martes, 24 de marzo de 2020

LA NUEVA ERA; original de Rafael Santamaría

La nueva cepa ideológica del confort, paraliza por completo la respuesta del sistema inmunitario de la conciencia.

En este adormecimiento cognitivo, el individuo entra en shock emocional: un estado de profunda parálisis racional, donde la enfermedad prolifera en el hombre hasta el punto de convertirse ésta en un parásito de conveniencia necesario para la supervivencia del ser humano.

Infectado por éstas ideas, que tienen su origen en el testamento y el legado, tanto del comunismo como del capitalismo, el hombre se convierte en la víctima de una lucha contra sí mismo, sin saber muy bien contra que lucha; haciéndole creer que su auto destrucción forma parte inseparable de su supervivencia.

La nueva era doctrinal del costumbrismo es la más letal de los entramados ideológicos impuestos hasta ahora por el sistema; pues en el nicho donde se encubo dicho estilo de vida, se mezclan todas las ideas y filosofías conocidas hasta la fecha, tanto de izquierdas como de derechas, que lo hacen perfecto para el consumo del estómago ideológico de cualquier persona, dando igual su parentesco político.

Para ello, se nos ha reducido la motilidad gástrica de la ética y la moral, con el fin de que nuestros intestinos solo digieran y reconozcan como alimento, las ideas que nos imponen desde los distintos supermercados de la política, haciéndonos creer que quién compra en uno es de derechas, y quién compra en otro es de izquierdas, cuando todos tienen el mismo proveedor.

Estas ideas políticas no se ven, porque no se pueden ver, están ocultas dentro de los alimentos con los que día a día dan de comer al incombustible estómago de nuestro ego.

Sin embargo, después de ser digeridas por nuestro organismo egocéntrico, nos convierten en autonamatas de su propia semilla.

La vacuna a nuestro estado de conciencia no es una ideología nueva basada en los vestigios de un pasado febril, que trató los síntomas de su enfermedad sin curarse de ella con la fórmula magistral del estado del bienestar,
dado que por no habernos enfrentado a nuestra verdadera enfermedad en su momento, la sociedad del bienestar ha mutado, y mucho, hacia estados más febriles aún de conciencia, donde el último estadio de salud reconocido es el del estado de confort.

Es decir, hemos pasado de la sociedad del bienestar a la sociedad del confort, con el agravio de que la cepa del conformismo es mucho más letal para el desarrollo de la conciencia en el ser humano que su predecesora.

No se trata pues de buscar en ideologías convalecientes aún de su propio dogma la solución al sistema que ahora mismo pondera y mueve la economía del mundo, sino de buscar dentro de uno mismo, lejos de cualquier ideología conocida hasta la fecha, la solución a la marisma ideológica, que hay en las playas de nuestra conciencia.

Mediten.

Rafael Santamaría