martes, 15 de octubre de 2019

LA FELICIDAD EN PAREJA; original de Rafael Santamaría


Cuando alguien me pregunta cómo conocí a mi actual pareja, sencillamente se lo explico de la siguiente manera:

No me uní a mi pareja para ser feliz, yo ya era feliz antes inclusive de conocerla, de ahí que nunca le haya podido reprochar (a mi pareja) que no me hace feliz, algo que sin embargo es muy común en nuestra cultura emocional, y en consecuencia, dejarlo con ella.

Antes de conocer a mi compañera de viaje en esta vida, tuve que hacer un gran trabajo de aprendizaje en busca de la felicidad, una felicidad que la vida misma me reveló que estaba dentro de mí, en forma de actitud.
La actitud es la forma mental de entender y afrontar tu corazón las distintas circunstancias que te ha tocado vivir, y el modo de resolverlas.

Y es que la mayoría de la gente busca la felicidad en la persona con la que quiere ser feliz. De esta forma, dichas personas empiezan a generar expectativas, estas expectativas son la manera más fácil de encontrarse una y otra vez con las consiguientes decepciones.

Toda decepción atrae una serie de pensamientos negativos que acabamos transformando en creencias personales para poder sobrevivir en nuestro caos emocional.
Nos hacemos creer a nosotros mismos, bajo la toga de la justicia de nuestras propias justificaciones, que la culpa es del otro.
Es así como echamos la "culpa" de nuestra infelicidad a la persona con la que estamos compartiendo nuestra vida.
Y es así como la dejamos y ya tenemos la excusa perfecta para buscarmos a otra.

Somos depredadores de nuestras propias pesadillas, unas pesadillas que generamos nosotros mismos en nuestra fábrica de sueños por no haber aprendido a pensar como sentimos.

Vivimos la vida de los demás, y en consecuencia, intentamos alcanzar sus sueños, que valga la paradoja, tampoco son suyos, sino de otros.

Soñamos con sueños robados que nada tienen que ver con lo que de verdad nos hace soñar, y en consecuencia, nos juntamos con personas antes de haber aprendido a resolver nuestras propias carencias, buscando en ellas la felicidad.
El sexo, y sus patrones de conducta, además de los gustos afines, son los moldes con los que buscamos personas con las que "encajar", pensando que si encajamos en la vida de alguien (y esa persona encaja también en nuestra vida) la felicidad será el menú del día con el que se alimentaran nuestros sueños los próximos años.

Nos engañamos a nosotros mismos para no tener que ver la realidad, y decepción tras decepción, llegamos a la conclusión de que nadie nos entiende.
Pero es que nadie les entiende porque ustedes antes no hicieron nada por entenderse a sí mismos.

En la búsqueda del "íntimo" está la compresión de nosotos mismos.
Y sólo cuando encuentren a su "íntimo" estarán preparados para compartir su vida con alguien sin buscar la felicidad en esa persona.

Rafael Santamaria