sábado, 17 de abril de 2010

MI BUEN NOMBRE; original de Rafael Santamaría

Hay quien vio la luz en su rostro al ver la Luz; y hay quien no ve nada ni aunque la Luz le ilumine su rostro.
A vosotros:

 "En la oración que el alma lleva al rezar, un día contemple la mirada oculta que todo lo ve, y tras dejarme sentir por lo que veía, oí tras el silencio que se escuchaba, una voz que me hablaba sin decir nada. Aquella voz no tenia mas sonido que su propia voz; pero era La Voz, ahora lo sé. 
Un día, un hermano del alma, me hablo de Esa Voz, de La Voz que yo escuche al contemplar el verdadero silencio interior: aquel que no se inmuta por lo que no es, y que se reconoce en todo aquello que ES. La Voz, aquella Voz, era la Voz de mi Padre, y el Padre me hablo a través de Su Voz.
Un nombre me dijo; Su Nombre. Y con aquel Nombre lo dijo todo. Al entender sus palabras liberé mi alma de la mente; al usar su Nombre mi alma adquirió sentido, el sentido de su Buen Nombre. 
He aquí lo que dijo y cómo me lo dijo; he aquí la breve historia de su Buen Nombre:

            -Tú, que llevas mi Nombre, al hablar en mi Nombre, utiliza bien el Buen Nombre que te he dado. Y cuando quieras rendir pleitesía a los demonios que albergan los miedos de tu mente, entonces, no utilices mi Buen Nombre salvo, para alejar de ti a los fantasmas que tu mente ha creado. Pero si en el camino de tu vida, necesitas las fuerzas con las que empezaste la búsqueda del verdadero camino, del verdadero sentido de tu vida, pronuncia tal alto como puedas el Buen Nombre que te di en mi Nombre, y al así hacerlo, desde la pureza de mi Sagrado Nombre, regresaré a ti como hice al principio de los tiempos en los que mi Nombre, lo era Todo.
Pues has de saber hijo mio, que mi Nombre lo es Todo, y bajo ese Nombre, mi Nombre, tú lo serás Todo. Pero para saber qué nombre es el que te he dado al tener mi Nombre, has primero de reconocerme en ti lo que Yo Soy; y Yo Soy el que Soy por el Buen Nombre que tengo.
Nunca un Padre juzga a un hijo en Mi Nombre, porque Mi Nombre es el Verdadero Don que yo di a cada hombre. 
              - ¿Y cúal es tu nombre Padre?, ¿cúal es el nombre por el que he de llamarte cuando pronuncie Tú Sagrado Nombre?
              - Mi Nombre es AMOR; y el que no entienda mi Nombre, no me entenderá a Mi; y el que no use Mi Buen Nombre, no llevara Mi Nombre.
Mi Buen Nombre no es nada de aquello que la mente del hombre pueda discernir y reducir a palabras. Mi Buen Nombre hijo mio, es la Sagrada Escritura que alberga tu alma; pues es en ella, en tu alma, donde deje impreso Mi Nombre; aquel Nombre que el que lo encuentra, me ha encontrado a Mi.
              - Padre, ¿y si yo soy amor, todo amor? , entonces, ¿qué soy?
              - Hijo mio, si tú eres amor y sólo amor, como el Padre es Amor; tú eres Yo , y Yo Soy Tú.
En verdad te digo hijo mio, que para reconocerme en ti, has de beber primero del caliz amargo que la mente ha creado a tu alrededor; pero también te digo hijo mio, que el que bebe la uva que recoge de su propio viñedo, habrá aprendido la lección que la abrirá las puertas a Mi Buen Nombre. Usa pues así hijo mio, tu vida con el único sentido que le da sentido: Mi Nombre; y nada de lo que el hombre y la mente del hombre diga, sitiará por más tiempo mi Sagrado Nombre en tu alma; y así tu alma será libre en Mi Nombre, y tú serás libre en tu alma.

De aquellas palabras, ya sólo recuerdo su Buen Nombre, pero he ahí que creo, que su Buen nombre, me trae a la memoria sus palabras"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
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