sábado, 18 de abril de 2015

VIVIENDO EN EL AHORA; original de Rafael Santamaría

Mucha gente busca la felicidad a través de los momentos mágicos que nos ofrece el pasarnoslo bien.
Y muchos optan por recordar ésos instantes, y coleccionandolos, construir a partir de ellos un conjunto de imágenes del pasado (recuerdos) a través de los cuales generar un álbum de buenos y bonitos recuerdos llamado felicidad.
Es como un álbum de cromos.
Y ansiosos por terminar esa colección (su colección) que ellos mismos han ideado (o pensado) que es la felicidad (su felicidad), se apresuran a intentar llenar esa álbum de cuantos más cromos (de bonitos recuerdos) mejor.
Salen en busca de esos momentos dorados que les hacen pasar un buen rato. Cada uno los busca según le dice su forma de pensar (su mente)
Y si el momento, la compañía y el sitio mereció más que la pena, entonces ésa persona guardará ése instante como uno de los bonitos recuerdos de su vida en su álbum de cromos de la felicidad.
Y qué pasa si sale y al salir no se encuentra con bonitos recuerdos para guardar en su colección de "cromos"?
Suele pasar, y muy a menudo, que no siempre uno consigue pasarlo tan bien como quisiera. Cuando es así, esa persona recuerda con nostalgia los días que tiene grabados (que ha coleccionado) en su álbum de la felicidad, y sólo espera que ese día haya sido un simple episodio en su vida, y no un serial, en el cual él no ha sido el protagonista (y por éso no se lo ha pasado bien), porque si se convierte en un serial, esa persona empezaría a buscar culpables de su lastimosa vida, y no pararía hasta enemistarse con más de uno por culpa de su propia enemistad consigo mismo.

Yo también salí y he salido, he visto, he vivido, y he viajado, (no somos tan diferentes, ninguno lo somos) y he coleccionado todos ésos atisbos de felicidad en mi particular álbum de cromos al que también yo llame: mi felicidad. Pero, momentos antes de decidir si iniciarme o no en el camino de la meditación, y mientras las dudas robaban todo el protagonismo a la momentánea lucidez de mi alma, Yoganandaji, mi Maestro, se me apareció intuitivamente y preguntó:
- Eres feliz?
Yo le enseñeme mi álbum, el álbum de recuerdos felices que atesoraba como un triunfo en mi vida.
- Eso es el pasado. Yo te he preguntado que si eres feliz, si eres feliz ahora.
Volví a mostrarle mi álbum como garantía de que al tener según yo muy buenos recuerdos, y muy buenas expectativas de futuro (sueños) con mi vida, yo era feliz.
- Me enseñas algo que sólo está en la memoria, o en su defecto, en la imagen de tu mente. Puedes enseñarme algo que tengas guardado en el amor que hay en tu corazón?
Volví a enseñarle mi álbum; era todo cuanto tenía.
- Entiende que si tu corazón piensa, piense en el futuro o en el pasado, eso da igual, ya no es un corazón, es mente. Pues el corazón no piensa, vive.
El silencio se apoderó de mi. Mi álbum carecía de sentido, pues sólo estaba en mi mente pero...
- Soy feliz cuando contemplo mi álbum - me salió decirle.
- Vives entonces de una huella que deja un recuerdo en tu mente? Por qué no vives mejor en la permanente impronta que deja el vivir en la conciencia en vez de vivir en la mente?
- Cómo sabes qué no vivo en la conciencia? - me aventure a preguntarle - si pienso y medito todo lo que hago.
- Sí tu meditación es pensar, poco meditas tú.
La verdadera conciencia no necesita ni de recuerdos ni de sueños; es decir, no necesita de tus pensamientos. Tú al pensar como piensas generas sueños y recuerdos, de ésta manera jamás tu conciencia estará libre de las ataduras que le ligan a tu mente (a tus pensamientos)
Deja de buscar en lo que quieres que te suceda la alegría de la vida, mejor se alegre, alegre constantemente; el día que lo consigas, no necesitarás de ese álbum, porque no necesitarás recordar, como tampoco soñar; serás feliz siempre; y es que el siempre del que yo te hablo es el ahora en el que tú mente no te deja vivir.
- Y cómo se hace eso?, lo de vivir en el ahora- le pregunté anodadado por su disertación.
- Empieza por meditar, y deja que el resto venga solo.
- Ya, vale; pero y cómo se medita?
- Viviendo en el ahora.
Rafael Santamaría