entonces
-Tomando conciencia de que todo es un sueño.
Despierta.
Rafael Santamaría

miércoles, 9 de diciembre de 2015

LA OTRA NAVIDAD; original de Rafael Santamaría

Resulta realmente complicado explicar a un hijo porque te separas de la persona con la que decidiste concebirle a él (o ella) Para él, la venida a éste mundo ha sido preparada por dos, y no por uno sólo, por dos que ahora deciden no estar por más tiempo juntos.
De entre mis frases favoritas sacaría de la "chistera" ésta respuesta que me salió del alma decirle:
"Mi matrimonio (con tu madre) nunca fue un fracaso hija mía, de él naciste tú, y eso ya lo convierte en todo un éxito"
Pero quizás para poder explicar el por qué de la necesidad de no convivir juntos (el padre y la madre) me quedaría con el siguiente argumento (que le expuse):
- Tú que harías si en el patio de tu colegio ves a dos niños que se están peleando? Les separarias?
- Si.
- Pero dime: y si esos dos niños, aunque les hayas separado durante su pelea en el patio, ves que en clase se están "buscando" de alguna manera para seguir peleándose. O que continuamente se están buscando para "chincharse" el uno al otro. Que harias?. Les cambiarías de clase?
- Sí, claro; papá.
- Y si aún cambiándoles de clase vieras que se están esperando a la salida del cole para seguir con su particular pelea. Hablarias con sus padres para que uno de los dos, viendo que la situación no mejora, se cambiaría de colegio?
- Bueno, si; supongo que si.
- Pues tu madre y yo hija mía, hemos tenido que cambiar de colegio. Lo entiendes ahora?
Y aunque estas versiones puedan aclarar la visión, que no la vista (su particular punto de vista u opinión) a un hijo del por qué de lo acontecido cuando sus padres deciden separarse, lo más importante es siempre ponerse en el lugar de él (o de ella) y darse cuanta de que su padre y su madre, pilares fundamentales en la caracterización de su personalidad, ya no están juntos, y que el "concepto" o idea que ellos tienen de familia se hace mucho más difícil de aceptar, que no de entender, por muchas sabias explicaciones y consejos que uno les de.
En estas fechas tan supuestamente familiares deberíamos ponernos siempre y en todo momento en el lugar del otro, para que de esta manera, escuchándoles, entendiendoles, en definitiva: sintiendoles, encontráramos así nuestra propia felicidad haciéndoles antes felices a ellos.
Prepara la navidad en el único lugar que verdaderamente existe: tu corazón, y trae hasta allí a los tuyos y a cuantos más encuentres afines a ti para hacerles participes del amor que allí reside, para hacerles participes del verdadero significado de la navidad.
Rafael Santamaría

LA NAVIDAD; original de Rafael Santamaría

- Qué es la navidad para ti? - me preguntaron en cierta ocasión.
- El sentimiento del renacimiento continuo de un amor que hay en el interior de cada uno de nosotros.
- Y celebras ese sentimiento cada año en éstas fechas?
- Verás, la verdadera navidad es un sentimiento, no una fecha, al poner una fecha a la celebración de un sentimiento le estas negando a ese sentimiento que se manifieste fuera de ésa fecha. Lo mismo sucede con los aniversarios: el amor en pareja debería celebrarse cada día, o con los cumpleaños: pues la fortuna de estar un día más presente en este plano material habría que celebrarlo diariamente, y no cada año. 
Entiende pues, que al contabilizar las cosas por años, como es el caso, nos estamos olvidando del momento presente. Nos estamos olvidando del ahora.
- Bueno si, pero ponerle una fecha nos ayuda a recordar ciertas cosas.
- En verdad te digo que la memoria es para la mente, pues tu corazón nunca se olvida de lo realmente importante si siempre lo tiene presente. 
Rafael Santamaría

lunes, 7 de diciembre de 2015

HACER EL AMOR; original de Rafael santamaría

- Papá, qué es el sexo? - me preguntó en cierta ocasión mi hijo
- Una proyección mental de tus deseos carnales, hijo mío.
- Y entonces, hacer el amor qué es?, papá
- Entiende hijo mío, que no puedes crear, hacer, algo que ya está vivo, sólo puedes manifestarlo en ti y a través de ti.
Si pudiera tener algún significado hacer el amor ese sería hijo mío: aquel que se entrega a sí mismo a través de otro.
Rafael Santamaría

PARES OPUESTOS; original de Rafael Santamaría

- Papá, por qué existe en mi mente y en mi corazón esa imperiosa necesidad de encontrar una chica con la que, no sé..., vivir la vida? - me preguntó en cierta ocasión mi hijo.
- En este plano material de la dualidad: en el cambiante reino de los pares opuestos: frío, calor, bonito, feo, bueno, malo, ..., en el que nuestras almas viajan a través de una mente y su cuerpo, todo lo que tiene su contrario necesita de él para tener sentido. Pues entiende que el frío no tiene sentido sin el calor. Y así pasa con todo lo dual: con lo bueno y lo malo, con lo bonito y lo feo, con la alegría y la tristeza, etcétera.
De esta manera sucede hijo mío, que mientras aún tengas tu conciencia atrapada en este singular juego del universo de los pares opuestos: la dualidad existente, al existir la dualidad hombre - mujer, éste singular par opuesto necesita el uno del otro para que ambos tengan sentido.
- Sí papá, vale; pero hay muchas chicas. Cómo sabré cuál es mi "opuesto"?
- Trasciende hijo mío tus ansias de encontrar en tu opuesto el sentido a tu vida, y aquello que tiene que ser junto a ti vendrá por si sólo.
Rafael Santamaría