jueves, 9 de abril de 2020

UN SER DE LUZ; original de Rafael Santamaría

 Un hombre estaba durmiendo bajo la sombra que proyectaba la copa de un árbol cuando una rana se le acercó y lo despertó.

 - ¿Sabes que si me das un beso me puedes convertir en una princesa? - le insinuó la rana - Hay una princesa dentro de mí, pero para ello tienes que besarme primero.

 - ¿Y qué gano yo besándote?, - contestó preguntando aquel hombre - pues podrías ser una princesa fea; fea y pobre. ¿Y de qué me sirve una princesa fea y pobre?

 - Si sólo buscas en una princesa que sea guapa y rica, nunca ganarás nada ni aún cuando la encontraras - le replicó la rana - El reino que yo te ofrezco es un reino sin rey, pero con una princesa llena de amor que algún día será Reina.

 - ¿Reina de qué?, jajaja - preguntó riéndose con sarcasmo - Tú sólo buscas que te bese. Además, ¿quién besa a una rana por amor? ¡Qué asco! Déjame seguir durmiendo, anda. ¡Vete!

 Y la rana se fue y aquel hombre siguió durmiendo.

 Cuando aquel hombre regresó a su hogar, su anciano padre le estaba esperando a la puerta de casa.

 - Me han dicho que te han visto hablando con un "ser de luz" en la ermita.

 - ¿Un ser de luz? ¡Era una rana!, padre - exclamó.

 - ¿Una rana?, hijo. ¿Me estás diciendo que una rana puede hablar?

 - Bueno, era un princesa...

 - ¿Una princesa? - preguntó el padre sorprendido.

 - No lo entenderías, déjalo - le respondió

 - ¿Era una princesa o una rana?, en qué quedamos - insistió el padre

 - ¡Da igual! Además, ¿qué es un "ser de luz"?

 Entonces el silencio pausó aquella conservación .

 - ¿Para ti?..., para ti está visto que no es más que una rana que puede hablar - contestó el padre.

 Quien no sabe, no ve. Pero quien tiene el corazón ciego, tampoco sabe.

 Om Shanti
La paz sea contigo

Rafael Santamaría

EL MAYOR BULO DE NUESTRO TIEMPO ES LA IGNORANCIA; original de Rafael Santamaría



Me han llegado a preguntar si la idea de que Dios existe no es sino también un bulo, un fake mediático y cultural, con el que chantajear y someter nuestras creencias a la voluntad de lo que no se puede ver, es decir, someter nuestra fe a algún tipo de creencia a ciegas que nos mantenga sometidos a ella por nuestro miedo a la muerte.

Mi respuesta fue clara y concisa:

"Medite, y después de haber meditado, vuelva a hacerme la misma pregunta"

Pero me olvidé de que el que me lo preguntaba no sabía meditar.

Con lo cual aquél (aquel que me lo preguntó) concluyó que la idea de que Dios exista es un bulo.
Y se fue tan feliz.

Es cierto que si usted no medita y establece contacto a través de su meditación con su alma, y por ende, con Dios, la existencia de Dios estará sometida a un acto de fe; pero no por eso en un bulo.

Se trata de que usted indague, si de verdad se considera un buscador; y busque; busque la existencia de Dios; y no en los libros, ni fuera, sino dentro de usted.

Busque la verdad.

Hallela.

No se trata de tener razón, se trata de encontrar la verdad; y eso está dentro de cada uno de nosotros, porque fuera de nosotros sólo hallará razones (o excusas)

Y si Dios fuese algo que se pudiese tocar, piense que Dios es la verdad que usted es (físicamente hablando), cuando se deja de auto engañar.

Usted es real para usted ya que puede verse, tocarse, etcétera; pero también es cierto que usted deja de ser real para usted el día en que empieza a no ser sincero consigo mismo.

Tal deslealtad hacia usted, le hace configurar la naturaleza de lo que es real sólo en aquello que toca y ve, pero hay algo más allá de lo que toca y ve que también es real, pero que usted dejó de lado el día que empezó a auto engañarse.

De este modo, usted sólo considera la existencia de Dios a través de lo que puede tocar y ver; y como no puede tocar ni ver a Dios, pues concluye, no sin precipitarse en sus conclusiones, que Dios no existe.

Usted se ha limitado a la creencia de lo físico y material al auto engañarse, y de esta forma ha renegado de su naturaleza espiritual.

Por eso deben meditar.

Al meditar dejan de ver, tocar y oír; pues sólo observan sin ánimo de juicio.

La existencia de Dios sólo puede comprobarse cuando ven sin ver, oyen sin oír, y tocan sin necesidad de sentir.

La verdad es así.

El mayor bulo de nuestro tiempo es la ignorancia: el pensamiento de la razón bajo el paradigma del punto de vista de cada uno; y desde esa defensa personal que hace cada uno de sus intereses, es cierto que pareciera que Dios no existe; tanto es así, que a día de hoy nadie le encuentra porque le "han borrado" de su mente y su corazón.

Rafael Santamaría