viernes, 23 de agosto de 2013

COSAS QUE TIENE LA VIDA; original de Rafael Santamaría

En cierta ocasión vino a verme una persona que se quejaba de unos fuertes dolores en el cuello. Después de recibir el tratamiento, como teníamos tiempo, charlamos un rato. Mientras hablaba, en medio de la conversación, me dijo:
-¡Madre mía!, como todos hablen lo que yo tienes que acabar hasta las narices de todos nosotros.
-¿Por qué iba a acabar así? - le pregunté - ¿por qué piensas por mi?
-No sé, yo acabóo muerta de tener que escuchar todo el día las mismas historias.
-¿Es por tu trabajo?, - le pregunté - ¿te ves acaso obligada a tener que escuchar a la gente; o es que desprendes ese tipo de energía con la que das pie a que la gente se sincere contigo?
-No lo sé. Trabajo de cara al publico, eso cierto; y es un infierno, te lo puedo asegurar.
-Yo también trabajo de cara al público.
-Si, pero lo tuyo es diferente.
-¿Por qué iba a ser diferente lo mío?
-Porque esto es tuyo - dijo refiriéndose al local donde tengo la consulta.
-Pero por eso no dejo de tener que atender a todo el que viene.
-Si, pero sigue siendo diferente; porque a ti no vienen a contarte su vida.
-¿Y tú cómo lo sabes?, ¿acaso no me estás contado tú ahora mismo la tuya? ¿No crees que el problema, tu problema, está en la actitud con la que tratas, en este caso, con la que escuchas, a la gente?
-¿Y cuál esa actitud?
-Siempre de rechazo, siempre a la defensiva; por eso siempre estás molesta con ellos.
-No, ¡si te parece les abro mi corazón para escucharles!
-Eso es justo lo que deberías hacer; y así no habría rechazo.
No sabes lo importante que eres tan sólo porque les escuchas. Si no estuvieras tú, ¿con quién crees que se iban a poder desahogar?
-Nunca me lo había planteado así. Pero es que me agotan.
-Te agotan por tu actitud, no te das cuenta. No les escuches pensando cuando van a terminar, o se te hará un suplicio escucharles; escuchales mejor pensando de qué manera podrías tú ayudarles.
-Creo que no sabes lo que dices.
-No soy yo el que tiene dolores. Piensa, intuye por qué tienes esos dolores. No ves que estás tensa.
-Como para no estarlo.
-No te defiendas, crees que todo es una continua agresión contra ti, y no es así. Tu tensión, tus dolores, vienen de ahí; vienen de que vives en tensión porque crees que continuamente estás en alerta ante las supuestas agresiones que recibes de la vida y la gente.
-Bueno, creo que ya te he entretenido bastante. Esta visto que aquí cada uno tiene su propia manera de pensar.
Y después de eso, pagó y se fue.
Siete meses más tarde, visitando a un cliente en un hospital me la encontré paseando por los pasillos. No la reconocí, iba despistado; fue ella la que me reconoció a mi.
-¡Eh!, señor actitud.
No sé por qué, pero me di la vuelta.
-¡Hombre hola! ¿Qué tal? No te había visto. ¿Pero qué te ha pasado? - Estaba vestida con un pijama de hospital.
-Al final tenías tú razón. Se me saltaron los plomos por tomarme la vida así, como la vivía yo, y el cuerpo me ha dado un aviso. Ya ves, cosas que tiene la vida.
-La cuestión es que hayas aprendido la lección.
-Eso espero; y si no, te iré a hacer una visita.
-Cuando quieras.
Todos deberíamos tener cuidado con cómo vivimos la vida; porque cuando el cuerpo dice hasta aquí, quizás ya es demasiado tarde.
Con 39 años sufrió su primer infarto. Cambio de trabajo, pero al año y medio tuvo su segundo infarto.
Hace tres meses la vi en un centro de meditación, no la pude saludar; allí sólo se va a meditar.
Pero las cosas no ocurren por casualidad. 

Creo que al final aprendió su lección.
kriya yogui Rafael Santamaría
@kriya_yogui

No hay comentarios:

Publicar un comentario