miércoles, 10 de julio de 2013

EL LIBRO DE MI VIDA; original de Rafael Santamaría

Durante años llevé a cabo la siguiente práctica: antes de dormir cogía un libro, pero no un libro cualquiera, sino el libro de mi vida. Y no me refiero a ese diario de siempre controvertida procedencia, pues ése nunca se sabrá quién lo escribió: si mi ego o Yo; sino a ése manuscrito de hojas sueltas, experiencias de la vida, que entrelazadas unas con otras conformaban la más extensa información que hasta la fecha había podido encontrar sobre mi mismo.
Nunca seguía un orden establecido de lectura, sino que abría el libro por una página cualquiera, por un pasaje cualquiera de mi vida, y empezaba a leer. Ni leía entre lineas o pasaba página sin haber indagado en el significado profundo de aquellas "palabras"
En un lenguaje legible sólo para aquel que tiene la firme intención de entenderlo, el libro hablaba de mi desde un Yo que buscaba siempre ser Él.
El hallazgo de algo a lo que llame "Él", supuso entender, no con la mente, sino con el Conocimiento que habita en nuestra conciencia, que había algo común a todas las historias, algo que no variaba y sobre lo que cada experiencia de la vida escribía su propia historia.
Descubrí que según avanzaba en mi lectura, según avanzaba en el análisis profundo de mi vida, todo cuanto encontraba en aquel libro era yo, un yo en un contexto que siempre me invitaba a ser yo mismo; entendiendo por yo mismo la naturaleza real de mi Ser, la naturaleza real de mi alma: el Él.
Observé que con cada experiencia de la vida podía: o acercarme cada vez más a Él, o alejarme de Él como si no le conociera; cuando para sorpresa mia, como descubriría al final del libro, ese Él era Yo.
En el capítulo que hacia referencia a la vida que había decidido llevar para Ser yo mismo y encontrar que yo era Él, entendí que antes de escribir el libro, antes de venir a éste plano existencial al que llamamos mundo, existe una complicidad entre el autor, el alma, y los personajes de su obra, las almas hermanas que nos rodean o de las que nos rodeamos, en el que cada uno pacta junto a los demás escribir su propia historia en función del aprendizaje que tenga que llevar a cabo el autor de cada obra.
Una noche, justo antes de cerrar los ojos y abandonarme a dormir entre los sueños que habían despertado en mi la lectura meditativa de mi libro, tuve una visión. Vi lo que nunca antes había visto.
Pensando que soñaba, observé, bajo la apariencia de un sueño, que un Yo no distinto a la imagen que tenía de mi, salia de mi cuerpo. Era real, desde la perspectiva de que no era un sueño; pero totalmente imaginario desde el reflexivo análisis del pensamiento que me habian inculcado desde pequeño.
Estaba fuera de mi cuerpo. Literalmente volaba. Estaba suspendido en el aire, en un espacio sin densidad en el que podía ver en todas las direcciones.
Lo que más me llamó la atencion es que no tenía que mirar para poder ver. Todo estaba a la vista. Fue entonces cuando descubrí que tenía dos yoes, el que había salido del cuerpo, y el que habitaba el cuerpo creyendo que él era el cuerpo. Pero, cuál era el real? La lectura de mi libro era muy concisa al respecto: Quién observa a quién?
Estaba claro que sólo el que había salido del cuerpo era el que podía observar al otro; así que el real tenia que ser Él.
Y si el real era Él, y Él era yo; por simple deducción, yo era Él.
Como si lo hubiera estado haciendo toda mi vida volví a introducirme en el cuerpo. Por un momento pensé que el Yo que era Él se había transformado en un cuerpo, pero al ver mi libro en la mesilla de noche, pero al ver mi vida desde la experiencia que acababa de vivir, entendí quién era, y me di cuenta de que Yo siempre había sido Él.
Aquella noche, como todas las demás noches, dejé las gafas de leer encima de mi libro, dejé la introspección y el análisis junto a la historia de mi vida, para cerrar los ojos, y esta vez sí, soñar con lo que había vivido.
Cuando desperté, no sabia si estaba muerto o vivo; pero al no ver mi libro, me di cuenta de que había partido hacia un lugar donde ya no me haría falta más mi libro. 

kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui