martes, 29 de junio de 2010

EN EL NOMBRE DEL PADRE; original de Rafael Santamaría

Yo Soy la palabra del que escucha la voz de mi Padre; Yo Soy aquello por lo que el Padre se ha bendecido en nosotros; Yo Soy.
A vosotros:




 "Hermanos, si aún creéis que la voz del que os habla, no tiene criterio propio porque pensáis que habla por boca de otros, no creáis que no os falta razón, pues no soy yo, sino mi Padre que esta en mi, el que os habla. Pues como iba yo a poder hablar con la voz del amor si el amor no estuviera presente en mi; ¿y qué es el Padre?, sino el amor que no sabe ni de rostros ni de formas, ni de hombres ni de mujeres, ni de ricos ni de pobres.
Pues en verdad, en verdad os digo, que la falsedad de vuestros actos y la mentira en que vivís, no es más que el amor que no queréis sentir que sois y hay en vosotros; y yo os digo: ¡ay de aquellos que no ven en mi lo que yo veo en ellos!, pues estos nunca verán el amor que hay en ellos mientras sus ojos no se abran a la par que su alma. Pues aquello que nos mueve es el amor, y aquello que nos agita, es la ausencia de amor.
Si el amor es libertad, ¿aún no sé por qué lo confiscáis en aromas que no son su esencia?; si el amor es la parte que os envuelve de felicidad, ¿aún no sé por que evitáis ser felices?; y, siendo el amor el aval a vuestra fe, ahora entiendo porque no tenéis fe.
Comísteis cuando tuvísteis hambre, bebísteis cuando tuvísteis sed; incluso hubo quien comió y bebió en ausencia de hambre y de sed; sin embargo, no entiendo porque no amáis cuando lo único que sois y a lo que debéis entregaros es al amor.
¿Pero qué puedo deciros yo que vosotros no oigáis de vuestra propia voz?, otra cosa muy distinta es, la sordera a la que os condicionáis cuando rehusáis escucharos por miedo a reconocer en vosotros lo que en verdad sois. Pues yo os digo: hay en vosotros una verdadera conquista que llevar a cabo, y más os valdría saber dirigir al gentío de vuestro ejercito hacia la contienda que tenéis frente a vosotros, que cerrar filas y subordinaros a la mente que os domina.
Pues quien claudique ante lo que no es, nunca será lo que es hasta que no se subleve a la voluntad de su mente. Y esta rebelión empezará en el mismo momento en que toméis conciencia de que no sois mente.
Pues en verdad os digo, que hay algo mas detrás de todo aquello que os han enseñado que existe, y esto de lo que ahora yo os hablo, es el mundo del que vengo. De donde yo vengo, vosotros venís, y a donde yo voy, vosotros iréis.
El camino es para todos el mismo, sólo que algunos deciden tomar otro camino, el llamado atajo que creen que es su mente, hasta que se dan cuenta de que no es un atajo, sino el laberinto de sus pensamientos que no le dejan ver el verdadero camino. ¡Y ay hermanos!, ¡ay de aquellos que aún siguen prefabricando su vida en torno a sus pensamientos!, pues estos no sabrán que es vivir, hasta que no sientan la vida que hay dentro de ellos.
Y recordar que el verdadero futuro, es el presente inmediato, y el verdadero pasado, es el aprendizaje del presente vivido. Vivirlo así, y viviréis. Vivirlo en los parámetros de vuestra mente, y ni viviréis, ni sabréis que es vivir.
El que os habla es el mismo que antes de verse tal y como Es, era como vosotros; y vosotros, sois como sois hasta que en vosotros encontréis la misma la luz que encontró el mismo que os habla. Con esto entended hermanos, que todos somos iguales"

Rafael Santamaría
629 309 929

sábado, 26 de junio de 2010

El que se reveló con amor contra el odio del mundo, fue condenado por el por odio del mundo para así, desmostrar lo que es el amor al mundo . 
A vosotros:


"Cuando habláis conmigo, sabed, que os abrís al mundo que lleváis dentro, vuestro mundo interior; pero también habéis de saber, que cuando os marcháis, regresáis, por decisión propia, al personaje que vive en el mundo del que escapásteis para venir a hablar conmigo.
Ser pues conscientes, de cual es vuestro verdadero mundo;  aquel del que huyendo venís a mi, o aquel en el que os encontrais a vosotros mismos cuando habláis conmigo.
¿Pues no sería más fácil, en vez de vivir en dos mundos, y tener dos vidas, vivir en el único mundo del que sabéis que es vuestro verdadero mundo?.
Pero haced aquello que sintáis, y si no sentís nada, entonces comenzar por empezar a sentir; pues en la fidelidad a vuestros sentimientos empieza el respeto por vosotros mismos.
Pues en verdad, en verdad os digo, que el mudo que demostró que podía hablar, sólo era mudo cuando no le interesaba hablar. Y así fuisteis vosotros cuando vinisteis a mi y me demostrasteis que sabíais hablar.
Sois mudos en el mundo en que expresar lo que se siente es indecente, mas cuando habláis conmigo, el prodigio de vuestra voz toma conciencia, y el alma se expresa en consonancia con lo que siente.
Hablar por hablar, no dice nada; hablar cuando se necesita expresar, es el primer sentimiento que tiene el alma cuando se evita pensar.
Dejad pues, que hable el alma a través de vuestros sentimientos, para que en pleno dialogo con vosotros mismos, escuchéis todo lo que sentís que tenéis que deciros. Y una vez finalizada la conversación con vosotros mismos, tomad conciencia que quien os hablo, es la fianza con que Dios deposito todo su amor en vosotros: vuestra alma.
Haced esto que yo os digo, y habréis empezado a escucharos; y si el sonido de la voz que oís, la reconociérais como cercana y amiga, entonces, en verdad os digo que habríais empezado a aceptaros y quereros por lo que sois.
Y si en la voz que ois que os habla, sentis amor al escucharla; bienaventurados vosotros que oísteis el amor de Dios, y de su propia voz.
Y yo os digo que no habrá otro lugar donde lo que oigáis tenga el sonido del amor, salvo en el corazón de vuestra alma; así pues, cuando améis, ser como el viento, que aunque cambía de dirección, nunca pierde su identidad.
Amad pues, en todas la direccíones sin perder la esencia del amor, y en amor os convertiréis.
Y cuando ofrezcáis vuestro amor, ser como la arena que esparce el viento cuando éste se agita, que aunque cambia de lugar, siempre sabe que allí donde caiga, es el lugar que ha de ocupar hasta que cambie de lugar.
Así pues, encender la llama eterna que habita en vuestra alma con el sentimiento del amor, y yo os aseguro que la luz de esa llama, nunca se apagará si el amor que la encendió fue el amor de Dios, vuestro verdadero amor; y con esa luz, en luz os convertiréis al ser seres de luz"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

martes, 22 de junio de 2010

EL CAMINO DEL AMOR ; original de Rafael Santamaría

Nunca ningún maestro supo mejor que El que el amor de un niño es el amor más puro que hay sobre la madre tierra; y en ese amor y con ellos, se forjó en el camino del amor.
A vosotros:


 "Aun cuando el amor siempre estuvo presente en vosotros, muchas de las veces, vosotros no siempre estuvísteis presentes en él. Pues no se ama verbalizando el verbo del amor, mas bien se ama conjugando el sentimiento del amor al amar.
Ser pues, amantes en el amor que es ajeno a la satisfacción del ego al amar, y entonces, vosotros mismos seréis amor al amar. Pues la sabiduría que buscáis en el pensamiento del hombre, no es tal sabiduría, es el razonamiento con que el hombre se abraza a la ignorancia de sus miedos y dudas; pues yo os digo, que la verdadera sabiduría esta exenta de dudas y miedos; que la verdadera sabiduría habla por si sola con la voz del silencio; y que la verdadera sabiduría nace en el alma y se alimenta del amor; y que el que quiera saber, habrá de amar y saber amar.
No nacéis necios, como tampoco nacéis sin el amor que os hace dignos hijos de Dios; mas bien, os volvéis necios al renunciar a vuestro legado del amor. Pues no veo en vuestro amor, amor por vosotros, y sin amor hacia vosotros, nada de lo que ofrezcáis, ni tendrá valor ante vosotros, ni ante los ojos de Dios.
Así pues, cuando decidáis aventuraros en el conocimiento que alimenta la verdadera inquietud, advertiros antes de que nada de lo que habéis aprendido os servirá, pues sólo el que viva ajeno a su mente, alcanzará el saber de su alma; y alcanzado éste, sabréis tanto, que lo sabréis todo; y al saberlo todo; la corriente y el flujo de la verdadera vida estará en vosotros, como vosotros estaréis en ella. Lo ajeno y extraño se volverá próximo y cordial; lo último será lo primero, y la semilla de vuestro amor con la que Dios toma conciencia en vosotros, será la luz con la que veréis la luz en vosotros.
Y entonces, el dilema de esta vida, no vacilará en vuestra mente, puesto que será vuestra alma, la que os conteste.
Dejad pues para la ignorancia del que piensa, y a través del pensamiento dice que sabe, todo aquello que tomó prestado de otros que como él hicieron lo mismo; pero vosotros, vosotros que habláis a solas con Dios, apresuraros a tomar la fe del amor para alcanzar la sabiduría que os dará la vida eterna; aquella que nunca muere porque la muerte, sólo es para el que no tiene amor.
Decidiros bien porque camino caminaréis cuando los pasos que déis sean el camino que toméis; pues una cosa es caminar por el simple hecho de andar, y otra  muy distinta, andar y hacer camino al andar. Pues en verdad, en verdad os digo, que aquel que caminase en el sentido de su alma al amar, habrá tomado la dirección que le lleva al Padre; y en ese camino, no bastará sólo con caminar.
Apareceran luchas internas, y luchas externas; y el hombre se sentirá sólo cuando su mente le acompañe; pero yo os digo, que pasada la tormenta, el mar retoma su calma; y que tras la calma, viene la paz; y que en la paz encontraréis el camino que iniciásteis; y una vez retomado el sendero, vuestro amor os servirá de guía, de guía hacia el único lugar que no tiene perdida: la Casa de Dios; vosotros amados hermanos, vosotros"  

Rafael Santamaría
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sábado, 19 de junio de 2010

EL PERFUME Y LA FRAGANCIA; original de Rafael Santamaría


El que sabe pedir, sabe que recibirá lo que pidió. El que pide y no recibe, ese, no pidió desde el amor de su corazón.
A vosotros:




"No he venido para contar nada que otro antes no haya contado, es más, todo lo que os voy a decir sabéis que es cierto porque sentís su verdad como parte de vosotros. Aquel que vino antes que yo para decir lo mismo que ahora os digo, fue escuchado en un principio, pero después de un tiempo, sus enseñanzas no sólo fueron distorsionadas, sino que de ellas el hombre se olvidó, e hizo alrededor de su propia interpretación, su ignorancia.
Y no es que yo sepa lo que vosotros no sabéis, o vea lo que vosotros no véis; es que vosotros ni queréis ver ni oír lo que resuena en vuestro interior. Y es por ello que yo os emplazo a redescubrir el origen de vuestra existencia; pues adquirido éste conocimiento, no sólo veréis lo que yo veo y sabréis lo que yo sé, sino que veremos y sabremos lo mismo vosotros y yo, ahora y siempre.
La duda no es la ciencia con la que adquiriréis la sabiduría que hay en vosotros; la razón y la lógica son vestigios de vuestra ignorancia, son la explicación que buscáis a lo que desconoce lo poco que conoce vuestra mente. Por el contrario, si rehusáis buscar cobijo en vuestra mente, y pedís asilo al amor de vuestra alma, encontraréis la paz que no halláis en vuestra mente. Pues la mente piensa, y el pensamiento agota, y agotados, no somos nada; sin embargo, el alma no piensa, siente; y el sentimiento no agota, da la vida; y con vida, somos todo aquello que queramos ser.
Aquel que nada contracorriente fallecerá, pues tarde o temprano sus fuerzas mermaran su coraje, y exhausto, perderá la vida; pero aquel que ve en el curso del rio la opotunidad de dejarse llevar, aquel llegará a buen termino, pues él será salvado por la fe que puso en lo desconocido.
El rio del que os hablo, es aquello que resuena en vuestro interior; y su caudal, es el amor. Mas siempre hay quien dice que no oye nada, que no oye esa voz interior; pero yo os digo que esa voz resuena como resuena la única voz que puede hablaros; y que su sonido no es el sonido de la voz que hasta ahora habéis oído; su sonido es la armonia del amor en consonancia con la conciencia del Todo.
Y vosotros os preguntaréis. ¿y qué es el Todo?, y yo os contesto: el Todo es el origen de los origenes; es aquella fragancia que pasó por el tamiz de esta vida para confundirse en la variedad de perfumes que hasta ahora conocéis; pero habéis de saber que todos los perfumes juntos, conformarían la fragancia que les dio la vida.
Así pues, no seáis necios y contempléis un sólo perfume, abrid la cualidad para la que habéis nacido, y apreciar que cada perfume existe gracias a que existe otro perfume que le hace distinto; y que cada olor, sólo es un olor, pero que la unión de todos, conforma el único olor que los engloba a todos.
Y ahora yo os pregunto: ¿qué es lo único que une y puede mantener unido?; la respuesta es el amor; pues el amor lo une todo. Y siendo así como os digo, ¿entonces?, ¿qué es lo único que puede unir todas las fragancias en una única fragancia?. Si, el amor.
Así pues, el origen de los origenes, el Todo, es el amor; el amor que se disolvió en infinitas almas para sentirse amado en la variedad de cada uno de sus hijos.  
El que entienda lo que es, sabrá amar sin el condicionamiento de su mente; el que no quiera reconocer aún su origen, será sólo un perfume que adornará su vida bajo una fragancia, y su olor sólo le representara a él, y en él morirá todo su olor.
Ser pues, dignos representantes de lo que lleváis implícito en vosotros; y al que os injurie, amadlo; pues sólo así, habréis comprendido que la vida no vale nada más que aquello que vale cuando se ama por encima de todo. Y a aquel que os humille, amadlo; pues no os podrá humillar más cuando con todo vuestro amor le ameís; ya que se dará cuenta que su humillación no hace mella en vosotros salvo para darle el amor que le falta.
Y cuando no sepáis qué hacer, entonces dedicáos a no hacer nada más que amar, y el sólo flujo del primer principio por el que se rige la verdadera vida, el amor, os mostrará el camino.   
El desastre del que os habla vuestra mente cuando algo se cierne sobre vosotros, es la sombra bajo la cual se cobijan vuestros miedos; la realidad, es que nada ocurre en desarmonía con la finalidad de vuestros actos; así pues, lo que sembréis con vuestro amor, recogeréis fruto de vuestro amor; pero todo aquello a lo que le negásteis su amor, eso, os estará esperando hasta el día del juicio final. Pues sabed, que ningún perfume puede obviar a otro si quiere llegar a fomar parte de la fragancia única que los engloba a todos. 
El que os habla, tomó conciencia del olor de su perfume, y aunque era cautivador, decidió buscar la esencia a todos los perfumes; es decir, la fragancia que aún estando presente en todos y cada uno de ellos, les permitió la individualidad de cada uno de ellos"    

Rafael Santamaría
629 309 929

viernes, 18 de junio de 2010

TOMAD CONCIENCIA DE LO QUE YA SABEIS; original de Rafael Santamaría


El que sabe amar, conoce a Dios; el ignorante que no quiere amar, ese, nada sabe de Dios.
A vosotros:


"Acercaros al que no dice nada, que seguramente tenga algo interesante que deciros aunque evite pronunciarse en público.
Id hacia donde no hay destino, hacia donde no hay camino, que seguramente encontraréis en vosotros, ese, vuestro camino.
Decid el nombre de Dios y aprended a decirlo en alto, para que quienes lo oigan, sepan de que habláis; pues seguramente lo habrán oído, y más de una vez, pero no en boca de quienes lo dicen sabiendo lo que dicen.
Armaros de valor en el momento en que el valor esté ausente en vosotros, para que cuando os busquen por vuestra valentía, sea el valor quien atesore vuestro coraje y os presente como valientes.
Haced aquello que este en vuestra mano, pero hacedlo sin buscar toda consecuencia a vuestro acto, para que cuando os busquen por vuestro compromiso de lealtad, os encuentren sin tener que buscaros.
Soñar a la hora del sueño, para que cuando durmais, tengáis la conciencia tranquila, y veáis en sueños, la realidad de vuestra verdadera vida.
Haced uso de lo que sabéis hasta que podáis saber más, para que en la búsqueda del conocimiento, todo aprendizaje os regale sabiduría.
Amad como ama el que no ignora lo que siente, para que cuando prediqueis el amor, sea el amor el que se predique en vosotros.
Ser como aquel que no busca ser nada para poder así encontrar su verdadero Ser, pues seguramente, el que busca sin buscar, encuentra lo que realmente estaba buscando.
Discutir con el ánimo de no pretender convencer, pues seguramente cuando os retiréis de la discusión habréis convencido por no querer convencer.
Escuchad todas las versiones que os den de una misma versión, para que cuando os pregunten, no sepais que versión dar.
Andar por andar sin buscar en cada paso el significado de andar, pues seguramente, sólo de andar, ya os daréis cuenta que cada paso, es andar.
Buscad la luz cuando la luz os busque a vosotros, para que cuando seáis iluminados, sea vuestra propia luz, testigo de vuestra iluminación.
Entonar el himno de la alegría en todo momento, para que cuando en cualquier momento os falte la alegría, ésta, tenga siempre su momento, vuestro momento.
Acallad las dudas que sobre vosotros tenéis con la seguridad de que no tenéis dudas, para que cuando la duda busque su lugar en vosotros, sólo encuentre la seguridad de que no tenéis dudas.
Enseñad cuando os veáis rodeados de verdaderos discípulos, no sea que enseñeis a necios que no quieran aprender y por ello os llamen necio.
Encumbrar las más altas cumbres de vuestra conocimiento despertando el amor de vuestra alma, para que cuando la sabiduría haga acopio de lo que habéis aprendido, vuestro amor sea vuestro mayor aprendizaje.
Atended primero vuestra propias necesidades, para después, poder atender con gusto las necesidades de los demás.
Requerid lo que es vuestro, para así, poder compartirlo llegado el momento.
Y no déis más de lo que tenéis o estaréis dando algo que no tenéis.
Y cuando queráis conocer a Dios, empezar primero por conoceros a vosotros mismos;
y cuando queráis amar en nombre de Dios, empezar primero por amaros a vosotros mismos;
y cuando queráis sentir la vida, empezar primero por sentiros vivos; 
y cuando queráis oír la música que despierta el amor, empezar primero por escuchar el amor que    lleváis dentro, para así luego poder sentir su música;
y cuando queráis llorar por la emoción que despierta en vosotros la compasión del amor, empezar primero por llenaros de compasión, y las lágrimas vendrán solas;
y cuando queráis sentir el amor de un hermano, empezar primero por sentir que todos somos hermanos. 
Pues en verdad os digo que todo lo que necesitáis saber ya lo sabéis, sólo que ignorais que lo sabéis para poder seguir viviendo en el mundo de la ignorancia; para poder seguir viviendo en éste mundo, y no en el verdadero mundo,vuestro mundo interior"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
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miércoles, 16 de junio de 2010

LA VERDADERA VIDA; original de Rafael Santamaría

Cuando el que aprende es un niño, y el que instruye es un hombre; el hombre debe convertirse en niño para transmitir su sabiduría, y el niño debe comportarse como niño para no corromper la inocencia de su aprendizaje. 
A vosotros:

"La vida a la que os referís como vida, no es la verdadera vida. La verdadera vida sólo existe en vuestro interior, y vosotros, vivís de cara al exterior. Provenís de un mismo origen, y a ese origen regresaréis sólo cuando comprendáis vuestro origen; pues yo os digo que de donde venís, es hacia donde tenéis que volver; y el camino que yo veo que muchos toman, ese, no es el camino.
El camino es la toma de conciencia del Todo en la individualidad de cada uno, y ese Todo, que es todo aquello que sois, es lo que es el Padre en vosotros: amor.
Habéis de saber que la conciencia del hombre piensa que el mar, su verdadera vida, se adentra en la tierra, en esta vida, en forma de ríos, y que esos ríos llegan hasta donde termina su caudal, y que una vez seco el río, una vez muerto, se acabo la vida; pero vosotros sabéis tan bien como yo, que los ríos no tienen otra finalidad que llegar hasta el mar, hasta la verdadera vida, y que las aguas que bajan de la montaña cuando el amor deshiela el témpano del corazón, son las que conforman su caudal; y a mas deshielo, a mas amor, mas caudal; y que por el cauce por el que discurre ese río, que es el camino interior que lleva al Padre, discurre el agua salvando todo tipo de obstáculos que aparecen en su camino, pues la fuerza de su torrente, que es el amor, lo puede todo; y que una vez llega a su destino, se funde con su esencia: Dios Padre, para dejar de ser un río, y así, formar parte de ese mar. Y sabed que cada río, al igual que vosotros, tiene un nombre particular, pero que al llegar al mar, al llegar al Padre, pierde toda su individualidad para comprender y tomar su verdadera identidad. Así es la conciencia del que despertó su amor y lo llevo hacia el único destino que le aguarda: Dios.
Pero si cuando yo hablo, aún hay quien no quiere ver lo que os hago ver, ese, que siga utilizando sus ojos para lo que él dice que ve; pero aquel que cuando yo hablo, quiera ver, ese, que deje sus ojos a un lado, como hizo al verme, y que vea lo que yo le enseño a ver.
Pues yo os digo que la vista sólo engaña al que se deja engañar, y que aquel que se deja engañar por lo que ven sus ojos, ese, sólo vive para sus ojos; mas yo os digo que los únicos ojos que pueden ver más allá de lo que la vista os muestra, no son aquellos con los que veis el mundo que os rodea; sino aquellos con los que se ven los sentimientos del alma al amar.
Pues en verdad os digo, que si algún día vierais en vosotros la fuente del amor con la que el Padre esta en vosotros, ese día, habríais visto el rostro de Dios en la única forma en la que se muestra para verle: el amor.
Y no busquéis otro entendimiento a ésta, la única Verdad, porque fue así como hizo el hombre al perderse en su mentira huyendo de ésta realidad; aceptarla pues tal y como se os muestra ante vosotros, porque yo os digo que no sólo esta en vosotros, sino que vosotros sois esa Verdad; sois, amor al amar.
A mis hermanos, senderos del mismo camino que toma el camino de Dios al amar"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
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miércoles, 9 de junio de 2010

LA RESPUESTA A TODAS VUESTRAS PREGUNTAS; original de Rafael Santamaría

Así como enseña el que sabe porque aprendió escuchando, así el que quiere saber ha de escuchar; mas, el verdadero y único sonido que da la sabiduría, no se oye, se siente.
Sentíos, sentíos amor y..., y entonces sabréis.
A vosotros:


"Y vosotros me preguntasteis, y yo os contesté; mas vuestras preguntas tenían una sencilla respuesta, pero vosotros os complicasteis la vida con mas preguntas; y la respuesta, seguía siendo siempre la misma.
Pues el que busca una respuesta distinta a la misma pregunta, es que no quiere entender la respuesta que le ofrece su pregunta; así pues, enteraos bien de que el amor es la única respuesta a todas vuestras preguntas, y que todas vuestras preguntas siempre tendrán la misma respuesta: el amor. Mas siempre hay quien huye y evita lo que ya sabe porque su ignorancia es más fuerte que su lealtad al amor; a aquellos, ninguna respuesta les sirve, y aun así, seguirán buscando una respuesta.
Así pues, yo os digo: no busquéis mas respuestas, ¡no!, no busquéis mas; sabéis todo lo que tenéis que saber, pues sois sabiduría pura, sois amor puro; y de la sabiduría del amor, sólo se aprende amando; así pues, amad; amad a todo y a todos hasta que el amor sea garantía de vuestra fe, y así, esa fe, os devuelva el vestigio de Dios en vosotros.
Pues yo os digo que no hay otro camino, que el camino que sembró en vosotros el mismo que os creo; y que quien os creo, solo sembró en vosotros lo único que sabía que daría el fruto a su semilla: el amor.
La eterna pregunta de quiénes somos, tiene la única respuesta que no sabe de preguntas: el amor. Dejad pues, de complicaros la vida saliendo a buscar fuera el entendimiento que lleváis dentro; pues de seguir con ese camino que no lleva a ninguna parte, seguiréis haciendo preguntas y mas preguntas hasta que algún día en vosotros, se despierte la respuesta del amor; y será entonces, y no antes, cuando toda pregunta se volverá respuesta en vosotros.
No digo esto para convenceros de nada, pues nada de esto os convencerá hasta que vosotros mismos estéis convencidos por lo que sentis en vuestro interior; y eso, tardará y se pospondrá en el tiempo hasta que la voz interior que ois, la reconozcais como vuestra; y esa voz, no es otra voz que la del amor"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

jueves, 3 de junio de 2010

EL MISTERIO DE DIOS EN VOSOTROS; original de Rafael Santamaría

La mano que yo os extiendo, no es una mano cualquiera, es la mano del amor, sobre la cual, se erige el poder de Dios.
A vosotros:


"Entended que, el sol en vuestra vida lo ponéis vosotros; que las nubes que tapan los rayos de vuestro sol son vuestros pensamientos; y que las tormentas se forman cuando vuestros pensamientos agitan tanto la atmosfera de vuestro sol, que se derraman lágrimas en forma de lluvia, y se grita en forma de truenos; pero no olvidéis por otra parte, que toda tormenta acompaña de relampagos, esos destellos de luz blanca que en medio de la tormenta, dan luz cuando la oscuridad nos ciega; así pues, dejad que sea esa luz la que os guie en vuestra particular tormenta hasta que el astro rey de vuestra vida, el sol, os devuelva su luz y calor.
Ahora bien; yo os digo: depender de los astros, depender del sol, conlleva el riesgo de nubes, tormentas y demás; es decir, vivir en el mundo que os rodea, conlleva estar al servicio del ego, de la mente, de su efímera realidad ; y yo os pregunto: ¿no sería mejor buscar la luz del astro que hay en vuestro interior?, ¿y no sería mejor buscar de entre tantos astros, aquel que no depende de ningún tipo de sombras, sean nubes o nubarrones, y que no depende de la climatología que se crea y se forma con vuestra actitud?; y yo os pregunto: ¿no sería mejor vivir ajeno a toda tormenta emocional y al sufrimiento que depara esta?; pues si como yo entendisteis que hay un mundo mejor que esta exento de la realidad que hay fuera, entonces, buscad en vuestro interior la única luz que ilumina vuestro Ser. Buscad ese astro que entre todos los astros, es el astro rey por excelencia; y ese astro que yo os invito a descubrir, es el amor de vuestra alma, que a través de vuestro corazón, se erige como dueño y señor de lo que sois en la forma en la que habéis elegido representar el papel de vuestra alma en este plano.
Pues yo os digo, ¡ay de aquel, que sólo limpia su casa cuando tiene invitados!, pues vivirá en la apariencia; mas yo os digo, que el alma es la casa de Dios en vosotros, y que si sólo la limpiaráis cuando el Padre viene a visitaros, nunca la encontrará limpia; pues El sabe, como vosotros sabéis, que la limpieza es otra cosa; y El sabe, como vosotros sabéis, que no basta con purgar la basura de vuestra conciencia cuando se os llama en presencia de Dios; la conciencia ha de expandirse en su limpieza día tras día, para que en la hora en que se os llame, vosotros, estéis limpios y gracias a ello, vuestro corazón sea puro como lo es el amor del que Os creo.
Y yo os digo: ¡ay de aquel que guarda en su despensa lo mejor que tiene para ofrecerselo a sus invitados!, pues una cosa es dar uno lo mejor que tiene a los demás con amor, y otra cosa muy distinta, es dar uno lo mejor que tiene para aparentar que da amor. El que da todo lo que tiene porque lo tiene todo, y supo desprenderse de ello para que otros comprendieran su mensaje, ese, supo lo que daba y cómo lo daba; pero el que teniéndolo todo no supo entender lo que tenía, y lo guardó bajo llave para que otros al verlo, elogiaran lo que tenía, ese, no entendió el mensaje de lo que daba y lo que tenía.
¡Y ay de aquellos que entendiendo el mensaje y sabiendo leer entre lineas lo ignoraron!; pues una cosa son aquellos que aún no saben leer y escribir y por ello les cuesta comprender; y otra cosa muy distinta, son aquellos que aún sabiendo leer y escribir, no quisieron comprender porque sus oidos escuchaban música pagana en vez del amor de su alma; pues yo os digo, que no hay mejor música que la no se oye cuando se esta en silencio, y esa, no emana de nigún lugar lejano al hombre, esa, emana de la misma fuente en la que el hombre nace para despertar a la vida: el amor. Así pues, alejáos de la risa ignorante con la que el hombre se burla de Dios, y sonreir con el amor con el que el verdadero hombre se descubre así mismo y a Dios, y entonces, vuestros oidos oiran la palabra del Padre en vosotros, porque entonces vosotros, habréis comprendido que la palabra del Padre sois vosotros.
No hay más misterio en el hombre, que el mismo misterio con que el Padre, Dios, quiso que el hombre fuera un misterio para el hombre; descubierto éste, el hombre dejará de ser un misterio, para entonces, ser Dios.
A mis hermanos, fuente de la misma sabiduría que yo"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929