Soy un pensamiento en la mente de Dios.
Entonces..., si siempre estoy en sus pensamientos, ¿por qué y de qué me preocupo? - pensé en cierta ocasión - pues es Él el que ya se preocupa por mi al tenerme siempre en sus pensamientos - deduje.
Entonces me di cuenta que las preocupaciones distorsionan la comunicación innata que a través de la intuición existe entre la Conciencia Cósmica (o Dios) y nuestra conciencia.
Debo limpiar mi mente de todo vestigio inerte de pensamiento con que mi ego quiere desconectarme de mi verdadera conciencia - me dije a mí mismo.
Entonces rece y rece como me enseñaron a rezar cuando era pequeño, y tras mis oraciones me llegó la imagen de un libro que ya había visto en algún sitio pero que no recordaba dónde:" Autobiográfica de un Yogui", de Paramahansa Yogananda.
En verdad, el camino es corto para la mente que no se preocupa de hacerlo largo.
Medita
Rafael Santamaria
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