jueves, 26 de noviembre de 2009

EL ANGEL DEL AMOR O, AQUEL HIJO DE DIOS; original de Rafael Santamaría

Para ver no hace falta mirar, sino todo el mundo vería; para escuchar no hace falta oír, sino todo el mundo oiría; quien tenga oidos para oír, que oiga, y quien tenga ojos para ver, que vea;                                      A vosotros:                                                                                      "Hubo una vez un hombre que dijo hablar con Dios, y que Dios le escuchaba; y bajo aquel dialogo divino dijo descifrar la inteligencia de Dios, a lo que llamó : amor; y mantuvo sus conversaciones con Dios y las divulgó, pero al no ser comprendidas por el saber del hombre, utilizó el lenguaje que dispone el hombre para comprender; y el hombre algo comprendió. Y desafiando su naturaleza humana quiso utilizar su existencia para experimentar todo conocimiento aprendido, y así vivió en la expresión del amor; pero lo vivió con tanta intensidad que se transformó todo él en amor; y así, inmortalizó su vida, y así adquirió su sabiduría, y así y sólo así, tornó a su forma Divina; y he aquí que aquel hombre se convirtió en el hijo de Dios, pues buscó en el padre la sabiduría innata del hijo; y así encontró a Dios, su Padre, su único Padre. Y en Él reconoció al Todo, y en el Todo vió la parte, y conociendo que él era parte del Todo, se convirtió en el Todo al identificar la parte con el Todo. Y aunque intentó dar testimonio de su fe, aquello que el hombre no puede ver con sus propios ojos, contradice la censurada doctrina del razonamiento del hombre. Y aquel hijo de Dios que asombró a la humanidad que le observó sin utilizar la engañosa vista de la mirada, dulcificó su vida con un adios inmortal, con el que se despidió de la muerte, para vivir en el Eterno Reino Celestial. Y habiendo dejado un legado para el quisiera volver a ver, el hombre volvió su mirada hacía lo que le rodeaba y se olvidó de sí, se olvido de él, se olvido de lo que era y es. 
Y el hombre volvió a ser hombre, y Dios perdió su morada, porque sólo en el hombre que encuentra a Dios con el báculo del amor, sólo en ese hombre, sólo allí, Dios regresa a su morada.
Y quiso así aquel hermano dejar el hospicio de la carne humana, en este plano de consciencia, para regresar en forma de espíritu al linaje de su procedencia, y habitar así, junto al Padre, en el Eterno Reino de la Inmortalidad: El Amor del Padre" 

Rafael Santamaría
629 309 929