miércoles, 8 de abril de 2020

EL KARMA; original de Rafael Santamaría

La simpleza de la Ley del Karma está sujeta a un efecto boomerang que en su enunciado más simple reza algo así como: "no la hagas y no la temas"

Y es que el sujeto del Yo, al estar identificado a la idea de que: que todo lo que hace es obra suya (y no por voluntad divina en beneficio de su aprendizaje), está ligado, o mejor dicho, de esa manera se liga, o se une, inexorablemente, a sus palabras y a sus hechos; creándose para sí mismo, con ésta identificación, un encadenamiento al resultado de esas palabras y/o a esos actos. 

El hombre, en éste nivel de conciencia evolutiva que está ahora, sigue todavía sujeto a la Ley de causa y efecto; o Ley del Karma.

De esta manera, el hombre queda atado a lo qué dijo y a lo qué hizo, hasta que su conciencia le desate de éste pasado. 

La identificación con el cuerpo budhico, o conciencia de Dios en el hombre, ayuda a la "desparasitación" de nuestro mal karma.

El darnos cuenta de nuestros errores es la mejor manera de empezar a liberarnos de los efectos colaterales de lo que dijimos o hizimos; es la mejor manera de despertar la conciencia. 

Para ello, recuerden que la conciencia no piensa; tan sólo observa.
Practiquen por tanto la observación. 
Mediten. 

Una vez que reconozcamos nuestros errores, debemos utilizar el discernimiento, y no la razón. 

La razón es un criterio propio que utiliza la lógica de nuestro punto de vista (ego) para evadirse de tomar responsabilidades a través del argumento fácil de la justificación. 

Recuerden que toda justificación lleva implícito el razonamiento o razón de "ser" de nuestra lógica o ego. 

Y la lógica, la lógica con la que razonamos o justificamos nuestros errores, es un mal plagio sin fundamentos coherentes, del sentido común; no lo olviden. 

El hecho de pedir perdón por aquello que dijimos o hizimos, nos empieza a liberar de la carga de nuestros errores y sus consecuencias. 

Y el acto de amor de perdonarnos a nosotros mismos por habernos equivocado (la misión más compleja por otra parte, de todo éste entramado), nos acerca al misterio de la sabiduría a través de nuestro propio aprendizaje. 

Esta sabiduría nos aleja cada vez más y más de nuestro mal karma (porque también hay karma bueno); así pues, cuanto más sabiduría demostremos tener con nuestros errores al aprender de ellos, menos resultados negativos kármicos obtendremos de ellos.

A nuestro Padre, que todo lo ve, no le importa la cuantía de nuestros errores, pues es conocedor de las limitaciones de nuestra naturaleza humana, sino y más bien, lo único que le importa es, qué es lo que hacemos con nuestros errores:

- Si los fortalelecemos con nuestra soberbia y orgullo justificándolos, haciendo así más grande nuestro ego; y a más ego, más lejos estamos de Dios.

- O nos damos cuenta de ellos reconociéndolos,  despertando así nuestra conciencia. 

Como pueden ver, conciencia y ego se contraponen, son opuestas; y en medio, están nuestros errores. 

Un santo, no es más que un hombre, sujeto a la condición humana del error, que no se deja atrapar por ellos a través de la autodeterminación de intentar no volver a caer en sus errores; pero para ello cuenta:

1- con la inestimable ayuda de su tenaz fuerza de voluntad,

2- con una conciencia despierta que le hace ver dónde y cómo se equivoca, 

3- y una fé en sí mismo por la que cree firmemente que ganará la batalla a su ego; ego, que por otra parte, es quien justifica todo lo que hace, cuando dicha entidad sujeta a la condición humana, yerra y se equivoca. 

Y a vosotros os digo: que por mis errores sé quién soy, y que a través de ellos, pude aprender de mí gracias a mi Maestro, que con la sutil condescendencia de su amor, me mostraba mis errores, uno detrás de otro, pero sólo con el fin de que yo también los viera, reconociéndolos y admitiéndolos, y jamás con embiste, o con el ánimo de lucrar su ego "metiéndose" conmigo. 

Una vez aprendes a ver tus errores, y te das cuenta que una y otra vez te equivocas, tu camino es el más certero de cuantos habías recorrido antes.

La humildad es imprescindible, pues nadie está libre de equivocarse y volver a equivocarse de nuevo. 

Cuando recorran su camino, ése que es su propio aprendizaje, háganlo pues con humildad; y llegarán hasta el final del mismo. 

Om Shanti
La paz sea contigo 

Rafael Santamaría 

EL "APOCALIPSIS"; original de Rafael Santamaría

EN REFERENCIA A LOS RUIDOS EN FORMA DE TROMPETA QUE SE HAN ESCUCHADO ESTOS DÍAS Y SE HAN SUBIDO A LAS REDES SOCIALES

Los tormentosos ruidos qué mucha gente ha grabado y ha colgado en las redes sociales que se escuchan en el cielo, y que han identificado como trompetas (ruido de trompetas), y lo han asociado a las siete trompetas de las que habla el Apocalipsis, en su vaticinio del fin del mundo, tiene una explicación esotérica que conecta fielmente con la realidad de lo que está sucediendo ahora mismo.

Las siete trompetas de las que habla el Apocalipsis es una metáfora; todos los libros religiosos usa la metáfora como fórmula para intentar explicar lo que no se puede ver a simple vista.

Esas siete trompetas hacen referencia a nuestras 7 puertas energéticas o chakras, las cuales, cada una de ellas tiene un sonido y un color. 

Ese sonido particular que tiene cada una de estas puertas energéticas, no tiene nada que ver con el sonido de la trompeta, ahora bien, debido a que estas puertas energéticas, que comunican nuestro cuerpo físico con el cuerpo energético, están bloqueadas, el día en que se desbloqueen, tendrán un sonido parecido al de una trompeta.
Nada más; así de simple.

El sonido de una trompeta no es nada más que el sonido de desbloqueo de esas puertas energéticas llamada chakras.

Y como lo que es arriba es abajo (según el Mentalismo y las Leyes Universales), si la Tierra está equilibrando sus bloqueos y en consecuencia, se ha escuchado ese desbloqueo en forma de trompeta (por las personas que lo han oído, lo han grabado, y lo han subido a las redes sociales), como lo que es arriba es abajo, y estamos conectados por el magnetismo energético al planeta Tierra, ahora mismo nos toca a nosotros reajustar y equilibrar nuestro sistema energético, que es en verdad el que suministra la energía de la que vive nuestro cuerpo físico.

Si a eso lo quieren llamar Apocalipsis, no sería del todo erróneo, ya que esta reestructuración y búsqueda del equilibrio de nuestro Yo energético con nuestro Yo físico, puede que nos invite a cambiar el mundo en el que vivimos, dado que para ello tenemos que empezar por "cambiarnos" a nosotros mismos.

Desde mi punto de vista, el cambio como tal, sólo es (y ya es mucho) que se nos va a caer a todos la "careta" con la que estábamos viviendo éste baile de máscaras (careta a cada cual más hipócrita), al que llamábamos vida.
Es decir, lo falso se muere; y sólo prevalecerá la Verdad.

Al caerse la careta, se verá lo que cada uno lleva dentro, es decir, el trabajo interior que cada uno ha hecho consigo mismo.

Dicho trabajo interior, se basa en la capacidad de ser sincero con uno mismo. 
Es un trabajo personal de auto conocimiento.

Si les ha angustiado el "ruido de trompeta" de la Tierra, cuando oigan el suyo propio, y el de toda la humanidad al unísono, entonces, el miedo será aún mayor.

Pero es que el miedo al cambio, es lo que tiene.

La paz sea contigo
Om Shanti
Rafael Santamaría