jueves, 17 de septiembre de 2015

PERDONAME; original de Rafael Santamaría


PERDONAME
- Pídele perdón - me decían de pequeño.
Y yo pedía perdón cuando habla hecho algo "malo" a alguien.
Pero nunca escuche:
- Tienes que saber disculparte de tus errores. Ellos no son malos, sólo te están enseñando que te has equivocado. Ni es malo cometerlos, forman parte de tu aprendizaje. A través de ellos aprenderás, y a través de tu propio aprendizaje te conocerás. La vida es el proceso por el cual una persona se va conociendo a sí misma a través de sus propias experiencias.
Si desde pequeño hubiera aprendido a saber perdonarme, porque alguien me hubiera enseñado, a buen seguro que nadie me habría tenido que decir aquello de :
-"Pídele perdón"
Porque al cometer mi falta enseguida le habría dicho :
-"Perdoname"
Rafael Santamaría

IMAGINA; original de Rafael Santamaría


IMAGINA
(Para todos aquellos que supieron cultivar la fe y la paciencia)
Imagina que tu vida es como un desierto en el que no ves agua por ningún lado.
Imagina que caminas y caminas y que cada vez tienes más sed y menos fuerzas.
Imagina que cada vez se hace más presente la idea de que nunca vas a encontrar agua; sin embargo no sabes por qué, pero mientras te quedan fuerzas sigues caminando.
Imagina que justo estando a punto de desfallecer al final ves un oasis, y que sin apenas fuerzas no sabes cómo pero puedes llegar hasta él.
Imagina por todo lo que has tenido que pasar, pero imagina también que al fin tienes agua, y que gracias a ella tu sed y tu sufrimiento se apagará.
Imagina que de allí ya no te mueve nadie de no ser que te ofrezcan vivir en un lugar mejor, porque ya no quieres atravesar más desiertos en tu vida.
Imagina que al final, otros como tú llegan a ese mismo lugar y ya no estas solo; e imagina que al final, por fin tu vida, cobra sentido al encontrar en aquel lugar la compañía perfecta.
Y ahora imagina que para que tu vida tuviera sentido te has tenido que dar cuenta antes de que tuviste que atravesar un desierto: el de tu vida, encontrar un oasis: el de tu amor, y esperar a que otros como tú también lo encontraran: el de tu fe y tu paciencia; pero imagina también que todo esto te mereció la pena porque te hizo aprender que tu vida fue un desierto, sí, pero sólo hasta que supiste encontrar tu oasis.
Rafael Santamaría