domingo, 31 de enero de 2010

ASI INTERPRETA EL SENSEI LA VOZ DE SU ALMA; original de Rafael Santamaría

¿Qué crees que eres?, o mejor aún, ¿qué crees que no eres?. La respuesta a cualquiera de estas dos preguntas está en ti; pero para responderse con tal rotundidad, hay primero que conocerse. Conocete, y sabrás todas las respuestas,
A vosotros:

-La inspiración es el alma creativa; inspirate y verás la expansión de tu conciencia a través de tu alma.
- La eternidad es la última parada hacía lo infinito, antes, todo es materia, todo es perecedero. Se pues eterno.
- Cuando comprendas que vives más allá de la muerte, ya no estarás muerto, pues la vida en ti se habrá hecho eterna; entonces, ya no viviras para el cuerpo, pues habrás encontrado en la morada de tu alma, el lugar que te corresponde.
- Cuando comprendas que la enfermedad es la manera que tiene el cuerpo de resolver tus conflictos, entenderás a la enfermedad como un recurso de sanación, y atendiendo a sus razones, tendrás ante ti el verdadero poder de la sanación: El Conocimiento de Ti mismo; y esto, no me cansaré de repetirlo.
- Cuando la metamorfosis de tu ser englobe la totalidad de lo que eres, la longevidad de tu alma te dirá que es eterna.
- En el vacio de tus reacciones esta la esencia de lo que Eres, evita molestarte con conflictos emocionales, pues para saber que estas presente has de obviar toda identificación con tu mente. No pienses, se. 
- De donde dices que vienes, traes contigo dolor; de donde eres, traes contigo amor. No confundas pues tu origen, no te identifiques pues con tus pensamientos, no dejes pues que tu mente te aprisione bajo el dominio de sus eternas y erroneas reflexiones; liberate, y cuando estes libre, se lo que eres : amor. 
- No vino el hombre a ser hombre para indagar como hombre, sino que vino el hombre a ser hombre para indagar más allá de lo que se contempla como hombre.
- Dios no es la deidad con la que el hombre bendice sus alimentos, Dios es el alimento que bendice al hombre cuando el hombre ha encontrado al fin su verdadero sustento.
- No malgasteis más tiempo en ver en los demás lo que os da miedo reconocer en vosotros, porque sólo el que se mira en su propio espejo se verá a si mismo sin el condicionamiento de lo que no es.
- Haced uso de la fe para ver, pero sólo hasta que vuestra ceguera recupere la vista, pues la fe sin los ojos de alma poco puede ver.
- Dejad un lado la mesa que servisteis para comer, bien esta que tengais hambre, pero no morireis de hambre por no comer, sino por la falta de fe en que la comida no sacia el hambre de vuestro Ser.
- Echad lo que no necesiteis al margen de vuestra vida, y cargad sólo con lo imprescindible, pues mucha carga pesa, y aunque el viaje es corto, el camino es pedregoso, y si la marcha es lenta, la vida se os hara larga, tan larga como el lastre que lleveis.
- Sed lo que llevais dentro, y para ello, dejad que lo de dentro sea por vosotros.
- Comprended la oración de Dios, comprended toda oración; pero aún mejor, sed oración.
Pues el que ora por orar, reza; el que ora al orar, es oración.
- Escribir vuestro nombre el último de la lista que bendecis, para que cuando el primero de la lista oiga su nombre, tu humildad hable por ti.
- Acordaos de perdonaros por lo que decis que hicisteis mal sin caer en el libertinaje del perdón pagano, como acordaos de exigiros por lo que debeis dar cuentas en vez de contar todas y cada una de vuestras exigencias.
- Engañaos de nuevo, y de nuevo estareis interpretando un nuevo papel en la comedia de vuestra vida. Fingid que es real, y vuestro drama se extenderá a toda película con la que comercializais vuestra existencia ante el público que os rodea.   
- Leed más allá de la lectura, leed la lectura de vuestra vida, y para ello, agudizad el ingenio, pues allí donde no veaís letras, allí está escrito lo que sois; pues la letra que escribe el contenido de lo que sois no salió ni de una pluma ni de un tintero. Sed pues hábiles en renonocer que la tinta de esa escritura es el amor de vuestra fe, es el amor de vuestra alma al reconocer su divinidad.
- Y llevad siempre con vosotros la costumbre de fijaros en lo que Sois, para que cuando os perdais en la confunsión del mundo, la brújula de vuestro ser os guie.
- Y una cosa más, no comerciéis jamás con el tributo de vuestra salvación: el amor; hacerlo, anularía la voluntad con la que el alma debe reanudar el gran viaje de vuelta a la Gran Casa, su Casa. 

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

jueves, 28 de enero de 2010

AQUEL QUE VIO, MIRO Y SE CONTEMPLO; original de Rafael Santamaría


Como resurge de este playa lo que es asombroso e inaudito para el que lo ve, así resurgirá la voz del amor para aquel que la oiga, y su sonido, que es la armonia con que todo ser se integra en lo que Es, despertará a los vivos de corazón, a aquellos que la gloria de su salvación les hizo oir su propia voz: el amor.
A vosotros:

"Hubo una vez un hombre que se alejó tanto de Dios, que tomó como real todo aquello que le reafirmaba en su nuevo dogma, y así, se mantuvo por tiempo indefinido saboreando los placeres y sufriendo los dolores que la vida le servía en su particular modo de enterderse con ella; pero llegó el día en que hubo de rendir conceptos de si mismo ante la persona que decía amar, y no sabiendo cautivarla más que por lo que no era, rompió a llorar tras su fiasco sentimental; y aunque anduvo con los mejores psicólogos para tratar de superar su drama emocional, el vacio era tan grande que le sobrevino una muerte moral; pues toda teoría y modo de operar sembraba ya de dudas su realidad.
Y quiso entonces sentarse a dialogar consigo mismo, primero acompañado de un licor elaborado por su abuelo que mataba las penas, y viendo que tal compañía resultaba resacosa y que su eficacia se mantenía sólo mientras duraba su efecto, quiso reanudar su personal plática acerca de la vida alejándose de toda distracción para centrase mejor en su problema; y aunque no lo sabía, de aquella manera jugó a ser sabio y ondear en el conocimiento de la verdad que era; y con el tiempo, con ese tiempo que lleva impreso lo que dura una vida, llegó  a contemplarse así mismo, llegó a contemplar lo que era; y sin saber lo que veía y cómo lo veía, vio a Dios, a ese Dios que antaño rechazo por sistema, por negación y por vocación de su esnobismo; y viéndose en el espejo de la Verdad, viéndose como ese observador, como ese observador que se libera de su ego al contemplar la mente y sus pensamientos sin identificarse con el ente pensante, viéndose como lo que Es, como lo que su alma rechaza vivir y sentir: ese entramado de la mente y sus pensamientos, viéndose así descubrió que él es Todo menos lo que su mente le limita ser; y tras ese moribundo estado de conciencia latente reconoció al fin el proposito de esta vida, que no es otro que la gracia de vivir para sentir que se está vivo más allá de la muerte, y no así, lo que la falsa ley del hombre enseña como comunión con lo Divino: toda culpa  y error; pues se dio cuenta que la única forma que tiene el hombre de comprender, es tanteando con la experiencia de Ser la zona que limita todo sofisma de su verdad, y que el error, es el juego moral con el que el hombre se distrae y se aleja de lo que Es; y la culpa, la justificación de lo que cree que hace, de lo que no hace y de lo que le dicen que le queda por hacer.
Y qué decir de cuando Uno es la unidad perfecta integrada en el Todo; simplemente que nada importa de lo que aparenta tener sentido; y con esa conducta que libera al hombre de sus ataduras terrenales, paseó, antes de dejar esta vida, por cada lugar de la tierra que lo quiso recibir; y en uno de aquellos lugares en que su visita fue grata, encontrose con la mujer a la quiso conquistar en los años en los que su cautiverio emocional amaestraba su moral; y fijense como esta historia argumenta su verdad, que esta vez sin decirla nada, simplemente mirándola, la cautivo con el silencio de su mirada; ¡qué tendría aquella mirada que nada dijo y todo lo mostró!, pues sin más, aquella mujer le acompañó para buscar juntos donde morir sin levantar sospechas de su muerte.
Saquen ustedes su propia conclusión, yo, no digo nada; pues recuerden que aquel hombre no diciendo nada sabía lo que decía"

Rafael Santamaría
629 309 929

domingo, 24 de enero de 2010

DIALOGOS CON MI MAESTRO;original de Rafael Santamaría


Y tú me preguntas quién soy yo,  y yo te contesto, uno que como tú un día se preguntó quien era, y en su busqueda encontró a Dios, encontró a su Padre, en definitiva, se encontró así mismo.
A vosotros, a los que buscan y se encuentran: 


"Maestro, ¿qué es el amor?
- El amor, hijo mio, es la causa divina por la cual estás aquí, es el espíritu de Dios individualizado en tu alma, es la imagen de lo que eres y debes ser, es la fuerza que todo lo une y todo lo puede, es la expresión de nuestro Ser cuando se integra en el Todo, es la oración del alma, es el sentimiento bajo el cual nos beatificamos, es la forma de vida bajo la cual Dios existe, es la morada bajo la cual encuentras cobijo en la soledad del hombre, es la experiencia de vivir en y para lo sagrado, es la fuente de toda santidad, es la palabra hecha verbo con la que el discípulo comprende las enseñanzas de su maestro, es la fuerza espiritual con que toda alma se encarna para enriquecer su sabiduría, y eres tú en tu forma divina.
Maestro, ¿qué es la vida?
- La vida es la forma con la cual decidiste emplear un momento de tu existencia para venir a este mundo y experimentar por ti mismo la forma de la materia, es un momento de tu existencia que dedicas a aprender bajo la forma de la materia las cualidades del espíritu, es la lógica del aprendizaje divino, es la suerte del mendigo cósmico que encuentra en la madre tierra cobijo y alimento, es la expresión del eterno momento en su nivel más bajo de consciencia, es la paradoja del Ser y no Ser al mismo tiempo, es un tiempo sagrado que dedicas a encontarte, es la busqueda en su etapa más enriquecedora. 
Maestro, ¿qué es el perdón?
- Es una de las muchas formas que tiene de conjugarse el verbo divino: el amor, es el báculo bajo el que se sostiene el poder de Dios, es la esencia de la misericordia infinita, es la forma que toma el peregrinaje del amor hacia el misterio de Dios, es la verdadera causa por la que el hombre se redime de sus pecados, es la puerta que da entrada a los sentimientos de tu corazón, es lo que has de hacer para amarte y respetarte: perdonarte. 
Maestro, ¿qué es la verdad?
- Hijo mio, la verdad eres tú y soy yo, es el conjunto de las cosas por las cuales el Todo es entendible, es la hegemonía y la fidelidad del amor, es el entramado bajo el cual el hombre se pierde al buscar fuera lo que es dentro, es la memoria histórica del hombre y su divinidad, es la definición del hombre en su forma divina, es la complejidad de la sencillez, es la imagen de lo que Eres desdibujada bajo la apariencia de lo que no eres, es la eterna pregunta contestada sin respuesta, es la infinitud del conocimiento absoluto hecho consciencia.
Maestro, ¿y qué es el odio?
- Es la expresión del amor bajo el sutil matiz de la ignorancia, es un cambio de actitud cuando se ama, es la manera de engañarse cuando no se sabe amar, es, por definición, el egoismo de la envidia que florece cuando la tierra sobre la que se sembró el amor es terreno árido, es la cosecha que todo hombre recoge al amar con interes, es la enfermedad con la que la consciencia del hombre es herida de muerte, es el sobrecogedor fantasma que ahuyenta nuestro amor, es, lo que nadie quiere pero a lo que todo el mundo recurre cuando no sabe amar ni demostrar su amor.
Maestro, ¿y qué es el miedo?
- El miedo hijo mio, es lo que te paraliza, es tu pensamiento enriquecido de ignorancia, es la imagen que tienes de lo que no eres y que desvirtúa la realidad que Eres, es el parásito con el que el hombre se olvidó de si mismo y fue infectado de dudas, es la enfermedad con la que el hombre muere a los ojos de Dios, es el analfabetismo espiritual, es el criterio bajo el cual el hombre dice encontarse seguro, es la fidelidad del hombre para con sus deseos, es la parálisis que detiene al hombre en su aprendizaje, es el hombre mortal.
Maestro, ¿y qué es la iluminación?
- Hijo mio, la iluminación es el criterio que te lleva a Dios, es el camino de regreso a Casa, es la llama divina que llevas dentro encedida con la espiritualidad del amor, es el sendero único que tiene el hombre para gratificarse en lo que Es, es el arte de vivir el presente y hacer de él el eterno presente, es la magía con la que el ahora cobra sentido en la infinitud del tiempo, es el lujo de vivir lejos de la morada del miedo recluido en la inmoratalidad de tu alma, es la conciencia de que eres lo que eres en cada momento bajo la atenta mirada de tu alma, es la comprensión de cada instante como instante, es el ver con los ojos de la mirada divina la verdadera realidad que gobierna tu Ser, es el conocer la inmortalidad de tu alma y dar fe de en ello en vida, es el eco de Dios que resuena en ti al escuchar la voz del silencio, es la última luz que veras antes de ser luz.
Maestro, ¿y qué soy yo?
- Eso hijo mio, me lo tienes que decir tú."

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

jueves, 21 de enero de 2010

NO PIENSES; original de Rafael Santamaría


La llave de tu no mente no está en tus pensamientos sino en la observación de tus pensamientos; la llave del conocimiento no esta en la mente, sino en el observador de tu mente;
A vosotros:

"- Piensa que una vez tuviste un pensamiento y que de él nació tu ignorancia; piensa que si volvieras atrás, estarías en el inicio de todo pensamiento, y que si así fuera, a buen seguro que ya no pensarías más, sino que observarías tus propios pensamientos.
- Piensa que pensar es una manipulación con la que la mente distrae tu atención; pero que si te abstraes de todo pensamiento, tu atención observará tu mente, y tu mente dejará de pensar; y cuando tu mente reconozca en ti al morador de sus pensamientos, tu mente será la esencia de su único pensamiento: tú.
- Piensa en lo que eres sabiendo que no eres nada, y que de la nada, un pensamiento hizo lo que eres.
- Piensa en la verdad y la verdad hará honor a tus pensamientos; piensa en la mentira y la mentira calumniará tus pensamientos.
- Piensa en el amor como la sensibilidad del pensamiento, pero ama con la sabiduría y el conocimiento de que todo verbo se conjuga sin el pensar del razonamiento.
- Piensa por ti de vez en cuando, y cuando de tus pensamientos reserves tiempo para ti, todo pesamiento será tuyo, como tuyo es el poder del pensamiento.
- Piensa en lo que eres antes de pensarlo, para que antes de verlo en la memoria de tus pensamientos, sepas quien eres sin tener que pensarlo.
- Piensa sintiendo que pertences a la grandeza de las cosas, para así, verlas tan pequeñas como lo que son, pues de lo contrario, si piensas con la limitación del pensamiento, todo será tan grande como te enseñaron a pensarlo.
- Piensa en todo lo que podrías hacer si no pensaras en nada, pues aprender a no pensar en nada, requiere el valor de entender que todo pensamiento es el engaño de la mente pagana.
- Piensa como el pensador que al dejar de pensar observó sus pensamientos, y al hacerlo, tomo las riendas de la frecuencia en la que abandonó todo pensamiento: su Ser.
- Piensa en la moral con la que crees vivir tus pensamientos, para que después de pensar en ella, adviertas en ti que eres víctima de tus pensamientos.
- Piensa que tu mente se flagela a través de tus pensamientos, piensa entonces que tu mente eres tú, y que tú no te mereces tales pensamientos; deja así pues de pensar, y abre tu mente al conocimiento, abre tu mente al ser que llevas dentro.
- Piensa que enfermaste al pensar, piensa que el pensamiento es la enfermedad, piensa que el amor es el remedio, y piensa que la salud es la observación de tus propios pensamientos.
- Piensa en el bien y en el mal, más date cuenta que dicho pensamiento es la dualidad del pensamiento; abre pues tu conciencia del pensamiento, y antes de pensar, ignora lo que sabes para adquirir la sabiduría del libre pensamiento.
- Piensa que como tú de pensadores esta el mundo lleno, más librate de pensar si quieres ver un mundo nuevo.
- Piensa que el pensamiento ignora la sensibilidad de lo eterno, piensa entonces de donde vienen tus pensamientos, ¿de lo eterno o de lo externo?; y si encontraste la respuesta, evita pensar mientras tus pensamientos no sean eternos.
- Piensa que todas mis palabras ayunan en el pensamiento de la lógica, piensa que todo lo que digo rehusa entenderse con el pensamiento y su razonamiento, piensa, que ya no tienes que pensar más;  y piensa, que ya es hora de elevar tus pensamientos a la grandeza de tu ser

                                     deja de pensar"

Rafael Santamaría
629 309 929

domingo, 17 de enero de 2010

ASI HABLA EL SENSEI CUANDO HABLA ; original de Rafael Santamaría


Sólo el guerrero que da muerte a lo que no es merece llamarse guerrero, pues la única batalla que gana la verdadera victoria es la lucha por conocerse, y en ella, no hay vencidos ni vencedores, hay amor.
A vosotros:

"- No seaís como dicen ser lo que os llaman necios, o sereís tan necios como ellos y otra cosa ya no séreis.
-No deambuléis como deambulan los errantes que buscan y no encuentran, porque sólo encuentra el que se busca; los demás, son simples mortales.
- No hagáis lo que veáis, porque ver no significa saber, como plagiar no significa hacer; mejor sería que no hicierais nada hasta que no vierais, y que no imitaráis nada sino lo que en verdad Sois; pues lo demás es contrariarse contra la voluntad de uno mismo y regocijarse en la ignorancia.
- No escribáis palabras que puedan ser utilizadas contra vosotros; siendo así, mejor sería que no escribierais nada hasta que supierais escribir.
-No deis testimonio de la verdad hasta que la verdad de testimonio de vosotros; como tampoco os creáis todo lo que veis hasta que lo que veis crea en vosotros.
- No sepáis más de lo que creeis saber hasta que vuestra conciencia sepa lo que cree saber, pues sino, toda confusión la llenara de ego, y ego será todo lo que conoceréis.
-No marquéis vuestra suerte con el pincel del artista que compone poesía, pues si sois poeta, es un verso lo que os corresponde, y si sois pintor, es un lienzo sobre lo que debéis pintar.
- No comáis lo que dicen que es malo ni lo que dicen que es bueno, esperad a ver que siente vuestro estómago para saber diferenciar lo que es bueno de lo que es malo; pues fiarse del estómago ajeno es vivir en la apetencia y el deseo con el sello de otro.
-No andéis con los que dicen ser el camino, pues toda sabiduría reside en la humildad del conocimiento; pero si os dicen que el camino sois vosotros, no os aparteis de ellos, pues ellos antes recorrieron el camino que ahora sois vosotros, y en verdad, son el camino.
- No finjáis saber, pues el saber no se puede fingir; en todo caso, os puede ignorar si no sabéis.
- No busquéis amar, porque el amor, en algún momento, os llevara a odiar; sed mejor lo que el Padre Es en vosotros y vosotros en ÉL, porque Él no discrimina a quien amar, y el odio sí; sed pues amor como el Padre es amor.
-No os avergonceis de lo que Sois, pues si no, nunca entonces Sereis; y llamad a Dios por su nombre,  como Él os llama por el vuestro; porque sólo así dicha relación tendra sentido, de otra manera, nada vale, nada Es.
-No sigáis ni dogma ni fe, sentid lo que Sois a través de lo que llevais dentro para descubrir lo que hay fuera, y así, entenderéis lo de fuera viviendo lo de dentro.
- No os ahoguéis en las lágrimas de la tristeza, pues la tristeza y sus lágrimas pertenecen al mar de la soledad, y sólo uno esta solo cuando se siente solo; mas yo os digo que la compañía que todo hombre tiene no le viene de la amistad, sino de la aceptación de uno mismo y lo que Es, y el amor que se tiene así mismo.
-No guardéis rencor, pues el rencor es odio,y el que acumula odio, acaba odioándose.
-No mintáis sobre la verdad, pues la mentira es todo excremento que deshecha la verdad y no el espejo de la verdad; pero si buscáis el espejo de la verdad, entonces, sólo tenéis que miraros como lo que Sois: Dios en esencia. Esa es vuestra verdad; esa es vuestra esencia.
- No desconfiéis de lo que creéis Ser, pues otros como vosotros fueron antes incrédulos hasta que la fe les hizo ver.
- Y no creáis mi palabras porque suenen bien, pues aunque la música que tienen es el sentido de vuestro Ser, es mejor que las oigáis porque ois bien, que porque la música que tienen, os invita a oir bien "

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

jueves, 14 de enero de 2010

UN REY UN REINO, UN REINO UN REY;original de Rafael Santamaría


Si de verdad vierais la luz no os apartariais de ella; si de verdad quereis ver la luz, primero haced que os vea;
A vosotros:
  "Hubo una vez en la historia de un reino, tan lejano como próximo, un rey que en la conciencia de su religión nada cabía salvo el dogma con el que creía entender su fe. Y aunque subyugaba su reino a tal disciplina y acallaba cualquier conspiración con la que la ignorancia de su credo acreditaba su rebeldía, un buen día de aquellos en que la morada de su alma no encontró asilo en la paciencia de su amor, quiso encontrar en la muerte de su amada la ignorancia con la que su fe regañaba de la vida; y no siendo de otra manera como quiera que la cuestionada verdad de su existencia hizo acopio de todas sus dudas para ceñir de falso todas sus convicciones, así aquel buen rey falló a favor de la incredulidad de todo lo aprendido y comenzó de nuevo. Y así despojó a su reino de la losa que oprimía la sensibilidad de sus gentes, y así despojose él de la añoranza hacia sus sentimientos; y en sus comienzos en nada creyó, y en sus cimientos nada puso, para poco a poco, sin ser víctima de la desconfianza, reanudar su vida en torno a la experiencia de su corazón. Y en la bondad de su amor encarnado puso toda su sensibilidad, para utilizando ésta gracia como virtud de su aprendizaje, no morir ni desear la muerte. Y así se mantuvo sin encontrar mujer que le complementase, y así se mantuvo sin mujer que le acompañase, y así mantuvo a su reino por falta de su reina; pero así entendió que toda compañía sólo es la magia con la que el hombre debe comprender que no esta solo; y sólo cuando descubrió que su propia experiencia era saber que no estaba solo, hasta él se acercaron una infinitud de personas, que como él, habían vivido su propio aprendizaje; y siendo una de ellas mujer, entendió que el matrimonio sólo une cuando el vínculo ya esta hecho. Y así, sin desposarse de nuevo, pero tomándola como esposa, se caso con el amor de su vida : la imagen de su alma materializada en el amor de una mujer. Y así, aquel rey tuvo su reina, y así, aquel reino tuvo su rey.
Y siendo él y no otro, dejó que la vida se lo llevase sin decir adios cuando el tiempo agotó su presencia, pues la eternidad de su cometido ya la había comprendido; y en la fe de todo dogma, entendió que el conocimiento sólo es la verdad con la que uno descubre quién Es; y entendiendo lo que era y sabiendo cómo se Es, cedió el derecho a su trono, sabiendo que el único trono, no es el de un rey. 
Un reino sin rey no es un reino, pero un rey sin reina tampoco es un rey"

Rafael Santamaría
629 309 929

domingo, 10 de enero de 2010

EN EL BUEN NOMBRE DEL AMOR; original de Rafael Santamaría



Hay algo más que aquello que no existe, y es, justamente, la base de nuestra existencia. Quien ve lo que no se puede ver es que ya lo ve todo; y el Todo es la esencia de nuestra existencia.
A vosotros:
"Hubo una vez un hombre que profetizó acerca de la ignorancia con que la vida le sonreía al amar, pues habló por hablar acerca de lo que el llamaba su agonía sentimental; y se auguró, que sólo la soledad tomaría como fiel compañera si en la lid, de tan angustiosas contiendas, de nuevo el amor salvaba cada pugna con otro fracaso emotivo y pasional. Y así fue y así sería; lo que no sabía aquel buen hombre es que la vida no premia ni castiga, sino que basa toda su ciencia en la experiencia con que cada ser entabla su particular regreso, a través de la conciencia adquirida, a la unión de la que procede. Así pues, con la maldición que él mismo se había hechado sobre sus calumniosos pensamientos, compaginó su vida pagana con la ruina amorosa con la que quería construir el diván de su efimera felicidad; pero como la tosquedaz del entendimiento con la que discernía a través de sus sentimientos no tenía nada que ver con la de su saber espiritual, asi y no de otro modo, su conciencia superior, aquella que utliza el intelecto del alma para dilucidar el suicido con el que todo hombre quiere agotar su vida, le despejo el camino de dudas al presentarle en forma de mujer la esposa de sus sueños. Pero la negligente mente humana que aquel hombre utilizaba para razonar el amor le hizo de nuevo apartarse de ella, de su eterna imagen personal del amor; aún así, la eficiencia de los designeos divinos quiso hacerle ver que la verdad de su amor era todo él sin la expresión que le ahogaba en su razón, y así y sólo así, sin querer amar amo; pues dejó a un lado toda aspereza sentimental con la que el hombre al amar tiene que experimentar la dualidad del tal sentimiento: el odio, y al convertirse todo él en amor, su imagen reflejó la sincronicidad con que la mente del hombre que advierte en su concocimiento la inteligencia del creador: el amor en toda su expresión, llena de ilusión su vida, y su vida se torna ilusión.
Y aquel buen hombre nunca más supo de su ignarancia, así como nunca más supo odiar; y quizás sólo quizas, tenga algo que ver el odio con la ignorancia; así como quizás y sólo quizas, tenga algo que ver el amor con la sabiduría con la que el que busca a Dios acaba encontrándole.
El que ignora la sabiduría del amor ignora la parte en la que Dios, su padre, anida en él; así, ignora el hijo la herencia del Padre que es la comunión con Dios.
Mientras el hijo no se reconozca en el padre, y padre e hijo no sean una misma cosa, la existencia del hombre carecerá del sentido con el que en el buen nombre del amor quiso Dios crear al hombre"

Rafael Santamaría
629 309 929

jueves, 7 de enero de 2010

LA VOZ DEL SENSEI; original de Rafael Santamaría


 Sólo el que escucha la voz del silencio en la quietud del eterno infinito será capaz de contemplar la verdad de su esencia. No hay nada que el hombre no pueda hacer, salvo aquello que no quiere hacer.
A vosotros:

"-No escuches la voz de tu amo salvo cuando tu amo seas tu mismo, y haz aquello que sin pausa lleva al final del Camino, pero recuerda que no hay más Camino que tú, y que ese, tu camino, es el Sendero Unico que lleva al alma hacía el Espíritu del Eterno; se pues, digno de recorrer ese sendero día y noche, sabiendo que su comienzo esta aquí, y es ahora.
-Sé consciente que habras de ir de abajo a arriba, subiendo una escalera de siete peldaños, y que sólo habras ascendido un peldaño cuando hayas tomado conciencia divina de cada peldaño. Pero no veas cada escalón con esos ojos abiertos que abre de par en par tu ignorancia, abre mejor tu intuicíon a través del ojo del alma, y para que despierte tal visión, manda tu mente al exilio de todo pensamiento, y en el desierto de la nada, empieza a profundizar con el ojo del alma. Mira hacia dentro y no mires nada, porque nada veras hasta que no veas nada. Y cuando la luz del alma se ilumine, y veas luz en tu interior, el sendero se ha iluminado y hacia dentro has de caminar; de abajo arriba has de purgar, y una vez limpia tu energía, dejate llevar.
-Dios esta dentro de ti, es la parte bajo la cual percibes la Verdad, y con esa Verdad y en Ella, moraras por siempre si siempre allí quieres morar. Ve allí pues, y cuando llegues, entenderas; mientras, antes, eres presa de todo lo que acontece bajo el mundo sensorial.
-Ciega, pues, tus sentidos, y lleva el ojo a su morada, para que al recuperar su vista, la sabiduria del alma haga uso de lo que ve, y así, la intuición, te guie de regreso a tu casa;la Gran casa.
-Que el viaje, sea el que elijas, sea siempre de tu gusto; pero no olvides, que el viaje y la compañía la elijes tu; y que al final de cada viaje, un nuevo destino te espera, hasta que de tanto viajar y viajar, el despertar de la vida eterna te invite a un último viaje: Tú.
-No importa lo que tardes, porque el tiempo sólo se mide aquí; para todo lo demás, el tiempo no existe, sólo existes tú.
-Dado que la Verdad te espera eternamente, eternamente es tuya. Cógela, pues te pertenece, y una vez que la tengas, sabras que siempre fue tuya.
-Todo lo que no importa, ansia su fuente en el futuro y goza del recuerdo en el pasado. Todo lo que es Ahora, es lo que importa y lo importante.
-Cuando de vivir en lo que no eres, encuentres refugio en lo que eres, el presente se adueñará de ti, y tú del eterno presente.
-Para Ser, sólo hay que creer; para creer, sólo hay que tener fe; para tener fe, hace falta redimirse y nacer de nuevo, y para esto, hay que saber qué se quiere SER, y qué se ES.
-En las Lagunas del pensamiento esta la flora del alma, aquel vacio que sin forma recuerda el origen de Todo; si lo ves, ya lo has visto Todo; pero no olvides su camino, y regresa junto a Él en cuanto puedas.
-No hay más dialogo que el interno, lo demás son palabras, que sin voz, ocupan un espacio que de vacio llenan el alma. Habla contigo mismo, y al escuchar tu propia voz, mirate, y cuando te veas, digno seras de saber, que lo que has visto, supera todo lo que creías que eras.
-Así pues, centra tu mirada en ti bajo el eterno silencio, y en ella descubre quien Eres. Sólo eso calmará la sed de tu alma. El mana que ella ansia sólo tú se lo puedes dar en la experiencia de esta vida.
-Corre como corren los que creen correr, pero anda tan despacio como los que no pueden andar, para que tal confusión convulsione tu ser, y así, una vez vista la verdad de las cosas, nunca más corras ni dejes de correr.
-Entiende lo entendible y socorre así tus ansias de saber, pero ignora todo conocimiento proviniente de tu sabiduria, pues sólo la experiencia de lo que eres te dará el saber; así pues, sé prevenido en las formas de aprender, y diferencia bien la lógica del sentir, la matemática del amor, para que una vez comprendido cómo has de aprender, sepas que todo aprendizaje viene de ti, y que empieza y termina en ti. 

-Sé justo contigo, pero aún más con esa parte de ti que ves en los demás. Perdónate de toda infracción, pero perdona aún más toda aquella que en ti ves en los demás. Respetate en la medida de lo que Eres, pero respeta aún más lo que son los demás en ti. Amate por encima de todo, pero aún más, ama y deja que se amen los demás. Y..., SE, se todo aquello que has venido a ser, pero aún más, contribuye a que los demás sean esa parte de ti que te hara progresar.
Y tú te preguntaras: ¿qué es Ser?, y yo te contesto: es aquello por lo cual lo intangible ha tomado forma tangible; es aquello por lo que has decidido sentir y tener sentimientos; es aquel vacio que llenas de contenido efimero cuando percibes que estas vacio; es aquello con lo que tu alma sueña cuando duermes; es aquello con lo que dices amar; es aquello con lo que tu voluntad se hace fuerte; es aquello con lo que tu sabiduria reconoce su saber; es aquello con lo que la vida cobra su sentido; es aquello con lo que tú..., de nuevo eres. Así pues, no olvides, entre tanto entretenimiento, quién eres, y que para ser de nuevo lo que eres, has de vivir la experiencia de ser: de vivir todo aquello que eres, y por lo que has venido a ser.
-No te dejes engañar entonces por la experiencia tactil y grosera que abarca todo lo perceptible a los ojos del hombre; no te dejes seducir por los placeres corruptos que perturban tu buen gusto; no te dejes llevar por las tentaciones que dices escuchar; no te dejes embaucar por las maravillas que crees oler en los perfumes de los demás; sé tú, y para ello, yo te emplazo en este viaje: tu vida, a que ahora y siempre seas, y tengas en todo momento la percepción de que eres.
SE".

Rafael Santamaría
629 309 929

domingo, 3 de enero de 2010

LA HUMILDAD DEL SILENCIO: original de Rafael Santamaría


Así como hay una Verdad concerniente a todos, así hay un silencio que la protege; así como mora en cada uno, así es como pertenece a todos. El que sabe callar, oyé; el que sabe escuchar, habla.
A vosotros:
"Hubo una vez un hombre que nunca decía nada; todo lo más respondía cuando le preguntaban; si bien es cierto que su aspecto era tan intimidador que nadie se le acercaba. Pero un buen día una mujer se le acercó para oirle hablar, y él apenas habló, pues no sabía de qué hablar; la mujer insistió en la conversación, y aquel hombre, correcto en su educación, le dio lo poco que sabía de conversación. Pero fijose aquel hombre que aquella mujer era despierta a su voluntad interior, e indagando más, observó que su tema de conversación no obstruía la ciencia del pensar; así pues, reanudando toda conversación atrasada quiso conversar con ella, y en visperas de hablar con la sensibilidad del sentimiento, se identificó como poeta de Dios; pues en verdad, no sabía hablar de otra cosa que de la inteligencia del Creador, a la que identificó como amor. Y entonces habló, y habló tanto, que sorprendió a todos aquellos que creían que era mudo o que no sabía hablar, y entre tanto asombro, no paró de hablar a aquel que le quería escuchar. Mas llegó uno que tornó el tema de conversación, y no conociendo la sabiduría de lo que se discutía, aquel poeta cayó volviendo a su silencio interior. Y de nuevo, por más tiempo selló sus labios en virtud de su conocimiento, y esperó a que de nuevo los oidos de los que quisieran oir le oyeran. Mas parece ser que no correspondiendo los días con el saber, el tiempo ilustró de vació el discurrir del hombre, y aún amonestado verbalmente por su conciencia, el hombre hizo oidos sordos y prosperó por el camino equivocado. Y aquel poeta de Dios traslado su estampa a orillas de un gran rio, y sin decir nada, continuó observando el ir y venir de los que no le escuchaban. Y allí pasó el resto de sus días sin que nunca nadie más le invitase a hablar; la prisa del que va corriendo a todos los sitios no escucha jamás el silencio de su voz interior. Mas cuentan que aquella mujer que un día le oyó hablar, muda se quedó, y nunca nadie supo explicar jamás si la falta de voz provenía de algún mal, o era un signo de retiro interior"

Rafael Santamaría
629 309 929

viernes, 1 de enero de 2010

EL LEGADO DE LA AMISTAD: EL AMOR; original de Rafael Santamaría


Al juntar las manos entendereis que hay algo más que la sola voluntad de hacerlo; podeis llamarlo orar, podeis llamarlo energía espiritual, o podeis reconocerlo como vuestro; y como vuestro podeis hacerlo real, tan real como lo que sois: sois la parte espiritual de Dios reconocida en vuestra alma.
A vosotros:
"Hubo una vez un hombre que llamaba amigo a todo aquel con el que decía tener amistad, pero aquella amistad estaba cimentada sobre los pilares de la opulencia emocional; así, como quiera que el mar en calma también se agita cuando la tormenta llega, así levantáronse las aguas mansas de la amistad, para con la marea en plena convulsión emocional, zarandear cada embarcación, cada amigo, que por aquellas aguas de la amistad navegaba; y como quiera que el patrón de cada embarcación tiene la facultad de sembrar el pánico o la calma, así, todo aquel que decía llamarse su amigo, tenía en su mano la cartografía de la amistad, legado éste, que a modo de mapa, cubre de cabo a cabo la distancia segura en caso de tempestad; mas sólo quiso seguir la ruta segura aquel que en medio de la fuerte tormenta con calma dirigió su embarcación; mas todo aquel que presa del pánico violentó su barca, y derivó su rumbo a otro puerto..., aquel dejó de ser su amigo.
Mas en toda travesía que tiene como destino nuestra propia experiencia de conocimiento, he de decitr que, quien contempla el mar, este agitado o no, llega a la conclusión de que está formado de agua, y ese agua es pura, limpia, y no varía en su esencia aunque la virulencia de los vientos la levante formando gigantescas olas; así, por encina de toda amistad, está la esencia de ésta: el amor, y aunque la tendencia de nuestra deshumanizada naturaleza nos invite a personalizar nuestra criterio de la amistad, el que por encima de las inexorables emociones encuentra la verdad de su alma: el amor, no tendrá amigos ni enemigos, pues sabrá que la amistad es el nombre con que el hombre generaliza el interes del amor, y el amor no tiene intereses, el amor es infinito, como infinito es la amistad de aquel que no pone precio a su amor, de aquel que ama por igual a aquel que dice que le odia, como a aquel que dice que le ama.  
Quien conoce el lenguaje del amor puede entender todos sus dialectos, y el odio no es más que una jerga con la que el amor se expresa de diferente manera. Quien no ame a quien le odie, se estará perdiendo la asignatura con la que el amor gradua a sus escogidos"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929