viernes, 26 de febrero de 2010

LA PALABRA; original de Rafael Santamaría

Prefiero amar y no querer. Querer conlleva posesion, y el SER es libre. Amar conlleva libertad, y la libertad de amar es Dios. Querer es la doctrina con la que el ego del hombre interpreta lo que su mente piensa que es amor. Pero para amar no hay que pensar, para amar hay que sentir. Desparasitaos del verbo querer para poder amar y ser amado. Desparasitaos de la hipocresía de esta sociedad del hombre, y ya nunca mas querréis ser hombre.
A Vosotros, en quien yo confio y amo:

 "Esta vez no voy a hablaros en tercera persona, esta vez no voy a utilizar ningun símil, esta vez voy a Ser Yo, y esta vez voy a contar una verdad, mi verdad, que responde a una de vuestras preguntas.
Hace poco, uno de vosotros me preguntó por qué la sociedad, por qué el hombre, no toma conciencia de la Verdad y evoluciona hacia ella. Que yo conteste a esta pregunta, no significa que yo sepa la Verdad, pero el que yo la conteste significa que tiene respueta; así pues, buscar en vosotros la respuesta si la mia no es la vuestra. Pero no dejeis de buscar la respuesta.
Hace mucho, un  gran hombre se liberó de su mente para vivir en la esencia de lo que observó que ERA; y aquella experiencia la transmitió al mundo a través de sus enseñanzas, y al ver que el mundo no oía la VOZ, su voz, utilizó las parábolas para que le entendieran; pero aún así, el mundo no quiso entenderle, y murió en la cruz como los criminales de aquella época. Y aunque fueron muchos los que de verdad entendieron sus palabras (LA PALABRA), aún fueron más los que las mal interpretaron. Y la Palabra quedó manipulada por siempre. He aquí mi síntesis sobre la Palabra.
Se nos ha enseñado que querer es lo mismo que amar; pero el Gran Maestro Jesús no dijo: "quereos los unos a los otros....", más bien dijo: "amaros los unos a los otros....", y el Gran Maestro Jesús, apodado el Cristo añadió, "Dios es AMOR", no dijo: "Dios es querer", porque Dios no quiere nada, no desea nada; Dios ama porque es amor.
Querer tiene dos significados, uno, el de desear algo, este es su significado más literal, y otro, el de amar, este es una manipulación que el hombre ha hecho de la palabra querer. Su significado literal sería el de desear algo; pero las personas que manejan el mundo vieron que la palabra es la fuerza con la que se manifiesta el pensamiento, y sabían que el pensamiento es la frecuencia vibratoria a través de la cual el hombre manifiesta su poder creativo a igual que hace el PADRE; así pues, cambiando el significado de la Palabra Amor por desear, y dándole toda nuestra energía cada vez que la pronunciamos, el hombre queda atado de por vida a su ego, al deseo de su mente. Puedo pensar qué es lo que quiero, y decidir que lo quiero diciendo : "si (lo) quiero", como cuando se desposasn unos novios; pero si quiero saber qué es amar, no puedo pensarlo, tengo que sentirlo, no puedo elegirlo, tengo que hacerlo. Yo puedo querer un coche, y el significado de esta frase conlleva la dualidad con la que el hombre entiende su ciencia: no existe nada sin su opuesto pero, volviendo a la frase, ¿quiero el coche por que lo amo?, o, ¿lo quiero por que lo deseo?. El hombre pronunciando la palabra quiero queda atrapado en el mundo fenoménico de la materia a través de la dualidad de las cosas. Al decir quiero ama a través del deseo, y el deseo hace víctima al hombre de su ego.
Mientras sigais queriendo en vez de amando, mientras penseis que amar y querer es lo mismo, seguireis bajo el yugo impuesto para el control del hombre. Meditad sobre la fuerza que tiene la palabra hablada, y meditad bien sobre ello, puesto que si dais veracidad a vuestras palabras cada vez que las pronunciáis, dais lo que Sois al identificaros con ellas. Les dais vuestra energía, la energía de vuestra esencia. 
Cambiar la palabra querer por amar y cambiaréis vuestro mundo, y al cambiar vuestro mundo, cambiaréis el mundo.
Como dijo el Maestro Jesús: "Quien tenga oidos para oir que oiga" ...; yo me retiro durante un tiempo, pues ya esta dicho todo. Cuando cambiéis el significado de vuestras palabras, cambiareis el significado de vuestra vida; cuando hableis sabiendo lo que decis, sabréis hablar; y cuando sepaís hablar, os daréis cuenta que no teneis nada que decir, pues el ego habla y el alma ama, o lo que es lo mismo: EL EGO PIENSA, Y EL ALMA SIENTE.
SED.
Hasta pronto"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

martes, 23 de febrero de 2010

LA VIDA EN EL HOMBRE; original de Rafael Santamaría

Lo que busco esta en mi, lo que Soy, también.
A vosotros:




"La vida se agota en si misma al no ser vida, y en su efimera ilusión por vivir, crea en la muerte la paradoja de su destino. No vivo en mi para ser real, vivo en mi para Ser, para sentir más allá del transplante emocional con que han adulterado mi voluntad espiritual.
He nacido libre y muero lleno de ataduras emocionales. He nacido virgen a los ojos de mi inmaculada Presencia, y veo como la vida me quita el protagonismo que me pertenece al anclarme en el tiempo. He nacido para Ser eternamente útil a mi mismo, y caigo en la idiosincarcia del temor a lo que Soy. Percibo las causas por las que decidí aventurarme a vivir esta existencia, pero soy apercibido por mi ego y obligado a anclarme a los deseos que surgen del glosario emocional que tengo como ética. No entiendo nada de lo que hago en el banal ruido con que el hombre ignora el lamento de su silencio interior, pero no llego a saber que duda es más profunda, si lo que Soy, o lo que dejo de Ser.
Empiezo cada día con un mismo motivo de parálisis emocional: mis pensamientos, y aunque aveces la causalidad me invita a reflexionar cada momento de mi existencia, vivo en el recuerdo de un pasado entremezcaldo con las insatisfaciones de un futuro que no llega. Veo en mi lo que me dejan ver, que no es otra cosa que el reflejo de una sociedad identificada con el vacío de la cordura espiritual; veo en la gente la misma insatisfacción que no les deja ver; veo tantas amarguras como penas entrelazan los corazones ajenos; y aveces de tanto ver lo que no quiero ver, me reconozco a mi mismo en esa visión caótica de nuestras vidas.
El momento a la resurección de la vida es la eterna página de un libro que no pasa página, pues cada día es lo mismo de distinta manera; y engañándonos bajo el enigma de unos miedos sólo existentes para el razocinio de nuestra mente, ya ni pensamos, ya ni somos, sólo somos fuente de inspiración de otros pensamientos que ni siquiera son nuestros. Somos víctimas de un virus educacional llamado sociedad, puesto que nuestra mente ha sido codificada con los miedos que la atrincheran ante la frontera con la no-mente, con lo que Somos bajo el legado que trajimos al elegir esta experiencia.
Y en esta dual experiencia somatizada a través de nuestra mente, muero sin saber si muero, sin saber si sé, o sólo sé lo que me dejan saber. Muero para volver a morir de vida en vida sin malgastar el tiempo eterno que Soy, pero en esa lucha por existir más allá de la efimera edad del hombre, tropiezo con lo que no soy y me doblego ante el criterio que me han implantado.
Trás el bullicio se encuentra la diversión, trás la mentira la ilusión, y en la mascara que cada uno lleva, el baile de disfraces con que esta sociedad nos invita a su gran gala de marionetas. En cada función teatral me visto como aparento ser, para más tarde quitarme un disfraz y volverme a disfrazar. Cada uno trabaja en lo que puede para satisfacer el ego que le ha impuesto, y de vez en cuando, ante los abismos del ojo de la intuición retrocede para ver más allá; y ante un ápice de su sensibilidad recorre la ternura de su lógica espiritual; entonces, piensa que no esta pensando como la sociedad quiere, y estonces, siente, y al sentir, reacciona con esa parte de él que es el SER, y al Ser así, desata la única felicidad que le permite gozar de amor al ser amor.Y en ese preciso instante, en ese eterno momento que esta presente sólo bajo la inmortalidad del ahora, uno se reconcilia con la parte que Es tomando consciencia de cada partícula de su Ser en consonacia con el momento presente. Y en ese preciso instante reconoce lo que Es bajo el espejismo de lo que no es, pero la maquinaria destructiva del hombre no permite que el alma evolucione sin intereses comerciales; así pues, indaga que producto crear para engañar de nuevo al Ser, y habla de credos y creencias, y habla tanto que vuelve a confundir al Ser que se deja maniatar por su sombra humana; y ante el estupor de lo que Fue, reniega de nuevo de lo que sintió, para moderándose en su lucha por abstraerse de todo erroneo pensamiento, ser víctima y verdugo de su mente: su ego.
Y así pasan las eternas edades del hombre sin que el hombre llegué a su estado de moral más ambiciosa: EL. Y así pasa el tiempo para aquellos que lo contabilizan; y así muere el hombre sin saber qué es la muerte, pues muere maniatado por la sugestión de la ignorancia, muere precipitándose al vacio sin sentido que es su vida mundana"


Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

sábado, 20 de febrero de 2010

EL; original de Rafael Santamaría

Sed lo que habéis venido a Ser, y comprenderéis lo que Sois.
A vosotros:

" En EL está la forma y el contenido; en EL está el vacio sin fondo que llena todos los vacios; en EL está la consagración de la eternidad en el infinito; en EL está todo tiempo causal que es el tiempo inmemorial donde cohabita junto a la memoria del hombre; en EL está la sabiduría que el amor es al ser amor; en EL está la vida de esta ilusión llamada vida; en EL está el confort que reconforta; en EL está la morada que da entrada a la Gran Casa; en EL está la magia del mago que sin saber que es mago utiliza la única magia que no necesita mago : El Amor; en EL está la verdad que no necesita de otra verdad para argumentar su verdad; en EL está la enseñanza que diviniza todo aprendizaje; en EL está la oración que reza sola porque ella sola es oración; en EL está el mar y los vientos, pero EL no forma las tempestades, El es la serena calma del mar cuando el mar está en calma; en EL está el silencio de la voz, y en EL está la voz eterna que nada tiene que decir salvo, oirse a través de la armonía que desata su silencio interior; en EL está la condición del perdón que perdona sin condición; en EL está el aroma que sin fragancia es el aroma de la mayor fragancia que existe y existirá : El Amor; en EL está y es la palabra hecha verbo, ese verbo que a través de la palabra se conjuga en la esencia del SER; en EL están los honores de todo triunfo, porque El es el triunfo sobre el que se asienta la eterna victoria; en EL está la gloria con que el Padre Es en el hijo, y en EL está el conocimiento con que el hijo sabe que está en el Padre; en EL está la unión de lo divino y terrenal; en EL está el arte de la contemplación en el venerado silencio; en EL está la condición del SER bajo el anonimato de la forma; en EL está el orgullo de SER quien Es sin ser visto bajo la mirada del hombre; en EL están los ojos que miran al vació y lo comtemplan todo; en EL está la luz que ilumina el alma hacía el espíritu de lo eterno : el Padre; en EL está el principio de todo final, y el final de todo principio, porque EL es el princpio y el final de todo; en EL está la inteligencia con que el Uno se integra en el Todo sabiendo que el Todo forma parte indivisible del Uno;... pero tú te preguntarás, ¿y dónde está EL ?, y yo te constesto: EL eres tú cuando tú descubras que eres EL. En ti."     

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
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miércoles, 17 de febrero de 2010

LA ETERNA ORACION; original de Rafael Santamaría

Quien ha orado a Dios sabiendo orar, sabe que Dios es oración, y al orar, ha hecho de Dios su oración, ha hecho de su oración su vida en Dios; ha encontrado en definitiva, su comunión con Dios, su Yo superior.
A vosotros:   

"- Maestro, ¿ y qué es orar?
  - Hijo mio, si el amor es la oración del alma, orar es vivir en y para el alma.
  - Pero maestro, si es así como dices, ¿qué hacemos todo el día invocando canticos, rezos y meditando?; ¿acaso eso no es orar?
  - Hijo mio, lo que haceis es despertar vuestra somnolienta alma, lo que haceis es despertar a la vida eterna, la vida del amor, la vida de vuestra alma.
  - Entiendo maestro pero,entonces, ¿cómo se vive en y para el alma?
  - Hijo mio, despierta tu amor encontrando tu alma a través del dialogo del silencio interior; se amor viviendo en el corazón del amor de la armonia de tu entorno; ama, encontrándote amado desde tu amor, para poder darte a los demás y servir a la causa que te hará amor infinito; y así, al orar, sentiras amor, sentirás tu alma en comunión con su identidad; sentiras que no hay otra cosa más que lo que Eres, y eres el amor de Dios revestido de materia para y con un único fin: volver a ser lo que fuiste, un fragmento de algo grandioso y divino que el hombre bautizo como Dios por el magnanime poder su amor.  
  - Maestro, no consigo entender tus palabras.
  - Verás hijo mio, en esencia el hombre es la individualización del pensamiento Divino de Dios, pero Dios no piensa como tú o yo, es más, Dios no piensa, es pensamiento, y ese Pensamiento Divino es amor en su estado más puro; así pues, Dios es amor, y tú eres el amor de Dios en ti. Pero para poder sentir lo que Dios es en ti, amor, sólo hay un camino : ORAR, es decir, sentir el amor del alma, el amor de Dios a Dios, el amor a lo que en verdad Eres.
  - Y, maestro, ¿cómo entonces puedo sentir ese amor de Dios que hay en mi?
  - Verás hijo mio, tu mente, la mente, traiciona todo sentimiento Divino del Padre, pues nada tiene que ver con El; pues el Padre no piensa, en todo caso es pensamiento; el padre no ama desde el pensamiento, como hace el hombre desde su ego, el Padre es amor; el Padre no vive desde el pensamiento de vida que cohabita en la mente del hombre y forma parte de su ego, el Padre es vida; el Padre no siente desde la perspectiva del pensamiento que gobierna al hombre a través de su ego, el Padre es sentimiento; el Padre, en definitiva, Es, no piensa; y al Ser sólo observa para poder Ser, de otra manera estaría en desarmonía con su esencia.
No te identifiques ni con la mente ni con sus pensamientos, este es el principio de toda oración; quedate observando lo que acontece en la mente, este el predicado de toda oración; para más tarde sentir la vida que hay en el que observa, en el Ser, esta es la esencia de la oración; luego, ya sólo tienes que dejar Ser aquello que has sentido al otro lado del mundanal ruido, y entonces hijo mio, serás amor, serás la oración de tu alma que invoca su Destino, su Gran Destino, la inmortalidad del Amor que nunca muere: Dios Padre, o el inmortal amor que todo lo une formado el Todo.
   - ¡Maestro!, ¡enséñame a orar de esa manera!, ¡enséñame!
   - Hijo mio, se eterna oración ahora y siempre , para ello, yo te emplazo en este tiempo y no otro, a que de verdad seas lo que Eres escuchando la voz del silencio con la que tu alma te habla al amarte por ser como eres; yo te emplazo a conocerte en el ayuno de los sentimientos y las emociones; yo te emplazo a dejar el sufimiento de la mente para la mente; yo te emplazo a vivir la vida eterna en la eterna oración que comunica con ella : el amor que hay en tí. Se amor escuchando la voz de tu alma al orar y evita inmiscuirte en la razón del pensamiento cuando quieras amar, evítalo y sabrás qué es amor, sabrás qué es orar, en definitiva, sabrás qué es Dios..., sabrás lo qué Tú eres cuando al orar sientas el amor que hay de Dios en ti.
Conviértete en oración al orar, conviertete en amor al amar. Eso hijo mio, es Ser. Así pues, Se, y la oración en ti se habrá consumado con su esencia, el amor. Ora pues como yo te he enseñado. Se pues hijo mio oración, se eterna oración, Se Amor.
   - Así oraré maestro. Así Seré lo que el Padre es en mi: Amor. Así seré eterna oración.
   - Que así sea hijo mio, que así sea."

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
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sábado, 13 de febrero de 2010

EL HOMBRE Y SU MUNDO; original de Rafael Santamaría

Lo que creemos que somos a veces no es lo que somos. Para Ser hay que sentir, para sentir hay que obviar a la mente, y para sentir al Ser, hay que dejarse sentir en la infinitud de la no-mente, en la eternidad del Ser.
A vosotros;


"Una vez tuve un recuerdo que cayó en el olvido, de ese olvido emergió una amargura, y de aquella amargura nacio un odió. Pronto el odio se familiarizó con mi recuerdo y lo convirtió en pesadilla. Aquella pesadilla tomó las riendas de mi vida, y a cada ilusión, mi pesadilla frustaba todas mis esperanzas, todos mis sueños, con el odio de su amor.
El tiempo irrumpió con fuerza y se hizo nostalgicó, y marcando las horas contabilizó mi vida, dejándome herido de por vida por el paso del tiempo.
La soledad entró a ser compañera y amiga, y sintiéndome solo acabé solo. Y entre tanta soledad, apagué la vela con la que la luz de mi vida se encendía cada día.
La brújula del amor se volvió difusa en mi vida, había perdido el norte, y el sur quedaba anclado a un pasado muy lejano, tan lejano, que el sur se tornaba norte al divisarlo.
La tristeza que cabalga sola, me subió a lomos de su jamelgo, nunca fui jinete en tan frustrada carrera, pero una vez ahogado en penas, ya no sabes ni lo que echas de menos: quizá seas tú, o quizá sea lo que fue de ti.
La sonrisa se evadio de todas sus responsabilidades, y confabulándose con la mentira, diseñaron las tinieblas por las que discurriría mi vida.
El hogar que otras veces fui yo, se volvió posada de viajeros sin rumbo, que interfiriendo en mi destino, me hicieron navegar a la derira a través del emulgente océano de mis sentimientos.
El viento que avivaba mi velero, dejó de soplar por la complicidad de su mar, y es que el mar se volvió calma cuando más lo necesitaba.
Las lluvias llegaron, y aunque siembra había, fue hecha en otra época; hacía tanto ya de aquello, que me quede sin frutos y sin siembra, pero calado por las aguas torrenciales del amor que llegó sin labranza a la que regar. 
Y cuando el sol saludaba con cada día, la luna venía por detrás para recordarme que no hay luz eterna en la noche de las sombras.
Y cuando de tanto dolor juré arrancarme la vida, la vida se había pegado tanto a mi, que ya no era Yo, era la vida que mi Yo fingía vivir en mi vida.
Y de tanto morir de amor, decidí rescatar mi recuerdo, lo bañé en las puras aguas del perdón, y lo dejé secando en el pasado.
Para cuando quisé saber de mi recuerdo, no supe ni cómo recordarlo. Se fue tal como vino, por arte de magia. Un mago llamado mente, fue el ilusionista encargado de hacerme creer lo imaginario.
Al día siguiente, cuando desperté, la morada de mi alma era otra vez Yo, y juré que otro sueño como aquel, en el mundo de las emociones perdidas del hombre, nunca tendría...; hasta hoy, que viviendo otra vez en el mundo de los vivos, me expongo a una nueva y cruel ilusoría realidad: la muerte"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
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miércoles, 10 de febrero de 2010

Y ALLI NOS ENCONTRAREMOS; original de Rafael Santamaría

Cuando deis el papel protagonista al personaje que en verdad os representa, el guión de vuestra historia relatará la verdad de vuestra existencia, y la película, que es vuestra experiencia de vivir, será la película con que vuestro Ser, vuestro Yo Superior,se identificará en esta experiencia.
A vosotros;

"Alli donde la Gracia de Dios me colma con su recibimiento, allí estoy yo;
allí donde el amor es la culminación de lo que siento, allí estoy yo;
allí donde la paz es en beneficio del amor, allí estoy yo;
allí donde el amor es el infinito perdón, allí estoy yo;
allí donde la morada del alma me invita a estar con Dios, allí estoy yo;
allí donde la armonia con todo es la esencia de mi totalidad, allí estoy yo;
allí donde crecen los frutos que alimentan mi amor, allí estoy yo;
allí donde la flor de la vida florece de amor, allí estoy yo;
allí donde nace la vida eterna, allí estoy yo;
allí donde cada gota de vida da entidad al mar del amor, allí estoy yo;
allí donde el Aliento Divino es la energía que ayuna mi estómago, allí estoy yo; 
allí donde la moralidad de mi ética es la lógica mi amor, allí estoy yo;
allí donde muero para renacer en la fe de lo que Soy, allí estoy yo;
allí donde la claridad del amor brilla más que el sol, allí estoy yo;
allí donde la voz da paso al silencio, allí estoy yo;
allí donde todo tiempo es un intervalo del infinito, allí estoy yo;
allí donde toda marea se agita sin violentarse, allí estoy yo;
allí donde la mente no es nada porque todo corresponde al espíritu de esa mente, allí estoy yo;
allí donde los pensamientos nacen por amor, allí estoy yo;
allí donde el camino escabroso es al mismo tiempo sendero de amor, allí estoy yo;
allí donde un hermano es mi hermano, allí estoy yo;
allí donde se necesita amor porque amor es lo que se necesita, allí estoy yo;
allí donde la fe de mi alma se complace con su Creador, allí estoy yo;
allí donde cada verso es la oda con la que el poema de mi vida es amor, allí estoy yo;
allí donde la vista se ajusta a lo que ven los ojos de mi corazón, allí estoy yo;
allí donde la palabra es un verbo, y el verbo es amor, allí estoy yo;
allí donde el descanso es eterno, y eterno no se hace el descanso, allí estoy yo;
allí donde el sinónimo de toda vida es amor, allí estoy yo;
allí donde la fe de mi amor sustenta el credo de mi alma, allí estoy yo;
allí donde germina lo que Soy, allí estoy yo...;
y allí estaré por siempre y para siempre, porque de allí vengo y hacía allí voy.
Y allí nos encontraremos" 

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929

domingo, 7 de febrero de 2010

EL DISCIPULO Y EL MAESTRO; original de Rafael Santamaría

Asi como la luz entra entre la maleza del bosque para alumbrar el camino, así la luz de tu Ser iluminará tu conciencia cuando entre la densidad de tus conocimientos dejes pasar tu luz.
A vosotros;
 
"- Maestro, todo este tiempo te he seguido; he seguido tus enseñanzas, he recorrido tu camino, he seguido tus pasos, he leido tus versos, he recitado tus oraciones..., pero Maestro, aunque te he seguido, honrado y venerado, y he seguido, honrado y venerado tus enseñanzas, no he visto a Dios, no he visto a ese Dios que profetizas en tus enseñanzas; no lo he visto. Y yo me pregunto Maestro, ¿cómo puedes hablar de Dios, cómo puedes dar fe de El, si sólo es el producto de una ilusión con la que comercializas tus enseñanzas?. Maestro, perdóname, pero prefiero decirte esto a seguir mintiéndome. Tu Dios yo no lo puedo ver, no lo puedo tocar, no lo he visto jamás, y empiezo a dudar que lo hayas visto tú, Maestro.
- Hijo mio, tus dudas son el pilar de tu fe, sin tus dudas, tu fe no se sustentaría, pues tu fe es el antídoto para aquello en lo que te cuesta creer pero, áun te digo más, no es sólo mi fe la que ha visto a Dios, sino, mi corazón, pero no tu corazón, sino el mio, pues el mio se purificó al volverse amor, y el tuyo aún busca quien lo purgue; y en ese error andas perdido, pues sólo tú puedes limpiarlo, sólo tú, y no otro; deja pues de buscar en otros lo que es tarea tuya, y limpia tu corazón del sobrante que lo identifica con la carne, para haciéndolo tan espiritual como lo que es, sepas amar, al ser todo tú, amor. Y aún te digo más, mi oración, esa oración que es la culminación con que toda alma se identifica con el amor que es Dios en su esencia, esa también le vio; y lo vio gracias a que no ore como orais vosotros repitiendo mis palabras, ore sintiéndome la palabra, esa palabra que comunica con el sentimiento de Dios, y esa palabra es el verbo amor. Y aún te digo más, mi ego, ese no lo vio, no lo vio y nunca me hubiera dejado verlo, pues verle hubiera supuesto para él ser lo que es ahora, nada; así pues, yo te digo: mata lo que crees que eres para llegar a ser lo que en verdad eres; deja a la mente ser mente y libérate de ella sin entrar en batalla alguna con ella; pues la mente juega con convencerte de que sus pensamientos son tuyos, y prestándole tu atención, le das tu energía, la haces más grande, más vigorosa, y a tus pensamientos, les das su sustento, les das la vida; fíjate pues cuan divina es tu energía; si la utlizaras para ver lo que hay detrás de la mente, detrás de tus pensamientos, detrás de todo juicio, verías que Dios existe, verías que Dios se puede tocar y se puede ver, y al prestarle toda tu atención, le darías toda tu energía, y entonces hijo mio, te convertirías en una de tantas esencias Divinas que hay de Dios en la tierra: te convertirías en Ti; pero para eso, deberías haber vivido mis enseñanzas; pero para eso, deberías haber sentido mis enseñanzas; pero para eso, deberías haber descubierto el amor que el Padre es en ti como tú en El a través de la oración del eterno silencio; pero para eso, deberías haber renunciado a conocerlo para así poder conocerlo; en definitiva hijo mio, es el hacer sin hacer; el estar sin estar, el ver sin ver; y tú todavía hijo mio, estás, haces y ves como hombre de Dios, no como Dios en el hombre.
Y te diría cómo es El, pero quien mejor que El para decirte cómo Es el día que lo sientas; así pues hijo mio, abandona esta forma de vida que no es tu vida, pues para encontrar lo que buscas primero has de tener claro qué estás buscando, y segundo, para encontrar lo que buscas, has de saber con que lo vas a buscar y dónde, para más tarde, saber buscarlo sin poner tu intención en buscarlo, eso sería ego, sino, con el presentimiento de encontrarlo, hallarlo, eso es intuición, esa es la Divina forma de pensar que tiene Dios a través del hombre. Búscalo a través de tu intuición. Así pues hijo mio, búscate, y en ese peregrinaje que es toda vida, encuéntrate.
- Maestro pero, ¿cómo sabré que me he encontrado?
- Cuando te conozcas, cuando conozcas de ti lo que Eres, sabrás que te has encontrado; y entonces mis palabras resonaran en tu eco por siempre y para siempre; antes, nada de lo que dije o hice será valido para ti hasta que tú no seas en ti lo que has venido a Ser. Anda, ve, pues algo especial en tu vida te aguarda impacientemente.
- ¿El qué?,  Maestro.
- Tú "

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
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jueves, 4 de febrero de 2010

VEN Y SIGUEME;original de Rafael Santamaría

Cuando todo pensamiento carezca de la energía de su observador, del ojo que observa a la mente emanará una luz, la luz de la conciencia, y ese ojo, es y será tu intuición.
A vosotros:
  
"- Maestro, y cuando vea a Dios,¿cómo sabré qué es El?
- Porque entonces hijo mio, por fin te habras visto tal y como eres.
- Maestro y entonces, ¿cuándo le podré ver?
- Cuando abrás tus ojos hijo mio.
- Maestro y, ¿cómo se abren los ojos para ver a Dios?
- Cerrándolos hijo mio, cerrándolos.
- ¿Sólamente cerrandolos Maestro?
- No, aprendiendo a cerrarlos hijo mio, aprendiendo a cerrarlos.
- Enséñame Maestro, enséñame a cerrarlos te lo ruego maestro; enséñame.
- Esta bien . Sígueme, pero no con tus pasos, sino con tus sentimientos; sígueme, pero no con tu mirada, sino con la fe en lo que Eres; sígueme, pero no con tus oidos, sino con la voz del silencio; sígueme, pero no con tus miedos, sino con la verdad de tu alma; sígueme, pero no con tu mente, no con tus pensamientos, sino con el Ser que se postula, que se erige, como el Creador de lo que transpasa la frontera de tus pensamientos; sígueme, pero no con la obsesión en el aprendizaje, sino con la humildad de lo aprendido; sígueme, pero no con la ira, no con la envidia, sino con el amor del que es amor en su corazón; sígueme, pero no con lo que quieres, sino con lo que por derecho te pertenece; sígueme, pero no en esta vida, sino en esta y en todas las vidas; sígueme, pero no sólo hoy, ni el día de mañana, sino por toda la eternidad; sígueme, pero no con la lógica del discernimiento, sino con la verdad del sentimiento; sígueme, pero no con el vacio que deja el dolor del hombre enfermo, sino con la sabiduría que recoge la infinitud de lo eterno; sígueme, pero no porque yo te lo diga, sino porque tú te lo has dicho; sígueme, pero no por tu pasado ni por tu futuro, sino por tu presente; sígueme, pero no con el voto del que guarda devoción por su Maestro, sino con el amor del que al amar se funde con las enseñanzas de su Maestro;sígueme, pero no con el duelo del que abandona su hogar y a sus amigos, sino con la gloria del que entiende por amigos la hermandad del mundo a la que esta unido, y del que entiende por casa, cada lugar donde es bien recibido; sígueme, pero no con la eterna pregunta de la desconfianza que se ampara en sus dudas, sino con la fe del que sabe que lo que ve es lo que siente, y que lo que siente es lo que ve; sígueme, pero no con la esperanza de servir a Dios, sino con el ánimo de servir a Dios; sígueme, pero no como siguió la cosecha a la siembra, sino como fruto que germina para no dar más frutos que su semilla; sígueme, pero no como la fatiga del que sigue la huella de lo que busca y no encuentra, sino con la ilusión de saber que lo que indaga es a él, y que en él encontrara toda su riqueza; sígueme..., pero cuando veas que me sigues, entonces, alejate y siguete a ti mismo, pues eres tú a quien debes seguir, eres tú a quien debes conocer; cuando lo descubras, cuando creas con la voz de tus sentimientos la verdad de mis palabras, sigue, pero sigue para encontrarte, y cuando lo hagas, cuando te encuentres, no sólo me volveras a ver, sino que nos veremos todos, porque en el Todo el uno se reconforta; y hasta ahí, hijo mio, es hasta donde debes seguir, hasta ahí; hasta encontrarte con Dios, hasta encontarte con lo que Eres en esencia. Ven pues, y sígueme si aún quires seguirme.
Y el discipulo, con los ojos cerrados, le siguió"

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
629 309 929