viernes, 13 de julio de 2012

OM NAMAH SHIVAYA; original de Rafael Santamaría

Despiera en ti el Maestro Interior que llevas dentro: "OM NAMAH SHIVAYA"  
A vosotros:



Tras años y años de búsqueda llegó hasta mis oídos que en un monasterio del Tibet se encontraba un Maestro que bajo su sintonía te podía conducir hasta Dios, y tal era la atracción que sentía hacia aquel Maestro que hacia aquel lugar del Tibet dirigí mi vocación.
Y entrando en el monasterio me encontré perdido, y no sabiendo a dónde dirigirme pregunte al primer monje con el que me cruce:
-Perdone, ¿me podría indicar dónde está el Maestro?
Él me contesto sin levantar la cabeza:
-En el interior.
Había tantos pasillos y recovecos en aquel monasterio que no sabia por empezar a buscar. Que vaga indicación, pensé. Anduve por los pasillos del convento sin mucho éxito, y tras buscar y buscar por todas las habitaciones acabé desistiendo. No lo había encontrado.
Y justo cuando me iba a marchar con los ánimos diezmados por mi mala suerte, escuché una música celestial que procedía del interior del monasterio. Me dirigí hacia ella guiandome a través del sonido que emitía, y al llegar al origen de tan celestial música, descubrí a un puñado de monjes entonando aquel angelical sonido. Me quedé atónito, perplejo; anodadado. Si existe un sonido que defina a Dios debe ser éste que estoy escuchando, pensé. Aquel sonido me dejó la mente en blanco, y absorto en la infinitud de aquel sonido, sólo pude emitir un único pensamiento: ¿Qué será lo que no dejan de entonar una y otra vez? Y como si mis pensamientos estuvieran al alcance del primero que los pudiera leer, escuché en mi mente: "OM" (Era la voz del mismo monje al que anteriormente le había preguntado dónde se encontraba el Maestro) Y aquel sonido se introdujo en mi mente despojandome de todo sonido que no proviniera de Él. Mi mente y yo eramos uno con aquel sonido. La repetición rítmica de su entonación me dejó sin aliento: me faltaba el aire pero tenia la sensación de que podía respirar. Una sensación distinta de vida se abrió paso en mi bajo un fuego abrasador que recorrió el eje de la columna vertebral, y al llegar ese fuego al entrecejo, una gran antorcha de luz se iluminó ante mi cegando mi vista por completo. Mi mirada se fue al cielo quedándose mis ojos en blanco. Mis párpados, entre cerrados, velaban por el profundo saber que se ocultaba tras aquella luz que me cegaba. Una sensación de paz recorrió todo mi cuerpo y desnudo mi alma ante la faz del Universo. Y al sentirme en comunión con todo lo Creado escuché como Aquel sonido se tornaba voz y me decía: "OM NAMAH SHIVAYA", y en el eco de esa voz escuché de nuevo las palabras de aquel monje: "En el Interior"
En aquel momento supe a que se refería aquel monje cuando a mi pregunta de dónde estaba el Maestro él me contestó: "En el Interior"
Kriya Yogi Rafael Santamaria