domingo, 8 de junio de 2014

ÉSO, NO ES AMOR; original de Rafael Santamaría



- Tú no me amas.
- No?
- No.
- Entonces, qué es éso que siento yo por ti?
- Éso que dices sentir tú por mi no es amor.
- Ya, pero si no es amor, entonces qué es?
- Son sentimientos que proceden de tu mente, y no de tu corazón.
- Mi mente puede sentir?
- Tu mente puede hacer todo lo que tú quieras que haga.
- Pues esos sentimientos se parecen mucho al amor.
- A qué amor?, al que tú crees que es amor y está en tu mente, o al amor de verdad?
- Y cómo es el amor de verdad?
- El amor de verdad está más allá de lo que tu mente piensa que es el amor.
- Pero tú me gustas.
- Pero eso no es amor.
- Y me caes bien.
- Éso, tampoco es amor.
- Pero si me caes fenomenal y siento que estamos hechos el uno para el otro!
- Sigue sin ser amor.
- Viviría contigo hasta el fin de mis días!
- Lo que me cuentas, es el esquema mental de lo que tu mente ha idealizado que es el amor. Para ti, para tu mente, mientras tú sigas identificado con tu mente, todas esas cosas juntas, y alguna más, son las que encienden el "led" de enamorado en tu mente. Pero eso, no es amor.
- Y una pregunta: tú me amas?
- Yo siempre te he amado.
- Y por qué nunca me lo has dicho!
- No tenía por qué, ya que siempre te lo he demostrado.
- Y por qué yo nunca me he dado cuenta?
- Porque no sabes lo que es el amor.
- Sabes lo que te digo?
- Qué?
- Que te amare, aunque para ello tenga que descubrir qué es el amor. Por dónde empiezo? 
- Por dónde empiezas el qué?
- Por dónde empiezo a buscar qué es el amor?
- Por ti.
- Por mi?
- Sí, por ti.
- Y por qué parte de mi empiezo?
- Empieza. Bastará con éso.
- Me esperarás?
- A qué te refieres?
- A que si me esperarás hasta que regrese de saber qué es el amor.
- Sabes que siempre estaré aquí, esperándote.
- Aunque tarde toda una vida en saber qué es el amor?
- Aunque tardes toda una vida en saber qué es el amor. 
- Éso que me acabas de decir es amor, verdad?
- Sólo cuando se dice con el corazón.
- Entiendo. Volveré.
- Lo sé.
- Y me esperarás aquí, verdad?
- Aquí mismo; como te he dicho antes.
- Cómo puedo saber que es verdad lo que me dices?
- Porque yo te amo.
- Y cómo sabes que me amas de verdad?
- Eso sólo se sabe cuando se conoce el verdadero amor. 
- Y tú lo conoces?
- Lo conozco de la misma manera que me he conocido a mi misma.
- Y dónde me esperarás?
- Cada 17 de octubre vendré a este mismo lugar; y a esta misma hora, aquí estaré esperándote hasta que caiga la noche.
- Y si no regreso nunca, porque nunca encontrara el amor?
- Eso no es condición para que yo deje de amarte, o para que no venga hasta aquí cada año a esperarte.
- Podría morir.
- El amor nunca muere, sólo muere el que espera algo del amor.
- Y tú, cómo encontraste el amor?
- De la misma manera que lo encontrarás tú; buscándolo; buscándote.
- Te echaré de menos.
- Y yo a ti.
- Sabes qué?; tengo miedo.
- De qué?
- De no encontrar el amor y de no volver a verte?
- Ése mismo miedo que ahora tienes tú es el que hace a la gente ser conformista haciéndola resignarse con un idea puramente mental de lo que es el amor, idea muy distinta de lo que realmente es el verdadero amor, tan sólo porque les asusta que todos sus esquemas acerca de lo que creen que es el amor se vayan al traste y se queden sin unas pautas mentales a seguir a la hora de poder "sentir", si se puede decir así, el amor que hay dentro de ellos cuando se imaginan a través de su mente que están enamorados de una persona. 
- Tendrás razón, pero entiendo perfectamente los motivos de sus miedos.
- No temas; tus miedos tan sólo están en tu mente. No son reales.
- Para mi sí.
- Para ti sí lo son porque aún estás identificado con todo lo que pasa por tu mente.
- Y qué puedo hacer?
- Observar tu mente.
- Y con eso es suficiente?
- Créeme si te digo que sí lo es.
- Entonces qué hago: busco el amor, u observo mi mente?
- Ambas cosas llevan a un mismo fin. Cualquiera que elijas para empezar tu búsqueda te llevará a la otra. 
- No estoy muy convencido de lo que me cuentas.
- Nada de lo que yo te diga podrá convencerte; sólo tu propia experiencia podrá despertar en ti tu conocimiento. 
- Y qué es el Conocimiento?
- La conciencia llena de sabiduría.
- Tú has adquirido el Conocimiento?
- Preocupate de adquirirlo tú más que de preguntar quién lo ha adquirido.
- Pero tú lo tienes?
- Encuentra el amor, y ése mismo amor cuando lo encuentres responderá a todas tus preguntas. Y al quedar todas tus preguntas contestadas habrás adquirido el Conocimiento.

Aquel hombre marchó no muy convencido ni de lo que tenía que buscar, ni de lo que tenía que hacer para encontrar lo que se suponía que debía buscar. 
Y tanto tardó en encontrar lo que iba buscando, que el tiempo pasó y pasó y no respetó los años que hicieron mella en ambos.
Habían pasado 40 largos años. Era 17 de octubre, y aquel hombre, convertido ya en un anciano, llegó hasta el lugar donde 40 años antes había iniciado su búsqueda; la búsqueda del amor.

- No pensé que estarías?
- Yo, sin embargo, siempre intuí que volverías. Lo encontraste?
- El amor?
- Sí.
- Sí, lo encontré.
- Dónde?
- Donde siempre había estado.
- Respuesta correcta. Es obvio que lo has encontrado. 
- No lo habría encontrado sin ti. Gracias.
- En verdad es él, el amor, el que se reencuentra con cada uno de nosotros cuando cada uno de nosotros nos demostramos a nosotros mismos, a través de haber expandido nuestra conciencia más allá de los límites de nuestro cuerpo físico, habernos preparado para descubrir el amor que llevamos dentro de nosotros mismos.

Rafael Santamaria