lunes, 21 de octubre de 2019

EL UNO; original de Rafael Santamaría


Así como Dios es Uno, tú tienes que ser uno con Dios. La ecuación es fácil, lo difícil son las incógnitas.
Las incógnitas son los pensamientos.
La mente es la ecuación.

La mente es una ecuación que se expande al igual que se expande el universo, y se expande a través de múltiples incógnitas.
Como he dicho antes ,estas incógnitas son los pensamientos.

Un pensamiento negativo es una incógnita sin despejar. 
Cuantos más pensamientos negativos tenga una mente, más difícil será de resolver la ecuación-mente. 

Un pensamiento positivo es una incógnita resuelta. 
Cuantas más incógnitas tengamos resueltas, más fácil se presenta la ecuación (ecuación-mente)
 
Una ecuación (como lo es la mente) se resuelve cuando todas sus incógnitas están despejadas. 

Cuando una incógnita se despeja sabemos el valor que tiene. 

Cuando una incógnita no se despeja no sabemos el valor que tiene, y por tanto, se generan dudas. 
Esos pensamientos que son dudas generan una nueva ecuación, una nueva mente.
Como no puede haber dos mentes porque ya existe una, lo que se genera es una mente dentro de otra mente. 
Es lo que se llama el subconsciente. 

Normalmente en el subconsciente se acumulan incógnitas sin resolver, sin despejar.

Esas incógnitas sin despejar (o pensamientos negativos) que se acumulan en el subconsciente suelen ser dudas, miedos e inseguridades: asuntos no resueltos en nuestra vida ante una circunstancia que han generado un pensamiento negativo.

La meditación limpia o barre la mente subconsciente de toda forma negativa de pensar, a través de una fórmula llamada: toma de conciencia.

Tienen que saber ustedes que la conciencia está preparada y diseñada para resolver cualquier incógnita.

Una vez que aprendemos a utilizar nuestra conciencia para despejar las incógnitas, la ecuación de la mente se queda en blanco, es decir, sin incógnitas.

La mente que se queda sin incógnitas forma un todo vacío semejante al UNO; y por la ley de la atracción: lo semejante atrae a lo semejante, lo uno atraerá al UNO. 

Quien tenga oídos para oír que oiga.

Rafael Santamaría