miércoles, 28 de julio de 2010

AQUELLA PAZ LLAMADA DIOS; original de Rafael Santamaría

En la temida tempestad emocional, el Buda se mantiene incólume, inalterable, imcorrupto; nada le puede, porque a nada se resiste. El Buda, por tanto, ES.
A vosotros: 

"En la medida en que hiciereis las paces con vuestra vida, vuestra vida os devolverá la paz que os corresponde. No creáis pues que la paz no existe, lo que no existe es lo que vosotros os negais a creer como paz; y ESO, existe. Y esa paz que ansiais y que confundis con la felicidad es Dios en vosotros.
Y yo os digo que Dios vive a vuestro lado, y en certera compañía, cuando le sentís como amigo.  Mas cuando la luz de la conciencia abra vuestra mente y LE podáis sentir como hermano, vivirá en vosotros y a vuestro lado. Pero cuando os ilumineis, entonces, entonces yo os digo que LE sentiréis en vosotros, en vuestro interior; y formará parte de vosotros como vosotros formáis parte de EL. Entonces, el tiempo y la forma desaparecerán, y sabréis de aquella paz que buscábais, porque aquella paz que buscábais sois vosotros cuando estáis en paz; cuando estáis en Dios y Dios esta en vosotros. La felicidad es el sucedáneo mortal con que el ego os tiene engañados; os idealizo un estado efímero a través de sentimientos opuestos (bueno-malo,...), y os tiene atrapados en la mecedora de esa dualidad de emociones. Y en ella hay quien se duerme y no despierta; y en ella hay quien se marea y siente que debe abandonarla inmediatamente. A estos últimos yo les digo, dichosos vosotros que no abandonasteis vuestra alma a merced de la apatía espiritual que impone la vida del ego, pues en vosotros la vida de Dios en el hombre aún esta viva, y en vosotros vivirá eternamente cuando os reconciliéis en ella.
Muchos de vosotros aún vivís con miedo a lo que desconocéis, mas yo os digo que lo que conocéis de nada os servirá mientras no os adentreis en lo Desconocido.
El misterio de Dios, oculto para el hombre ajeno a sus sentimientos, esta al alcance de todo aquel que llame a las puertas del cielo; y para llamar a las puertas del cielo, yo os digo, que os vale con sentir el amor que lleváis dentro. Hacedlo así como os digo, y se os abriran de par en par; llamad con los nudillos de vuestro ego, y os pasaréis toda una eternidad llamando sin ser recibidos.
La paz de Dios anida en el hombre desde que Dios está en el hombre a través de su Espíritu, y el hombre siente a Dios a través de su alma. Regocijáos pues en esa Paz, regocijáos pues en Dios. Nada hay tan eterno como la paz que uno siente que ES. Pues infinitos sois cuanto más infinitos os hacéis, y para hacerse infinito, sólo hay que sentirse infinito; sólo hay que sentir lo que uno ES. En verdad, en verdad os digo, que sólo hay que sentir lo que Dios es en vosotros y vosotros en EL; que al fin  y al cabo, es lo mismo; porque todo es lo mismo en cuanto obedece al mismo principio de creación: el amor; y en amor os convertiréis cuando os reconozcáis en ese princpio de creación.
Posponer el mañana para el mañana, y dejar en el pasado el pasado; de esta forma que yo os digo, evitaréis que el tiempo os tenga vilo. 
En verdad, no hay paz más profunda que la que emerge desde las profundidades; y ESA, es la paz que lleva al origen de toda paz, es la paz que lleva a DIOS. Todo lo que se le parezca o intente parecérsele, no es paz, es la imitación de vuestro ego a lo que él entiende como paz.
La paz es vivir en Dios. Lo demás es efímero y circunstancial. Dios es eterno, como lo es su paz; como lo es la PAZ"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929