domingo, 7 de junio de 2020

LA MÚSICA Y EL EGO; original de Rafael Santamaría

Aquel que baila sólo la música que le gusta está limitado a salir a la pista de baile sólo cuando ponen su música; pero aquel que siente la música dentro de él, aquel no está sujeto a gustos por lo que podrá bailar siempre que lo desee sin importarle la música que esté sonando.  

La vida es una pista de baile, con todo tipo de música diferente.

Pero tu ego te condiciona sólo a bailar al son de la música que le gusta.

Tu ego no acepta más gustos que los suyos, ni acepta más música que la tiene en su cabeza.

Toma conciencia también de que es tu ego quién insiste en pinchar la música que le gusta a él, la cual quieres que bailen, y deseas que les guste con la misma intensidad y pasión, a aquellos que están contigo en tu pista de baile mental.

Pero la vida no es sólo la canción que tararea tu ego en tu cabeza a través de sus pensamientos; la vida es música en una pista de baile llamada tierra.

Sin embargo tu ego te ha hecho pensar que la vida son las canciones que le gustan a él, y que tiene en su cabeza.

Entiende entonces que solo tu alma es conocedora y capaz de sintonizar con todo tipo de música para poder vivir la vida sin sufrimiento, y por ende, para poder bailar y disfrutar en todas las pistas de baile, es decir, vivir la vida ante todas las circunstancias que te toque vivir.

El alma es música, y sin música no hay canciones; pero el ego utiliza una canción pegadiza para hacerte creer que éso es música.

Ten cuidado entonces con lo que escuchas y dices que es música; y no te creas que sabes bailar tan sólo porque sepas moverte al son de un tipo de baile o circunstancias. La vida y el saber bailar, es mucho más que cuatro pasos: es un movimiento de cintura mental, donde tu mente baila sola, en el estadio contemplativo de la meditación y el autoanálisis, para poder ser conciencia.

Rafael Santamaría