martes, 5 de julio de 2016

TODO ES UNA PROYECCIÓN, TODO ES UNA ILUSIÓN; original de Rafael Santamaría

Cuando morimos toda nuestra vida se nos proyecta a modo de película en nuestra mente.
Una conciencia, la nuestra, libre de ego, observa ésta película.
Dicha película es la vida que hemos llevado. En ese momento no existen las versiones, es decir, vemos la película, los hechos, tal y como ocurrieron, y no como muchas veces fueron versionados por nuestro ego.
De todo esto se deduce que la mente es como una pantalla de cine donde se proyectan nuestros pensamientos. Y que si miramos hacia la pantalla, hacia el exterior, sólo veremos ésos pensamientos. Pero si el espectador cambia la perspectiva de su mirada, y mira hacia el interior, veremos la cabina desde la que se está proyectandolo la película y entenderemos entonces que todo es una proyección.
Las imágenes de nuestra vida quedan impresas en nuestro cerebro a modo de rollo de película.
Cuando en la sala donde se estaba proyectando la película se encienden las luces, (cuando llega la muerte física) el espectador se da cuenta de que todo era un proyección. Y es invitado a abandonar la sala de la vida hasta una nueva proyección.
Todo son imágenes etereas que cobran realismo en nuestra pantalla mental cuando el foco de nuestra atención esta orientado hacia el exterior: hacia ésas imágenes que nosotros mismos proyectamos; pues esa es para nosotros nuestra realidad mientras no cambiemos el foco de nuestra atención.
Rafael Santamaria