domingo, 6 de septiembre de 2015

EL AHORA; original de Rafael Santamaría

Hoy más que nunca quiero resaltar éste aspecto (debe ser que hoy es el día mundial del "tiempo", metafisicamente hablando): pensamos que nos queda tiempo, que ya lo haremos, que ya lo resolveremos, o que ya (mañana) empezaremos; pero es que el tiempo que "pensamos" que tenemos nos come, mejor dicho, nos devora.
Sólo tenemos el AHORA.
Hacer planes para mañana en verdad es pensar que nos sobra tiempo, o que tenemos tiempo de sobra.
Por ejemplo: si amas a alguien, no esperes a mañana para decírselo; no sólo no puede no haber un mañana, sino que además puede adelantarsete otro y decirselo.
Todo lo que tengas "pensado" hacer empieza a hacerlo hoy. No te pongas plazos, las fechas sólo son para los calendarios, y tu vida es mucho más que un calendario lleno de fechas (no me seas un autómata dejándote llevar por la rutina de todos los días: por la rutina de tu "programada" agenda)
Soy relativamente joven, pero trato a muchas personas que son mucho más mayores que yo, también trate en tu día a algunas que ya abandonaron este plano físico, y también trato a otras con enfermedades que les van consumiendo la vida más rápido de lo normal, y si tuviera que encontrar un nexo común a todas ellas sería (según me han confesado) lo que no hicieron (el tiempo, el tiempo perdido. Por éso empecé a meditar)
Pensamos que tenemos todo el tiempo del mundo (ese pensamiento nos invita a no vivir el presente, recuerdalo) y ése es el mayor error con que nuestro ego, a través de nuestros miedos e inseguridades, nos mantiene sujetos a lo que hoy en día se conoce como situación de "confort": nos volvemos cómodos a través de nuestras justificaciones (mentiras, auto engaños) para no hacer aquello que de verdad querríamos para nosotros.
Pero como eso (hacer lo que de verdad queremos) esta en una "zona" fuera de nuestro "control", nos asusta perder ese control con que nuestro ego nos hace "pensar" (no pienses) que tenemos controladas nuestras vidas.
Y para qué te sirve tanto control?, te preguntó yo; pues para "creer" que lo tienes todo controlado.
Y qué es tener todo controlado?; tener todo controlado es vivir bajo el control de tu mente; es decir, no eres libre, en verdad no lo eres, éstas sujeto al control de tu mente, de tus pensamientos.
Pero parece ser que en la vejez (o en la enfermedad, cuando ésta es terminal) por lo que me cuentan mis pacientes cuando se sinceran conmigo, hay más conciencia que pensamientos, HAY MÁS REALIDAD QUE TIEMPO, y entonces, y solo entonces, nos damos cuenta del gravisimo error que es pensar "QUE AUN NOS QUEDA TIEMPO" (y del tiempo que perdemos debido a ése pensamiento)
Justamente vivir el presente es todo lo contrario a este pensamiento que proviene de nuestro ego.
Por eso te digo: por favor, empieza a hacer hoy lo que siempre postergas para mañana; y no esperes jamás a que algo o alguien te "resuelva" tu vida; pues al ser tu vida tuya, te corresponde sólo a ti el "resolverla"
Para ser feliz solo tienes que emplear adecuadamente, no tu tiempo, sino tu realidad: que es pensar en que no existe el tiempo; ni te quedes en el pasado, ni te pongas a pensar en el mañana, tan sólo hazlo; lo que tengas, o quieras hacer, hazlo, o en su defecto, empieza a hacerlo AHORA.
Rafael Santamaría

LA ÚLTIMA BALA; original de Rafael Santamaría


En cierta ocasión tuve que visitar un domicilio particular. Cuando hube finalizado mi trabajo la persona que había estado tratando me preguntó:
- Por qué es ahora cuando sé lo que quiero?, por qué ahora que apenas me quedan ni fuerzas ni tiempo? Por qué no lo supe cuando todavía era joven?
Aquella mujer tenia setenta y seis años, un corazón afligido por lo que había sufrido, además de un cuerpo físico que estaba bastante castigado.
Sus palabras me hicieron mirarla con la misma ternura con que se mira a un hijo convaleciente mientras se le cuida en la cama. Sabia que cualquier respuesta era impropia para el estado emocional de aquella mujer, pero mirándola a los ojos me di cuenta que la podía hablar con total sinceridad.
- Verás, en ésta vida se nos permite gastar muchos cartuchos para saber qué es lo queremos hacer con nuestra última bala.
- Y el que ha gastado todas sus balas? - me preguntó emocionada.
- Aunque ahora te cueste creer lo que te voy a decir, siempre guardamos una última bala.
- Dónde?, dónde está ésa última bala? - me preguntó entre lágrimas.
- Aquí - le dije cogiendo su mano y llevándomela a mi pecho - Aquí se encuentra la última bala que sólo se puede gastar cuando una persona ha tomado conciencia de lo que ha venido a amar. Mientras y de no ser así, la sabiduría y el amor del que nos cuida es tan grande, que aunque a ti te parezca que estás utilizando balas de verdad a través de las continuas decepciones que te llevas en tu vida, tan sólo estás gastando balas de fogueo. La última es siempre para el final, para cuando has demostrado saber lo que has venido a aprender.
- Y tú cómo sabes todo eso sí aún eres muy joven?
- No importa ni lo joven ni lo viejo que tu cuerpo físico es, importa lo que has aprendido.
Rafael Santamaría