martes, 16 de febrero de 2016

Y TUS PECADOS TE SERAN PERDONADOS; original de Rafael Santamaría

- Cómo podía perdonar Jesús los pecados en nombre de Dios? - me preguntaron en cierta ocasión
- Al tener Jesús su conciencia en estrecha comunión con la conciencia divina, o conciencia de Dios, Él podía escuchar con el corazón a los hombres que se sinceraban con Él, en vez de escucharles con la mente que todo lo juzga, como hace el hombre vulgar; y quien escucha con el corazón, tiene la facultad de hacer ver a los demás que sus pecados les pueden ser perdonados si toman conciencia de su error e intentan no volver a cometerlo.
- Y cómo se hace éso?
- Alguna vez has hecho algo de lo que te arrepintieras?
- Claro.
- Pero algo de lo que te arrepintieras tanto que pediste perdón por lo que hiciste llorando de corazón?
- Mmmmm, si, creo que si.
- Entonces intuyo que aquel arrepentimiento tuyo fue sincero, no?
- Sí, claro.
- Así y de la misma manera lloró María Magdalena cuando Jesús la hizo ver sus faltas.
Y te hiciste en aquel momento la firme promesa de intentar no volver a hacerlo aunque tu flaqueza te haya invitado a cometer el mismo error más de una vez?
- Sí, sí lo hice.
- Entonces a ti también te fueron perdonados en aquel momento tus pecados.
Tan sólo tienes que darte cuenta de tu error, arrepentirte de él con todo tu corazón, e intentar no volver a cometerlo de nuevo, sabiendo que muy probablemente puede que tardes mucho tiempo en llegar a dominarte a ti mismo para no volver a cometer ése error.
Es bueno que veas tus faltas, y no las de los demás, pues eso te ayudará a no engañarte a ti mismo justificando tus "pecados"; y es bueno también que viéndolas te entre tal remordimiento que intentes no volver a cometerlas, pues dicha intención ya esta rectificando tu error: tu pecado.
Y el hecho de no darte jamás por vencido, por mucho que la flaqueza de tu condición humana te invite a cometer el mismo error una y otra vez, te eleva a la condición de mártir de tus pecados, convirtiéndose entonces en un santo.
Entiende que a Dios no le preocupan tus pecados, pues conoce tu condición humana, ya que Él ha sido el que te ha puesto aquí; lo que le preocupa es la actitud que muestres frente a ellos.
Rafael Santamaría

No hay comentarios:

Publicar un comentario