domingo, 29 de diciembre de 2013

APRENDIENDO; original de Rafael Santamaría


¿Cómo quieres que un niño te entienda utilizando tu violencia (tu frustración acumulada), el castigo y la represión como formulas de dialogo para hacerle comprender que ha hecho algo mal? 
¿Tú lo entenderías si fueras él? 
Lo dudo. 
Con esa actitud tan sólo creas confusión desconfianza y miedo. ("Amame cuando menos lo merezca porque a buen seguro será cuando más lo necesite")
¿Cómo se les puede explicar entonces las cosas utilizando las mortíferas armas de la represión y el castigo?
No se puede. Hay que hacerlo con amor, pues sólo así te entenderán.
Si pero..., te dirán o dirás tú.
No hay peros. Los peros son excusas, y las excusas son la retórica que emplea el ego.
Con amor, sólo con amor.
Y si te preguntas para qué se nos han dado esas "armas". Yo te contestaré:
Para deshacerte de ellas, nada más.
Y cuando un adulto castiga con la indiferencia, el silencio, y el aislamiento a una o varias de las personas que más quiere porque se ha enfadado con ella o ellas; ¿acaso crees que ésa es la fórmula del entendimiento y la comprensión?
No, ésa es tan sólo la fórmula que utiliza vuestro ego para no dejar evolucionar vuestra Conciencia; y sin una Conciencia que evoluciona tan sólo seréis un pedazo de carne: vuestro cuerpo, a la espera de que las hienas de vuestra ira, frustración y dolor os devoren.
"Amaos los unos a los otros como Yo os he amado"
Tan fácil y tan difícil; pero..., ¿quién lo hace difícil? Nadie, nadie más que tú.
Da igual lo que te hicieran a ti de pequeño, da igual lo que te enseñarán, da igual lo que viste o lo que viviste. ¡Cambia!
En tus manos tienes el poder de empezar a cambiarlo todo, sólo hace falta que tú cambies.
Mientras a través de tus malos hábitos sigas estando en todos esos lugares que no son tu sitio, estarás perdido al ignorar el lugar te corresponde en la vida.
Ya es hora de que cambies tu pasado por el presente.

¡Feliz año 2014!

Rafael Santamaria

sábado, 16 de noviembre de 2013

EL AMOR TODO LO PUEDE SI LA PACIENCIA TODO LO ALCANZA; original de Rafael Santamaría

-Muchos son los que se adelantan, otros, los que van rezagados; tú por el contrario hijo mío, tan sólo espera tu momento, que la oportunidad llega sola; pues ésta siempre llega justo en el momento en que uno menos se lo espera; ya que mientras estás esperando a que llegue, sin saberlo, estás reteniendo su llegada. Suelta aquello que tanto deseas, si de verdad quieres que llegue. 
-Y cómo se suelta?, Maestro
-Tú ya sabes lo que quieres, pero sufres porque no sabes cómo conseguirlo. Por qué te preocupas tanto entonces por algo por lo que tú no puedes hacer nada? Tu preocupación denota desconfianza, y es debido a tu desconfianza como las cosas que quieres no llegan porque con esa actitud les estás cerrando la puerta que da entrada a tu vida. Si de verdad creyeras en aquello que quieres, aquello que quieres vendría sólo sin necesidad de tener que salir tú a buscarlo; pero es tu falta de fe la que te hace salir en su búsqueda, y es inútil que busques algo sino sabes a dónde has de ir para encontrarlo.
-Pero he de ir a algún sitio para encontrar eso que quiero?, Maestro
-Tan sólo has de saber bien lo que quieres. Tú quieres algo?
-Si, claro.
-Pues en todo caso preocupate de estar seguro de que aquello que quieres es lo mismo que dices querer, y deja el cuándo y el cómo para los agnósticos de sí mismos.
Te ilustrare con un ejemplo. En cierta ocasión conocí un joven que amaba a una mujer, y aunque ésta también le amaba a él, estaba prometida con un acaudalado hombre de negocios para poder saldar así la deuda económica que su padre había contraído con su prometido. El joven salió en busca de fortuna para pagar la deuda del padre de su amada y así poder casarse con ella, pero desgraciadamente en aquel viaje no encontró a su paso más que calamidades y sufrimiento. Cuando quiso regresar a su ciudad natal, su amada ya había contraído matrimonio con el acaudalado hombre de negocios. Su desesperación le llevó hasta la orillas del Ganges. Quería quitarse la vida en el río sagrado. Allí le encontré yo.
"-Creo que tu vida merece una segunda oportunidad- le dije- A qué viene tanta prisa por conseguir algo que todavía no estás preparado para poder tenerlo en tu vida.
-Cómo dice?
-Sé de tu melancolía. Tu corazón habla, sólo que tú no le escuchas. Déjame decirte algo, las cosas no pasan por casualidad. Permite primero que el padre de tu amada salde la deuda económica que tiene con el marido de la mujer que tanto amas, pues las cosas en éste Universo perfecto tienen un orden, y después, aparece tú cuando la vida te haga aparecer en escena; y no antes hijo mío, pues tu papel ahora no tiene cabida en está parte de la función de éste grandioso Drama Cósmico. Dios es sabio hijo mío. El sabe de ti y de tus inquietudes. Eres tú el que nada sabes de Él, pues si confiaras en Él, nada temerías. Pues si lo que deseas es justo, aquello te llegará a su debido momento.
-Y entonces usted, qué me sugiere que haga?
-Primero quitar tus pies de ahí, el suelo está resbaladizo y podrías caerte y morir. Segundo, si tanto la amas, entonces no la desees, porque no es tuya, y así es como nunca vendrá hasta ti. Por el contrario, amala, amala tanto que no puedas dejar de amarla, que el amor es el mayor poder de atracción que existe en el mundo. Confía en ese amor, y ese amor la traerá hasta ti"
-Y qué paso?, Maestro
-Yo no sé lo que paso, porque cuando le volví a ver no le pregunte el cómo (había pasado) Sólo les vi juntos. Supongo que pasó lo que era lógico, desde el punto de vista de la Divina Providencia, que tenia que pasar.
El amor todo lo puede si la paciencia todo lo alcanza.

kriya yogui Rafael Santamaria

miércoles, 13 de noviembre de 2013

EL AUTO ENGAÑO; original de Rafael Santamaría

En cierta ocasión conocí a alguien que creía ser yo, pero que luego resultó que no era yo.
De vez en cuando conviene tener unas palabras consigo mismo para poder ir dándose cuenta de quién es uno en realidad. 
Me he pasado media vida alimentando a través del auto engaño a alguien que no era yo, y ahora que me he dado cuenta me he encontrado con un yo (mi verdadero Yo) famélico, desnutrido y desatendido espiritualmente hablando. Y al borde de esa miseria espiritual, a través de un primer análisis de mi doctor de confianza: mi conciencia, se me ha diagnosticado ignorancia crónica en estado agudo.
He oído decir entre la gente que ésta enfermedad tiene difícil cura, pues el tratamiento es uno mismo; y siendo uno mismo su propia enfermedad, nada lo cura salvo el auto conocimiento.
He visitado distintos doctores buscando opiniones distintas de conciencias similares, pero el tratamiento es siempre el mismo: el auto conocimiento.
La mentira está edulcorada pero en verdad no es dulce; te la traen a la mesa, a nuestra vida, porque siempre entra en el menú del día. Y es altamente adictiva: todo el que la incluye en su dieta diaria acaba por no darse cuenta de que se está alimentando de ella hasta que los niveles de su toxicidad evidencian que es un enfermo de sus propias mentiras. Y ha llegado a desarrollarse de tal manera en nuestra sociedad que se hace muy difícil de identificar una vez que ha pasado a formar parte de nuestras vidas.
Yo no llegué a saber de mi auto engaño hasta que no supe de Mi, de ese mi que era mi verdadero yo: un pariente muy lejano cuando es la mentira la que marca las distancias entre tu yo y ese otro yo que no eres Tú.
Existe o hay una superposición de personajes que es lo que configura a nuestro ego y le hace parecer real. Dichos personajes se alimentan de nuestros pensamientos, pues son éstos los que acaban definiendo bien el perfil de cada uno estos personajes que conforman nuestro ego. En mi caso, no sólo consentí la creación de cada uno de los personajes que conforman mi ego, sino que ademas llegué a estar orgulloso de cada uno de ellos. Mis creencias, que en verdad no eran mías sino que estaban subordinadas a lo que me habían inculcado desde pequeño, alimentaban cada vez más mi ignorancia engordando la veracidad de que cada personaje con que desempeñaba cada momento de mi vida no sólo era el correcto, sino que además ése era yo; pues llegué a creerme que ese personaje era yo, era mi verdadero ser.
Hasta que una mañana te despiertas entre el tumulto de tus quehaceres diarios y tienes la suerte de cuestionarte: quién soy yo realmente y que hago aquí?
Cuando la pregunta sale de lo más profundo de uno mismo, no te quepa la menor duda que la respuesta también sale de lo más profundo de uno mismo (de la misma manera que una pregunta superficial sólo atrae respuestas superficiales), pero para ello antes hay que haber fondeado en las profundas aguas de los interrogantes de la vida.
Y no es que halla encontrado la respuesta, es que me he encontrado a mi mismo. Cierto es que ese Yo con el que me he encontrado está maltrecho y desorientado, la oscuridad en la que se sumió al estar tanto tiempo en el zulo de la ignorancia lo ha cegado ante sus propios ojos: la intuición; y aúnque está en la unidad de cuidados intensivos: los buenos hábitos, sé que su pronta recuperación sólo es cuestión de no perder más el tiempo en está vida engañándome a mi mismo.
Pues has de saber que la respuesta a todas tus preguntas siempre está y es uno mismo.
Kriya yogui Rafael Santamaria

martes, 12 de noviembre de 2013

EL CONOCIMIENTO LO DA EL APRENDER A PERDONARTE; original de Rafael Santamaría

Qué poco sabe el hombre que no sabe de sí mismo. Yo pensaba que el conocimiento me lo daría el ser perfecto, y que dicha perfección sólo la alcanzaría haciendo las cosas lo mejor que supiera y pudiera. Pero un día descubrí que dicha perfección sólo está al alcance de aquel que se conoce a sí mismo. ¿Y quién se conoce a sí mismo?, me he preguntado más de una vez. La respuesta la hallé cuando descubrí que es sólo cuando una se acepta tal y como es, con todos sus defectos y sus virtudes, como uno está demostrando que conoce todas sus facetas: las buenas y las malas; pues quien sólo quiere conocer sus virtudes es un necio, mas quien se ha pasado su vida intentando cambiar sus defectos ha demostrado no saber amar aquello que él también es.
En verdad os digo que uno no puede cambiar un defecto si no se ama a sí mismo, porque la verdadera naturaleza de un defecto proviene de la falta de amor hacia uno mismo. No quiere decir eso que no importe el que uno se equivoque, ¡claro que importa!, sino que el error es parte del aprendizaje cuando uno quiere ver en sus errores el aprendizaje que necesita para llegar a conocerse a sí mismo.
En éste mundo sólo unos pocos están exentos de no equivocarse, pues la condición humana invita siempre al error; pero no menos cierto es que es gracias a nuestra condición espiritual como podemos ver que no estamos haciendo lo correcto.
Quien se deja llevar por la inercia de lo que le han enseñado no deja de ser un autómata de la sociedad. Pues libre sólo es aquel que no necesita de reglas para hacer lo correcto, pues se ha liberado del yugo de todo pensamiento al llevar la mente a su corazón.
Nadie que dice amar sabe lo que dice, pues el verdadero amor no lo conoce más que aquel que en vez de hablar de amor se puso a escucharse a sí mismo.
Tengo la esperanza de encontrar algún día, más allá de esa paz que da el silencio, ése amor verdadero libre de toda caracterización cinematográfica y social con la que se conoce lo que vulgarmente se llama amor.
Creo que una vez que el alma se deshace aceptando la pesada carga que supone la conciencia corpórea: el ego, la experiencia extrasensorial de lo que de verdad somos ilumina ciertamente nuestro cuerpo haciéndolo tan luminoso como en verdad es. Por eso quien ve la luz, se ha visto tal y como en verdad es.
Meditar es una forma de ver lo que aún no somos capaces de ver, y no me refiero a ver ese tipo de cosas que están más allá de este plano material, sino a esos errores que uno nunca quiere ver porque todavía no está preparado mentalmente (en conciencia) para poder admitirlos como suyos y aprender de ellos.
Y recuerda que es muchas veces el sentimiento de culpa el que no te deja avanzar en tu vida. Si no eres capaz de perdonarte a ti mismo por no haber podido, o no haber sabido, hacer las cosas como te hubiera gustado hacerlas, cómo quieres entonces perdonar a otros cuando éstos las hacen de manera muy distinta a como a ti te gustaría que se hiciesen. Y si siendo así como digo tú no sabes perdonar, como entonces pretendes saber amar.
Perdónate por todos tus defectos y habrás ganado un amigo: aquel que siempre estuvo a tu lado aunque tú muchas veces no fuiste consciente de ello: TÚ, Tu verdadero YO.
Kriya yogui Rafael Santamaría 

domingo, 20 de octubre de 2013

EL VIAJE DE TU VIDA; original de Rafael Santamaría

La gente, en su desconcierto, busca entre las cenizas de su pasado los cimientos con los que cimentar y construir sus sueños; por eso les cuesta tanto ver claro su futuro, porque no ven el presente. De ésta manera casi nunca aciertan a resolver el enigma que es para ellos cómo alcanzar sus sueños.
En cierta ocasión, un hombre quería hacer el viaje de su vida, pero se dio cuenta de que tan sólo contaba con su viejo y oxidado auto; rebuscó entre sus conocidos para que le prestaran un coche, pero se dio cuenta de que ninguno de ellos tenia el vehículo que según él se requería para tan grande empresa.
Limitado por un única forma de pensar, por más que buscó entre lo que ya tenía y conocía, no consiguió encontrar una solución a su problema. Desesperado se dejó llevar por la desolación, y bajo las secuelas de su frustración acabó haciendo algo que simplemente le gustaba pero que no le llenaba. Su gran viaje, su gran sueño, quedó relegado al baúl de los recuerdos.
Pero a aquel hombre que cultivaba la bondad, quiso su buen karma que conociese a un hombre santo.
Entre los diálogos que ambos mantenían, un día salió el tema de aquel sueño del pasado. Y el santo le dijo:
-Los hombres se pasan la vida tirando de sus recuerdos para salir del atolladero que creen que es su presente, o construyen con grandes expectativas sueños que no alcanzaran nunca a ser reales tan sólo porque nunca viven en el momento presente.
Aquel tu sueño, se puede hacer realidad siempre que y cuando estés en él y no te vayas a tu pasado o tu futuro para poder construirlo.
-Y cómo se hace eso?
-Tu sueño no requiere de un vehículo para hacerse realidad. Esa es tu forma de ver tu sueño. Si tu sueño es hacer ese viaje olvidate del coche. El coche simboliza tus limitaciones, sin él no sabes cómo hacer tu viaje; así opera tu mente, tu ego. Por el contrario tu viaje es la parte creativa de tu alma, la fe en tu intuición, la fe en aquello que sientes que puedes hacer y que es real aunque no lo puedas ver ni percibir con tus cinco sentidos. Es aquella parte de ti que no conoce obstáculos.
Si tu viaje lo enfocas, lo ves, sólo a través del vehículo que no tienes, jamás lo harás; pues la misma carencia de lo que tu mente te hace pensar que necesitas para hacer tu viaje te esta negando la posibilidad de hacerlo.
El viaje has de hacerlo sin ese coche que crees que necesitas, sin tu mente, y sin el coche de nadie, sin los pensamientos o la opinión de nadie; has de hacerlo tan sólo con fe, esperanza y amor. En verdad, no necesitas más.
Es cierto que tras aquellas palabras, el santo y aquel buen hombre nunca más se volvieron a ver; pero no menos cierto es que al día siguiente, aquel buen hombre puso rumbo al viaje de su vida, su gran viaje: Él.
kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui

miércoles, 9 de octubre de 2013

AMAR ES SIEMPRE LO CORRECTO; original de Rafael Santamaría


-Maestro; ¿usted cree que algún día llegare a ver el rostro de Dios?
-Ven, te contare una historia. Ponte cómodo.
Verás, elegir bien entre lo que debes hacer y lo que quieres hacer es una de las pruebas con las que la vida más insiste a la hora de conocer la pureza de tu corazón.
Siendo así como te cuento, en cierta ocasión la vida, y no otro Maestro, quiso comprobar mis supuestos adelantos espirituales.
Por aquel entonces yo estaba casado y vivía en Madrid, y no hacia mucho que me había iniciado en la técnica del krika yoga, y aunque tenia mis sanadoras conversaciones diarias con mi Maestro Interior, aún no había visto el rostro de Dios, si es que a Dios se le puede poner un rostro. Y aunque uno siempre siente que su avance espiritual goza de buena salud, no menos cierto es que el fantasma del ego merodea constantemente por la vida adoptando las distintas personalidades que desconoces para poder volver a ser Tú; por eso es bueno recibir las bendiciones y los consejos de aquéllos que han entrado en dura pugna con su ego más veces que tú.
Recuerdo bien como por aquel entonces yo me había preparado para asistir a un evento donde unos monjes venidos de lejos repartirían bendiciones, consejos, y el renovado bautismo con la técnica del kriya yoga para todos aquellos novicios que estuvieran preparados. El evento se celebraba en la ciudad de Barcelona.
Mi vuelo salia a las 7:00 de la mañana; y yo había contratado un servicio de recogida de pasajeros que me llevaría al aeropuerto, y que pasaría por mi casa a buscarme a las 4:45 horas.
Esa misma noche, a las 3:45 horas; justo cinco minutos antes de que sonase el despertador que había dejado programado para que me despertase, mi hija vino y me dijo que le dolía la tripa. La toqué y estaba caliente. Mire el reloj y cuando vi la hora que era no me lo podía creer.
Sabia que tenia fiebre. Acto seguido fuimos al baño y empezó a vomitar. Mi viaje se estaba desmonorando por momentos. Desperté a su madre para que la atendiese, pero mi hija me miraba a mi. Me vestí, y le puse el termómetro; y justificándome viendo que la fiebre no supera los 38 grados, dejé la tarjeta del médico encima de la mesilla para que si empeoraba su madre la llevase al médico.
Llamaron al telefonillo. Habian venido a buscarme para llevarme al aeropuerto. Le di un beso a mi hija; pero no escuché de boca de su madre: vete tranquilo. Mis dudas se acrecentaban. Casi siempre había sido yo el que la había llevado al médico.
Me subí al pequeño autobús que me llevaría al aeropuerto rezando a Dios y pidiéndole que me enviara una señal para saber si estaba haciendo lo correcto.
La mirada de mi hija se había clavado en mi corazón.
Mientras el conductor hacia la ruta recogiendo a otros pasajeros que como yo iban al aeropuerto, llame a mi padre; ya que mi Padre Celestial no me contestaba, o yo no le oía, llame a mi padre terrenal para pedirle consejo. Al relatarle lo acontecido quise justificarme contándole que la enfermedad de mi hija no parecía grave, y que tenia a su madre; pero mi padre no me dijo lo que yo quería oir: vete tranquilo.
Llegué al aeropuerto sin saber qué hacer. Me dirigí al mostrador donde debía hacer el cheking, pero en vez de ponerme a la cola, como aún me sobraban unos minutos, preferí seguir rezando para ver si Dios me enviaba una señal.
Pero hijo mío, cuando la angustia se apropia de tu serenidad, tu oído intuitivo es incapaz de escuchar el suave susurro de la voz de Dios. Entonces, pensando en que Dios es siempre más importante que cualquier otra cosa en el mundo, pues es Él el que sostiene toda vida en este mundo (incluida la de mi hija), decidí depositar mi fe en Él, y con ésta firme actitud me dispuse a revisar mi equipaje por ultima vez para efectuar el cheking. Y ahí fue cuando me di cuenta que aunque lo tenia todo, me había dejado algo en casa: el corazón.
Fue entonces cuando con una tremenda pena por si me estaba equivocando, y sobre todo, por no poder recibir el mágico aliento de aquellos que saben más que tú, decidí volver a casa. De regreso en el taxi me asaltaban las dudas: "¿estaré haciendo lo correcto?; ¿y si le estoy decepcionando a Dios? Dios debe ser siempre lo primero"
Al entrar en casa y ver a mi hija supe que había hecho lo correcto, pues vi en su mirada el tan anhelado rostro de Dios que durante muchas de mis meditaciones siempre había buscado ver. 
Pero por si era mi ego el que se había apropiado de lo que acababa de ver, me dispuse a meditar. Y fue ahí cuando una luz sin rostro me hablo a través del silencio; pues yo le pregunté: ¿he hecho lo correcto?, y Ella me contestó: Amar es siempre lo correcto.
Hijo mío, a ti te digo: cuando tu corazón se llene de amor a través de tus actos, ese día veras a Dios en el corazón de todos y cada uno de aquellos a los que les hayas entregado todo tu amor.
kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui




sábado, 28 de septiembre de 2013

EL AMOR NUNCA MUERE SI ES AMOR;original de Rafael Santamaría

-Maestro; tengo una duda. Usted dice que el problema de nuestra infelicidad está en nosotros, y no en la persona que está junto a nosotros. Pero desde ese punto de vista, entonces, si yo no soy feliz con la mujer con la que estoy, no es culpa de mi esposa, sino mía. ¿No es así?
-Lo primero hijo mío, la culpa no existe nada más que para aquel que busca culpables, aun cuando en esa búsqueda sea uno mismo quien también llegue a incriminarse como culpable. Pues la culpa es una invención puramente del ego; ya que la culpa se vale de una justificación cargada de reproche para no dejarte ser objetivo con la Verdad. Y recuerda que sólo la Verdad te hará libre.
-Era una forma de hablar para que me entendiera, Maestro.
-Lo sé. Verás, es cierto que tu felicidad no puede depender jamás de nadie más que de ti; mas la cuestión no es preguntarte si tu mujer te hace feliz o no, o si al ser infeliz tú contigo mismo, también lo eres con aquella persona con la que convives. La pregunta hijo mío, es si aún crees que puedes seguir haciendo feliz a esa persona con la que convives sabiendo de ante mano que ella desea que tú le sigas ayudando a ser feliz, o, mejor aún, preguntate si crees que puedes hacerla ver el amor que lleva dentro.
-Pero Maestro, para poder hacerla feliz, primero he de ser feliz yo; ¿no cree?
-Correcto. Pero tu felicidad no necesariamente depende de hacer felices a los demás, sino de saber hacer felices a todos aquellos que se dejan ayudar por ti para ser felices gracias a ti.
-Creo que no le he entendido.
-Hubo un Maestro de Galilea que hablaba a la gente. Él sabia que muchos aún dormían en el sueño profundo de la ilusión que es ésta vida, y por eso aunque les habló a todos, sólo despertó a todos aquellos a los que pudo mostrarles el amor que llevaban dentro, y a aquellos les convirtió porque aquellos, entiende bien, se prestaron a ser convertidos. Les hablaba a todos, sí; pero se rodeó sólo de aquellos a los que supo hacer felices mostrándoles el amor que llevaban dentro; pues sólo ellos le siguieron, ya que sólo ellos creyeron en Él. Si tu esposa no cree en ti, tu esposa nunca te seguirá allí donde vayáis por muy juntos que creáis estar. Y no me refiero a que te siga a un lugar concreto, sino a que te siga en el viaje que es esta vida.
-¿Y no será que el que no cree en ella soy yo?, Maestro.
-Quizás, pero también puede ser ella misma la que ya no consigue hacerte creer en ella. Las preguntas si nos quieren sacar de dudas han de ser formuladas desde todos los ángulos cuestionables.
-¿Y cómo puedo saber quién es el que ha dejado de creer en el otro?
-¿Otra vez vuelves a buscar culpables?, hijo mío. Recuerda que eso es ego.
-Tiene razón, Maestro.
-Que más te da quién sea. Entiende bien que ante la duda, o ante la búsqueda de culpables, el amor no existe.
-¿Me está diciendo que si dudo de ella, o de mi matrimonio, es que ya no la amo?, Maestro.
-La Verdad se esclarece cuando desaparecen las dudas. Quita pues toda duda, y mira entonces que Verdad te queda.
-¿Y si no me quedase nada?, Maestro.
-Entonces es que no había nada.
-Pero entonces significaría que jamás hubo nada, pues usted dice que el amor nunca muere si es amor.
-Exacto. Así es.
-¿Entonces por qué me casé si no la amaba?, Maestro.
-Buena pregunta, hijo mío; pero esa respuesta sólo la conoces tú.
Kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui

viernes, 27 de septiembre de 2013

TU ALMA GEMELA; original de Rafael Santamaría

-Maestro; ¿por qué me es tan difícil encontrar a alguien como yo?
-Porque cada uno de nosotros somos únicos. En vez de buscar a alguien como tú, busca mejor a alguien que te ayude a ser tú mismo en el camino de la realización.
-¿Esa sería mi alma gemela?, Maestro
-Verás, hay personas por las que te sentirás atraído y es posible que nunca sepas muy bien por qué, 
dicha atracción se basa y se sostiene por la deuda karmica que tienes con esa persona, pero dicha atracción se acabará una vez hayas saldado tu deuda karmica con esa persona, aun cuando en algunos casos se tarde toda una vida en saldar dicha deuda. Luego habrá otras personas que aunque apenas la conozcas, te sentirás muy a gusto con ellas sin saber muy bien por qué, ésas, son todas aquellas personas que están en tu mismo nivel de frecuencia en un momento dado de tu vida, es decir, que piensan igual que tú; lo que sucede es que al estar siempre el hombre en constante evolución, su forma de pensar, su nivel de frecuencia, varía según aprende a través de la experiencia; por eso siempre vas dejando por el camino a muchas personas con las que en su momento tuviste mucha afinidad.
Y por último está lo que tanto te gusta escuchar a ti: tu alma gemela.
Tu alma gemela, hijo mío, no es más que aquella alma encarnada que procede del mismo vientre karmico que el tuyo, y aún cuando llevéis en apariencia caminos distintos, el destino es el mismo para ambas. La afinidad aquí no desaparece nunca, porque ambas comparten durante su periplo en la tierra un mismo destino. Quizá la manera de alcanzarlo sea distinta, pero siendo el resultado de su aprendizaje siempre el mismo para ambas, esas almas se entienden a la perfección. Y es al entenderse a la perfección, cuando entre esas dos almas puede surgir una atracción que supera a la atracción puramente química.
-¿Y usted me recomienda que busque a mi alma gemela?
-No, yo te recomiendo que te busques a ti. Tu alma gemela, no te preocupes, que seguro surgirá durante esa búsqueda.
Kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yog
u

lunes, 23 de septiembre de 2013

EL AMOR NUNCA MUERE; original de Rafael Santamaría

-Hay un amor que nunca muere, y ése, es el verdadero amor de tu vida.
-¿Ese amor es humano?, Maestro.
-Conceptuarlo, es definirlo; pero es que no debes entenderlo, sino buscarlo.
-¿Dónde?, Maestro.
-En ti.
-Si he de buscarlo en mi, ¿para qué existen las demás personas?
-Para expandirlo. 
-¿Y por qué razón he de expandirlo?, Maestro.
-Para completarlo.
-¿Acaso es incompleto?, Maestro.
-En su sentido individual, sí.
-¿Usted lo concreto en alguien en particular, y luego lo expandió?, Maestro.
-Sí.
-¿En quién?
-En mi.
-¿Y nunca lo concreto en nadie que no fuera usted?, Maestro.
-Empecé amando a alguien para al final darme cuenta de que esa persona a la que amaba era esa parte de mi que debía aprender a amar.
-Y cuando lo aprendió, ¿qué pasó con aquella persona?
-No pasó nada.
-Ya pero, ¿dónde está ahora esa persona?
-Hay una parte de mi que todavía la ama, si te refieres a eso.
-¿Y cuál es parte?, Maestro.
-Aquella que nunca la dejó de amar.
-Entiendes ahora porque te digo que hay un amor que nunca muere, y ése, es el verdadero amor de tu vida.
-Sí, ahora si le entiendo; Maestro.
kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui

lunes, 16 de septiembre de 2013

SOMOS UN SUEÑO; original de Rafael Santamaría

-Maestro; usted dice que somos energía. ¿Por qué? ¿En qué se basa?
-¿Coincides conmigo en que todo pensamiento es energía?
-Si, Maestro.
-¿Coincides conmigo también en que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios?
-Si, Maestro.
-Entonces esa imagen: nosotros, es producto de la imaginación de Dios. ¿No crees?
-Bueno, sí. 
-Y esa imaginación es producto de su mente, de su Inteligencia Infinita. Por eso nos hacemos llamar hijos suyos. ¿Sí?
-Podría ser, sí. No digo que no.
-Entonces somos un pensamiento de Dios. ¿No crees? Y recuerda que todo pensamiento es energía.
Lo que sucede es que al ser un pensamiento producto de su imaginación dicho pensamiento es un pensamiento onírico, es decir, un sueño.
-¡Somos un sueño de Dios!, Maestro.
-Mi Maestro Yoganandaji solía decir: "Y cuando sepas que sólo eres un sueño, como ahora lo sé yo,
estaremos por siempre despiertos en Él"
-Entiendo, Maestro; ¿por eso dice usted que estamos dormidos?
-No es que lo diga yo, hijo mío; es que es la verdad. Vives en un sueño producto de la imaginación de tu ego; porque si vivieras en el sueño de Dios, en armonía con Él y sus designios, como diría mi Maestro entonces: estarías por siempre despierto en Él.
Kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui

viernes, 13 de septiembre de 2013

LA SALUD DEL ALMA; original de Rafael Santamaría

En cierta ocasión me preguntaron por mi edad. 
-¡Uy!, pues dentro de poco tendrás que empezar a cuidarte; ya sabes, a hacerte chequeos y esas cosas.
-No me considero ni mayor, ni enfermo. Verás; la enfermedad brota del pensamiento, aunque luego se manifieste, o tome forma, en el cuerpo. 
El cuerpo obedece a la mente; y tu mente siempre tiene dos opciones: seguir las pautas de tu ego, o los designios de tu alma. Una mente capitaneada por el ego, es una mente a la deriva, es decir, una mente enferma que acaba haciendo enfermar al cuerpo. Pero una mente comandada por el alma alcanza el equilibrio, y una mente equilibrada es una garantía de salud en el cuerpo.
Ahora bien, a ti te han enseñado a pensar (te han programado tu mente) que morir en un accidente es una tragedia, pero es que cada uno se tiene que ir cuando se tiene que ir; y no todos podemos morir con noventa años y en la cama. Con esto te quiero decir que aunque pueda tener una mente equilibrada, y un cuerpo sano, quizá mañana me toque irme de este mundo; y si así fuese, puede que en la Inteligencia Divina esté designado que tenga que ser a través de una enfermedad para que yo, y la gente que me rodea: familiares y amigos, saquen de mi enfermedad una experiencia de la que cada uno coja su parte del "pastel" que le corresponda según sea el grado de afinidad conmigo, afín de digerirlo según sea su estómago, según sea su nivel de conciencia.
-Mi intención no era ofenderte.
-Y no me has ofendido; pues veo que cada año soy un año más joven, ya que cada año me acerco más a la inmortalidad de mi alma. Lo que creo es que tú no me has entendido.
Kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui

sábado, 31 de agosto de 2013

LA TIERRA PROMETIDA; original de Rafael Santamaría


Mientras me abstraía cada vez más en el silencio de mis pensamientos,  y me sumía en la más absoluta quietud; llegó un momento en que perdí la sensación del cuerpo (no lo sentía) La conciencia seguía despierta, no es como cuando duermes, quizás fue ahí cuando mi conciencia llegó a estar más despierta que nunca; y más tarde, lejos de poder saber dónde estaba, pues la referencia mental del espacio y el tiempo desaparecen, “te vas”. Pierdes toda referencia de quién eres (en este plano material) y de dónde estás (la relatividad del espacio- tiempo) Ves las cosas de un modo diferente, pero no porque no las veas; sino porque simplemente las observas.  No hay apariencias (sombras), es todo Realidad (luz) Por fin hay paz; pues nada te turba, nada te engaña. La felicidad existe; la percibes como parte de ti, no tienes que salir a buscarla. Tampoco hay que buscar a quién amar, ya que todo es amor; pues es incongruente buscar algo que ya existe en todas partes. No te ves, sólo te sientes. No es que estés más vivo que antes, es que te das cuenta de que eres Vida.   
Abre tu mente para ser conciencia; es todo lo que me traje de “aquel lugar”. Separa la mente de tu ego para poder tomar conciencia.  ¿Pero si la mente está infectada de ego, cómo desinfectarla si el contagio es total? 
Diariamente somos infectados por pensamientos que nos atemorizan: nos limitan, y nos condicionan: no nos permiten ser libres, ser nosotros mismos (en esencia)
El caso más evidente lo vi hace algunos años en la reacción que tuvo una las personitas que en esta existencia están bajo mi tutela ante la palabra cáncer, me di cuenta que ya había sido “infectado”. Algo o alguien en el colegio, o en algún otro sitio, le había enseñado (por decir algo) la parte más negativa de esta enfermedad; puesto rápidamente lo asoció con la muerte.  Tiré del hilo conductor y quise saber que entendía él por la muerte; y efectivamente, en su explicación, su mente, que aún no había alcanzado los nueve años de edad, estaba “infectada”; le habían limitado ya a una conciencia totalmente corpórea.  
Es como cuando limitan la potencia de una moto a menos de la mitad del caballaje con el que sale de fábrica. Será muy bonita y todo lo que tú quieras, pero ya no tienes las prestaciones originales con las que salió de fabrica. Así es el alma, “limitada“ por las consecuencias que ha de sanar por las acciones de vidas pasadas (la Ley Universal del Karma), aún se limita más debido a la continúa infección a la que somos, o nos dejamos, someter.  
Cuánto error hay en lo que se piensa; y con qué rapidez se piensa sin llegar a pasar todos esos pensamientos por el observatorio de la conciencia. 
Borrar toda la información (la forma de pensar y sus consiguientes reacciones) que se tiene del mundo y de la gente es muy duro; pues si se hace, entonces uno ha de empezar de cero. 
Romper ciertos esquemas sobre los que se han edificado unos cimientos para poder tener algo a lo que agarrarse significa que uno, aparentemente, se queda sin nada a lo que sujetarse. 
Pero es preferible ser libre para aprender a andar, aunque te lleve más de una vida hacerlo; que andar con las muletas del ego para nunca más saber andar sin ellas. 
No hemos avanzado tanto como se piensa; la esperanza de vida sigue siendo mortal, es decir, sigue estando limitada a cuando se muere el cuerpo. Tampoco es que la gente vive más, sino que se la mantiene viva a través de la dosis masiva de unos medicamentos que cronifican sus enfermedades a través de unos síntomas.  Por que, ¿qué es estar verdaderamente vivo? Somos el cliente perfecto de las grandes industrias farmacéuticas; que junto con las aseguradoras,  llevan el mercantilismo de esta sociedad. 
Tenemos seguros por todo (coche, casa,  de vida, de defunción, fondo de pensiones…), tenemos miedos  por todo; lo peor es que algunos de ellos te los impone la sociedad. Es decir, nos han hecho inseguros, miedosos;  nos han enseñado a ver las cosas de un modo negativo, nos han hecho negativos. 
Desde muy pequeños hemos entregado nuestra mente, la hemos abierto a lo una serie de ideas y pensamientos que la han limitado; por eso, salir a la Luz y deshacerse de esa negatividad que nos controla; como dijo F.S.Shinn: es sacar a los hijos de Israel (a tu alma) del sometimiento del Faraón  ( del sometimiento de su ego) a través del Mar Rojo ( a través de sus dudas, sus miedos, y sus resentimientos) Y sólo hay un Moisés que lo pueda hacer: Tú. 
Claramente la expansión de la conciencia se lleva a cabo poniéndose siempre uno en el lugar del otro. No es sino de esta forma como la conciencia del yo individual se debilita dejando paso así a la conciencia del Yo superior, o alma. El desarrollo de está expansión de conciencia va ligado al desarrollo de la intuición. 
Cuando alguien se plantea la duda de qué es lo correcto, es siempre porque no quiere hacer aquello que en su interior sabe que es lo correcto; y para ello busca justificaciones que lo avalen. Pues lo correcto es ponerse siempre en lugar del otro, e intuir, que es lo que me gustaría a mí que hiciesen si yo fuera el otro. 
La capacidad de amar va ligada a la capacidad de saber escuchar con el corazón, pero el corazón sólo escucha si se sabe poner uno en  la situación del que le habla. 
Es decir, olvídate de tu yo individual, y según avances en tu camino, profundiza en la verdad de cada uno de tus pensamientos.  Descubre luego que el silencio todo lo explica, y que en la quietud, todo se encuentra. 
No demores más tu tiempo. El Faraón (tu ego) te hace construir pirámides para él, cuando es en tu tierra prometida (en el Reino de los Cielos) el lugar donde  un día fuimos, y el lugar donde algún día tendremos que volver a SER.
kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui

jueves, 29 de agosto de 2013

SOLO DIOS BASTA; original de Rafael Santamaría

-Así como es tu fe, así serán tus obras - le dije un día a un buen amigo que vino a verme; ya que víctima de sus propia negatividad estaba siendo devorado por una nefasta racha de acontecimientos adversos - pero viendo que no me entendía, me dejé llevar por la inspiración, y de mi intuición surgió una historia: 
Un día un discípulo y su Maestro tomaron prestada la barca de un amigo para ir mar adentro a meditar; pero cuando menos se lo podían imaginar, el cielo se oscureció, y una fuerte tormenta empezó a agitar las aguas del mar. 
-Maestro; ¿cómo puede estar tan tranquilo? - decía el discípulo ante la impotencia de no poder hacer nada, y estar a merced de las aguas.
-Manten la calma, hijo mío; nunca la pierdas.
-¡Pero la situación es crítica!, Maestro - dijo presa del pánico - ¡cómo puede usted permanecer tan tranquilo!
-Estamos en manos de Dios, hijo mío. ¿Y en que mejores manos puede estar uno?; dime.
-Maestro; ahora no por favor. ¡Ahora no!
-No te angusties hijo mío; que la angustia produce miedo, y el miedo no te deja ver a Dios. Recuerda las palabras de la santa: "Nada te turbe, nada te espante; todo se pasa. Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza. Solo Dios basta"
-¡Ahora no es momento de pensar en Dios!, Maestro. ¡No lo entiende! ¡Hay que hacer algo!
-Siempre lo es hijo mío, lo que sucede es que tus miedos nunca te dejan verlo. Atate a la barca, serenate, y deja que la tormenta pase. Ahora mismo no puedes hacer otra cosa. 
El discípulo, desoyendo los consejos de su Maestro, intentó dirigir la barca con tan mala fortuna que cayó al agua; ahogándolo la bravura del mar. El Maestro, sin embargo, atándose a la barca esperó a que la tormenta pasara.
Quiera el hombre entender que Dios siempre está con aquel que por encima de todo y ante cualquier circunstancia conserva la calma, conserva la paz interior, creyendo en Él.
Entiende así amigo mío, que si no crees en Ti, que si por tus miedos no eres capaz de hacer aquello en lo que crees porque por tus dudas no te ves haciéndolo; tus obras no te salvarán porque les faltará fe. Y víctima de tu inquietud mental caerás al mar del fracaso, donde allí si no sabes nadar con fe, ten por seguro que tus propias desgracias te ahogarán.
"Nada te turbe, nada te espante; todo se pasa. Dios no se muda; la paciencia todo lo alcanza. Solo Dios basta"
No lo olvides.


Kriya yogui Rafael Santamaría

@kriya_yogui

miércoles, 28 de agosto de 2013

EL REINO DEL ESPÍRITU; original de Rafael Santamaría



Tienes que saber muy bien lo que te dices a ti mismo en ese dialogo interno que se produce constantemente en tu mente, pero del cual no eres consciente, para poder llegar a conocerte mejor. 
Cuando la gente dice: "me ha salido del alma..." el decir o hacer uno cosa que te ha salido del alma quiere decir que te ha salido de tu subconsciente. Y no es que el alma esté en el subconsciente, o viceversa; aunque para algunos autores de metafísica como la celebre Florence Scovel Shinn, y otros sobre los que influyó su obra, como Louise Hay, o Emmet Fox, pudiera ser que sí; pero desde mi punto de vista sí existe una conexión entre lo que llamamos alma y nuestro subconsciente. Pues en el subconsciente esta grabado todo, y accediendo a ese baúl de los recuerdos las personas pueden saber de primera mano por qué hicieron ésto o aquello, si lo hicieron de corazón o por algún tipo de interés, etc; pueden inclusive analizar por qué nacieron con algún tipo de virtud, qué es lo que les causa su enfermedad (la enfermedad que padezcan)...; es, aunque quizás el símil no es el más adecuado, nuestro internet particular, pues en el está prácticamente toda la información que necesitamos saber para ser honestos con nosotros mismos, y gracias a esa verdad, conocernos mejor.
Y llegado el momento, tras el umbral de ese conocimiento acerca de nuestro subconsciente, y como consecuencia de haber traspasado el feudo de nuestros pensamientos gracias a la expansión de nuestra Conciencia, ten por seguro que se te abrirá la oportunidad de entrar en el reino del Espíritu o supraconciencia; pues cuando el subconsciente llama a las puertas del cielo, de la supraconciencia, el cielo se abre para recibir al hijo pródigo que tras largos años de peregrinaje por el mundo de la dualidad y las sensaciones vuelve a Casa, a su Hogar.
Tomar conciencia del subconsciente es el conocimiento que abre las puertas de la Conciencia en estado puro, de la Conciencia si la infección o el contagio de ningún tipo de pensamiento; pues éstos, claramente, provienen de nuestro ego o conciencia corporea.
Saber qué esta pensando uno en todo momento le lleva a uno a ser el rey de sus pensamientos, y no el pueril servidor de su egocéntrica mente.
El estado latente de meditación continua que se obtiene como consecuencia de la práctica de la control de la atención a través de la concentración, facilita al hombre a ser el observador absoluto de sus pensamientos y sus actos. 
La observación sin implicación purifica el pensamiento, pues éste estará libre de todo juicio proveniente de nuestro ego; lo que hará que no pensemos (con el ego), sino que seamos pensamiento (que seamos pura intuición)
La observación aclara la mente, y es gracias a una mente clara como se puede llegar a ver todo aquello que hay más allá de la mente.
Hay un reino más allá de lo que ves y lo que oyes que está esperando a que lo descubras cuando seas capaz de pensar y sentir sin que te influya lo que ves por tus ojos y lo que oyes por tus oídos.
Kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui

martes, 27 de agosto de 2013

CON EL CORAZÓN PARTIDO;original de Rafael Santamaría

Hace mucho tiempo, vino una vez a verme alguien con el corazón partido. Soy, o mejor dicho, cursé, osteopatía entre otros disciplinas  (aquel que coloca los huesos en su sitio), y aunque también estudié osteopatía visceral, aquella disciplina que devuelve a su lugar de origen  las vísceras del cuerpo humano  cuando éstas están descolocadas (por decirlo de alguna manera y para que nos entendamos);  y aún teniendo conocimientos acerca de otras materias afines; reconozco que aquello me superaba.
(Omito los nombres y los saludos que llevan implícito el nombre de las personas por respeto a la intimidad de las mismas)
-Vengo a que me recompongas – dijo él mientras tomaba asiento.
-Y cuéntame, ¿qué te pasa? – le pregunté
-Me duele la vida, me pesa el alma, y tengo el corazón hecho añicos -Un miedo me sobrecogió. Pensé: ¿y a hora qué hago, qué le digo?, si no sé qué hacer. Esto no es lo mío. Se ha equivocado de persona. El silencio invadió nuestra conversación –Vengo porque me han hablado muy bien de ti.
-Ya…, pero verás, agradezco muchísimo a la persona que te ha recomendado que vinieses que hablase muy bien de mi pero, creo que no te voy a poder ayudar. Yo no sé cómo tratar lo que te pasa.
-¿No?
-No, lo siento. De verdad.
-¿Y entonces a quién acudo?
-No lo sé; es que no sé muy bien lo que te pasa. Yo…
-Ya te lo dije antes cuando entré. Me duele la vida, me pesa el alma, y tengo el corazón destrozado. Pareces buena persona.
-Gracias.
-¿Nunca te has enamorado de alguien? – me preguntó clavándome la mirada.   –por un momento, de mi viejo saco de prejuicios salió un miedo injustificado, como lo son todos los miedos: ¿qué está haciendo, querrá ligar conmigo?; me pregunté.
-Si, claro –contesté, poniendo mi voz lo más seria que pude para marcar distancias.
-Y, ¿alguna vez ese alguien también se enamoró de ti?
-Sí, ¿por?
-¿Y alguna vez llegaste a pensar que esa persona estaba hecha para ti y tú para ella?
-Alguna vez pensé eso; sí. ¿y?
-Pues esa es mi pena, ese es mi dolor. La vida me duele porque ese mismo dolor es el que me priva constantemente de saber a dónde tengo que ir o qué es lo que tengo que hacer. Por primera vez soy capaz de sentir mi alma, pero la siento pesada, como un bloque de hormigón que he de llevar a cuestas; y no tengo fuerzas para llevarla, pues el corazón apenas bombea la cantidad de sangre suficiente para esta carga tan pesada.
Su sinceridad me relajó, y gracias a ella me guarde de seguir el instinto de mi ego a través de mis prejuicios, dándome cuenta una vez más de que como siempre, mi ego y mis prejuicios me habían hecho equivocarme de nuevo.  No sabía que decirle. No me salían las palabras. ¿Qué podía decirle yo si ya se lo había dicho todo él?
-Y además, la semana pasada me despidieron – entonces fue cuando  se puso a llorar. ¿Y ahora qué hago?; me pregunté – No sé por qué te cuento todo esto. No lo sé. ¡Dios!, estoy acabado.
-No digas eso -  No sabía cómo salir de aquella, así que me dejé llevar - ¿Y dónde está ella?
- Se ha ido.
-¿A qué te refieres con que se ha ido?
- Que se ha ido a su país. No es de aquí, no es española.
-¡Ah! – Menos mal, pensé; por un momento llegué a imaginarme que cuando dijo que se había ido es que se había muerto.
Entonces, “por arte de magia”, todo me vino hilado.
-No llores más, que tus lágrimas sólo empañan aún más tu dolor, y no lo limpian. – En ese momento  fui testigo de cómo mi voz se volvía como un susurro, y que esa misma voz provenía de algún sitio que no era yo, entendiendo por yo, aquel que siempre habla o habla demasiado –Dime una cosa: ¿cuándo se fue a su país?
- Hace dos semanas – dijo entre sollozos
-Y hace una semana que te quedaste sin trabajo, ¿no es así?
-Sí.
-¿Qué te ata a este lugar, a esta ciudad? – le preguntó mi voz.
- ¿Cómo?
- Que,  ¿qué te ata a este lugar, a esta ciudad?
-No sé qué quieres decir.
-¿Depende alguien de ti: tus padres, tienes hijos?, no sé.
-No.
-Y dime una cosa, ¿crees en una Inteligencia que lo gobierna todo bajo una perfección sin igual?
- ¿Te refieres a Dios?
- Si, podemos decir que me refiero a Dios.
- Pues sí, creo que sí.
- Pues Dios, te está dando ahora mismo la oportunidad de que vueles hacia donde ha marchado tu corazón. Si tuvieras trabajo no podrías ir, o lo tendrías más complicado; pero ahora, ahora eres libre. ¿De dónde es ella?
-De Colombia.
-¡Genial!, la Providencia te acompaña. No sólo puedes ir a verla, sino que además, si estáis hechos el uno para el otro te podrás quedar allí, porque conoces el idioma.
- Pero…
-¿Acaso no ves las casualidades de la vida? Te enamoras locamente de alguien que a su vez se enamora locamente de ti, pero ella se tiene que ir de vuelta a su país. La Divina Providencia escucha a tu corazón y dispone que sea como tu corazón siente. El Universo se reorganiza a tu favor y te desliga de tus compromisos con esta ciudad, con este país, dejándote sin trabajo. ¿Acaso no ves que es perfecto?
-Pero, ¿cómo iré?; hay que pagar el billete. Tendré que llevar un dinero.
-¿Acaso no te han indemnizado? Utiliza ese dinero que Dios ha puesto en tu camino para hacer buen uso de él yendo allí a donde tu corazón te lleve.
- ¿Y de qué viviré allí?
- ¿Tienes paro, no? – Él asintió con la cabeza – entonces hasta que encuentres un trabajo, siempre  podrás ir tirando con el dinero que te dé el paro – El se quedó en blanco. No sabía qué decir.
- Tengo miedo, lo reconozco.
-El cambio siempre produce miedo. Es lo que te han enseñado desde pequeño. Pero no es verdad. El miedo no existe más que en tu mente. Borra de la mente tus miedos, y serás libre. No los borres, y serás esclavo de tus miedos.
- Sigo teniendo miedo. No puedo dejarlo todo.
-¿Qué todo?, si aquí me has dicho que no tienes nada.
- ¿Y los amigos?
- No busques excusas. ¿Amigos?, ¿acaso van a dejar de ser amigos tuyos aquellas personas a las que tú llamas amigos sólo porque te vas con la mujer que amas? Pues vaya amigos tienes.
- Tengo miedo, ¡no lo entiendes!
- Hace muchos años, yo también tuve miedo, pero te voy a decir una cosa, yo fui. Conocí a una chica de un país extranjero, parecía que estábamos hechos el uno para el otro. Y aún teniendo más miedo que otra cosa, no quise tener que arrepentirme el día de mañana y fui.
- ¿Y qué pasó?
- Lo que te encuentras en el camino es del camino; y en el camino a veces se queda.
- ¿Y si a mí me pasa igual?
-Entonces regresarás a tu país de origen como lo hice yo. No desaproveches las oportunidades que la vida te da, porque nunca sabes si la vida te la dará dos veces.
Después de un silencio que aprovechó para serenarse…
-¿Qué te debo?
-Nada. Bueno sí, envíame una postal desde Colombia. Sólo así sabré que hice bien mi trabajo.
Kriya yogui Rafael Santamaría

@kriya_yogui

lunes, 26 de agosto de 2013

EL GRAN IMITADOR; original de Rafael Santamaría

Hace ya algún tiempo tuve la oportunidad de entablar amistad con un actor que era un gran imitador, tanto era así, que se ganaba la vida imitando a personajes públicos. En especial, había uno que le salía de maravilla; y éste fue el que le llevó a la fama.                                                   Dedicó por entero su vida al personaje que imitaba hasta tal punto que cuando dicho personaje público murió, para cubrir ciertos eventos le llamaban a él; pues había llegado a transformar a tal nivel su fisonomía, que hasta se parecía a él físicamente.
Lo que al principio pareció un sueño se acabó transformando en una pesadilla; pues un día se derrumbó y me confesó que ya no sabía bien quién era.                                                                                                                   Antes tenía claro que era un actor; pero llegó un momento en su vida en que su personaje, el personaje al que interpretaba, le hizo olvidar por completo quién era en verdad.                                                                      Cuando murió, sólo los más allegados le recordaron por su nombre; todos los demás le llamaron por el nombre del personaje del que había tomado su identidad prestada.                                                   

Tomo este ejemplo prestado de mi vida porque llegado el momento, me sirvió para entenderme mejor.
Estaba en terminando mi meditación  diaria, cuando me puse a conversar conmigo mismo. En esos momentos, después de una meditación profunda, normalmente con quién  habla uno es con su Yo Superior.
 Narro a continuación aquella conversación.
-Creo que por fin sé lo que es el ego –se me ocurrió pensar.
Y una voz sin sonido me habló a través de mi mente.
-Hablas demasiado para no saber nada.
-¿Quién eres? – Pregunté – Te he oído.
- Yo Soy todo Conciencia, ¿quién eres tú?
-Pues…
-¿No sabes quién eres? 
-¿No soy Tú?
-Si fueras yo, tú y Yo seríamos uno.
-Si no soy Tú, ¿quién soy yo entonces? – pregunté.
- El gran imitador. El farsante que se hace pasar por quien no es.
-¡El gran imitador!- dije sorprendido - ¿Y a quién imito?
- Lo imitas todo porque no eres nada sin aquello a lo que imitas.
-Ponme un ejemplo – le insinué
-Toda tu vida es un ejemplo.
- ¿Puedes ser más concreto? -pregunté
-¿Por qué entraste en un equipo de natación si no te gustaba nadar?
-¿Por qué entró mi hermano?
-Fuiste detrás de él imitándole, por eso nunca llegaste a nada.   
-Puede ser; no digo que no.
-¿Por qué fumaste?
-Vale, ahí sí; ahí me has pillado.
-No te he pillado en nada y te he pillado en todo. Date cuenta que todo cuanto has hecho hasta ahora en tu vida ha sido imitando a alguien o a algo.
-¿Por qué tuviste hijos?, y no me digas porque querías; porque entonces yo te preguntaría: ¿quién era en verdad el que los quería, el que imita lo que hacen otros?
-Bueno…
- ¿Por qué te casaste, por amor? El amor no lleva implícito la condición de tener que casarse.
-Ahí no estoy muy de acuerdo contigo.
-No seas más hipócrita de lo que ya eres; no estás de acuerdo conmigo porque no te interesa estar de acuerdo conmigo; ya que entonces todos tus esquemas se vendrían abajo.  Has de tirar tus viejos cimientos si de verdad ansias construir algo solido, algo nuevo.
-Yo me casé por amor.
-¿Amas a tu hijo?
-Con todo mi corazón.
-Entonces, cásate con él.
-Eso es diferente.
-No es más diferente de lo que tú quieras que sea.                                           Lo peor es que muchas de éstas cosas aún te afectan porque todavía no has tomado conciencia, no has reconocido en tu fuero interno, que las hiciste imitando a alguien o algo. En definitiva, que las hiciste intentando ser algo o alguien que habías idealizado; algo o alguien que ni eras, ni eres.
-Bueno, algo habrá que haya hecho por mí.
-Todo aquello que hayas hecho de corazón ¿A quién intentabas imitar cuando intentaste sacarte una oposición?
-Si, tienes razón; a mi padre- contesté yo.
-¿Y por qué querías imitarle?- Me preguntó
- ¿Por qué era una referencia para mí?
-No te das cuenta de que imitando a los demás nunca podrá ser tú mismo.  
-Pero si no sé quién soy, que más me da.
-Deja de imitar a los demás, y entonces sabrás quién eres.  ¿Por qué no eres tú mismo, cueste lo que te cueste? Sincérate contigo.
-¿Y ahora a quién estoy imitando?, digo ahora que estoy meditando.
-Intentas ser Yo; pero mejor  no intentes nada.                                 ¿Recuerdas cuanto querías cambiar de trabajo?, lo deseabas pero no llegaba. No sabías cómo hacerlo, y tenías dudas al respecto. El día que soltaste ese deseo. El día que dejaste de querer cambiar de trabajo a través de la limitada forma de tu raciocinio, tu deseo se materializó.
-No lo había visto así, desde esa perspectiva.
-Toda tu conducta siempre  imita a algo o a alguien; todos tus actos siempre buscan imitar a algo o a alguien. Persigues lo que otros han alcanzado sin reconocer en ti que quizás su meta no es tu meta.  Hay cosas que has hecho imitando a los demás pensando en que te gustarían, y creo que te has dado cuenta de que no fue así.                                                              Date cuenta entonces de que en verdad sólo disfrutas, sólo te gusta, aquello que haces sin imitar a nadie, aquello que haces siguiendo un presentimiento, una intuición, un deseo venido de lo más profundo de tu Ser.
- ¿Eres mi alma?
-Yo Soy Conciencia. Soy lo que te queda después de que abandones tu cuerpo. Como tú me llames es sólo un nombre que pones para poder comprenderme, para poder conceptualizarme.
-¿Y qué es el ego?
- El ego es aquel que necesita de algo para ser,  aquel que necesita imitar a los demás pues no tiene conciencia de sí mismo.  
-Ósea, que yo soy ego.
- Si hay dos que hablan cuando sólo puede haber uno es que uno de los dos sobra; y sobra aquel al que la muerte le puede arrebatar todo cuanto es.  A mí la muerte no me afecta, pregúntate si a ti te afecta la muerte.
-A mi sí, claro; si me muero dejo de existir, al menos en este plano.
-Los planos de los que tú hablas, son planos de conciencia. Allí donde tienes tu conciencia, ése es tu plano.                                                                      Imitas hasta la forma en que habitas; por eso estás limitado por la forma que habitas. Deja de ser quien no eres. Deja de imitar; se tú mismo. ¿Por qué imitas lo que otros hacen?, ¿Por qué vas dónde otros van? ¿No ves que tus malos hábitos, tus vicios, nacieron imitando a otros?  ¿A quién intentas complacer cuando imitas algo o a alguien?
-No lo sé.
-Complaces a tu ego. El sin ti no es nada, y se vale de todo aquello que imitas para robarte constantemente tu verdadera identidad; para hacerse pasar por Ti.
- ¿Entonces, todo aquello que he hecho en mi  vida  imitando a los demás es, por decirlo de alguna manera, un fraude?
-Si.  
-¡Uf!, no sé qué es mejor, si pensar que ésta conversación no ha existido, o pensar que me la he imaginado.
-La verdad siempre persiste aunque tú no la quieras escuchar.
Salí de aquella meditación pensando en lo que había estado pensando a través de mi mismo.
Un duro duelo para alguien que aún no estaba preparado para escuchar aquello que debía oír. ¿O sí?
Kriya yogui Rafael Santamaría

@kriya_yogui