domingo, 22 de marzo de 2020

EL MURO: LA MENTE DEL EGO; original de Rafael Santamaría

Ustedes tienen la mente llena de ideas. 

Es imposible entonces que ustedes puedan ver a Dios con tanto pensamiento como hay en sus mentes. 

Como mucho, ustedes se imaginan, o se pueden llegar a imaginar, lo que es Dios, por lo que hay en su mente acerca de la definición o concepto que tienen ustedes acerca de Él; definición, que por otra parte, ha sido consensuada por opiniones e ideas de otros, nunca por ustedes mismos y su intuición; pero verle no pueden verle; no se engañen. 

Y Dios no está en su imaginación, sino en sus corazones. Pero ustedes sólo ven sus pensamientos, nunca su corazón. 

Es lo que les han enseñado a hacer, y es lo que hacen. 

Da igual que ustedes crean o no crean. Que lo llamen Dios, Divinidad o Universo. Pues todo procede de lo mismo al ser todo lo mismo. 

Pero para ver a Dios, la Realidad, lo que de verdad existe y está tras el muro de su mente: para ver lo que verdaderamente hay en sus corazones tras ése muro de las lamentaciones, de las penas y el sufrimiento, es decir, tras el muro de su mente, ustedes tienen que derribar su propio muro, sus propias limitaciones, su propia mente infectada de ego. 

¿Cómo?, se preguntarán.

Ustedes tienen que allanar su camino a través de una continua introspección sobre ustedes mismos; llegar hasta su propio muro, y una vez allí: derribarlo.

Éste no se derriba con pico y pala, sino con una inconmensurable fuerza de voluntad que ustedes ya tienen pero que no utilizan.  

El muro es infranqueable si no se derriba, así que no especulen: no se auto engañen diciéndose: "lo voy a saltar, lo voy a rebasar"
¡No!

Y no busquen bordearlo, eso es lo que llevan haciendo vida tras vida en éste periodo ilimitado de encarnaciones. 
¡Derribenlo ahora!, y ya; ahora mismo.

Siéntese frente a su muro y contemplenlo. Simplemente contemplenlo. 

Sus ladrillos están hechos de pensamientos que no soportan que se les observe.
Y perseveren en su contemplación. 

Pronto verán un hueco en su muro. 

No deben pasar nunca jamás a través de ése hueco, pues no se trata de pasar al "otro lado", sino de derribar su muro.

Cuando su muro de deshaga, ustedes serán libres. 

La verdadera libertad no tiene límites semejantes a sus muros. 

La verdadera libertad lo comprende todo, y no sólo aquello que ustedes tienen en el interior del cerco que limita sus mentes. 

Sientense y contemplen su muro.

No hay otro camino. 

Simplemente contemplenlo. 

Mediten.
Rafael Santamaria

LA VIDA; original de Rafael Santamaría


La vida no es mirar en el armario para ver que me voy a poner hoy antes de salir a la calle, sino mirar dentro de uno mismo para saber cómo me siento hoy antes de afrontar un nuevo día en mi vida.
 
La vida no es a dónde voy a salir esta noche, ni con quién; sino en qué momento del día podré volver a reconectarme conmigo mismo.
 
La vida no es lo que me pasa a cada instante de mi vida, sino cómo reaccionó yo ante la vida con lo que me sucede a cada instante de mi vida. 

La vida no es simplemente lo que me ha tocado vivir, sino lo que de alguna manera he elegido vivir para poder aprender algo más de mí a través de esta vida.

Pero si ésta vida es algo, es un continuo aprendizaje sobre uno mismo y sus circunstancias, para poder evolucionar de cara a la siguiente vida, con todo lo que hemos aprendido en ésta.

Rafael Santamaría