martes, 23 de junio de 2015

MEDITA; original de Rafael Santamaría

A veces la escuela del aprendizaje nos lleva a través de inhóspitas circunstancias a vivencias aparentemente dramáticas donde nuestra mente juega un papel importantísimo a la hora de evidenciar la madurez de nuestra conciencia.
De lo que se podría llegar a deducir que según es la madurez de la evolución de nuestra conciencia así nos tomamos o vivimos las circunstancias que nos acompañan en nuestro día a día.
Y cómo evoluciona nuestra conciencia?
Cuando la mente se interoriza se produce una apertura en el campo de nuestra visión, en nuestro modo de ver y vivir las cosas, es decir, adquirimos una perspectiva que nos permite distanciarnos de la sensación de que todo lo que sucede va con nosotros o contra nosotros (nos creemos los protagonistas absolutos en la vida de los demás, nos vemos así de importantes: ego) de ésta forma empezamos a poder ver las cosas realmente como son, y no como las vemos nosotros la mayoría de las veces debido a nuestro deambulante y desequilibrado estado emocional y/o mental.
Al tomar distancia nos separamos del drama, de la negatividad con que muchas veces vemos las cosas, es ahí cuando las circunstancias se vuelven más relativas que nunca, y es entonces cuando nos damos cuenta de que somos nosotros, a través de "la óptica " de nuestra mente, quienes elegimos en todo momento cómo queremos vivir las cosas.
Sirva éste ejemplo:
Imaginemos que la mente, nuestra mente, vive en la calle porque no encuentra un hogar, su hogar; entonces VIVIRÁ FUERA, en lo EXTERNO.
Sí la mente vive fuera, a la intemperie, se mojara, pasará frío, se sentirá sola, etc, es decir, estará a merced de las circunstancias; pero si la mente vive DENTRO, si la mente vive recogida en el interior de cada uno de nosotros, la mente se sentirá acogida, cálida, cercana, en paz,..., es decir, se sentirá como en casa porque habrá encontrado un hogar, su hogar.
Una manera de interiorizar la mente es meditando.
Medita.
Rafael Santamaría