miércoles, 5 de agosto de 2015

EL AMOR DE TU VIDA; original de Rafael Santamaría

- Papá, cómo puedo saber amar a una persona? - me preguntó en cierta ocasión mi hijo 
- Aceptando a esa persona tal y como es.
- Y si no me gusta?; si no me gusta físicamente.
- Entonces estarás condicionando el amor que hay en tu corazón a tus gustos mentales. Es decir, estarás haciendo que tu corazón "piense"
- Pero tendrá que haber algo de atracción. Vamos, digo yo.
- La verdadera atracción hijo mío surge expontaneamente y de forma natural cuando dos almas se entienden a la perfección sin la necesidad intentar entenderse a través del escaparate físico que pudieran ser sus patrones mentales afines.
- Entonces papá, el verdadero amor surge casi como consecuencia directa de saber aceptar a alguien tal y como es?
- Sí, hijo mío.
- Y si no te gusta esa persona?
- No lo has entendido. Si la aceptas, ya no hay nada que no te guste de esa persona.
- Ah! Ósea que el truco está en aceptar. 
- Tú me estás hablando de la atracción que surge cuando te gusta una persona que responde a los criterios de selección que hay en tu mente, y has de saber que dicha selección mental es la que te invita a "pensar", en vez de sentir, que el amor es tal o cual cosa. 
Y como tú alma se halla identificada con tus pensamientos, tú te crees, o te has llegado a creer, que aquello que "piensas" que es el amor, es amor; pero no lo es. 
- Y entonces cómo encontraré el amor de mi vida?
- De tu vida? 
- Sí, de mi vida.
- Aceptándote tal y como eres. 
- Pensaba que lo encontraría en otra persona.
- No "pienses" tanto hijo mío, lo encontrarás en ti. Otra cosa muy distinta es que una vez encontrado: toda vez que te aceptes de verdad y en su totalidad tal y como eres, es decir, te conozcas a ti mismo; dicha aceptación, que no es otra cosa que el conocimiento que tienes de ti mismo, lo quieras o sientas la necesidad de compartirlo junto a otra persona.
- Y quién será o podrá ser esa otra persona con la que compartiré ése conocimiento?
- El Yin y el Yang son una misma cosa aún siendo diferentes, verdad?, pues el uno sin el otro no tienen sentido y juntos dan sentido a todo. 
- Es eso del Tao, verdad?
- Sí, es eso del Tao. Pues entiende que aquella persona que aún en apariencia física sea distinta a ti, pero que contigo y junto a ti sea una misma cosa: seáis y formeis parte de lo mismo, aquella persona será con la que compartirás tu vida, tu aprendizaje, y todo lo que tú eres.
- El amor de mi vida?
- Sí, por qué no?; el amor de tu vida.
Rafael Santamaría