martes, 20 de abril de 2010

AQUELLO QUE SOMOS; original de Rafael Santamaría

No somos más que luz envuelta de más luz; y en ausencia de esa, nuestra luz, nos perdemos en el miedo y el condicionamiento que la mente alberga bajo la forma de nuestros pensamientos.
A vosotros:


 "En las profundidades de la mente naufraga el pensamiento rutinario de la vida, y en él y desde él, la ignorancia del hombre se hace cada día mas fuerte. Desde lo que no sabe que es cierto, crea todo un criterio de vida, toda una ética fraudulenta a la esencia de su verdadero SER; y sin experimentar la ciencia que dicen saber otros, da como valido lo que no sabe si es la verdad que busca o dice buscar; y en esa marginación que hace el hombre sobre su SER, marchita el hambre de amor que su alma demanda, que es la sabiduría que realza su belleza; la del alma.
Quien esta en la mente del hombre solo vera lo que la mente quiera ver; pero quien habite en el alma del hombre, vera a Dios en cada amanecer de su vida.
No somos mente ni pensamiento, no somos lo que la mente dice que somos; ni tan si quiera somos la realidad que nos inducen a vivir; somos el espacio-tiempo inmortal que habita en la moral enquistada del hombre.
Somos la esencia de una verdad inmaterial que tomo la materia como forma de expresar y sentir el amor; somos el rostro del amor enmascarado de complejos y condicionamientos; somos la realidad que hemos venido a ser en ausencia de nuestros patrones de conducta; somos lo maravilloso de un mundo oculto por la personalidad de nuestro personaje, el llamado ego; somos lo instantáneo al hacerse eterno; somos la fragilidad de nuestros sentimientos bajo el estigma de nuestra fe, el amor.
Y por mucho que el hombre huya de la realidad que alberga la esperada cosecha de su alma, el reencuentro con lo que hemos venido a ser, bajo la experimentación de nuestro propio aprendizaje, nos aguarda sin prisas al otro lado del prisma mental con que el hombre se ha propuesto entender la vida.
El que llama a las puertas del cielo buscando a Dios, ha de saber que el cielo esta en uno mismo, y que Dios esta en su interior.
No somos más que buscadores de oro, de un oro que reluce al sol de nuestra propia luz, de esa luz que brota de nuestra alma al iluminarse de amor; pero ese oro, se convertirá en ego cuando nuestro tesoro, nuestro oro, tome la apariencia de lo que nuestra mente piensa que es el oro, y no del verdadero oro: nosotros mismos."

Rafael Santamaría
senseirsan@gmail.com
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